46

292 23 6
                                    

Eleanor.
Al fin en Inglaterra, fue lindo visitar a mis amigos y familia, lo hago cada vez que voy a Rusia y tengo tiempo libre. Todos siguen enfadados conmigo por llegar dos...tal vez tres veces ebria pero vamos, no es de todos los días. No planee hacerlo, pero un trago de vuelven  muchos con las personas incorrectas.
Alex me ha dado el sermón de mi vida así que debo comenzar a centrarme en mi carrera y en el poder...y en mi familia. Perfecto, todo eso a mis casi 23 años.
Alzo  la mirada del trabajo que debo de presentar para publicación, mi padre.
- Quería traerte hoy a casa– Se sienta en las sillas frente a mi escritorio–
- Me fui cuando terminaron mis clases. Samael quiere estar metido en mi privado y mi compañero se molesta—
- Samael está en su derecho cuando le coqueteas al profesor–
- Yo le coqueteaba, tiempo pasado, pero ya no me gusta– Aclaro-
- Sí te gusta, es guapo– Confiesa, lo miro- ¿qué?–
- Estás casado–
- eso no me quita el derecho de mirar– sonríe contagiándome– Y tú puedes mirar al profesor Vasilev todo lo que quieras pero no tocarlo–
- Ja ja ja. Me tratas como si fuera una cualquiera, auch–
- Bueno, estoy de acuerdo en pagar con la misma moneda, pero suficiente con tener un hijo bastardo– Se cruza de brazos– hablando de bebés ¿ya comenzaste a intentar embarazarte de Pável?–
- Hace un día regresé de Rusia, déjame pasar la resaca– Miro a otra parte copiando su posición– y no me gusta hablar de esto contigo–
- Solo hagan lo de siempre ¿cuál es el problema?, sí te engañó pero perdonaste a los otros, este al menos te puede dar un niño muy poderoso–
El problema es que a él no le gusto.
- ¿sí sabes que mi hijo con Pavel va por debajo de los mayores?–
- Con cualquier territorio que Pavel le asigne será grande, además, Los Zaitzev tengo entendido no son tan fanáticos de los Volkov, ese bebé asegura paz–
- Sí pero...no lo sé– No me convence lo que dice, era buena idea cuando lo hablé con Pavel, ahora no lo sé. Sí, ese niño sería poderoso por el nombre que llevaría, pero tal vez no sea lo mejor.
- ¿no quieres estar con él?– sus ojos azules me piden la verdad, sabe que hay algo– yo te aconsejo, conejito, pero si realmente no quieres estar con él, lo entenderé–
Me pica la nariz.
- si no fueras mi papá ¿crees que soy bonita?–
- ¿él te dijo que no eras bonita?– Se mofa– ¿es homosexual o qué?–
Frunzo el ceño.
- sí sí , soy homofobico siendo homosexual ¿bien?– Rueda los ojos– Conejito, eres una mujer bellísima, como hombre te lo digo, eres alguien digna de apreciar, si fuera normal pediría tu número–
- ¿normal?– medio sonrío–¿qué diría tu comunidad si te escuchara decir eso?–
- ¿mi qué? Si no fuera por las idioteces de los afeminados yo no estaría casado...felizmente casado obvio– sonríe cuando yo lo hago– Ese está estúpido, eres hermosa. Tu amante te lo puede decir–
- Fritz y yo no somos amantes–
- no hablaba de él– me mira– Si Pável ya no te gusta no lo hagas, él está mintiendo, le encantas. Si no le gustaras no podrían hacer nada y ustedes hacían mucho– resopla–
- Pero...tal vez yo quiero gustarle más que solo por ser una cara bonita– soy sincera–
- Lástima, te conoció siéndole infiel a tu en ese entonces novio, ¿qué esperabas? ¿Qué te amara?– Auch– Jamás lo hará, no se fía de ti, solo quiere lo mismo que tú, alianzas–
- ¿y qué hay de Richard?– espero la respuesta no duela–
- Richard es otra historia. No sé por qué te preocupas por lo que Pável sienta por ti, ninguno de los dos quería más ¿o si?– indaga, niego, no tengo idea porqué me preocupa lo que piensa de mí ese imbécil–
- No claro que no, solo estoy acostumbrada a que a todos les guste mucho, es todo–
Molesta un poco que todo este tiempo juntos lo estuviera fingiendo, lo planeó todo, siempre fue su plan, no le gusté nunca, y por eso no quería estar conmigo pero tenía que hacerlo.
- me engañó, eso no me gusta – Me da rabia– Pero está bien, te daré otro nieto si así lo quieres–
- Genial, ya tengo nombres en mente– se emociona, me hace reír. Platica un par de cosas conmigo de mis hermanitos, es un gruñón pero se ve muy feliz y eso me vuelve feliz a mi– Necesito que hables con Henry y acepte tener nanas, está muy estresado–
- Deben quedarse, te extraño–
- Henry dice que estando aquí se vuelve holgazán y no quiere perderse nada de los bebés. Casi casi le toma foto de los pañales sucios–
- Es que son tan preciosos los bebés. Yo quisiera estar todo el tiempo con los mellizos– Recuerdo a mis hijos, son los bebés más lindos–
- Habla con él–
Me río
- haré que se quede una temporada, igual es bueno que los bebés estén rodeados de personas–
Se levanta
- Trato, te veo más al rato, conejito–
Le lanzo un beso antes que se vaya.
Suspiro. Pável debe estar en su estudio, hace como dos horas me avisaron que llegó, le pido por mensaje su ubicación, me responde después de veinte minutos " en el estudio".
Me levanto, si lo vamos hacer es mejor antes que Samael regrese de Cambridge y Richard de Londres con los niños, y eso es pronto.
Toco la puerta un par de veces y entro, está en su escritorio con la laptop.
- No sabía que necesitabas algo, podía ir yo– teclea un par de cosas antes de darme su atención parándose– Casi nunca vienes aquí, debe ser importante–
- ¿quieres tener sexo conmigo?–
Se queda callado varios segundos
- ¿sí o no? Alex habló conmigo del bebé– Giró los ojos para que quede claro que no es mi insistencia–
- ¿ahora?—
- Como quieras, la falda ayuda pero no sé me da igual– le resto importancia tanto como él lo ha hecho todo este tiempo– Pero supongo quieres la habitación–
- Es preferible– asiento, lo espero en la puerta– ¿ya?–
- Disculpa, no estoy acostumbrado a que sea así de formal–
El camino a su habituación es eterno, cuando al fin llegamos le pone seguro a la puerta.
- Hay que hacerlo antes que Sam y Rick lleguen– comunico quitándome la polo, esto debe ser rápido–
- Entiendo– comienza a desabrocharse la camisa– ¿podemos apagar la luz?–
- Como desees y voltéate—
Me mira confundido pero lo hace.
- Deberíamos poner un horario-
- Puede ser a esta hora cuando los niños tengan entrenamiento–contesto–
- Era broma Isabell–
Comiendo a sentirme incómoda, estoy totalmente desnuda, a pesar que las luces están apagadas, no soy con quien él quisiera estar.
Acaricia mis brazos besando mi hombro y cuello.
- ¿cómo lo quieres hacer?–
Me aparto metiéndome entre las sábanas. La poca luz que entra por la cortina levemente levantada me deja ver que aún no se quita los pantalones.
- ¿a qué te refieres con eso?–
- Posición–
- ¿posición?– Musita– pues no sé, Isabell–
- Escoge, yo digo que de espaldas es menos incómodo – sugiero
- Como quieras–
Me pongo de lado dándole la espalda, trago en seco cuando escucho su cinturón, me pongo nerviosa cuando siento que sube a la cama.
Vuelve a besarme con esos labios de mentiroso y a acariciarme con sus manos de traidor, me jala del mentón para besarme pero me niego.
- ¿podemos comenzar?—
- No, necesito hacer algo antes, no solo así y ya– se molesta–
- estaré en el baño, háblame cuando estés listo–
No me deja irme.
- ¿de que hablas?–
- No somos noviecitos, hagamos el bebé ¿quieres? Si no mejor me voy.
Hasta su aroma me parece asqueroso, bueno, eso no es nuevo, lo mismo me pasa con Richard pero él cambió de perfume.
- Está Bien– Vuelco a mi posición dándole acceso a mi intimidad. Siento como pone saliva en su pene, pasea su mano por mi trasero, se acerca paseando su húmedo falo por mi feminidad un par de veces antes de comenzar a meterse. Se siente diferente.
- Si te incomoda mucho paramos– lo siento tensarse y la respiración se le vuelve pesada. Yo no puedo negar que se siente bien.
Toquetea mi parte donde debe comenzado a moverse.
No emite ningún maldito ruido de satisfacción, está bien, al menos ya no miente con falsos ruidos de placer. Me niego a darle gusto así que yo tampoco lo hago, sin embargo el cuerpo no sabe de enojo, reacciona a los estímulos haciendo casi imposible que no salgan pequeños gemidos involuntarios.
Intenta otra vez besarme pero no lo acepto, me obliga sosteniéndome de las mejillas, cedo por el calor del momento. Bajás las sábanas descubriendo mis pechos para tocarlos, regresa a besarme ignorando las marcas en mi cuello cubriéndolas con sus dedos.
El hijo de perra es guapo, es sexy, claro que voy a excitarme, aunque no es lo mismo sabiendo que no está sintiendo verdadero placer.
Terminamos, espero que mi respiración vuelva a la normalidad, quito la mano masculina que sostiene mi cintura, me quito las sábanas de encima para marcharme.
- ¿a dónde vas?—
- Tengo trabajo–
- Creí que iba a ser más de una vez— me volteo con las bragas ya puestas– ¿así va ser siempre? ¿solo eso y ya?–
- A eso estabas acostumbrado antes de conocerme ¿no te acuerdas?–  me pongo la ropa con la mirada de él encima- ¿podrías no mirarme?–
Se sienta en la orilla con las sábanas enrolladas en la cintura. 
- No sé porqué estás molesta conmigo–
- ¿no sabes en serio?– la rabia me sale con una sonrisa– Creí que no eras estúpido–
- Isabel no me...–
- ¿que no te diga estúpido? ¿Acaso se te olvida que me engañaste?–
Va a pararse pero se arrepiente.
- Pero ya lo habíamos hablado y tú...–
- ¡pues cambie de opinión! Sí estoy enojada contigo, me traicionaste– que ganas de gritarle–
- ¡¿cuál es tu problema?!– sí que me alce la voz  para que yo pueda gritarle, de nuevo se arrepiente de levantarse– Samael y Richard también lo hicieron–
- ¡no sabía que era competencia!– gruño– Terminaste siendo igual que todos, fáciles que se van con una cara bonita–
- ¡yo no soy ningún fácil! ¡Eso puedo decir yo de ti!–
- ¡ja! Yo no me meto con cualquiera, ¿pero tú? Anastacia podía estar muy bonita pero...–
- ¡ya te dije que yo no me acosté con Ana!–enfurece–
- ¡no fue lo que vi!–
- ¿me viste con la puta verga en su vagina? ¡¿Eso viste, Isabel?!–
- ¡cómo si no te la hubiera cogido antes!–
- ¡¿en qué momento si siempre estoy contigo o trabajando!?–
- ¡así como te acostabas con tu esposa!–
- ¡yo jamás me acosté con Anastacia! Lo que viste no es lo que parece ¡¿cómo te atreves a pensar que yo estaría en esa posición?! –
Tiene un poco de razón, lo que lo hace diferente a un cura es que coge y mata. 
- ¡siempre existe una primera vez!—
- ¡pero no para verle la verga a otro tipo! ¡¿Qué te pasa?!–
- ¡pues se estaban peleando por ella!–
- ¡yo no...!–
- ¡ya cállate!–
- ¡no me calles!–
- ¡es tu culpa! Yo estaba creyéndote ¡pero después me confiesas que te acostabas con tu esposa!¡ya no suena tan descabellado!–
- ¡pero yo no me acosté con esa sirvienta!–
- ¡de todas formas te acostaste con tu esposa!– le reclamo– ¡confíe en ti!–
- Tú no eres inocente– Masculla con rabia– ¡eres mucho más culpable que yo!–
- Lo hice casi dos veces con mi amante–
- ¿casi?–
- En la segunda entraste tú–
- ¡hiciste un hijo con él!–
- ¡no es lo mismo!¡si queremos estar a mano me cogeré a Lucas!–
¿Me iré al infierno? Claro, tengo un amante que ellos no tienen idea que existe y encima les reclamo de sus aventuras.
- Ese ya tiene mucho que apesta a muerto– Se levanta con las sábanas en la cintura, se me planta enfrente, alzó el rostro para poder mirarle la cara– Tengo muchas ganas, así que regresa a la cama–
- Entonces cómprate una ouija para contactar a la pelirroja o vete a Rusia, con tu esposa–
- No, lo quiero hacer contigo–
- Pues yo no quiero hacerlo contigo ya–
- ¡¿por qué no?!–
- ¡porque apestas a otras mujeres!-
- ¡a mi no me ha importado que vengas a mi cama oliendo a otros!– se marcha– Ya vete– espeta–
- ¡Nos vemos mañana!–
- ¡como digas!– suelta rabioso, azoto la puerta cuando la cierro. Imbécil.
Me ducho mientras lleno la bañera, necesito paz, salgo preparo el baño y me meto recostándome. Cierro los ojos relajándome, si tengo suerte me voy a dormir profundamente, me voy a resbalar y voy a morir ahogada.
- ¡nadar mami!– la vocecita de mi bebé en ruso es lo más adorable, y en inglés más porque aún no sabe hablar muy bien. Lo miro, es un bebé que con trabajo puede armar oraciones y palabras– ¡nadar nadar!– sonríe emocionado.
- Claro, amor, ven te ayudo– le hablo en el mismo idioma, el ruso debe ser primero como regla en mi familia, y no me molesta, ahí nació. Le quito la ropa y lo ayudo a meterse. Sus ojos son hermosos, espectaculares, brillan en cualquier momento , lástima que comúnmente sean opacados por  lágrimas.
Ojalá se quede chiquito para siempre. Aún no puedo creer que haya tenido un hijo con Richard, no puedo superar el nacimiento de ninguno de mis hijos, ¿Cómo es posible? Pero Narccise cambió toda mi vida desde el momento que me dijeron de mi embarazo. No sé si solo sea yo o le pase a todas las mamás primerizas, pero aún siento irreal el haber creado este hermoso niño con el hombre que me apoyó incondicionalmente.
Se entretiene con la esponja y la espuma que hay en la bañera.
- Elli– George toca la puerta abierta de espaldas–
- ¡hola Gege!– Mi hijo lo saluda en ruso– ¡Nado!–
- ¡Hola Alíen!– mi escolta le contesta de la misma forma, prometieron amarlo como si fueran sus padres y lo cumplen cada día–
- ¿algo importante Gege?–
- Primero, solo me puede decir así el niño–
- Bien, George–
- Maurice está teniendo problemas en los territorios de Escocia–
- ¿me estás diciendo que me manda mensajes para coquetearme pero no para eso?–
- Dice que una cosa es trabajo y lo otro vida personal, también Dice que hay rusos en la capital, y vio cerca de los territorios del señor soldados pero desconoce a qué clan pertenecen– apoyo mis brazos en la bañera y mi barbilla en estos–
- Escocia no es toda nuestra, la capital no es parte de nosotros, si los escocés dejaron entrar a otros rusos es porque no están de nuestro lado– Deduzco–
- Sus hombres le avisaron hace unas horas–
- Si no recibo llamada de ese sujeto, perderé los territorios de mi abuela y los que he obtenido–
- Llámale tú– sugiere–
- no he tenido contacto con ese hombre jamás, dicen que es especial, obtuve nuevo territorio porque él no se quejó–
- tal vez era amigo de tu abuela–
- No lo sé. Hablaré con Maurice cuando salga de aquí–
- Bien, podrían bombardear propiedad privada pero tu toma tu baño tranquila–
- No llevo ni 20 minutos aquí–
- Ah, tu hermano Damián quiere que le hables también–
– Bien, seguiré con mi baño–
Se marcha, intento relajarme con mi hijo pero ya tengo ese problema en la mente. Salgo yo primero para ponerme una bata y después lo hago con mi bebé enrollándole una toalla.
Le prendo el televisor en tanto me visto. Me observo un momento en el espejo, el vestido largo es cómodo junto a la playera que va adentro, y se hará más cómodo con una camisa de Samael. Termino de arreglarme, mi hijo me sonreiré cuando me ve pidiendo que lo cargue.
Lo llevo a su habitación donde busco ropa para él, lo combino conmigo escogiendo prendas con tonalidades café.
Lo mejor de tener hijos es que puedo vestirlos como si fueran mis muñecos.
- Ven, amorcito– le beso, tomo su manita y lo llevo conmigo al estudio. Lo siento en el pequeño escritorio de Oliver que está alado del grande pegado a la pared , sigue siendo de él a pesar que ya tenga su propio estudio por el simple hecho que no puedo dejar de verlo ahí sentadito haciendo dibujos para nosotros, y porque aveces aún lo usa cuando quiere estar conmigo. El lugar es grande así que pronto Narccise tendrá el suyo para su tamaño.
- Mami va a trabajar ¿si amor?–
- Sí, mami– asiente varias veces–
Llamo a Maurice por video chat en el iPad que utilizo para este trabajo, está en alguna oficina comiendo Macdonalds.
- Dime, bebé– se mete una papita– ¿ya te dijeron que hoy te ves más hermosa que que ayer?–
- Gracias, pero al punto–
Mastica con un gesto divertido.
- Mis hombres me comunicaron lo que ya sabes hace unas horas. ¿Has recibido alguna llamada del jefe de los escoceses?–
- ¿en serio solo va a llamarme y ya? Lo hará si cree que lo estoy invadiendo—
- tal vez, pero tu abuela llevaba años haciendo negocios con ellos. Tal vez debas llamarle tú– Sigue comiendo– La destilería de mi socio está rodeada. Ya movilicé a tus hombres y a los míos sin levantar polvo–
- Gracias, Maurice–
- Conmigo aquí sabes que no debes preocuparte, sin embargo a ti te toca lo diplomático–
- ¿conoces al jefe?–
- Al antiguo sí, no le caía bien, quiso matarme un par de veces y quitarme el territorio–
- ¿la alcantarilla?–
- Yo no sabía que estaba en ese estado– me señala con una papa, me río– Arthur Stewart es el nombre del jefe, es el alcalde de la capital–
- ¿el alcalde?–
- Sí, debes conocerlo por las fundaciones–
niego.
- Samael se encarga de dar la cara en esos eventos como en las responsabilidades como duques–
- Bueno, si tu esposo lo conoce, tal vez él pueda ir a charlar—
- ¿quieres que lo maten?—
- ¿me aceptarías como esposo?–
- No–
- Claro que no quiero que maten a tu esposo–
Me divierte.
- Cuando llegue hablaré con él, te mantendré informado.
- Llámame, bebé– Cuelgo bloqueando el iPad.
Llamo a mi hermano, me tiene cinco minutos contándome estupideces hasta que llega lo importante, le dieron " vacaciones" porque hay rumores que se acuesta con una alumna. Oxford lo ha tratado bien, pero él se esmera en poner las cosas difíciles, y por ello se quedará un tiempo en la casa de mi abuelo muerto.
Me divierte hablar con él, pero me despido cuando veo a Richard y a Samael llegar agotados, especialmente a Richard.
Los dos se sientan frente a mí. Samael se afloja más la cortaba y Richard se quita el sombrero.
- ¿qué tienen?–
- Nada, solo estoy envejeciendo, jugar con los niños baloncesto me dan casi un ataque— Richard responde–
- Yo estoy cansado mentalmente, los niños querían ir a un lugar de juegos y encima cerrado con " aire acondicionad"- hace las comillas con los dedos– Solo había gente de aquí allá y olor a húmedo–
- ¿a todo el equipo?– cuestiono preocupada–
- Sí, a la mayoría , niños de doce años gritones y comenzando a apestar– se queja Samael – Mi hijo de diez años es el único normal–
-Lio iniciará a los diez secundaria, no es normal– Richard refuta–
- Oye Sam– llamo la atención de primer esposo, me mira–
- Dime– es guapo, demasiado–
- ¿Conoces a Arthur Stewart?–
- Sí, ¿por qué?–
- Bueno, yo no lo conozco–
-  Lo conocerías si te interesaras un poco en nuestra fundación–
- Me interesa nuestra fundación, lleva el nombre de nuestro hijo– me indigno—
- ¿conoces a Arthur Stewart?–
- No– Suspiro sentándome–
- hasta yo lo conozco – Richard sonríe–
- Es el alcalde de Endimburg– Samael comienza– siempre lo invito a los eventos, sean o no en la capital. ¿Recuerdas el día de campo?–
- Sí claro– Digo segura, no sé de qué me habla–
- No es verdad– Se acomoda en la silla– Fue el primer evento de la fundación en la capital, se hizo un día de campo junto al sistema de adopción– Se ríe— Fue gracioso porque el niño que robaba comida de la bodega resultó ser el alcalde—
- No estoy entendiendo– Le hago saber, mira a Richard y después a mi como si su mensaje estuviera claro—
- Vivió conmigo en el orfanato–
- Cada día preguntaba "¿qué hay de nuevo?" ¡Eso era nuevo!–
- Eran cosas de la fundación, me di cuenta que firmabas todo lo que te daba y por tanto que no te importaba— se encoge de hombros, no estoy para reclamos–
- ¿eran amigos?— cuestiono–
- Sí claro– Habla animado– de haber sabido que él era el alcalde hace mucho lo hubiera ido a saludar—
- Pues deberías volver con tu mejor amigo ¿no?– Richard lo mira, Samael lo ignora–
- Fuimos grandes amigos de niños, sufrí bastante cuando lo adoptaron. Le cambiaron el nombre así jamás pude localizarlo de mayor, hasta hace unos años–
- ¿amigos amigos?—
- los hubieras visto cuando se encontraron– Richard resopla extendiendo su celular mostrándome una foto de ambos saludándose  con un abrazo en ese día de campo.– El de atrás soy yo, Steve– entiendo la referencia, vuelve a su lugar.
- Como hermanos ¿no?– pregunto– jamás me contaste de él
Me mira extraño.
– Teníamos nueve cuando lo adoptaron¿por qué tanto interés en el alcalde de Edimburgo– 
- Arthur Stewart, tu amigo de la infancia, es el Jefe de la mafia escocesa–
- No cómo crees– Se sorprende quitando su espalda del respaldo– ¡¿cómo crees?!–
- Lo es, dejó entrar rusos a su territorio, hay soldados no identificados en los alrededores de la destilería–
- ¿la mía?–
- Pues es la que me interesa–
Se preocupa.
- Nuestros soldados ya están preparados como los de Maurice, no hay manera que avancen– Le aseguro, pero no sé ni siquiera quiénes son esos soldados.
- Jamás he teniendo contacto con Arthur. tengo territorios en Escocia porque son los que tenía mi abuela, y los nuevos al parecer no le ha molestado. Si dejó entrar a rusos, tal vez no esté de mi lado—
- No puedes saberlo, ¿cómo él puede saber que no son tus soldados? No puede diferenciarlo—
- Es el problema de esta guerra. Puede que esté  en mi contra o piensa que lo he invadido– explico preocupada–  pero no tiene sentido, ¿por qué amenazaría propiedad de mi esposo?de su amigo–
- Tal vez piensa que lo estás despistando— Richard sugiere—
Lo pienso un momento.
- Tal vez Tania está haciendo esto para iniciar una guerra entre nosotros. Así juega ella– me enfado– Siempre manipula y se mete en las mentes. Tu amigo debe estar pensando que quiero invadirlo, podría atacarme–
-O está en el equipo de Tania– Richard reitera la otra opción–
- ¿quieres que hable con él?– Miro a mi esposo, nuestros ojos son grises pero los de él brillan y resaltan en su rostro–
- Solo necesito que me consigas una cita para mi–
- Él te conoce, no es secreto tu existencia– Richard habla obvio– Si quiere asesinarte, le importa poco su amistad con Sam–
- nos invitó a cenar– regreso a Samael quien teclea en su celular– le dije que quieres conocerlo y  Dice que se imaginó que no eras tú– se ríe– Y dice que te dio el beneficio de la duda porque eres mi esposa– teclea– ¿qué tal eh? Tu esposo es amigo de un mafioso y te consiguió una cita–
Sonrió.
- Gracias, hiciste esto más fácil–
- Ni siquiera sabías hasta ahorita, y que sea tu amigo no significa que no la quiera matar– No digo nada, Richard tiene razón– ¿o no?— me mira–
- Es una posibilidad, y él también lo puede estar pensando. Cada uno tomará las medidas de seguridad que quiera–explico– ¿cuando es la cena?—
- En su casa a las ocho de mañana–
Asiento.
- ¿entonces quién cuidará de los niños?– Richard cuestiona preocupado–
- Esperaba que tú– Niega a lo que digo–
- mañana hay partido e invité a Dimitri a verlo con mis amigos–
- pero no me dijiste– Samael esconde muy bien  que eso le ha molestado–
- Aprendí a ya no insistirte– Estos dos están peleando-
- ¿sucede algo?– Miro a ambos, ninguno responde al respecto–
- A Dimitri le gusta el fútbol, tal vez le sirva para distraerse– Richard ignora mi observación–
- Le diré a Alex o a Eric que cuide a los niños– No me interesa su relación que dudo sea tan hetero como presumen–
- ¿qué?– Samael espeta–
- Nada– Frunzo el ceño – ¿qué no los puedo ver?–
-  a mi me puedes ver todo lo que quieras– Richard me hace sonreír, la miradita coqueta acompañada de esa linda sonrisa pícara jamás dejará de tener efectos en mi o en cualquier mujer a la redonda–
- No puedo creer que eso te haga ver  como tonta– Samael se queja– Es corriente–
- No, solo te da envidia no ser igual de guapo y carismático que yo–
- Eres un fácil–
- Lo era– Corrige– La prometida de un imbécil me hizo cambiar– Richard se burla y Samael se enfada–
- Que bueno que te sientas orgulloso de meterte en relaciones ajenas–
- No era mi culpa que sus esposos no las satisficieran como Dios manda–
- Eres un cerdo–
- Yo era soltero y ellas bonitas– Se encoge de hombros– si ellas no querían al marido ¿qué culpa tengo yo?
- Sí sí, eras un prostituto– Mi primer esposo rueda los ojos–
Sonrío un momento recordando cuando conocí a Richard, ni siquiera me agradaba tanto, me gustó, es imposible no verlo con esa sonrisa que se carga, pero jamás creí que tendría un hijo con él, nunca pasó por mi mente. Cuando lo hice mi novio creí fiel mente que me dejaría por no tener sexo.
- ¿por qué tu cara de tonta?– Samael espeta hastiado, me levanto ignorándolo –
- Estaba pensando en comer comida china– recojo algunos papeles y mi viejo diario–
- Debiste avisarme, te la hubiera traído–
Me estiro, no he dormido bien así que me siento cansada.
- Le diré al cocinero que la haga para la cena– Narccice se levanta del escritorio, lo sigo con la mirada, se sube a las piernas de Samael y le enseña un dibujo. Le habla en ruso como si Samael hablara el idioma, noto como Sam repite mal el nombre del animal en el dibujo, mi hijo se ríe divertido y lo corrige, tal vez así aprenda ruso finalmente. 
Sam es bueno con él, Pável también lo es, pero Richard parece no quererlo, lo intenta, pero parece que su corazón no cede.
- Niña linda, quiero que hables con Oliver– lo escucho– está  bien que ya no me considere ni siquiera su amigo, pero no creo que deba llamarme por mi nombre–
- ¿cómo quieres que te llame?– Samael frunce el ceño– así te llamas–
- Considero que Rick tiene razón, Oliver ha sido grosero con él estos últimos días– Intervengo antes que comiencen a discutir– hablaré con él–
- Gracias– se pone el sombrero parándose– estaré en la granja, los veo en la cena–
- espera– digo y se detiene– ¿por qué no llevas a Narccise contigo?–
Mira a nuestro hijo y después a mi.
- yo estaré muy ocupado y si se lastima tú te...–
- ¿quieres o no?– Me irrita–
- sí– claro que no quiere– Andando–
Mi hijo niega abrazándose a Samael.
- Yo con papi–
- Anda amor, te divertirás con papá ¿si?-  inseguro deja los brazos de Sam para caminar hacia su padre quien lo alienta a caminar.
- Richard es malo con él– Samael dice cuando se van– Y lo sabes–
- tú eres malo con Oliver–
- Oliver es testarudo, Narccise no. Le dice Marica y niña cada que puede–
Eso no es secreto para mi, Sam niega molesto, se levanta.
- Si no lo quiere, puede dármelo a mí. Te dije que yo no tenía problema en hacerlo mío– rodea el escritorio para estar a mi lado-
- Él decidió involucrarse, no puedo quitarle ese derecho–
- Pero no lo trata bien– gruñe– no se lo merece, es un niño gentil, y él lo hace sentir mal–
- Entiendo tu preocupación pero deben de agradarse tarde o temprano – Insisto— Es su papá–
- Pável es incluso mejor papá para el niño–
Tomo su mano acariciando su piel.
- No te preocupes, algún día van a agradarse–
Lo suelto para contestar un correo que me llega en el iPad.
- ¿mañana me esperas?–
Niego abriendo la app. Me manosea el trasero.
- No, dijiste que no querías verme encerrada con Lucían y te obedezco– me estruja un glúteo Y acerca su pelvis.
- puedes trabajar en mi privado– Sigue manoseando pasando por las caderas y la cintura–
- No haremos eso. Nuestro matrimonio no está como para que nos veamos todos los días a todas horas–
- ¿estás diciendo que estamos a nada de fastidiarnos?– se detiene–
- Yo no dije eso–
Tal vez nos soportábamos más de novios porque no vivíamos juntos.
- ¿te aburre nuestro matrimonio?– me da una nalgada–
- ¡ay!Voy a ignorarte–
- ¡te aburre nuestro matrimonio!– suelta sorprendido apoyándose en la mesa– ¿desde cuándo Ell?– lo miro, su cara me da gracia, vuelvo al correo– respóndeme– insiste jalándome un mechón de cabello, me río cuando lo vuelve a hacer– Dime, sé sincera–
- Te amo–
- Eleanor– se acerca más obstruyéndome el iPad–
- Estoy escribiéndole un correo a Sila, es de la editorial– Explico pero no se quita – Es importante–
- ¿te aburro?–
- ¿ahora?–
- Sí–
- No, pero sí me estorbas– lo intento jalar pero más se planta–
- ¿crees que somos aburridos?–
Suspiro
- claro que no, solo que ya no somos novios– espera a que siga hablando– Somos esposos y necesitamos nuestro espacio– sigue sin decir nada– Es decir...de novios vivíamos en lugares diferentes y nos emocionaba vernos, aún más para hacer...cosas– intento besarlo pero me hace la cobra– no te molestes, solo digo que estar todo el tiempo juntos no es bueno, para ningún matrimonio lo es. Me gusta ser tu esposa y la mamá de tus hijos— quiero besarlo pero otra vez se niega.
Se incorpora dejando su lugar.
- ¿a dónde vas?–
- a donde no te sofoque con mi presencia, al fin de cuenta la casa es ¡enorme!-
- ¡No te enojes!– se gira a mitad de camino y se regresa.
- ¿no quieres que nos demos un tiempo también?–
- ¿de que hablas, Dios mío?– me tallo la frente–
- Ya sabes, separarnos un tiempo, salir y acostarnos con quien se nos venga en gana...¡ah es verdad es lo que has hecho todo este tiempo!– Se pone histérico–
- Yo no dije nada sobre eso– le aclaro–
- tal vez así regrese el interés y la emoción a nuestro matrimonio–
- ¡bien! Pues vete si quieres– me cruzo de brazos decidida–
Asiente.
- Me parece perfecto– se larga, tengo cosas más importantes que resolver, regreso a mi silla y le contesto el correo a Silas.
Media hora después mi escolta  me avisa que se ha marchado, pero no solo, se lleva an Oliver, como siempre chantajeándome con nuestro hijo. No voy a quitárselo, no seré mi madre, sin embargo mando a rodearle el departamento, no van sin protección, la escolta de Sam son leales a la familia, y James y Franco también van con ellos, sin embargo seguridad extra no es problema.
Que se tome el tiempo que quiera, ojalá así deje de ser tan idiota.
Mi tarde se va en trabajos, proyectos, manuscritos y estrategias para cuidar las propiedades y negocios  más importantes que están bajo amenaza o los que podrían estar, todo sin atacar.
La cena llega, apago todo y lo guardo en los cajones. Me dirijo al comedor, mi familia está ahí.
Las comidas en mis dos familias son silenciosas, habían temas de conversación pero no en donde se involucra a toda la mesa, mucho menos podían haber tantos niños , comúnmente comían antes, en mi caso, en la cocina, y si los habían debían portarse correctamente.
Me siento observando y escuchando a todas las personas que me importan, los niños se ríen entre sí, tiran comida, los adultos tienen distintos temas de conversación. Esto es lo que Alex me enseñó, la familia es más que sangre y sucesión, poder y gloria.
- ¿por qué nunca comemos comida rusa?– Todos miran a Silas– Solo digo–
- No creo que te guste la comida rusa– Serkan le contesta con una mueca–
- El caviar me gusta, y el Vodka– Sonrió ante la respuesta de mi hermano metiéndome un pedazo de pollo–
- No sería mala idea– Lo apoya Nicky–
- Mañana se debería servir jolodets– la mirada de Pável y la mía se unen, me divierte–
- comía eso en las cacerías, otra cosa por favor– comento–
- ¿cómo crees? Es sopa fría– Silas anuncia mostrándole el celular a mis otros hermanos–
- ¿qué tal comida china?– Nicky propone–
- Jamás te hemos visto comer esto ¿que acaso odias tu país?– Sila me acusa–
Los rusos en la mesa me miran.
- pff claro que no– soy sincera– Solo que me gusta aquí también– me gusta más aquí obviamente, Inglaterra me dio la vida normal que debía tener–
- Eres más británica ¿lo sabes no?– Serkan me dice divertido–
- en cinco años tendrán acento inglés ya lo verán– Advierto– Ya que quieren comida rusa, comeremos Borsh–
Ahora no les parece la idea.
- ¿cuándo regresa Lio?– Yakov menciona el tema que muchos querían tocar pero nadie lo hacía, me miran–
- mmmh bueno, su papá y yo tuvimos una diferencia y decidió pasar la molestia en otro lugar– Explico al niño– Oliver lo acompañó-
- Sí, Porque no se pueden divorciar– Alex puntualiza- ¿verdad?–
- Ajá– Me llevo el vaso de agua a los labios–
- ¿Pável y tú ya tuvieron sexo?–
Escucho como Pável se ahoga y tose, yo me quedo en shock con el agua fría tocando mis labios.
- ¿qué?- es lo único que logro decir ignorando todas las personas que nos ven–
- Ya saben, hacer un hijo como Dios manda–
- ¿Van a tener un bebé?– Yakov cuestiona ¿preocupado?–
- No– resoplo nerviosa hasta que mis ojos captan los de mi papá– Es decir, lo que Dios diga– tomo agua–
- ¿ya lo han intentado?–
- ¿por qué preguntas eso en la mesa?– Pável es el único que le contesta y por eso a Alex no le agrada, no lo puede controlar– ¿qué no tienes respeto por la intimidad de otros? ¿La de tu hija?– Espeta– en la mesa no todos somos adultos–
- ¿Sí o no?– Alexander insiste–
- Eso a ti no te importa. Te lo advertí cuando me casé con tu hija, en nuestro matrimonio no te metes, mucho menos en nuestra intimidad–
- ¿por qué no solo le respondes y ya, Eleanor– Richard lo pone más difícil, Sus celos los puedo respirar–
- Sí, Richard– Pável habla altanero. Sus hijos toman sus platos y se marchan sin decir nada junto con Narcisse, solo hay adultos.–
- No estaba hablando contigo– Richard me mira pero lo ignoro jugando con las verduras–Eleanor–
- No te molestes con ella, fue su idea hacerlo antes que ustedes llegaran, no quería lastimar sus sentimientos al enterarse de lo que tengo derecho hacer con mi esposa–
- Él te puso los cuernos– Me reclama– Con Ana y su esposa– La rabia habla–
- Yo jamás me acostaría con una zorra– El rubio se defiende– En cambio tú...–
- ¿y? Eso no te hace inocente– Siento otra vez si mirada en mi– Él te engañó–
- ¿cuál es la diferencia contigo?– suelto atreviéndome a mirarle, no esperaba esa respuesta– Creo que a nadie en esta mesa excepto a mi padre le interesa si tuve sexo o no con Pável–
- Por su puesto que no, pero sí el porqué Alex quiere que lo tengas– Sila me apunta con el tenedor– ¿secretos a tus hermanitos?–
Giros los ojos.
- Después les explico. Por favor solo cenemos–
Nadie toca más el tema. Shara se nos une, busca al pequeño Richard con la mirada.
- se ha dormido temprano- Se relaja sentándose a un lado de su esposo– El profesor me ha dicho que es muy inteligente– sonríe–
- Me encantaría estar mucho más tiempo con él– toma del vaso de agua que le han servido– Gracias por cuidarlo–
- No tienes que agradecerme, es mi sobrino, y es adorable– El pequeño Richard es simpático, es un amor–
- Si quieres pasar más tiempo con nuestro hijo deberías pedir vacaciones– mi hermano provoca que le cambie la cara a una disgustada. Los Ivanovic se exigen demasiado desde muy pequeños para honrar su apellido, vienen de Ivan Ivanov, un inigualable doctor que innovó en su campo, no deben ser solo doctores, si no, los mejores doctores del mundo. Shara retrasó su carrera, está en deuda con su padre, si bien logró alcanzar su meta, no puede detenerse o retrocederá–
- Ya te dije que no puedo-
- Deberías hacer un esfuerzo y estar con tu familia ¿no crees?– Mi hermano espeta– ¿o tienes un amante en ese maldito Hospital?–
- ¿crees que es Grey's Anatomy?– lo mira– Me mato cada día en mi trabajo porque soy la fracasada de mi familia, y tú jamás vas a entenderlo porque...– se calla–
- No te calles, dilo– Michael la reta- ¡dilo!–
- Quiero cenar y dormir– Shara intenta acabar la discusión–
- porque yo no vengo de una familia poderosa, eso es– la rabia en las palabras de mi hermano se nota–No somos iguales, te casaste con un plebeyo–
- Michael, llevo 72 horas despierta, Dios– se tallas las sienes– Quiero descansar–
Mi hermano se levanta furioso.
- ¿sabes lo qué yo quiero? El maldito divorcio– se larga, Shara suspira y se dispone a comer–
Voy a quedar como estúpida si estos dos se divorcian, yo hablé con los padres de Shara para que aceptaran a Mich, fue prácticamente un trato.
- Hombres- Henry habla– Aveces desearía cambiar de esposo–
- oye– Alex se queja– ¿igual quieres pedirme el divorcio?–
- Cada día, corazón. Sé que no te negarías porque casarte con querías–
- ¡¿no?! Pagué miles de libras por la boda–
- Con la cara que llevabas, era lo mínimo que podías hacer–
- ¿cuál cara?– gruñe–
- ¿le pueden decir la jeta que llevaba el día de la ceremonia?– todos hablamos al mismo tiempo dándole la razón–
- No sé cómo tenerte contento, al parecer un estúpido papel te hizo exigente. Nada te parece de lo que hago, hasta te di dos hijos–
- ¡Los cuales no quieres!—
- yo jamás he dicho eso– espeta– ya deja de quejarte, te he cumplido cada maldito capricho ¿querías casarte? Nos casamos, ¿querías un hijo? Te di dos. ¿Qué te pasa?–
- Tal vez si tú también lo quisieras sería diferente, pero no, solo eres un hetero más huyendo de responsabilidades–
- que me gusten los hombres no significa que deba dejar de ser hombre, y tú me pides que sea un maldito marica– Furioso se va–
- Yo por eso no me voy a casar– Sila comenta–
- Piero es de clóset, obvio nunca– Digo recibiendo una papa en el ojo– ¡oye!–
- Con mi closetero no te metas. Aún tartamudea sin sus medicamentos¿tú esperas que salga?–
- pero sí quieres casarte– lo molesto recibiendo más comida–
- Claro que no. De ti aprendo, quiero seguir feliz con mi novio, no debo casarme. En tus tres matrimonios todo empeoró después de la boda–
- ja Claro que no– Obvio que sí–
- Claro que sí, hasta te volviste una zorra– le tiro un pedazo de pollo, se ríe– Hasta uno te quitó al hijo. Y de paso Alex debe ayudarte a que tengas sexo con tu esposo– se carcajea cuando le tiro un tomate–
- Una vez cumpliste 17 creímos fiel mente que serías monja– Nicky no me apoya—
- Gracias de verdad, pero aún no tenía mi glow up–
- Pues aún no lo tienes– Me ofende lo que dice Sila– Nosotros sí– Se hace la diva–
- No me ofendo, ustedes envejecerán más rápido. Tendré 40 y pareceré de 30– los dos me tiran comida haciéndome reír–
- La genética de tu familia se presta a eso, que envidia– Shara finge tristeza, finjo orgullo, mis hermanos me sacan la lengua como si no estuviéramos cerca de los 23 años.
Hago llamar a los niños de nuevo.
- ¿ya terminaron de hablar de cosas raras?– El hijo mayor de Pável sonríe. A ellos les sirven el postre y por ello nos apresuramos a terminar la comida.
Uno de mis guardaespaldas aparece a mi lado.
- Ya está en redes sociales— me susurra en la oreja, veo la imagen que me muestra en el iPad que tomo. Se va sin decir nada más.
Apago el aparato. Jamás he dicho públicamente que Samael no es mi único esposo, pero Pável y Richard siempre están a mi lado, se especula la realidad, pero eso no me importa, si se sabe algún día nos daría igual, pero para la familia es distinto. Ellos saben. Es un secreto a voces en nuestro mundo y quizá en la élite.
- ¿sucede algo?– Richard  cuestiona–
- No, nada– le resto importancia–
-Yo ya terminé– Serkan se levanta con el celular en la mano–
- siéntate– lo detengo–
- pero yo...–
- siéntate, Serkan– lo miro, se sienta– Termina de cenar–
- Es que ya no quiero , y tengo mucho sueño– Las excusas comienzan– Tengo que hacer una tarea–
- ¿en serio?– Espeto. Serkan no es mi hijo, no debe de interesarme, pero es la reputación de mi familia. En la foto está en un club metiéndose quién sabe qué mierda por la nariz en una mesa repleta de sustancias y libras– ¿crees que soy tonta?–
- No, claro que no, yo solo quiero irme a dormir–
- ¿si? ¿O vas a tratar de remediar algo que es casi imposible?– lo regaño– capta que sé de la imagen–
- ¿qué sucede?–Pável cuestiona–
- Nada– Serkan dice rápido–
- Termina d– vuelvo a ordenar. Nadie cuestiona más.
Termino el postre, tomo el iPad.
- Los espero en el estudio– Miro a los dos rusos . Comiendo a hacer las llamadas necesarias y por su puesto a comunicárselo a Alex en secreto, él sabe controlar a los medios, aunque una vez en Internet es difícil desaparecer.
Pável entra con la cara de pocos amigos y Serkan de asustado. El mayor se acerca tras de mí para ver el iPad.
- explícanos esto– dejo el aparato en el escritorio, Pável toma aire.
- Fue una fiesta– susurra–
- ¡acércate!– Pável grita, el joven obedece–
- solo fue una fiesta, ¿qué tiene de malo? Todos lo hacen– Se vuelve altanero, Pável se va a mover pero lo detengo/
- ¿solo una fiesta?– Repito–
- Ya soy grande–
- Tienes 17 años– Me quita la cara– ¡eres un niño!–
- ¡no! ¡Ya no lo soy!–
- Te rompo los dientes si le vuelves a alzar la voz– Pável advierte furioso–
- lo eres, uno muy estúpido. No eres igual a todos esos niños ricos, Serkan, ¿que estos te pasa he?–
- Lo que pasa es que se volvió un mimado de mierda, te dije que era un maldito error– La ira de Pável asusta al adolescente pero se mantiene valiente–
- Esto es inaceptable en esta familia. No somos de polémicas, mucho menos cuando se nos relacionan con este tipo de cosas. ¡Mírate!– le señalo la foto–
- A la gente se le olvida– dice cruzándose de brazos–
- ¡por su puesto que no!– Le alzo la voz sorprendiéndolo– ¡todos hablarán de esto! ¡Para ti será una nota! ¡Pero es tú reputación y la de esta familia!–
- Lo siento ¿bien?–
- ¡¿lo sientes?!¿crees que eso basta? Tu imagen está en el internet, y pronto estará en las lenguas de muchas personas arruinando tu reputación– se queda callado– no llevas mi sangre, pero estás bajo mi techo y eso te obliga a comportarte como si la llevaras– señaló el iPad– Esto jamás se permite en mi familia–
- Yo solo estaba divirtiéndome, yo no sabía de esa foto– explica–
- no me importa si sabías o no, de esto eres responsable. Tú eres el de la foto. Creí que eras maduro, te di mi confianza, te defendí de tu padre, te lo dije, demuéstrame que está equivocado, y mírate–
Se queda callado.
- Si pierdes tu lugar en Cambridge, olvídate de volver a esta casa. No voy a meter las manos por ti y me encargaré que Samael tampoco lo haga-
- pero...–
- ¡pero nada!- lo hago callar– ¿quieres esto? Adelante, pero no cerca de esta casa, que aquí hay una reputación que conservar, un perfil que llenar. Y sí, lo que la gente dice cuenta, de ti dirán mucho y de tu padre y de mi mucho más–
- Solo estaba en una fiesta con mis amigos–
- Reza para que Cambridge no te corra– advierto– De lo contrario te vas–
- No es justo, yo no tomé la foto, no me eches– sus ojos azules se humedecen–
- Lo es, porque serás el niño que los padres no querrán de amigo de sus hijos– niego, se seca una lágrima– Me decepcionaste, no sabes la vergüenza que voy a aguantarme después que hablé excelentes cosas sobre ti–
- Lo siento, voy a agregarlo, pero no me eches, seré bueno– se acerca– por favor, mamá–
- No, no me llames así– gruño– voy a hacerlo con todo el dolor del alma pero lo haré, no voy a permitir que tus hermanos aprendan de ti. Debiste pensar en ellos cuando fingías ser un adulto. Te vas si te corren de Cambridge– sentencio–
- No llores, pareces un marica. Mejor hazte responsable de tus acciones– Pável lo reprende– te lo advertí. Y ni creas que en casa van a recibirte, no con este númerito–
Sé lo especiales que son los Zaitzev, son una familia realmente conservadora y cerrada, esto no lo dejarán pasar–
- Mientras eso sucede, estás castigado hasta nuevo aviso. Llevarás escolta, casa a universidad y viceversa. Sin celular, laptop, tablet. Y me vas a dar una lista con quienes estabas— pongo pluma y papel en el escritorio– escribe–
Me mira triste y se apresura a escribir.
- adiós tarjetas de crédito, mesada, y vamos a revisar tu habitación. Si no estás de acuerdo, puedes irte a Rusia, pero no vuelves–
- ¿entendiste, o te lo repito yo?– Pável cuestiona–
- Sí– solloza terminado de escribir los nombres–
- Si no te corren, buscarás un empleo–
- lo llevaré conmigo a como debió ser siempre– Pável lo pican los dedos para golpearlo–
- No, uno de verdad– tampoco es como para volver al niño más criminal– así aprenderá a lo que es ganarse el dinero y no estar tirándolo en porquerías y presumir ¿entendiste?–
- Sí, entendido–
- Ya vete– Se queda como tonto parado– ¡ya!– le señalo la puerta, respinga obedeciendo– Haz pasar a la escolta–
Al instante llega mi escolta.
- Revisen su habitación. Lo que encuentren me lo entregan y no lo cubran– advierto, asienten y se van–
- Esto sucede por falta de palizas– Me gruñe el hombre de casi dos metros a mis espaldas–
- No, es tu culpa por hacerle creer que es un hombre– me giro para mirarle, frunce el ceño–
- ¿perdón? Tú lo convertiste en un niño estúpido– Me reclama–
- Tú le enseñaste a meterse coca– Lo señalo- eso es tu culpa–
- Por su puesto que no, jamás lo he hecho en su presencia. No es mi culpa que haga ese tipo de desplantes–
- Lo es. No le diste supervisión jamás, lo dejabas siempre solo– Lo detesto, su cara de idiota me enferma– ¿y no es tu culpa?–
- ¡pues no! ¡Y ya no te metas, es mi hijo!–
- mi techo, mis reglas–
- No es tu hijo. No es uno de los tuyos– me reta poniéndose a mi altura– En mi familia se hacen hombres, no príncipes débiles y maricas–
No me ofende lo que dice, pero se gana la bofetada que le estampo. Que no haga nada me poner nerviosa, regresa lentamente el rostro hacia mi, me hago la valiente.
- ¿me abofeteaste?–
- sí ¿y qué?–
Alzo el mentón.
- ¿vas a golpearme?– lo reto–
Se endereza sobándose la mejilla sin despegarme la mirada.
- No me quieres cerca de ti, parece que tengo mierda encima cada vez que me tienes cerca. ¿Qué te pasa?–
- A mi hombres usados no me gustan– Espeto, no entiendo porqué le tengo tanto asco–
- Yo no te traicioné con esa zorra– enfurece– ¡yo la maté!–
- Yo la vi encima de lo creí mío, tocando siempre lo que me pertenece–
- Yo no lo hice– suelta entre dientes–
- Mentiroso. Los tres son unos malditos mentirosos, infieles– la rabia me enciende la sangre– se supone que eras el único que tenía para mí sola ¡te acostabas con tu esposa!¡ y con esa puta! ¡No sabes cuánto te odio!– 
- ¡lo sé! ¡Sé lo que soy para ti!¡y aún sabiéndolo soporté torturas!— da un paso hacia mi y yo retrocedo–
- ¡pues debiste traicionarme!¡debiste entregarme!–
- ¡eres una ciega estúpida!– me toma de los hombros con fuerza obligándome a pararme de puntitas– ¡mírame por una maldita vez en tu vida! ¡Mírame!–
Sus ojos azules se conectan con los míos.
- Lo hice, rompí mi promesa, no soy digno de tu confianza...–
- Y por eso te odio– no dice nada, sus respiración está acelerada–
- al menos me odias– no me deja procesar sus palabras estampando sus labios con los míos.
Lo intento quitar pero me alza.
- ¡¿qué haces?!–
- Ya me odias, pues ódiame más–
Doy pelea pero no la suficiente, sentir su paquete hace cosas en mis hormonas, y sus manos tocando mientras deja besos húmedos me desconectan mi odio y asco hacia él.
Mete su mano en mi cabello y jala en tanto me da un candente beso. Baja por mi cuello.
Abro los ojos cuando desaparece, sube mi falda, me jala de la cintura y me quita las bragas volviendo a mi boca, baja de nuevo por mi cuello, desciende abriéndome de piernas pasando sus brazos por debajo. Me roba un suspiro cuando siento húmedos besos en mis muslos. Tiro la cabeza hacia atrás con  su boca invadiendo  mi zona.
Sus manos apoyadas en la madera y su cabeza entre mis piernas me muestran lo masculino que es.
Acaricio sus cabellos rubios en tanto mueve su cabeza para complacerme. Quiero quitarlo cuando siento que voy a terminar pero se niega invadiendo aún más mi zona, me corro en su cara y no pienso negarme el haberlo disfrutado.
Pruebo mi sabor cuando me besa. Espero más pero solo baja mi falda. No dice nada más y se va.
¿Qué le pasa?¿acaba de callarme con un oral?

MY BUNNYWhere stories live. Discover now