18.

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Esperé a los lobos detrás de mi casa. Estaba de brazos cruzados y apoyada en la pared mirando al bosque frente mia atenta a su llegada.

Estaba sola con ellos, no sé si saldría igual que siempre, es decir, tranquilo, o pasaría algo. Sobre todo ahora que me avisaron que llegarían transformados.

¿Y si en sus formas lobunas no se controlaban?

Mi cuerpo se tensó y olí la tierra mojada que los caracterizaba, además de un gruñido que escuché claramente.

Del bosque se dejaron ver los tres lobos, siendo Sam la cabeza del trio. La gran cabeza del animal se agachó levemente, señal que tomé como saludo, para después volver a desaparecer por el bosque.

Apenas un minuto después los tres jóvenes aparecieron en pantalones y con una simple camiseta sin mangas negra.

Sam y Jared se acercaron con simpáticas sonrisas, y me sorprendí cuando vi a Paul sonreír levemente al llegar frente a mí.

El lobo más reciente quiso abrazarme, pero puse una mano sobre su pecho parándolo, él me miró extrañado con el ceño fruncido.

─ Vamos a poner unas normas para yo no incomodarme ─ fue lo primero que dije.

Los tres chicos se cruzaron de brazos expectantes

─ ¿Os acordáis del primer día que pasamos juntos en la playa? ─ los tres asintieron ─ Pues cada vez que nos veamos serán así. Me refiero a no invadir mi espacio personal

>> Ese día en la playa estuvisteis al rededor mia sin darme abrazos, ni besos ni nada. Y así será siempre, yo me haré una coleta si es necesario. Pero que no se vuelva a repetir esos abrazos efusivos que me disteis con todos mis compañeros de instituto.

Al ver que ninguno decia nada me crucé de brazos

─ ¿A quedado claro? Si no estáis de acuerdo ya podéis iros por el bosque.

Sam suspiró y asintió

─ Bien, lo haremos

─ Pero no ser-

─ Pero nada ─ interrumpió Sam a Jared ─ Mejor eso a nada.

Así fueron pasando los minutos

Los cuatro nos metimos en el bosque y nos sentamos en silencio. Cuando me quise dar cuenta me habían encerrado en el centro de un triángulo al ser solo tres. Me sentí un poco incómoda, pues al principio solo me miraban sin hacer nada.

Pero a mí el bosque me relajaba muchísimo, así que sin importarme nada me tumbé en la tierra, me sorprendí cuando Paul se tumbó a mi lado, a los segundo Jared en el otro lado y Sam a mis pies.

Y así, tumbados, fue como pasamos los minutos. Hasta ahora, que se me ocurrió una idea.

─ ¿Podéis enseñarme a vuestros lobos? ─ pregunté mirando al cielo.

Sé que dije que no sabía cómo reaccionarían esos animales conmigo, pero por eso mismo lo quería averiguar, para saber si era seguro o lo tenía que evitar a toda costa.

Los tres chicos se enderezaron a la vez y me miraron sorprendidos

─ ¿No te asusta? ─ preguntó Jared. Me enderecé y me alcé de hombros

─ Quiero ver cómo se comportan.

Paul y Jared miraron a Sam pidiendo su opinión, Sam me miró a mi pidiéndome permiso, y cuando asentí los tres se levantaron y se fueron tras algún árbol.

En unos segundos tres preciosos lobos se acercaron a mi lentamente.

El lobo negro de Sam agachó su cabeza a la altura de mi mano para que lo acariciase. Al hacerlo, los otros dos lobos gruñieron.

Les miré extrañada, pero les entendí cuando escuché sus voces en mi cabeza.

"Yo quiero" dijeron los dos

No evité reírme y fui yo la que me acerqué para acariciarlos con una mano a cada uno.

Paul me empujó levemente con su hocico, al mirarle le vi agachar su cuerpo un poco

"Sube" le escuché decir

Dudé en hacerlo mientras que le veía mirarme atentamente aún agachado

Suspiré y asentí convenciéndome a mi misma de que no pasaría nada malo.

Llevaba otros minutos encima del gran lobo de Paul mientras que corríamos por todo el bosque. Íbamos a una gran velocidad que me hacía agarrarme bien del pelo del animal. Pero aún así disfrutaba, disfrutaba de los grandes saltos, de ver toda la vegetación quedarse atrás con rapidez, del olor al bosque, y sobre todo, de sentir el viento en mi cara.

Hacía tiempo que no iba a esta velocidad.

Hacia tiempo que no corría como a mí me gustaba.

Pero Él me lo había prohibido por mi bienestar, y lo iba a cumplir.

Mis risas se escuchaban por todos lados e incluso escuchaba a los lobos en mi cabeza apostando a ver quién era el más rápido.

Los cuatro nos lo estábamos pasando bien juntos.

Pero toda felicidad tiene un tiempo.

Dejé de prestar atención a mi alrededor para fijar mi vista en un punto en concreto...

Una mujer de pelo despampanante pelirrojo, un hombre brusco rubio y otro hombre moreno con rastas. Ese era el trio que estaba frente a la familia Cullen

─ Algunos ya se iban, podéis sustituirlos ─ dijo amablemente Carlisle ─ Bateamos primero

La pelirroja entonces cogió con agilidad la bola que le lanzó el rubio.

─ Yo soy la de las bolas peligrosas ─ dijo la mujer orgullosa

─ Podré con ellas ─ le respondió Jasper juguetón

Los dos grupos se separaron para colocarse en posición, todos menos el hombre rubio, Edward e Isabella.

Los dos vampiros se miraban amenazantes, pero todo se quedó ahí cuando los tres empezaron a caminar. Con la mala suerte de que una brisa del mal tiempo movió el pelo de la humana.

En un santiamén todos los vampiros se gruñían en posición de ataque. Los Cullen protegiendo a Isabella y los extraños queriendo su merienda

─ Está con nosotros, marchaos

Todos siguieron en sus posiciones hasta que el hombre moreno ordenó irse

Mi respiración volvió a mi después de tener ese "sueño"

De nuevo volvía a tener uno estando despierta, además de que hacia tiempo que no tenía ninguno.

─ ¡Parad!

Ante mi grito los tres lobos dejaron de mover sus piernas. Paul giró su cabeza lo máximo que podía para poder mirarme, al igual que los otros dos, teniendo así las miradas de los tres lobos extrañados.

─ Tenemos que dar la vuelta ¡Ahora!


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¡¡Gracias por contestar a la pregunta de ayer!! 💚

Sempiterno || °Carlisle Cullen° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora