Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola.
Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar relaciones tan íntimas, haciendo que esa soledad creciera hasta hacerla una chica fría y dura ante...
La conversación se quedó ahí, hasta que estábamos llegando al instituto que ella volvió a hablar
─ Sé lo que vi, no estoy loca, y descubriré la verdad ─ dijo segura de mi misma con las cejas fruncidas
Respiré hondo apretando el volante.
Me voy a cagar en todo lo relacionado con Isabella y Edward
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Al aparcar en el instituto Isabella bajó con prisa la primera, cuando yo bajé y me coloqué a su lado la vi mirarme por el rabillo del ojo con una mueca.
En ese momento la familia Cullen bajaba de sus coches. Tanto Isabella como yo les mirábamos, pero Mike se interpuso en nuestra mirada empezando a hablar con Isabella.
─ Mujer, pero si has venido ─ le dijo
Viré los ojos ignorándolo y yendo hacia los Cullen. No me caía muy bien ese chico, así que preferia no estar con él.
Cuando llegué junto con los hermanos, Emmett se puso a mi lado y pasó su gran brazo por mis hombros abrazándome.
─ Buenos días, rarita
─ Buenos días, grandullón
Los dos nos sonreímos.
─ ¿Que tal con Bella? ─ preguntó Alice
Rosalie y yo suspiramos a la vez.
─ En el coche me ha vuelto a hablar del tema...le he intentado dar la vuelta al asunto pero sigue en su tema, me dijo que llegaría hasta la verdad
─ Vamos bien ─ dijo inconforme la rubia.
Emmett volvió con ella para achucharla y quitarle ese ceño fruncido.
Miré a Edward, quien miraba fijamente a Isabella, viré los ojos.
Volví mi mirada a la hija del sheriff y al rubio, escuchando como el chico le pedia ir al baile con él e Isabella se negaba.
─ Ni si quiera irá al baile, deja de mirar al rubio así ─ le dije a Edward pinchando sus costillas. ─ Ojalá tuvieses cosquillas para molestarte en las costillas
Los hermanos se rieron de mi queja a la vez que el profesor de biología nos llamaba. Emmett y Rosalie se despidieron entrando al instituto y nosotros cuatro fuimos hasta el autobús.
Cuando estábamos todos los alumnos reunidos y comenzaban a entrar al primer autobús sentí un peso en mi espalda. Por la fuerza de mi cuerpo no me moví ni un centímetro por el movimiento.
Miré a los Cullen quienes me miraban curiosos, miré a otro lado, viendo a algunos alumnos mirarme asombrados. Entonces miré por encima de mi hombro viendo una piel oscura.
─ Tyler...¿Que haces? ─ le pregunté
─ Gracias, gracias, ¡gracias! ─ me dijo Tyler abrazándome desde atrás.
Le miré extrañada separándome de su abrazo.
─ ¿Por qué?
─ El sheriff Swan no me ha quitado el carnet, ni me ha quitado puntos, solo me ha puesto una amonestación ─ me explicó con una gran sonrisa
Una leve sonrisa creció en mi rostro. Ayer en la comida le hablé del tema a Charlie y conseguí bajarle los humos.
─ Me alegro. Charlie exageraba, no había sido tu culpa.
Tyler volvió a saltar sobre mí abrazándome, esta vez le correspondí al abrazo
─ No eres como todos dicen. Eres una gran tía ─ me halagó subiéndose al bus
─ ¿Gracias? Supongo
Me alcé de hombros, ignoré todas las miradas que tenía sobre mi, ignoré los rumores que se harían en unos minutos e ignoré las miradas inquisitivas de los Cullen.
Me había sentado bien que me agradeciera. Y al fin y al cabo, me gusta el cariño, así que disfruté del abrazo.
Hoy seguro que ya iría con una sonrisa todo el día
