16

344 27 9
                                    

RICHARD
Haber comido tanto me hizo ver como un pecador, la gula no es buena, mucho menos si me quiero mantener en forma.
La gente comienza a retirarse a otro lugar para la subasta, un hombre al micrófono da un par de instrucciones que no me interesan. Las únicas subastas que podrían interesarme son las de mi esposa.
- Creo que iré por Sam– Eleanor deja la servilleta en la mesa–
- ¿por qué? Déjalo trabajar— Pável suelta con mal humor–
- Lo conozco, estaba incómodo a tal punto de sacar ese Niño Sheldon, aceptó por educación. El sujeto no le agrada y tendrá sus razones– se levanta–
- Tranquila, niña linda– Le tomo de la mano y se la beso– Yo iré– Hago lo mismo que ella– Le haré compañía hasta que terminen. Tienes razón, Sam está como gato asustado. Cosa que solo nosotros entendemos porque si somos sus amigos– miro a Pável– Lo conocemos–
- Está bien, asegúrate que esté bien, – Busca en su bolso– Toma, son sus pastillas—
- ¿así de alterado crees que esté?–
- ¿quieres escucharlo blasfemar todo el camino a Cambridge–
- Lo hará en escocés– Resoplo– mejor que duerma–
- esas pastillas se las di para tomarse una cada tarde, no para cuando se altere–
- ¿no a ti te quitaron la licencia?–
El Alemán de cruza de brazos.
- Samael tiene un trastorno y debe estar medicado– tenía que ser doctor y presumirnos eso–
- Sam...– quiero defenderlo, pero realmente no hay nada que defender, debo aceptar que si no cuidamos de él puede convertirse en un loquito del centro de Londres– Ya vengo–
La casa del irlandés no es nada grande, unas escaleras, barandales y algunos pasillos con algunas figurillas, sus techos no son
Altos como los del palacio.
Lanzo el frasco de pastillas un par de veces al aire antes de mandar mensajes a  Sam pero no contesta. A lo lejos escucho algunas cosas caerse. No es mi casa, no me importa.
Mando más mensajes, llamarlo es una opción pero no quiero interrumpir, aunque no tiene más de cinco minutos que se ha levanto de la mesa.
Levanto la vista de mi celular cuando escucho como hay cosas rompiéndose y unas voces , que por la distancia, deben ser gritos.
Seguro este tipo le colmó la paciencia a Samael y lo está matando. Ay no Sam, no puedes asesinar a un millonario. Guardo el frasco en mis pantalones.
Entro al pasillo, hay silencio unos segundos.
- ¡Por que no quiero que lo hagas Aiden!– ¿ese fue Sam?¿por qué Sam estaría llorando y rogándole al viejo?. Me acerco más– Basta por favor, te lo suplico– Eso se escucha tenue, pero es desgarrador escuchar el miedo qué hay en la voz de mi amigo. Me queda claro que es él cuando lo escucho suplicar más veces.
- ¡entonces cierra la maldita boca!– ¿Qué mierda? – te gustará, lo prometo–
¡¿Qué?! Abro la puerta tan rápido como puedo. Creo que esto es mucho para procesar porque me quedo en shock. El tipo sobre Sam alza el rostro para mirarme con la mirada oscura, susurra algo a Sam al oído y se levanta acomodándose la ropa.
- Vaquero– suelta fingiendo traer un sombrero cuando pasa alado mío. Creo que me ha quitado el alma con esos espeluznantes ojos oscuros, nada puedo ver del tipo amable. Quiero cuestionar lo que he visto, pero regreso al mundo cuando la puerta se cierra.
Sam.
Corro al escritorio donde sigue sin moverse, solo sé que está vivo por su respiración.
- Sam...Sam– Quiero tocarle el hombro pero se quita con brusquedad–
- Lárgate– dice en voz baja en la misma posición, su ropa está desarreglada, noto un par de gotas rojas en la manga de su camisa–
- Pero Sam, ¿qué...–
- ¡Qué te largues!– grita, una de las manos que tenía sobre el escritorio ahora está escondida en su pecho– Por favor vete, Richard– Solloza–  vete– su voz es apagada-
¿Cómo le pudo pasar esto a un hombre fuerte como Sam? ¿Cómo que es esto posible?–
- Sam, por favor levántate de ahí–
- No, no vayas a tocarme– Me quedo con las manos en el aire, no sé qué mierda hacer– Estoy sucio–
- Lo mataré por...por esto–
- No...te aseguro que es más fuerte que nosotros–
¿Que le sucede?
- Sam, no te puedes quedar aquí, hermano, párate– Se niega a mi tacto– Dime cómo ayudarte–
- Te he dicho que te vayas–
- No, no te voy a dejar solo–
- ¡quiero estarlo!– se me rompe el corazón cuando se levanta de golpe revelando su rostro.  Hay sangre en su nariz y lágrimas que se desbordan de sus ojos– Solo–
- Ese maldito te ha hecho esto– La sangre me quema de lo furioso– Lo voy a golpear hasta que se arrepienta–
-¡No!- Grita con temor–
- Pero Sam, él...mira como te ha...– Se aleja– Ese tipo trató...– no me sale la palabra– Él estaba forzándote–
- Promete que no se lo dirás a nadie– Se limpia las lágrimas– ¡Promételo!–
- Tienes que denunciarlo, te golpeó Sam, debe ir a la cárcel–
- ¡¿y qué el mundo se entere que soy tan poco hombre?! MÍRAME– Se rompe más de lo que ya estaba– Solo mírame– Susurra intentando contener su llanto, pero termina soltándose en lagrimar y sollozos que me rompen el alma, avergonzado baja la cabeza. Está apunto de hacerse pequeño en el suelo pero lo sostengo.
- Quiero que te calmes, Sam. Hermano, tú eres más que esto– es pesado, así que lo dejo sentarse en la Alfombra cerca del librero, se abraza a sus rodillas escondiéndose en ellas . Me da tanta pena que se hace un nudo en mi garganta. Me arrodillo a un costado de  él, me quito el saco para ponérselo encima.– ¿él te ha hecho esto antes?– mueve la cabeza afirmando, que maldita rabia– Ha ido más lejos ¿verdad?– Solloza, su silencio es un si– Arreglaremos esto– saco mi pañuelo– Le diremos a Ell que se encargue de ese maldito maricón violador–
Se recuesta en sus rodillas para mirarme solo dejándome ver parte de su rostro.
- Eleanor no debe enterarse jamás de esto– se mofa melancólico– Vaya hombre que soy ¿cómo pretendo defenderla si no puedo con un viejo?– 
- Ella lo entenderá–
- ¡No Richard!¡no!– está alterado, no sirve si hablamos de eso. Le limpio la sangre y seco sus lágrimas–
- Guardaré el secreto–
- Gracias– susurra–
- ¿desde cuándo lo conoces?– cuestiono sacando sus pastillas, le acerco una, me la niega– Sam, tómatela, te sentirás mejor– soy suave con mi voz. No me dice nada–
- Debes creer que soy patético–
- Creo que fuiste víctima de un enfermo–
- Lo enfrenté por muchos años– me recibe la pastilla abriendo su boca, mi amigo tiembla como si estuviéramos en el frío de Siberia en invierno– Yo solo quería salir de Escocia, estudiar en Cambridge...pero era solo un maldito huérfano– Parpadea derramando sus lágrimas de tristeza y coraje en la manga de su camisa– Algunos chicos y chicas del orfanato venían presumiendo sus nuevas y costosas adquisiciones, y muchos de ellos jamás volvían. Yo quería ser uno de ellos– Ríe con amargura– Y papá me puso en su biblia tras mis groseras insistencias de trabajar y largarme de ese maldito lugar– no lo entiendo, pero su tristeza es escondida En amargura– Las personas ricas tienen tanto dinero que se enferman, y mi padre satisfacía sus necesidades– le seco cada lagrima– Aiden Collins es uno de ellos, era un joven heredero que escuchó de las biblias blancas– toma aire– Yo jamás me imaginé que mi padre hiciera eso, jamás creí que lo haría conmigo. Era su hijo– solloza–Ni siquiera me lo dijo cuando me entregó, solo dijo que obedeciera al señor Collins–
- Es un maldito–
- Le conté lo que me hizo, y solo me dijo " eres tan débil que ni una cogida puedes soportar"– Samael se vuelve un niño frente a mi, llora con tanto dolor que me siento culpable de no conocer la pena que ha sentido todos estos años. La rabia me revuelve el estómago, ese maldito sacerdote no debería estar vistiendo una sotana. ¿Como pudo hacerle eso a su hijo?– Me obligó a no decir nada– sigue– No a Dorian, no a mamá, a nadie–
- Dime como ayudarte, Sam–
- Solo no le digas a nadie, solo te pido eso. No deseo estar en primera plana por esto–
¿Cómo no decir algo así? Eleanor Perfectamente podría resolver esto para mañana a las 7.
Entiendo ahora cómo Sam cayó en esto, no fue porque fuera débil físicamente, simplemente no pudo luchar contra el hombre que abusó de él cuando era Niño.
- Mi amigo, mi hermanito...si tan solo lo hubiera sabido, jamás...–
- No es tu culpa– Me interrumpe– Solo es mía– se levanta molesto consigo mismo, dándome la espalda se acomoda la ropa.
- ¿cómo explicaremos tu cara?– Me paro–
- Discutimos y me golpeaste–
Voy a negarme a esa idea, pero debo ayudarlo a evadir preguntas.
- Está bien, Sam. Eso diremos–
Me entrega mi saco. No me deja quitarle las últimas manchas carmesí que tiene cerca de su nariz, me arrebata el pañuelo.
- Deja de mirarme con pena, que no he muerto– gruñe, está furioso, respeto eso, así que no me quejaré, sé que no es conmigo–
Se le descompone la cara, se lleva el dorso de la mano a la boca cerrando sus ojos.
- ¿qué tienes ?– me pasa por un lado para dirigirse a la puerta que está alado de la entrada. Escucho como vomita. –¿estás bien? Me acerco. Tira de la cadena.
Me da tanto coraje no saber ayudarlo.
—————
Recibo el regaño de Eleanor por " golpear" sin razón a Samael. Lo acepto si eso no le traerá más problemas a Sam, entiendo que quiera ocultar lo que le ha sucedido, pero no fue su culpa ¿por qué quedarse callado? Nuestra esposa nos ama tanto que dudo mucho lo juzgue, muy al contrario buscaría venganza, especialmente si se trata de él. Quiero decirle a Ell todo, estoy seguro que se encargará de ese maldito maricón, si tan solo no hubiera primero decir nada. ¡Que maldita rabia!
-¿me estás escuchando?– Asiento
- ¿puedo hacerte una pregunta?–
Suspira guardando unas cosas en los bolsillos de sus pantalones.
- me encantaría, pero debo trabajar–
- Es rápido–
- Está bien–
- Es un escenario hipotético–
- Sigue– Saca de su cajón unas gomitas–
Me relajo en la silla.
- vi una película...– me poner nervioso que pare frente a mi apoyándose en su escritorio quedando entre mis piernas– Y me puse a pensar, yo ya estoy viejo ¿cierto?–
- ¿y?– Se chupa los dedos llenos de azúcar–
- ¿sería muy descabellado que sea abusado sexualmente?– espero alguna burla o una pequeña sonrisa–
- ¿por qué? ¿Alguien te hizo algo?–
- ¿no sabes el significado de Hipotético?–
Deja aún lado el empaque de dulces
- Que seas un adulto no te excluye de ser víctima de personas tan repugnantes como son los violadores. Siempre he pensando que las personas malas son más fuertes, llevan una gran ventaja sobre personas como tú–
- ¿personas como yo?¿débiles?–
- Inocentes, Tony. Golpear a tu mejor amigo no te hace tan malo, solo un tonto– niega– Tu pregunta es extraña, ¿qué película es?–
En dos segundos busco una película.
- Irreversible. No logran hacerlo pero intentan–
- Comenzaré a usar control parental en lo que ves– Sonríe– Tengo que irme, hablaré...reuniones–
- Yo estaré con Sam–
- Mmmh no lo creo, se fue desde las ocho a quien sabe dónde–
- ¿qué?– Asiente comiendo gomitas–¿y no te importa a dónde fue?– Regaño–
- Tiene escoltas, si está en grave peligro me lo harán saber, tranquilo–
¿Qué teal si fue con ese maldito?¿pero a qué iría? Tal vez solo fue a tomar un poco de aire ¿no? ¡Tengo los nervios hechos mierda!
Debí relajarme o tendré un colapso, no puedo verlo como una persona débil todo el tiempo.
- Acabamos de discutir como una estupidez, espero que no se esté alejando por mi–
- No, lo dudo mucho. De hecho, lo vi extraño. Estaba enfadado hasta conmigo ¿discutieron por algo de nosotros?–
- No, nada de eso, cosas de nosotros–
Levanta sus manos antes de tomar sus gomitas
- En serio debo irme–
- ¿a dónde vas?–
- Por ahí– Le jalo hasta hacerla sentar sobre mis piernas–
- ¿por ahí?– repito– ¿eso que significa?–
- Trabajo–
- ¿irás con Pável? Déjame acompañarte–
Lo piensa un momento, pero niega.
- Cuándo regrese podemos darnos un tiempo...en alguna habitación– me llena los labios de azúcar cuando roza los suyos–
- No, no quiero solo eso– Todo me tiene fastidiado, todo me fastidia. Se levanta dando un pequeño suspiro, come más gomitas– ¿entiendes lo que te estoy pidiendo?–
-  No voy a rogarte follar. Puedo conseguirlo en otra parte. Te veo después–
- ¿con tu amante?– me mofo poniéndome  de pie, se da la media vuelta para mirarme–
- Dijiste que no eras celoso–
- No lo soy, pero no te importamos, jamás estás en casa. ¡Ni siquiera sabes lo qué pasa en nuestras vidas!–
- Si quieres un Pícnic y darnos fresas en la boca, te estás equivocado de novia– 
- No puedo creer que seas tan perra con nosotros– espeto molesto–
- Wow– Asiente con la cabeza, se da la media vuelta sin seguir mi ataque de estúpido. Me comienza a doler la cabeza y esas malditas náuseas vuelven.
Me da por destruir todo este enorme estudio. Respiro ondo hasta que me enfrío.
Soy un pendejo de mierda, no puedo pretender que Eleanor lo adivine o lo sepa mágicamente.
¡Maldita sea!
...............
ELEANOR
Encontrar como mensaje a uno de mis hombres a las afueras de Cambridge no fue una advertencia, si no la aceptación a mi invitación de reunión. Si el tipo no me conoce, fue buena idea dejar el auto en la carretera con el dispositivo de localización intacto.
Me ha citado en Londres, Pero me toma por sorpresa el encontrarme con un establecimiento de sushi. Que asco.
- ¿estás seguro que es aquí?– cuestiono a Sergei–
- Lo es– Afirma guardando su celular–
Bajamos, es un barrio bastante transitado, y nada lujoso de Londres, digno de un pandillero perteneciente a los Kors.
No hay seguridad cuando entramos, eso es extraño. Sergei va delante de mi mientras George y Daniels atrás.
Hay unas flechas rojas mal dibujadas y coloreadas en la pared que dicen " arriba" en una terrible letra en Ruso. Seguimos las flechas hasta llegar al restaurante de mala calidad, todas las mesas están vacías excepto una.
- ¡en hora buena!– Americano, al único que le soporto tanta...America, es a Richard– ¡al fin llegó señor mensajes!¡acérquese!– No le puedo ver con perfección gracias a un pilar, cuando estamos a pocos pasos, Sergei se hace a un lado.
Tengo enfrente a un peli negro delgado pero bien definido, blanco y de ojos también oscuros, a los cuales es imposible verles las pupilas. Es guapo, y esa pinta de malo es atractiva como su mirada profunda, viste con una camisa negra con algunos botones abiertos dejando ver una cruz. Trae puesto un arnés en el que cuelga un arma bajo su brazo
- Buenas tardes – Hablo–
- ¿usted es la que envío el mensaje?– cuestiona confundido–
- Si habla del tipo de Escocia, sí, posiblemente. ¿Por qué?–
- mmmh, esperaba todo, un viejo, un idiota con huevos colgándole entre las piernas, no una...–
- ¿niña?– Me trae harta que me recuerden eso- ¿ o simplemente una mujer?–
- una bebé. ¿O tu padre te castiga?– me señala la silla poniéndose de pie– Por favor, toma asiento– me deja ver su vestimenta completa, viste de negro completamente de negro, parece tener buen gusto a la hora de vestirse.
- No soy una bebé– ataco–
- Para mi si lo es– Me señala de nuevo la silla, acepto– Soy Maurice Morrison ¿y tú quien diablos eres?–
Un hombre deja varios tipos de sushi en la mesa.
- Isabell Volkova-
- ¿De los Volkov?– asiento– ¡Mierda! ¡¿Oíste eso Rory?!¡es una puta Volkov!– se gira hacia un tipo a su derecha ¿está demente? Vuelve a mi– Discúlpame, dicen que algunos están locos–
- Tú no pareces normal–
Ríe
- ¿esperabas a un tipo amargado? No, eso es un cliché– Separa los palillos– Come– ordena–
- No me apetece hacerlo, vine por negocios–
- No me gusta comer solo, y te esperé una hora, come–
- Si deseara comer pescado crudo, le daría una mordida directa al animal–
- ¿qué tus padres no te enseñaron modales?– me regaña–
- mi papá detesta el sushi–  Eric vivió años en Rusia, pero a ese hombre no le haces comer pescado, pero ni el atún-
- ¿entonces qué quieres?–
- Nada, no quiero comer, quiero hablar–
- ¿comiste?–
- Eso a usted no le importa–
- Eso en un no. Ya te lo dije, no voy a comer solo, y tú no has comido. Así que dime ¿qué deseas para comer?–
No me voy a poner grosera con un pandillero ¿cierto?
- ¿pollo?–
- No lo sé dímelo tú, por eso estoy preguntándote–
Giros mis ojos, me poner de nervios
- Sí, pollo, en cualquier presentación–
- Denle pollo a la bebé, pero ya– Ordena– Me encanta tu acento– sonríe– Deberías probarlo– agarra un rollo con los palillos–
- No gracias, ya lo he probado–
- pero no este, mi padre es japonés y me ha dado sus recetas–
- No pareces japonés–
- Y tú no pareces un Volkov– se mete la comida a la boca, hace un ruido de satisfacción, realmente es guapo. Cuando estaba con Sam no tenía ojos para otro hombre, era solo él en todas partes, pero ahora, después de un sin fin de infidelidades, me siento con la libertad de apreciar la belleza de otros hombres.– Conocí a una Volkov, y si te soy sincero, no me agradaba–
- ¿a si? –
- Ágata Volkova– Un tipo vestido de blanco me deja verduras y pollo, eso fue rápido–
- Mi abuela era dueña del territorio en el que estás–
- No me agradaba, fue bueno que colgaran su cabeza en esa estaca– Muy pocos saben de la verdadera muerte de mi abuela, es más, yo lo supe hasta que cumplí los 16. – Lo sé por unos amigos–
- ¿y por qué no le agradaba, señor kors?–
- No ha tocado la comida– suelta sin mirarme atento en sus alimentos– coma, que le hace falta un poco de carne–Miro a Sergei, él ha hecho lo mismo, se acerca a mi y prueba primero todo. El pandillero se ríe– No voy a envenenarla–
- Protocolos–
- Si quisiera matarla, ya lo hubiera hecho. Nací en Escocia, pero fui adoptado por una pareja americana a los 17–
- Nadie adopta adolescentes–
- pues ellos si–
- Que raro que haya terminado de pandillero–
- ¿tengo pinta de pandillero?– Como del pollo, que a decir verdad está muy rico– No lo soy, al menos ahora no. De adolescente le trabajaba a tu abuela, y vi cosas que no debía– Come más sushi–
- No me diga– suelto con sarcasmo–
- No directamente, ese pueblucho al que encomendé a mi hombre era mi espacio de trabajo–
- Es una alcantarilla–
- Desconozco esa información, no he tocado ese lugar hace años, he ido a Escocia, pero no ahí– toma un buen trago de soda, se limpia las comisuras con una servilleta–
-Ramsey hacia lo que justamente le dije que no hiciera. Hizo negocios a mis espaldas sabiendo que ese territorio es mío. Teníamos un trato–
- Mis muchachos me han contado, por ello decidí hacer esta cita con el Ruso. Hace un año más o menos me dijeron algunos pajaritos lo que sucedía en Escocia, la limpiaste de pandillas, ¿por qué dejar a mis hombres?–
- No puedo estar siempre en Escocia, y necesitaba que alguien lo cuidara por mi– Me mira unos segundos, asiente y sigue comiendo. Mete el pedazo de pescado a las salsas.
- Verá, bebé Volkov, a mi no me importa Escocia, al menos no para negocios, si no que lo cuido, a pesar de todo, ahí nací y crecí– habla cuando ha terminado de tragar– Y cuando me enteré de un nuevo personaje, estaba listo para hacer frente, pero me dijeron que no había actividad inusual, nada de lo que yo tengo prohibo– Me señala con los palillos– Y resulta que tenemos en común una regla–
- ¿y esa cuál es?–
- Curiosamente, la trata de personas. Llevo unos 10 años luchando contra eso. Así que le doy las gracias que me haya comunicado lo que uno de mis hombres hacía–
- El problema no ha sido cortado de raíz. Tengo entendido que la iglesia está involucrada–
-Desde hace décadas, su abuela castigaba a los sacerdotes en los 70s por violadores, eso es lo que me dijeron–
- No lo sé, no la conocí– Soy sincera, lo único que tengo de mi abuela es su fortuna, pero recuerdos no–
- Solo pude deshacerme del sacerdote de mi orfanato, a los demás los tuve que amenazar colgado al desgraciado en un árbol–
Sigue comiendo–
- Necesito que me cuentes más de ello, quiero limpiar Escocia–
- ¿por qué? Ese acento ruso británico me dice que no tiene nada que ver con Escocia–
- Tendré mis razones– Gruñe–
- Está bien bebé, me conformo que tengamos el mismo enemigo, la maldita iglesia católica- Frunzo mi ceño mirando la dorada cruz, me he quedado con la comida a medio masticar por su culpa - Con Dios no nos metemos– se persigna mirando al techo, se ríe– Ramsey era el encargado de decirme eso, pero evidentemente no iba a decirme que era él–
- ¿lo mataste?–
- Es comida de mis perros– sonríe– Regresando a esos bastardos. En los 90s mi sacerdote usaba un catálogo para la venta y prostitución de los niños, le llamaban las biblias blancas– El estómago se me revuelve– Y digo le llamaban porque tiempo después descubrí que otros dos las tenías, diferentes niños, algunos de orfanatos o niños de la calle–
- Es toda una red– susurro–
- He saqueado muchas iglesias y orfanatos, pero cazar proxenetas con sotanas no podía consumir tanto mi tiempo–
- ¿qué hay las del norte?–
- No he tenido porqué, lo hago cuando hay testimonios–
Guardo silencio un momento. Investigar la iglesia de mi suegro me pone en un tremendo conflicto. Este hombre podría matarlo ¿cómo se lo explico a Sam?

MY BUNNYWhere stories live. Discover now