Sempiterno || °Carlisle Cullen°

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─ Los habitantes de La Push tenemos unas leyendas, cuentos lejanos de nuestros antepasados ─ Empezó explicando Sam

Estábamos en el salón, yo en un sillón individual, Jared y Paul en el sofá, y Sam en el otro sillón.

─ Estas leyendas cuentan que algunos hombres se transforman en grandes lobos para protegernos de nuestros enemigos los fríos.

>> Nosotros somos la manada Quileute. Y quiero que sepas que nosotros estamos para proteger a los humanos, no dañarlos. Paul se ha unido a la manada hace una semana, unos días antes de nuevo año, así que está sensible y no se controla muy bien. Perdónalo, por favor

Me quedé en silencio pensando en todo.

Los frios supongo que eran los vampiros. Aladar ya me contó que son enemigos naturales.

─ Gala...tu eres diferente ─ Dijo Sam.

Me tensé en mi sitio y le miré sorprendida.

─ No sabemos explicarlo, pero tienes un aroma diferente a los humanos.

>> Tu sola presencia hace que nuestros cuerpos se tensen amenazados y que nuestros lobos gruñan, tu olor a cítricos irrita nuestra nariz pero nos tranquiliza en una manera casi agobiante

>> No entendemos el porqué, pero hace que queramos estar a tu lado. Es como si supieras que algo te hace mal pero aún así quieres tenerlo. Por eso Paul reaccionó como lo hizo, a parte de que lo molestaste con tus bromas, tu olor lo agobió.

Me quedé en silencio por un rato, suspiré antes de hablar

─ ¿Hay...más como vosotros aquí? ─ Pregunté, era mejor prevenir

─ Por ahora no. Apenas hace un año se creó la manada, cuando lo hice yo primero. Pero los ancianos del consejo piensan que podrían haber más jóvenes que logren transformarse ─ Me contestó Sam

Asentí levemente

─ Espero que entendáis que...no puedo estar cerca de vosotros ─ Dije.

Noté como los tres se sorprendían. Paul gruñó haciendo que me tensara

─ Gala...─ Intentó hablar Jared

─ Me estáis diciendo que os convertís en grandes bestias y que mi olor os atrae. No puedo jugar a las casitas con vosotros sabiendo que podríais descontrolaros conmigo ─ Dije sincera

─ No nos vamos a descontrolar, Gala ─ Dijo Sam levantándose del sillón ─ Paul ha sido por la reciente transformación. Nunca haríamos daño a un humano ─ Dijo acercándose ─ Pero nuestros lobos necesitan tranquilizarse como si fueran cachorros, estar a tu lado logra eso, y por ello hay veces que queremos estar a tu lado

Sam dejó de hablar cuando estuvo frente a mí, me miró desde arriba al estar yo sentada, viendo cómo sus ojos trasmitían un toque de nervios

Comencé a negar levemente con la cabeza levantándome del sillón

─ ¿Y cuando hayan nuevos en la manada? Que no se puedan controlar y mi aroma sea demasiado para ellos. ¿Qué harán? ¿Saltaran sobre mi intentando percibir más ese olor?

Vi como los tres me miraban con una mueca sabiendo que yo tenía razón

─ No puedo arriesgarme, da igual cuanto me queráis para tranquilizaros. Yo soy lo mas importante para mí.

Caminé hacia la salida del salón.

─ Os pediré que os marchéis de mi casa ─ Dije suavemente intentando no sonar grosera ─ No iré más a la reserva. Si veis a la familia Black y Clearwater decirle que lo siento pero que se me ha roto la Vespa o poner cualquier otra escusa