26

237 23 17
                                    

SAMAEL
Regresar a ser el de antes no me enorgullece, pero Dorian tiene razón, puedo desear dejar mi adicción por mi familia, pero es algo que jamás podré arrancarme por los años pasados.
No le cuento sobre Collins, pero sí a un profesional. Por culpa de ese hijo de puta perdí a mi familia, comienzo a hacerme la idea qué tal vez es definitivo, sin embargo, olvidar tales hechos me ayudará a ser un padre para mis hijos aunque ya no esté con la mujer que amo y madre de esos niños.
Sé que yo fui el que provocó mi desgracia, pero es ella quien terminó de arruinar todo lo que teníamos, lo poco que habíamos rescatado se fue a la basura.
Me abandonó en mi peor momento y es algo que jamás le voy a perdonar, comienzo a odiarla tanto como la amo. La detesto por dejarme.
Me cruz de brazos mal sentado en mi silla. Veo la pila de papeles en una esquina. Me agota solo de verlos.
La pienso sola con esos dos zopilotes y me da tanta rabia que termino pateando el escritorio haciendo que las hojas se rieguen en el suelo.
- Buenos días bebecitooo–
- ¿qué quieres?– Dorian cierra la puerta con el pie, trae dos cafés y un sobre amarillo bajo el brazo.
- Que me trates bonito– Me extiende un café que no me molesto en aceptar– Y creo que no. Se sienta dejándolo sobre mi escritorio. Gracias a él volví, pero es irritante cuando se lo propone.
- Te ex suegro mandó las cifras de este trimestre–
- Solo tienes que decirle Alex– Le arrebato el sobre–
Rasgo el sobre y saco las hojas.
Lo voy a matar.
- ¿qué?–
- Nos recortaron el maldito presupuesto, es menos de lo que solicité. Me maté haciendo esa mierda para que hicieran lo que les viene en gana– Me tallo las sienes–
- Tal vez te acostumbraste a las cifras que hacía posible el donativo Volkov– Toma los papeles– solo lo dividieron en el nuevo departamento, es Justo– le arrebato de nuevo el informe–
- ¿qué otro departamento?– leo– ¿para que abren un maldito departamento de Biblias? Son materias que ni ayudan a formarnos–
Me enfurece.
- Oye pero nos dedicamos a Dante y...–
- ¡cállate!– Me levanto– Mi ex me quita el 80% de mis bienes y ahora un pendejo viene y hace lo mismo en mi trabajo– 
Tomo aire.
- Esto es una basura, este departamento lleva décadas ¿y así le dan tanto puto beneficio? ¡Ni que fuera el ganador del puro Nobel!–
Salgo de mi privado para exigirle al tarado que vayamos a resolver esta situación.
Toco una vez, me calmo y entro.
Un idiota de cabellos morenos y ojos azules me mira altivo dejando de teclear en la laptop.
- Buenos días– Se quita los lentes levantándose– Sucede algo–
- Profesor Ryman– Me presento, no me gusta ser prepotente con mis compañeros, o mejor dicho, grosero.
- Lucian– Ese acento me tiene harto, detesto  el ruso con el alma– ¿qué se le ofrece profesor?–
- ¿ha revisado el presupuesto trimestral?– Levanto el sobre que tengo en las manos–
- Ehm no– Camina al otro escritorio, busca un sobre parecido al que tengo y lo encuentra– Debe ser este–
- Bueno, pues revíselo–
Lee la estampa
- Tendrá que esperar la persona a cargo del departamento, yo no estoy autorizado–
Dolor de cabeza
- ¿tú no eres?–
Niega
- Le diré a la profesora que desea discutir algo sobre ello– Checa el reloj– no tarda en terminar su clase, tal vez venga–
- ¿no tienes su número?–
- La acabo de conocer ayer. ¿Está muy mal?– me señala los papeles–
- Por la culpa de este nuevo departamento–
- Dudo nos hayan dado una cifra considerable. Somos dos profesores, es como si fuéramos un subdepartamento– regresa a su sitio.
La puerta se abre, cierro los ojos para pelearme con algún tipo de anciana santurrona, o una loca y santurrona, o una loca endemoniada.
Me recorre algo frío y caliente que baja hasta mis pies cuando escucho una voz que podría reconocer a kilómetros, volteo para ver a una joven profesora distraída en su llamada dejando su abrigo en la silla, y cosas en el escritorio.
Me atraganto con mi saliva.
Habla en ruso por lo que no entiendo lo que dice, y aunque supiera, estoy lo suficiente en Shock para prestar atención.
Cuelga dando un largo suspiro.
- El profesor quiere hablar con usted–
Habla el tipo.
- Ah sí, gracias– Abre la carpeta de cuero– ¿qué se le ofrece profesor...– Levanta la mirada , se sonroja y yo ardo– Samael– musita–
- ¿ya revisaste el financiamiento?– disimulo el que cada órgano esté en llamas. La odio pero mi corazón la ama perdidamente.
- No– rasga el sobre sacando las hojas, lo lee rápido– Es lo que valen mis zapatos– niega extendiéndomelo, lo sostengo para revisarlo.
- ¿a quien carajos le están dando dando el financiamiento?– le dejo en el escritorio–
- a un departamento que si produce –
- El departamento de escritos italianos produce– Le respondo al metiche–
- Publicar en la revista cada medio año un artículo no es producir–
- No me digas ¿me recuerdas cuántos días tienes aquí?–
- Los suficientes– me mira– ¿por qué no te quejas con administración o el consejo? La profesora y yo no podemos ayudarte– me señala la puerta con la cabeza–
¿Pero quién se cree este pendejo?
Me salgo antes que me descontrole y lo mate a golpes.
Regreso a mi privado donde Dorian me recibe con una estúpida sonrisa.
- ¿y?–
- ¿por qué mierda no me dijiste que la directora de ese departamento era mi esposa?–
- Ex esposa–
- ¡como sea!– gruño– ¿lo sabías?¡claro que lo sabías!– me siento más furioso que antes—
- No me dejaste hablar– Se ríe– Tranquilízate, esto te lo buscaste desde hace más de  dos años–
- ¿de qué hablas?– me tallo la frente–
- ¿Oxford?¿Italia? Eleanor tenía planeado irse–
Recuerdo un poco, quizá sabotee algo de eso.
- terminaron con su matrimonio pero siguen juntos–
- ¿te callas?–
- ¿qué? El universo está de terco para verlos juntos–
- Pues se va a joder, porque ella me dejó–
- Sí, porque te metiste con la pelirroja, mujer que si desapareció. Eleanor seguro tiene gente cuidándote– la defiende–
- Así no fueron las cosas–
- ¿entonces? Buscaste a esa loca en lugar de la madre de tus hijos-
No le digo la realidad por vergüenza, ya suficiente me humillé frente a él para que también sepa que aluciné como un loco por días.
- Yo la amo, y mucho–
- Eso se sabe, por eso dejaste a la mujer que se muere por ti, Daría todo por una esposa como Ell–
- Hablaba de ella, pedazo de imbécil–
- Dudo. Insisto después de cinco años, ella se equivocó de hermano–
- Mucha mujer para ti–
- mmmh no lo creo. Tuviste suerte, tú y Lio– se levanta– Voy a clase, y tú también–
- No me apetece ir– me cruzo de brazos–
- Pues deberías, y no acoses a tu ex–
- ¡deja de decirlo!– Espeto–
- Eso es lo que es– sonríe– ¿crees que haya convocatorias para un nuevo esposo?—
- ¡largo!–
- Shhhh– me regaña– todo se escucha pedazo de popó–
Se va. Como odio que se la viva recordándome que Eleanor se divorció de mi, esta vez no pude ganarle porque evidentemente jugó sucio. Sabe que la tenía de ganar.
Voy a mi clases, al terminarlas paso a la sala de profesores, no hay nadie, tomo uno de los horribles panecillos, tal vez no comencé de la mejor manera. Ya no será mi esposa, pero no voy a negar el sentirme orgulloso de ella, y mucho menos que la he dejado de amar. Con ella tengo tres hijos, que por cierto no he visto.
Checo la hora, ni siquiera sé cuándo acaban sus clases.
Dejo los papeles que tengo en las manos en mi escritorio y salgo para encaminarme a la siguiente puerta.
Toco una vez y entro.
El tipo ese es el primero en mirarme alzando la vista de su libro, pero me da igual, ella está de espaldas sacando un libro dándole toda mi atención.
- ¿sabes si la...– se gira dando un respingo–
- ¿no sabe tocar la puerta Profesor Ryman?–
- ¿eres sordo? Lo hice–
- Debe esperar a que se le dé autorización–
Como me cae de los huevos, diría Richard
- ¿perdón? ¿Al menos tienes idea de quién soy?– me da rabia–
- ¿un impertinente?–
- ¿qué se le ofrece profesor Ryman?– Ell interviene antes que le meta el pan por el trasero–
- Quería darte la bienvenida– Le extiendo el pan–
- Eres muy dulce– Lo recibe– Gracias Profesor Ryman–
- Esas cosas saben asquerosas–
- Nadie te preguntó– suelto rabioso entre dientes–
- ¿necesita otra cosa?–
Niego, me quedo sin palabras, me despido y me  largo. Con ese hijo de perra ahí metido no puedo hacer nada.
Regreso a mi escritorio, la rabia me duele en el pecho porque ahora regresaré a la soledad de mi departamento y no con ella.
Si no me hubiera divorciado, después de clase nos iríamos juntos.
Pateo el escritorio controlándome.
Me voy antes que la saque de ahí para rogarle que me acepte de regreso.
No, no voy a rogarle, ella no quiere cerca, no me ama y yo haré exactamente lo mismo aunque me queme. Me abandonó y jamás se lo voy a perdonar. ¿Quiere que sea el hijo de perra que conoció? Pues lo tendrá.
Abren mi puerta sin autorización.
La cara me cambia de inmediato cuando la veo.
- oye, quizá no terminamos bien ¿pero quieres matarme con esto?– miro el panecillo que tiene una ligera mordida–
- Con lo que me dejaste, no me da para lujosos postres–
Me levanto
- Bonito mensaje. No necesito de tus regalitos de asalariado, gracias–
Lo deja en el escritorio, me enfurece su Parisi.
- No creo que te moleste el cambio de vida, a ti te gustan las cosas corrientes–
- ¿por qué trabajas aquí? Ni siquiera lo necesitas ¿y desde cuándo le dan un departamento a alguien con tu preparación?– Me hago el que me llega la respuesta– ¡es verdad! Tu papi es del consejo–
- soy...– se calla con rabia–
- Tengo la razón, no tienes ni los estudios ni las habilidades. ¿También quieres joderme el trabajo?– me acerco–
- ¿tanto miedo?– se me burla— lastima que se sientas amenazado por mi, profesor...ángel—
Me mira de pies a cabeza antes de azotar la puerta.
La odio.
La rabieta es interrumpida cuando mi celular vibra varias veces, regreso a mi asiento para revisar los mensajes, es Serkan. Es un gran estudiante y lo apoyo en serlo, estudia programación, no sé mucho del tema pero buscó mi ayuda y no sé la negué, apoyo que no recibe del ruso.
Me pide vernos y me niego a tal cosa, es un niño que lo hicieron adulto y no me apetece meterme en problemas con su padre, no ahora que puede matarme sin problema ¿le tengo miedo? Claro, no soy estúpido, las peleas callejeras no son comparables con el mafioso.
Insiste, y no me queda de otra que acceder pidiendo que venga hasta aquí. 
Reviso algunas cosas con la rabia de tenerla alado o quien sabe, tal vez ya se fue.
Tocas mi puerta y doy autorización de entrar.
- hola– el acento ruso del chico hace que cierre lo que leo para dejarlo en el escritorio–
- Dime ¿qué es tan importante?—
- ¿puedo quitarme el abrigo?– 
- Bueno...es que...– lo detengo–
- mamá me la quitó– se lo quita y efectivamente no hay arma–
- Dime– le señalo la silla tomando asiento, él lo hace–
- Es hermano menor ¿verdad?–
Asiento sin entender
- y...– se rasca la frente— Yo no soy el primer hijo–
Entre cierro los ojos tratando de comprenderlo.
- papá tiene un bastardo de veintitantos años–
- No digas eso ¿y Eleonor lo sabe?–
- Claro, el tipejo ese se metió en líos y pidió protección–
- ¿cómo no lo sabe?¿qué no estuvo todo este tiempo en casa?–
- Estoy divorciado Niño ¿cómo iba a saberlo?–
Eso me da a entender que los niños no están enterados de nada–
- Siento eso, y mucho– si no me hubiera encontrado a Collins a mis 14, tal vez tuviera un hijo de la edad de Serkan y una esposa contemporánea, pero los hubiera no existen–
- ¿y qué pasa con ese tipo?–
- ¿Promete mo contarle a nadie ?–
- ¿qué estás aquí sin autorización de tu papá? Podría ir a la cárcel o peor aún, morir–
Lo hago sonreír un micro segundo
- Verá, yo...papá no me quiere como a ese tipo– confiesa enrojeciendo sus ojos– Él está siendo buscado, y si yo estuviera en esa posición, papá...sin pena alguna acabaría conmigo– mira a la ventana– Me lo ha dicho. Siendo o no mi culpa, lo haría– se limpia los ojos avergonzado–
- Yo no creo...–
- Lo haría porque así somos criados. Usted y mamá ha sido lo más normal que he probado en mi vida– Se cruza de brazos— antes de ustedes yo no sabía que era ir los domingos a la iglesia, o cenar Hot cakes...o tener amigos...o ver Netflix–
No me mira
- Yo entiendo que debía tener hijos...pero jamás creí que no sintiera ni un poco de amor por nosotros...pero con él es diferente–
Me recuerda a Oliver, mi hijo se la vive pensando que no lo quiero, y eso es mentira, lo amo y adoro tanto como a su madre.
- Es tan injusto, yo me la he pasado tratando de ser su sucesor, he acatado cada una de sus órdenes...si antes no me daba atención, ahora menos–
No sé qué decirle, así que lo escucho.
- Le amo y obedezco ¿qué he hecho mal?– me mira con los ojos llorosos– ¿cree que soy malo, señor?–
Pável es un loco, un sádico, está vacío, pero al parecer su esperma da hijos totalmente distintos. Serkan como Yakov han demostrado tener compasión y culpa. El chico frente a mi solo obedece lo que dicta su padre, hace lo que le enseñaron más no por deseo. Un niño educado para ser un hombre malo como su padre, pero simplemente su alma no está para serlo.
Es fuerte, podría matarme en tres segundos, pero ahora lo veo como mi hijo cuando tenía cuatro años.
- No, claro que no, Serkan. Eres excelente, un niño inteligente y considerado, no hay nada malo en ti– me levanto– De hecho, debo decir que tus calificaciones me tienen totalmente orgulloso. Estudias algo que....– Me callo de golpe cuando me sorprende el abrazo que me deja sin respirar unos segundos por la cercanía del niño.
Medirá unos diez centímetros menos que yo, y por ello se me dificulta verlo tan vulnerable. Me morí casi dos años y en ese tiempo casi llega a mi estatura.
Dejo de lado mi incomodidad al entender que solo es un niño que busca el afecto de padre, le correspondo el abrazo.
Ojalá mi padre me hubiera abrazado de esta forma, de hecho, jamás lo hizo.
Eleanor me enseñó que a pesar de ser varones, este tipo de abrazos es necesario, esos abrazos tiernos sin palmadas en la espalda para asegurar nuestra hombría. Darle afecto a nuestros hijos no los harán más débiles, una total mentira que yo creía y que compré al hacer recordatorio de mi vida, al ver a Lio y ahora viendo a un niño ruso entre mis brazos.
- Lo siento, yo no...– se aleja sin mirarme– debe pensar que soy un...– toma su abrigo– yo no quise incomodarlo, perdónenme– está cabizbajo–
- a mi no me molesta— Digo pero sigue sin mirarme, voy hasta él para tomarle del hombro– Te voy a ayudar a que seas mejor de lo que ya eres–
- Y aún así él no me notará– Musita–
- No es para él, es para ti y tu futura familia. Vamos a terminar con esto antes que sea demasiado tarde– Trato que alce el rostro y lo logro tomándole del mentón– ¿sabes a lo que me refiero, Serkan?–
Tiene 17 años, y como hubiera deseado que alguien me ayudara a esa edad o a mis catorce.
Me mira con los ojos nublados.
- Vamos a limpiarte. ¿Estás de acuerdo con eso?–
Asiente.
- Eres un niño, y debes comportarte como tal–
Me mira sin decir nada, los ojos le brillan y me da tanta pena.
- Gracias, señor. No voy a defraudarlo– asiente — ¿quiere que lo lleve a su departamento?–
- ¿no escuchaste lo que te dije? Debes ser un niño– Bromeo haciéndolo reír– largo– hace caso– espera–
- Dígame–
- ¿has visto a mis hijos?–
- ¿por qué mamá y usted se divorciaron?–
- Cosas de adultos–
- Sí, están bien. Debería visitarlos–
- ¿y Lio?–
- Rebelde más de lo normal. Se enteró del divorcio–
Asiento, los extraño, pero podré tener diez hijos y él siempre será mi favorito.
Él se va y yo una hora después. Salgo, cierro el privado encontrándome con el idiota haciendo lo mismo.
Su presencia me molesta.
El olor a cigarrillo me hace voltear a verlo de inmediato.
- No puedes fumar aquí–
- ¿y qué?¿eres un bocón o algo parecido?– su acento ruso me enferma, con trabajo y puede hablar.
- Para ser un santurrón no respetas. ¿Qué no te enseñaron a respetar en el catecismos?–
Se acomoda los lentes con el cigarrillo entre los lentes acercándose a mi, la maleta de cuero le cuelga de un brazo.
- ¿de verdad eres el Samael Ryman del que todos hablan? Pareces ser un ignorante–
– con tu falta de educación eres tú el corriente–
- Deja de insultar mi campo, que tú lees a un idiota esquizofrénico acosador, no te basta con eso y lo haces romántico–
- No te metas en lo que no sabes– me enferma– Que su obra...–
- ¿crees que me importa?– me interrumpe– sé de lo que hablo, sus referencias no lo hace menos loco, si no también un arrogante como tú, sabelotodo–
- Tú lees cosas que ni siquiera son ciertas– ataco–¿un tipo que resucita al tercer día? Solo que estuviera en coma ¿y una Virgen embarazada? Solo por inseminación artificial– lo molesto–
- Me sorprende que representes a esta facultad siendo tan...ignorante–
Maldito hijo de puta, llevo dos días conociéndolo y ya me calienta los huevos del coraje.
Salgo de las instalaciones al estacionamiento viendo como se sube a un BMW, es de lo peor tirando ella colilla por la ventana. Como odio a ese tipo de personas, a Richard lo tuvimos que educar para que dejara de hacer esas barbaridades.
Maldito tipo, insulta mi carrera y todavía se la da de experto.
Me voy al departamento, dándome cuenta que mi vida social terminó con mi divorcio.
- ¡Fósil!— respingo volteando hacia las escaleras–
- ¿cómo diablos entraste al edifico, Michael?–
Miro a todos lados
- ¿pero que rayos haces aquí?–
- Nada–
- ¿cómo que nada?– me comienzo a molestar–
- Promete que no vas a enojarte–
- ¡habla!–
Me llevo la mano a la nariz cuando veo a una mujer bajar de las escaleras.
- dime que no usaste mi departamento de Motel–
- No...
- Largo– señalo la puerta–
La chica corre de puntas con los zapatos en las manos, Michael la sigue.
- Tú no – se detiene–
-De pronto Shara se hizo asiática, ¿verdad?–
Se gira
- ¿fue en mi habitación?–
- No...obvio no– Giro mis ojos–
- ¿engañas a tu esposa?–
- Tengo veintidós años y mi esposa se la vive en un hospital— se defiende tratando de él mismo creerse lo que dice– Soy joven y necesito cosas–
- No eres joven, eres estúpido– lo regaño– Shara es una grandiosa joven doctora que cada día se levanta para ser mejor por ustedes y tú solo piensas en coger—
-creí que lo entenderías, hiciste exactamente lo mismo con mi hermana– Recrimina–
Asiento
- Tienes razón, pero mira como terminé– niego– No está bien lo qué haces–
- Soy joven, podré encontrar a otra–
- Si ya no amas a tu esposa, ve y díselo, no la engañes de esta forma. Sí, eres joven, divorciarte y comienza de nuevo entonces–
- No, ese no es el plan–
- ¿el plan?–
Se encoge de brazos.
- No se lo dirás ¿o si? De infiel a infiel–
Me guiña un ojo antes de largarse ¿pero qué está pasando?
Recuerdo cómo estaba enamorado de esa chica.
...................

MY BUNNYWhere stories live. Discover now