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─ Bueno, ¿nos sentamos? ─ Pregunté intentando quitar el incómodo momento.

Carlisle asintió y se restregó las palmas de las manos en los pantalones, en un gesto nervioso.

Puso su mano en mi espalda baja y me guío hasta la mesa, separó mi silla para poder sentarme en un gesto caballeroso.
Le sonreí agradecida mientras él se sentaba enfrente mía.

Abrió con un sacacorchos la botella de vino tinto y llenó nuestras copas. Cuando él me hizo un gesto para que lo probase llevé la copa a mis labios dudosa, ya que nunca había bebido vino, y le di un sorbo, probando así un sabor fuerte pero dulce.

Abrí los ojos sorprendida por el buen sabor que tenía. Carlisle se rió.

─ Alice vio en sus visiones que este sería tu vino favorito. Así que lo compré ¿Ha acertado?

Simplemente asentí repetidas veces volviendo a tomar de la copa, esta vez un gran sorbo.

─ Tranquila. Te vas a emborrachar ─ Me advirtió divertido.

Me reí por lo dicho, pero en realidad sabía que no podía emborracharme. Aun así tendría que ir despacio para no levantar sospechas.

─ A los vampiros no les gusta los alimentos humanos, ¿vas a poder tomarte esa copa de vino? ─ Pregunté divertida apoyándome la cabeza en los codos sobre la mesa.

Carlisle rio también divertido mientras negaba.

─ No la beberé, solo es para hacerte compañía ─ Dijo suavemente.

Me quedé callada. Me había gustado ese gesto, pero también quería que tomara algo.

Entonces vi un arbusto moverse, seguramente un animalito, y gracias a eso tuve una idea.

─ Bebe sangre ─ Dije de golpe sin quitar la mirada del arbusto.

─ ¿Qué? ─ Preguntó sorprendido y tenso el rubio.

─ ¿Quieres acompañarme bebiendo? Hazlo tu también entonces. ─ Le dije bajando la voz un tono

─ Gala ¿Cómo se te ocurre? No voy a hacer es-

Se quedó callado cuando me vio coger el sacacorchos y lanzarlo hacia el arbusto. En seguida se escuchó un chillido y me levanté tranquilamente de mi asiento.

Caminé hacia el arbusto y me agaché para coger el pequeño conejito que había cazado. Cuando me di la vuelta para ir a la mesa me encontré el gesto atónito de Carlisle. Me reí divertida

─ ¿Pensabas que te daría de mi sangre? Lo siento Carlisle, aprecio mucho mi vida, sino no habría huido tantos años ─ Bromeé.

Carlisle salió de su estupefacción y se rió mientras negaba con la cabeza incrédulo.

─ En serio, eres...

─ Encantadora y una persona bellísima. Lo sé, gracias ─ Volví a bromear fingiendo egocentrismo.

Dejé al conejo en el suelo y cogí su copa, me bebí de un trago el poco vino que había y me acunclillé donde estaba el conejo.

Con el sacacorchos hice un corte más grande y volqué la sangre del conejo en la copa, intentando no mancharme.

─ Buen provecho ─ Le dije tendiéndole la copa.

─ No te da...¿Repulsión? Voy a beber sangre ─ Me preguntó preocupado.

Negué levemente con una sonrisa suave, y me senté en mi asiento frente a él.

─ Mi padre me enseñó a cazar y cocinar lo cazado, así que estoy acostumbrada a la sangre. Además...esos vampiros bebían delante mía...puede que suene mal, pero también me acostumbré a verlo.─ Expliqué viendo cómo me miraba a los ojos preocupado─ Al menos tú bebes sangre animal ─ Bromeé demostrando que estaba tranquila con ello.

Carlisle sonrió más relajado y cogió su copa.

─ Tú padre te enseñó bien. Ha sido un lanzamiento limpio ─ Admitió antes de darle un trago. Le sonreí sin responder.

La noche pasó rápida y entre risas

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La noche pasó rápida y entre risas.

Nos hacíamos preguntas comunes sin entrar en nuestro pasado -algo que agradecía mucho- mientras que bebíamos cómodamente.

Era alrededor de las dos de la mañana cuando Carlisle aparcó en la entrada de mi casa. Salí del coche con una suave sonrisa como despedida.

Llegué frente a la puerta metiendo la llave en la cerradura cuando me llamó.

─ Gala ─ Dijo en un susurro.

Me giré levemente sin esperarme que estuviera detrás mía.

La luna hacia ver más pálida su piel, el pelo rubio semejaba platinado por la luz blanca, su camisa lechosa parecía brillar y sus ojos...ese color caramelo fundido brillaba con fuerza aparentando oro.

Esos ojos dorados me miraban nerviosos pero seguros, decididos.

─ Gala ─ Repitió con dulzura mi nombre ─ He...intentado ser paciente, intentar conocernos poco a poco, ser amigos.

>> Pero no me sirven solo los abrazos y cogidas de mano. Puede que suene mal o desesperado, pero quiero tus besos, tus palabras cariñosas sin que derepente te pongas incómoda, tener más tiempo a solas sin los chicos...hacer y decir lo que sea que pase por mi mente en cualquier momento sin tener el miedo de que te incomode o decidas dejar todo. No me sirve solo ser amigos.

>> Y yo se que no es por el lazo que nos une. Eres tú. Tu forma de reír, de jugar con Emmett, tu forma de tranquilizar a Jasper, como te tumbas en el suelo viendo revistas que no te gustan por compartir tiempo con Rosalie y Alice, por como bromeas con Edward para molestarlo.

>> Tu sonrisa y preciosos ojos que brillan cuando te emocionas aunque creas que no me he dado cuenta. Que me hables poco a poco de tí. Me da igual lo que sea que estés escondiendo. Te quiero a mi lado sin nervios a como reaccionarás.

>> Te quiero a tí, Gala

Carlisle dejó de hablar ahuecando mi rostro entre sus manos, acercando nuestros cuerpos y sin dejar de cruzar miradas.

Mi corazón iba a cien, sin saber cómo sentirme en este momento. Mis pensamientos se mezclaban rápidamente en mi cabeza y no llegaba a nada claro.

Yo también quería estar más cerca de él. También quería estar cómoda a su lado sin pensar en Esme. Sentirme cómoda con cualquier gesto que haga con él. Besarlo. Abrazarlo. Lo que sea, y a su lado.

Pero estaba casado.

Y dioses, puede parecer estúpido. Yo era su compañera de vida, pero Esme había pasado a saber cuantos años, o incluso siglos, no lo sabía, a su lado, ayudándolo y apoyándolo en todo momento. Y yo no podía llegar de la nada y arrebatarle todo eso a esa mujer tan maravillosa.

─ C-Carlisle ─ Dije sin saber que de todo lo que estaba pensando decirle. Le miré a los ojos con pena antes de decidirme ─ Lo siento.

Me solté de su agarre en mis mejillas para darle un rápido beso en la mejilla antes de darme la vuelta y entrar con nervios a mi casa.

─ ¡Gala! ─ Le escuché llamarme antes de cerrar la puerta

Sempiterno || °Carlisle Cullen° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora