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SAMAEL
Salimos de la casa escoltados un poco antes de media noche, hace frío así que no tardamos en meternos a las camionetas.
Eleanor me irrita alejándose de nosotros, como si en verdad apestáramos, se va en otra camioneta dejándome con Richard.
Vamos en silencio, ni siquiera le pregunto a dónde se irá, estoy seguro que se va a America.
Llegamos al hangar, es uno mucho más grande que los de Inglaterra.
Cuando bajamos la veo subir con Eric a uno.
- Señor, suba por favor– Mi escolta me hace caminar a dónde va ella–
Escucho como el tal Wilson guía a Richard al otro. Lo volteo a ver, camina con sus tres guardaespaldas a las escaleras del avión en dirección a los EUA.
Me acomodo en el asiento frente a Ell, sube el hijo de Pável y a lo último veo a Richard sentarse junto a mi .
Nadie dice nada, silencio total todo el maldito vuelo.
Llegamos por la mañana a Inglaterra, cada quien se va a su habitación, Eleanor va a unos pasos adelante mío, espero que se detenga en nuestra recamara pero no lo hace, tengo la intención de detenerla pero recuerdo que no somos ni siquiera novios como para exigir duerma conmigo. Me molesto conmigo mismos porque yo deseo que lo haga.
Ni si quiere me molesto en cambiarme, me meto a la cama solo quitándome los zapatos para lo último abrazarme a la almohada.
....................
El tacto suave en mi brazo me transportan a otra parte reaccionando por instinto de una manera agresiva, quitándome quien me toca de un manotazo y alejándome.
- ¡Eso dolió!–
Me restriego la cara para incorporarme, la voz quejándose es de mi hijo, abro los ojos para tallar su mano.
- Solo quería verte, perdón– dice molesto–
- Lo siento–
- Igual quería avisarte que ya está el desayuno–  se da la media vuelta para irse–
- Dinosaurio– se detiene y se da la vuelta– Te extrañé mucho ¿me das un abrazo?–
Lo piensa, se acerca y yo a la orilla recibiendo el abrazo de mi hijo, uno bastante rápido pero al fin un abrazo.
- ¿Pops y tú están bien?–
- ¿por qué no?– le alboroto los cabellos-
- Porque fueron secuestrados– dice obvio– Creí que iba ser de película, pero jamás pidieron rescate o algo así–
Me vuelve a abrazar rápidamente.
- Que bueno Que Mami los pudo encontrar. Hoy el servicio no está, excepto el cocinero, ya ven a desayunar— insiste, lo veo agacharse para atar los cordones de sus botines–
- sí, en unos minutos bajo–
- Está bien–
Me da un último vistazo para después irse. Me aseo, visto y salgo rumbo al comedor. Las heridas son molestas, pero nada que no pueda ignorar.
Me siento a donde me indica mi hijo, él quedando entre su madre y yo.
La veo teclear algo en su iPad ignorando con totalidad la presencia de todos.
- ¿hablaste con mi padre?– Eric habla–
- ajá–
- Quiere que vayas a París con urgencia–
- ¿está muriendo y me va a desheredar?– Pregunta sin dejar de mover los dedos sobre el teclado.
- Si hiciste lo que...–
- Estoy tratando de trabajar– Espeta–
- ¿en qué?lo tuyo es trabajo de campo– Richard comenta bebiendo un poco de limonada.
Eleanor cierra el iPad dejándola a un lado.
- ¿dónde está papá?– Yakov nos mira a todos en busca de respuesta–
- Se quedó en Rusia porque se va a divorciar– Serkan responde– Hablando de eso, debes empacar, te enviaré a casa con madre–
- pero...¿de quién?–
- De su esposa en Dinamarca ¡pues de ella, inútil!–
- pero yo no me quiero ir–
- Cuándo tengas 15 lo decidirás–
- ¡no es Justo!¿por qué tú sí puedes quedarte?– El Niño enfurece–
- Los dos tienen que irse con su padre, cariño– Mi ex suaviza su voz–
- Pero yo no quiero irme con él– comienza una rabieta que seguro me dará una jaqueca– Mamá, no me dejes ir con papá–
- Ella no es tu mamá, Niño tonto–
- Serkan– Eleanor intenta calmarlo pero recibe algo muy distinto–
- Es la realidad. Hoy nos vamos– sentencia–
- Se irán cuando su padre venga por ustedes–
- Yo no me quiero ir. ¡No me iré!– El Niño sale corriendo entre lágrimas que no desea veamos–
Mi hijo deja su asiento siguiendo al Niño ruso.
- Sé que estás molesto con la decisión que tu padre y yo tomamos, pero no te correspondía decirle de esa manera a tu hermano–
- Él tomó esa decisión, no tú, él– refuta dejando también el desayuno a medias–
- No sabía que te ibas a divorciar– Eric habla antes de llevarse un poco de fruta a la boca– Tres divorcios en menos de un mes, me has superado–
- En ese caso, no me negaré, pero si Richard no decide el divorcio, las cosas cambiarán–
- ¿a sí?– Rick se cruza de brazos– ¿cuál es la oferta? ¿Un castillo?¿un auto nuevo?–
- Mi error fue adentrarme más de la cuenta en mi familia, prometo alejarme lo prudente y que los libros y mi familia usen el mayor tiempo de mi vida–
- ¿por qué no decidiste eso cuando estabas casada conmigo?– le reclamo porque no es nada Justo–
- Son errores que al parecer no puedo remediar, lo siento, lo he arruinado– Me toma de la mano mirándome con esos intensos ojos de los que estoy enamorado–
- cinco años a la basura– Le quito el tacto hirviendo del coraje y de la decepción– 
- Mis abogados regresaron todos tus bienes. Los iba a poner a nombre de nuestros hijos, nada me lo quedaría yo–
No digo nada, comienza a dolerme la cabeza.
- Los términos del divorcio los hice cambiar, serás el dueño de la mitad de mi fortuna–
- No quiero nada tuyo– La miro con rabia– Nada–
- no se discute–
- ya dije que no lo quiero–
- no se discute, Samael– Endurece la forma en que me habla así como su mirada–
- Bien, pero asegúrame que ya no vas a aparecerte en mi vida excepto para nuestros hijos–
– Lo prometo– ¡que coraje!–
- Nada de escoltas, ¡nada!–
- Eso no–
- ¡¿por qué no?!– Me altera – No quiero nada tuyo–
- La escolta no está a discusión, Samael–
- Como si sirvieran de algo. De todas formas soy secuestrado-
- La escolta se queda–
- Mis compañeros se burlan de mi, dicen que soy un pretencioso sangre azul por andar en esa enorme camioneta con hombres de trajes negros–
- Bien, escoge el auto que quieras y el color de los trajes. Da igual–
- Soy un profesor de Cambridge, solo eso. No quiero parecer otra cosa–
- ¿el esposo de un Volkov?–
Eric se mete
- Se los dije a ambos. De esto no se sale, mucho menos si tienen hijos– El acento francés me irrita, se levanta molesto– Soy unos malditos cobardes–
- no te atrevas a decirnos cobardes cuando estuvimos con esa loca– mi amigo nos defiende–
- ¡oh pobres hombres!– suelta con sarcasmo– ¡vamos, hagámosle un altar!–
- Eric basta–
- Mi esposa me hubiera dejado ahí, deberían estar agradecidos– Nos mira altivo y al parecer asqueado de nuestra existencia– Isabell caminó días y noches ¡y ustedes le piensan abandonar!–
- ¡ya basta!–
Mi esposa se levanta con el iPad en la mano.
- Ellos tienen todo el derecho de estar molestos y dejarme–
- No, no lo tienen–
- Sí. Si yo hubiera sido sincera con ellos, no estarían casados conmigo. Yo les engañé– suspira cansada– Yo era un Krysha, Eric–
- Mientes . No estarías aquí de ser verdad– Eric se niega a creerlo ¿pero por qué?–
- Encajaba en el perfil. No tenía familia y mi temperamento era el adecuado–
- Ese maldito anciano– Dice con rabia entre dientes–
- Mi abuelo documentaba las misiones relevantes, y algunas se las enseñó–
- Sin censura– Richard comenta–
- Ellos tienen el derecho de irse. Yo no Les obligaré a estar conmigo. Ella tuvo que morir para que fueras libre ¿o no?– Eric no dice nada, mira a otra dirección– Yo les daré su libertad. Se la merecen–
- Esto es distinto–
- No lo es. Pediré que no opines respeto a las decisiones tomadas–
- Claro, porque así te deshaces más rápido de nosotros, como lo hiciste con Sam– Richard vuelve a hablar–
- A veces se me olvida que yo ya no soy tu esposo– Me levanto– Me voy a mi casa–
- Pero con la escolta–
- ¡no!–
- ¡que sí!– Me alza la voz pero al Instante se arrepiente– es decir, no está a discusión–
Voy a replicar pero su celular suena quitándome atención cuando se lo coloca en la oreja.
- Diga– el semblante le cambia a uno frívolo. No sé qué dice al hablar en ruso, pero logro distinguir el nombre de Narccise, Richard se levanta con violencia para salir junto con Eric, no sé qué diablos pasa así que los sigo dejando a mi ex ahí hablando en ese idioma. Supongo algo le sucede al pequeño.
En el pasillo los veo entrar con urgencia en la habitación del niño, salen abriendo la de los mellizos, entro encontrando a mi amigo hincado con El Niño sobre sus piernas.
Eric suelta aire con las menos en la cadera.
- ¿qué sucede?–
- Eleanor...mencionó que alguien tenía a Narccise–
El Niño se quita el abrazo de su preocupado padre para ir hasta mi abrazándose a mi pierna.
Me habla en ruso mostrándome un cuento, no le entiendo pero sus ojos muestran alegría de verme y por ello lo alzo.
- Leía a mis hermanitos– Suelta con un acento bastante marcado y con un habla nada Perfecto, es evidente que ha aprendido primero el ruso–
- ¿sí? ¿Qué leías?– le doy un beso en la mejilla–
- ¡princesas!–
- Tal vez entendí mal– Richard me mira tocando la espalda del niño–
- Entonces yo también lo hice– Eric niega– Todo esto de los secuestros me están enfermando–
- Ell no permitiría jamás que toquen a Narccise– hablo solo para mi preocupado amigo–
- Debes recordar porqué existe mi hijo–
No sé qué decirle, por lo que sólo llevo mi mano a su hombro.
- ¿por qué entran en pánico?– me giro para ver a mi ex, está un poco preocupada–
- ¿por qué?- dice Richard con rabia– A mi si me importa mi hijo–
- Nadie conoce a Narcisse, no por completo– se acerca para besar al niño mientras le busca algo en los pantalones, de ellos saca unos lentes oscuros que les coloca– Que guapo– Narcisse ríe– Ve con tu hermano ¿si corazón?–
Patalea para que lo baje, sale corriendo obedeciendo.
- Dijiste que lo tenían– Richard indaga–
- Ellos creen que sí–
- ¿quién le dijo dónde estaba?– Eric suelta sorprendido–
- No lo sé y ni me interesa–
- ¿Debemos preguntar o nos vas a decir?– El Americano se comienza a molestar–
- El hijos de Fritz tiene casi la misma edad de Narccise. Creyeron que ese Niño es nuestro hijo–
Hago una comparación rápida, Narccise se parece más a mi que a Richard, por lo tanto es de cabellos claros como sus ojos. El hijo del Alemán es todo lo contrario, lo único semejante es la piel, porque cabellos y ojos absolutamente nada.
- Uno es de cabellos negros y el otro no ¿que tan estupdios pueden ser?– Me cruzo de brazos– Hay revistas con nosotros en sus portadas–
- Tal vez creen que sí lo es porque se parece a un Volkov y Narccise solo es un impostor– Eric y su hija se miran cómplices disimulándolo–
- ¿lo rescatarás?– le cuestiono–
- Sí, debo hacerlo–
- ¿quién lo tiene?¿la loca esa?– Asiente ante la mirada de Richard–
- Lo intentaré resolver mañana– En sus ojos no hay calma a pesar que eso intenta transmitir–
- ¿mañana? ¿Qué dirán? ¿Qué no te importa tu hijo?– Eric se molesta– Hazlo hoy–
- No le harán nada, lo necesitan vivo–
- Pero es tu hijo– insiste–
- Eso no sonó hipotético– Le busco la mirada a mi ex, quien se pone de inmediato tensa. La conversación de la piscina con Pável viene a mi memoria– Eleanor–
- Sin mentiras– Richard es directo con el juicio que se está llevando a cabo– Que ya tenemos una idea de lo que va tus estupideces–
- Lo siento– El francés se disculpa huyendo cerrando la puerta tras de él–
- Habla– gruño–
- Yo...desde hace unos 4 años tengo ovulos en una clínica–
- Por Dios– Richard niega–
No hay más que decepción en nuestras caras.
- Creí que moriría de cáncer. Eric me aconsejó hacerlo–
Las náuseas comienzan en mi de tanto coraje.
- Fritz necesitaba un escudo, Eric quería matarlo y hacerlo mi amante no era suficiente–
- ¡por un maldito amante!– Exploto– ¡le diste un hijo a tu maldito amante!– Le tomo del brazo con fuerza–¡¿qué te pasa?!–
- No fue por él– se queja de mi agarre–
- ¿no?– la rabia me provoca mal tratarla–
- Sam– Richard intenta calmarme pero solo recibe un arrebato– Yo tuve que morir para que me dieras hijos– Reclamo con la sangre hirviéndome–
- Lo hice porque me enteré que estaba embarazada–
- ¡excusas!Solo eres una puta, y una tan idiota. ¡Lo das todo por vergas!– la suelto haciéndola tropezar y caer, pero es que ¿cómo se atreve a darle hijos a otros?–
- Lo hice por Narccise ¡y funcionó!– se defiende levantándose–
- ¿tienen la misma edad?– Richard parece sereno, pero su tono de voz es tan seco, como si no le estuviera hablando a la mujer que tanto ama, pero es que aveces Eleanor saca lo peor de nosotros, jamás creí que Rick de atreviera a insultarla tanto como en Rusia y tratarla con tanta indiferencia–
- la madre de Sigmund tuvo complicaciones...nació de 7 meses–
- mi hijo...mi hijo ni siquiera es el primer reemplazo– Suelta con amargura–
- Solo lo hace quince días mayor– Susurra como si eso cambiara algo– Eso lo hace Perfecto para proteger a Narccise–
- ¿te estás escuchando?– Mi amigo la enfrenta dando unos amenazantes pasos hacia ella obligándola a retroceder– ¡¿te escuchas?! ¿Cómo te atreves a poner a un inocente en riesgo?¿cómo mierdas te da el corazón?–
- ¿qué querías? ¿Que fuera nuestro hijo?–
- ¡no está bien!–
- ¡no me importa, Richard! ¡No cuando de mis hijos se trata!–
- A mi que me importa eso– Le vuelvo a tomar del brazo– A los míos me los tratas como lo que son– intenta alejarse pero se lo niego– que Tus decisiones de puta no afecten a mis hijos, se me  acaba la  paciencia– advierto, muy perra , pero los ojos se le vuelven de un maldito conejo cuando de mi se trata. Podrá gritarle al mundo que soy un cobarde, un débil, pero muy bien sabe que no lo soy–
- ¿si no qué?– Me golpea el brazo dejando si brazo libre, me enfurece tomándole de la cara con fuerza, forcejea pero no hay manera que se libere. Richard intenta alejarme, le empujo quitándolo de encima.
- Recuerda quien soy– Suelto en mi idioma–  A mi no me vendrás a asustar. Muéstrame cómo debes mirarme–
Mira a Richard y después a mi.
- ¡hazlo!–
La suelto cuando comienza a descender.
- Te dije que tu idiota se te había acabado- me mira con odio– Conejita obediente–
- Solo les digo que no hay como activar subtítulos–
- En resumen, tu amigo es un estúpido–
- Pero bien arrodillada ante él, querida–
Comienza de loca con el ruso.
- Ajá. Yo ya me voy a mi casa—
- No, quédate. Estarás más seguro si vives aquí algunos días– Richard habla–
- Solo es confundir a Oliver. Jamás aceptará que la puta de su madre y yo estamos divorciados si me quedo–
- ¿ya me puedo ir?–
- No–
- Pero...creo que las circunstancias lo ameritan–
Lo pienso un momento, mi hijo se veía contento de tenerme con él, y los mellizos necesitan de mi.
- Debo ir por mis cosas de todas formas. Nos vemos después– salgo de la habitación sin mirar a la mujer de rodillas.
Amarla tanto limita el tiempo de estar molesto. El dolor de haberme casi dejado secuestrado está constante en mi corazón. Tal vez duele tanto porque creí que llegaría en horas y no en días. Quizá jamás se vaya el dolor, en mi memoria quedará el día que entendí no ser importante para ella, no más allá de servirle a nuestro hijo, porque eso es lo que realmente le importa.
Mi escolta aparece guiándome a la camioneta, se apresuran a subir y a poner en marcha el vehículo. El resto de la escolta nos sigue y cuando salimos de la propiedad toman su lugar dejándome en medio.
Llegamos a mi departamento, los vehículos lujosos roban miradas y provocan que susurren cosas. Han de pensar que soy quien sabe qué, pero lo único que soy es un profesor con ex esposa mafiosa.
Los dos guardaespaldas reciban el departamento dejándome entrar una vez se aseguran no haya nadie.
Que fastidio.
Voy directo a mi habitación. Meto un poco de ropa a una maleta y algunos otros productos.
Me saco las prendes que Eleanor me dio poniéndome algo de mi armario.
Reviso mi suministro de drogas prescritas y las que no. Tomo los frascos naranjas, recuerdo el incidente de Francia, por ella los consumo.
Sé que Ell quiso quitármelas cuando Colin, pero ello solo fue un mal momento en la que ellas se veían como una buena opción. Abusé de ellas hasta el punto de orillar a mi ex esposa a encerrarme.
Las voy a meter a mi bolsillo pero se quedan en el camino. No puedo seguir quedándome callado ante todo, las consumía por ella, y por ella lo dejaré de hacer.
Richard ama a Eleanor de una manera que no sé explicar, es un amor que ella no merece, él ama a una mujer dulce, tierna e inocente, y al darse cuenta que no siempre es así, su decepción se convirtió en ira. Sin embargo no puede dejar de amarla, y mucho menos hacerle daño, y por tanto es incapaz de controlar su fiereza.
Pável no parece amarla, sin embargo tampoco hay indiferencia, la mantiene en un pedestal porque la cree tan igual a él, la mujer perfecta, y no sería capaz de arruinar a esa mujer poniéndole un alto. Quiere locura y Eleanor se la da.
Yo le amo de pies a cabeza porque simplemente lo hago. Estamos en el mismo pedestal y por ello lo nuestro es tan diferente. Ambos creamos tormentas y la calma no es algo que nos guste, y por ello, yo soy el único que puede tenerla en la tierra. La conozco a ella sin importar sus secretos.. Si no controlo ese temperamento heredado de su padre, sé que voy a lamentarlo.
Además, no voy a darme por vencido tan fácilmente. Yo no me cansaré hasta que vea a Eleanor a mi lado en una Iglesia y a un padre frente a nosotros. 
Regreso al palacio, me encierro en mi estudio como ella en el principal.
Sé que debe estar ocupada con los escritos que debemos entregar para la revista.
Yo solo hago algunos arreglos y los envío al editor.
Dorian me habla, me ataca con preguntas pero yo solo contestó lo importante.  Cuelgo cuando Oliver aparecer con su gata en brazos y ese enorme lobo, atrás veo un cachorro, es mío, lo sé porque Eleanor me informó de su existencia y no me dio opción de negarme.
- ¿por qué me traes tu zoológico?–
Me levanto para ir hasta ellos.
El lobo es un perro gigante, tiene la mala costumbre de meterse entre las piernas, intenta hacerlo conmigo pero no hay manera que pueda pasar sin tropezarme. 
Oliver suelta a la gata que no tarda en ser acosada por el lobo.
- Ya no puedo cuidar más a tu perrita– Me la entrega– Es tuya–
- Eso me dijo tu mamá– Sonrio acariciando el animal, me siento doblando las rodillas dejándola entre ellas, Oliver se sienta sobre sus talones, quiere decirme algo pero lo duda.
- ¿cómo le pondrás?–
- No lo sé– Me encojo de hombros– ¿alguna idea?–
- Ya no le puedes poner " perro" porque ese ya está ocupado– Gira los ojos como su madre–
- entiendo, no le pondré así...que tal...Leia–
- ¿cómo la de Star Wars?–
Asiento.
- Eres un nerd, papá– soltamos una carcajada– pero ese será– El cachorro va hacia él lamiéndole la cara, ríe tan tierno que me hace sonreír.
No sé qué sucede pero el lobo de su madre los atropella, mi hijo es atacado a lengüetazos y después aplastado.
- ¡quítate Horus!¡largo!–
El perro le ladra dando brincos, pero el lobo con una leve patada lo hace correr a mi.
El gato corre, le brinca al lobo, cuando lo ve pararse huye.
Mi hijo se levanta tomando aire.
Niego divertido.
- ¿cuándo volverás a la escuela?–cuestiono–
- No quiero ir a Rusia solo– Confiesa–Sé que he sido malo con Yakov, pero...Lenin era aún peor–
- ¿entonces porqué los hacías?–
Se sacude los pantalones.
- Él entendía como me sentía– Entiendo a lo que se refiere– Pero...comenzó a ser como un nazi. Yo soy un infiltrado papá, no podía darme el lujo de excluirme– suspira– Yakov es como mi hermano, iba a cambiar todo, soy el hijo de quien se cree podrá ser el Pakhan. Pero Yakov se irá-
En su voz hay tristeza.
- Voy a estar muy solo otra vez–
- Antes te gustaba ser hijo único—
- Desearía ser hijo único–espeta– Yakov no interfiere en el amor y atención que me da mami o tú– 
Niego
- Debes entender la situación, dinosaurio. Pável quiere dejar a mamá–
- ¿por qué?– Gruñe– Mamá es todo lo que está bien–
- lo sé y no sé sus motivos–
- ¿y cuáles fueron los tuyos– Me juzga con el plata de sus ojos— Dime que estás ideando regresar–
- No fue mi decisión– me defiendo– Sabes que tu madre siempre intenta huir de mi–
- ¿la atraparás ?– asiento, se levanta irguiéndose como si fuera un príncipe, del niño que mantenía en el orfanato ya no hay nada.
- Si el ruso Deja a mi mamá después de todo lo que hizo para salvarlos, será el primero en morirse en cuanto tenga edad–  se cruza de brazos– Debería agradecer los días que caminó en Alaska y todo el dinero que gastó–
- ¿sabes lo que sucedió?– chasquea la lengua– –algunas paredes son delgadas– sonríe travieso. Eleanor no ha mencionado nada de lo que hizo para salvarnos, sin embargo acepta la culpa de haberse demorado– Sé que consiguió la ubicación, pero que un área era imposible de sobre volar, así que...
- Caminó– termino la frase entendiendo–
- sí, según los mapas que vi el abuelo Alex monitoreaba, de unas montañas a donde estaban eran casi 6 días– en la cara se ve alegría y admiración– ¡Mami lo hizo en 4!–
- ¿en serio?–
- ¡sí! No parece mucha la diferencia, pero lo es –
- ¿cuatro días?– se me atasca la culpa en la garganta provocándome dolor –
- sí...mami estaba muy triste por haber perdido todo un día aquí– miro al perro cuando siento mi nariz arder. No pudimos estar más que equivocados– Como sea, haz que el ruso no se lleve a Yakov– Cambia de tema, la información que tiene no le importa y lo entiendo–
- Yo no puedo hacer eso, implicaría que se quedara y yo no lo quiero aquí–
- Mátalo– suelta obvio–
- ¿te escuchas? Es un mafioso, alguien se entera y te quedas sin papá–
Se hinca acariciado al perro.
- Quiero a Yakov conmigo, habla con mamá–
- lo intentaré– Tengo una excusa para hablar con ella–
- La comida se servirá pronto, ve con ella ahora– insiste–
- Tu madre está trabajando–
- ¿y?–
Me levanto con el perro, él hace lo mismo.
- Bien, pero llévatela– Le doy el perro, sonríe con victoria, llama a los otros animales azotando la puerta cuando se va. Muevo la cabeza al ceder. Me encamino al pequeño baño del estudio, lo pienso para pararme frente al inodoro, me lavo las manos y salgo para ir al estudio dónde está ella.
Toco una vez y entro.
- Déjalos en la mesa– Habla sin dejar de ver unos papeles– Ah, dile a Oliver que se duche antes de comer–
- No sé a quien esperas– Digo caminando por el lugar, me mira–
- A Daniels, me trae unas cosas—
Guarda lo que lee, son artículos en italiano.
- ¿podemos hablar?–
Asiente
- Solo dame un segundo– se mete al iPad con teclado, no la interrumpo, Daniels aparece con unas carpetas–
- Señora–
- en la mesa Daniels– el guardaespaldas obedece–
- Dile a Oliver que se duche antes de la comida– Hablo cuando noto que la orden estaba siendo pasada por alto-
- Como ordene–
Se va dejándonos otra vez solos.
- Listo– cierra el aparato– Te escucho–
- Es sobre Lio–
- ajá–
En lugar de gritarnos todo lo que hizo, guardó silencio y nos dio la razón cuando evidentemente estábamos equivocados.
- ¿Sam?–
- Ya no soy tu esposo, pero te amo y mucho– digo lo que obviamente debe saber– Lo que piensas de mi, lo que dijiste...sé que estabas enojada–
- No estaba enojada, Sam–
- ¿no?–
- No, estaba avergonzada que me vieran así– confiesa bajando el rostro– Lo siento–
- Llevamos cinco años de pleitos y de decirnos cosas hirientes– rodeo el escritorio para estar a su lado–
- Perdón–
- Sé lo que debiste hacer para llegar con nosotros–
- no fue suficiente– susurra–
- Fuimos unos mal agradecidos contigo. Tú caminaste días solo para salvarnos y nosotros solo fuimos malos contigo– se le enrojecen los ojos cuando me ve— Te lo agradezco, me trajiste de vuelta y también hiciste que esa mujer lo lamentara–
- Creí que estabas molesto por lo que hice–
- Lo estaría si no lo hubieras hecho– Toco un mechón de su cabello– Solo me ofende no saber tus secretos—
Niega
- Yo querían algo distinto para nosotros, por eso no te lo dije. Perdóname–
lleva su mano a la mía cuando le toco la mejilla.
- yo dudé de ti, estamos a mano– dejo de tocarla para apoyar la mano en el escrito y estar a su altura– Quiero conocer tus secretos, todos–
No me dice nada, solo me mira, deja mis ojos para ir a mis labios y vuelve.
- Está bien– Me toma de las mejillas con ambas manos y se estampa contra mis labios.
No me niego a su beso, enredo mi brazo en ella y me enderezo levantándola.
Siento como el vestido que trae se me enreda entre los dedos levantándolo, llevo la otra a su trasero sintiendo un poco de piel al descubierto.
Necesito quitarme lo que ha pasado de la mente.
La llevo al escritorio y me abro paso entre sus piernas.
- ¿en serio me amas?– acaricio sus piernas–
- Te detesto, pero te amo– Sonríe– ¿me perdonas?–
- A ti siempre y lo sabes, Papi– froto mi nariz con la suya aspirando su aroma cuando paso a su mejilla– ¿y a mi me perdonas?–
- No me hiciste nada a mi– suelta aire con mis besos en su cuello. Regreso a su boca enredando su lengua con la mía, la acerco más a mí dejando que sienta lo duro que estoy.
La puerta es tocada, ella se baja de inmediato arreglándose el vestido.
- Pase– alza la voz dejando entrar a Sergei, me apoyo en el escritorio dándole la espalda a la entrada, me cruzo de brazos–
- Mi Señora, hice lo que me pidió–
- ¿y estás aquí porque...?– 
La miro, el tipo aún no es de su gracia.
- Yo no...yo no recibí otra orden–
- ¿tengo que explicarte todo?- Lo regaña– Si te mandé por él es lógico que te quedas con él ¿o mandé a alguien más?–
- No mi Señora–
- Regrésate–
- Entendido...¿pero que hago si quiere irse? Insiste en hablar con usted–
- Mmmh no sé, déjalo tomar un taxi o un Uber–
- ¿Segura? Pero...–
- ¡claro que no! Ya vete–
- Sí mi Señora-
La puerta se cierra dejándola irritada.
- ¿Fritz?– asiente– Debe estar muy molesto...– Frunzo el ceño– oye un momento, yo estaba que me llevaba el diablo del coraje– Me alejo –  De pronto olvidé que andas dándole hijos a cuál quiera –
- Creí que esto era la reconciliación–
- ¡pero de lo otro!–
- ¡bueno para la otra se especifico!–
- ¡cínica!–
- Calienta bragas–
- Pues sí soy ¿y?– gruñe– No como tú que de calienta braguetas tienes nada porque bien que se las das a cualquier gato– la rabia vuelve a mi con la misma intensidad que hace unas horas–
- ¿sabes qué? Ustedes tres se pueden ir mucho al carajo– se sienta con rabia, toma aire y se talla el puente de la nariz– No...yo– Carraspea– Lo siento, no debí gritarte–
Me desconcierta su bipolaridad.
- Lo mejor para nosotros es dejar que pase el tiempo. Entiendo lo que pasaron–
- No, no entiendes–
- Sabes, Sam...– Espero lo que quiere decirme pero se calla amargándome más–
- ¡¿qué?!– exijo–
- Lamento mucho lo que sucedió, sé que no van a decirme lo que sufrieron, pero...trataré de comprender lo que sienten ahora–
- Tu lastima puedes llevártela a otra parte, que nosotros estamos perfectos– mentiras, aunque fingimos que nada pasó, los recuerdos aparecen, son algunos muy vagos por las drogas que nos daba, pero ahí están– Ocúpate mejor de la casa chica–
Me imita demostrando que pudieron pasar 5 años y aún no madura, y la verdad es que me lo contagió.
Le tiro unas carpetas, los papeles vuelan quedando dispersos. Me quiero ir pero me detiene el membrete del Vaticano.
- ¿te vas a volver monja o algo así?– Levanto el papel– Dudo puedas estar sin coger–
- Claro que puedo– se levanta a una velocidad impresionante para quitarme el papel pero lo alzo sin darle oportunidad. No tengo que hacer gran esfuerzo para que no lo alcance, lo leo mientras la tengo saltando como Chihuahua.
Fue aceptada para tomar clases junto a seminaristas, no no fue aceptada, fue solicitada para dar clases con la oportunidad de cursar estudios en teología.
Leo la fecha, tiene un mes mas o menos.
- ¿qué estás haciendo aquí?–.
- te recuerdo que estabas enojado–
- Eleanor– Me logra arrebatar el papel– Eres una zorra pero eso no te quita lo inteligente— 
- Siempre tienes que husmear– recoge los papeles–
- Eso es una gran oferta, a ti te interesa– le ayudo a recoger, me quita lo que tengo en las manos de mala gana– ¿por qué no has aceptado?–
- A ti ya no te importa, ya no somos esposos ¿lo recuerdas?– deja todo en el escritorio y vuelve a sentarse–
- Le diré a Alex–
- ¡no te metas!— advierte– el puesto ya está ocupado, no hay nada que hacer, así que no me molestes–
Estoy muy enojado, pero eso no impide sentirme orgulloso.
- Es grandiosa esa oferta, te la mereces, así como te mereces el puesto que tienes en Cambridge–
- Gracias–
- Si hay una nueva oferta, no dudes en comentarlo conmigo, si es necesario yo solo me hago cargo de nuestros hijos, o trasladarme a la universidad de Italia. Lo que sea necesario– Soy sincero con mis palabras, porque ella haría exactamente lo mismo por mi–
- Gracias– No sabe que más decir, sus mejillas se ruborizan e intente ocultarlo–
- Estoy orgulloso de ti. No dudes que presuma que te das el lujo de rechazar ese tipo de ofertas–
- Sam ya basta–
- ¿qué? Además, nuestros hijos sabrán que su madre además de zorra es una mujer muy inteligente–
Gira los ojos.
- Bueno ni tanto, porque rechaza muy buenas ofertas– con eso salgo del estudio.
Me encuentro con el hijo bastardo de Pável bajar las escaleras principales apresurado. Su piel es dorada y por ello sus ojos turquesa como los de su padre resaltan, deslumbran y parecen hipnotizantes como los de una serpiente.
Se detiene dándome una sonrisa.
- Hola–
- ¿tienes muchos pendientes?–
Niega.
- ¿ya conoció a su cachorro?– me cambia de tema–  Es bonita ¿no lo cree?—
No me gusta que esté aquí, subo los escalones para llegar a donde está él–
- creí que tu trabajo era exclusivo con los animales, y por ende deberías tener una habitación de servicio–
- La esposa de mi padre...
- La ex esposa de tu padre– Corrijo, no confío en él, subo las escaleras percatándome que Richard viene mensajeándose con quién sabe quien. Chasquea la lengua y mira al frente.
- ¿por qué no contestas el celular?– Me regaña, saco el aparato del bolsillo, es un milagro que los hayamos podido recuperar, porque las demás cosas no.
- ¿qué quieres?–
- Pensé que te habías ido–
- No, me iré el lunes–
No le gusta mi respuesta pero me da igual.
Le paso a un lado en dirección a mi habitación.
- ¿Crees que Eleanor quiera a ese niño?— me sigue sin importar qué le he tirado la puerta encima, cierra tras mío —
- Más le vale que no– me comienza a doler la cabeza–
- ¿crees que...ya sabes...haga a un lado a Narccise?–
- Posiblemente– me encojo de hombros– a cómo se está comportando, está siguiendo las reglas de su familia, y si ese Niño es mayor que tu hijo...–
Lo demás ya se sabe.
- Mira Rick, no parece amarlo como a nuestros hijos– le cambia la cara– A los nuestros ya los hubiera ido a buscar,a este lo tiene en espera—
- No creo que esté correcto lo que está haciendo, es un Niño– se pasa las manos en el cabello–
- Bueno, para la otra que sea tu hijo, idiota– Espeto–
- Uy, que humor. Solo quiero charlar– me patea el pie–
- No quiero hablar, quiero que te largues porque voy a masturbarme–
- Eres un grosero conmigo– se sienta a mi lado sin importar lo que dije– Samael, ¿en serio no te molesta que ella nos haya ocultado muchas cosas todo este tiempo–
- Sí, claro que sí–
- Tiene un hijo con su amante–
- Hay que culpar a la ciencia, ya no solo los hombres podemos regar hijos– me desabrocho el cinturón– ¿los genes Parisi son fuertes no crees?– me meto la mano bajo la ropa tomando mi miembro–
- ¡¿qué haces?!–
- Charlo contigo y me toco, los dos tenemos lo que queremos–  me acomodo apoyando una mano en el colchón– Al menos con nosotros, porque el bastardo Alemán se parece mucho a un Volkov–
Mira lo que hago unos segundos y después trata de ignorarlo.
- O Eleanor estaba pensando en ti cuando creamos a Narccise. Hasta ahora ninguno de nuestros hijos es como el del Alemán– Muevo mi mano comenzando a sentir como me voy poniendo duro–
- Ajá–
- ¿crees que Ell lo quiera más por eso–
- No lo creo– Cierro mis ojos– Los niños se parecen a nosotros y eso le gusta–
- No creo que le guste se parezcan a mi–
- ¿por qué no?Tienes una mirada tranquila y una sonrisa simpática. Por eso a todo mundo le gustas– ladeo el rostro a su dirección y abro los ojos– Eso se lo diste a tu hijo– Estoy caliente y no estoy controlando mis hormonas–  Eres apuesto y lo sabes – le miro los labios,subo a sus ojos sin dejar de mover mi mano–
- ¿y te gusto a ti?–  entra a mi juego–
- No lo sé– me acerco, él se aleja dejándome a milímetros de sus labios– ¿tú que crees?– me acerco uniéndonos en un salvaje beso lleno de morbo, paso a su cuello pero me quita de un empujón.  No me deja reaccionar porque ya me tiene estampado contra el colchón mientras se aferra a mi garganta besándome con ardientes lengüetazos. Solo por esto entiendo el porqué Eleanor se fijó en él.
Me monta la pierna restregándome el paquete mientras con la suya frota el mío.
Se levanta.
- ¿no te duele las heridas?–
- Me duele más esta– me toco el miembro sin dejar de mirarle–
- ¿y yo soy el vulgar?– niega divertido, se desabrocha la camisa en tanto no dejo de tocarme. Algunas heridas aún no sanan, y a pesar que son las que más deberían doler, sé que las que más le duelen son las que tiene en la cara y otras en el torso. Regresa a donde estaba. Besos que ganan intensidad junto a los toqueteos. Me dejo besar el cuello dándome tiempo de igual desabrochar mi camisa.
Me brinca la verga cuando desciende dejando húmedos besos.
- sabes que es mi turno ¿cierto?— se levanta montándome, escupe en su mano comenzando a masturbarme–
- idiota– Gruño, se le estampa la cara de imbécil sacándose la polla–
Me vuelve a besar, nuestras durezas se rozan calentando más el momento. Mueve su pelvis restregándome su humedad en el abdomen. Baja por mi torso, besa mi punta, pasa la lengua hasta llegar a los testiculos, poniéndome a pensar que, ¿en qué momento Ell y yo lo metimos en esto?
Aspira mi aroma a un costado de mi mejilla.
- Voltéate– susurra en mi oreja arrodillándose, obedezco sabiendo mi destino. Baja mis pantalones, se me disparan los nervios cuando escucho la hebilla sonar cuando se acomoda.
Tomo aire al sentir sus dedos con saliva en mi entrada.
Estimula como al hijo de perra le enseñé, pasa su glande varías veces y vuelvo a tomar aire cuando siento la presión.
Con una mano guía su miembro y con la otra me sostiene el hombro.
Escuchamos la puerta ser tocada, siendo lo suficiente para ni vernos cuando nos separamos.
- ¡qué!–
Recuerdo que no hay seguro en la maldita puerta.
- Señor— Mi guardaespaldas– Ya está la comida servida—
- Ya estábamos comiendo– Susurra Richard acomodándose la ropa–
- En un momento voy– Me paso las manos por los cabellos tragándome el susto de ser descubierto, me llevo las manos a la cadera, el Americano se ríe y yo hago lo mismo–
- Dejaremos nuestras mariconadas cuando nos descubran– me da la razón con un asentamiento de cabeza— vete, yo iré en un momento–
- no te tardes—
Si alguien lo descubre sería catastrófico. Jamás me han gustado los hombres, mis aventuras con ellos en mi juventud era necesidad, pero Richard es la excepción como yo soy la de él.
Lo que tengo muy claro es que una niña fue la que nos hizo tomarnos gusto para su propio deleite.
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Si no publico en estos días es porque tal vez ningún borrador me convenza. 🥹
Pretendo esta parte no sea tan larga, muchos se quejaron de eso en la anterior, máximo tendrá 80 capítulos.

MY BUNNYWhere stories live. Discover now