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SAMAEL

Me arde la sangre del odio que comienzo a sentir por la madre de mis hijos.
Me trata indiferente, como si no existiera y eso me enfurece más, a pesar que estoy al límite de veneno al enterarme que se ha cogido al tipejo ese de mierda.
Podrá tener 100 hombres si gusta, pero yo soy yo y se lo voy a demostrar.
Podrá ser Muy mafiosa, millonaria y traer un ejército de hombres que dan la vida por ella, pero ante mi se arrodilla, solo conmigo, solo yo domo a esa mujer rabiosa.
Muero de celos al verla caminar junto a ese tonto por los pasillos, y que los alumnos ya estén con chismes me enferma, porque ahora ya no es " el profesor Ryman y Eleanor Davies se traen algo" " el profesor ángel se casó con Eleanor Davies"
Ella va a poder deshacerme de mi cuando me muera.
Las clases terminan, y me voy a mi privado, la acecho, porque hoy me desquito de todo lo que me ha hecho pasar.
Sé que sale tarde, así que soy paciente, me voy en busca de unos libros, de camino la veo en la entrada de uno de los pasillos ojeando un libro recargada en el estante.
La falda negra a cuadros larga hasta unos dos dedos más abajo de la rodilla,y sus zapatos de tacón la hacen ver una profesora sexy, la blusa manga larga negra fajada se le ajusta, por lo que resalta la pequeña cintura que tiene y el rico trasero que se carga.
El cabello lo trae suelto haciéndome salivar con lo hermosa que se ve. Paso a su lado ignorándola por completo, pero percato su mirada sobre mi.
Dirá que me odia, que ya no le gusto, que ya no me ama, pero eso que se lo crea Dios, porque yo jamás.
Busco los dos libros que necesito y regreso, sigue ahí hablando con un chico, de esos no me preocupo, pero se le ve incómoda.
El estudiante me ve y no le doy una buena cara en tanto me acerco, la universidad sabe que fue mi esposa. El chico se va y yo sigo mi camino.
Dorian me avisa que ya se va y la verdad me vale mil hectáreas de mierda.
El hijo de perra no se va y yo ya paciencia no tengo. Me hago el pendejo tocando hasta que me dejan pasar.
- Profesor Ryman, se estaba tardando en venir–
No lo mates, no lo mates, no lo mates.
- Solo vine a darte las gracias por el auto que me diste– Me acerco a su escritorio–
Me mira feo y yo sigo con mi tetra de Niño Bueno.
- De hecho, creo que...–
- Si no te gusta te lo repongo con el que gustes– Espeta– Estropee el tuyo y es lo que menos puedo hacer–
Explica no para mi si no para el tipo llenándome más rabia.
El profesor ruso se levanta limpiando el escritorio.
- Bonita noche, Ell–
¿Ell?¡¿ELL?!
No lo mates, no lo mates, no lo mates.
Se cierra la puerta.
- ¿qué te molesta del auto?– Se levanta–
- Nada, está Perfecto, solo vine a darte las gracias– Gruño–
- Bueno, pues ya puedes irte–
- Quiero ir a ver a mis hijos hoy–
- Ya te dije que puedes ir cuando quieras, ya vete–
- Deja de echarme, que me tiene harto, así como me tiene arto que vayas por ahí coqueteando con ese imbécil–
- Deja tus celos enfermizos y vete con tus putas que yo me voy con los míos–
- Te recuerdo que me mataste a la mía– Me acerco– Y ya que me quedé sin Puta, me desquito contigo–
Se ríe
- Contigo yo ya no quiero nada, ya te dije lo que...– Me aferro a sus mejillas con fuerza, atrayéndola a mi pecho con el brazo.
- ¡suéltame!– forcejea pero la tengo amarrada–
- así es como me tienes que mirar–
- ¡Samael!–
- Así, siempre hacia arriba, conejito malo– se queja cuando hago más presión– ¿crees que vas a reemplazarme?–
- ¡me lastimas!–
- Mírate ¿no que muy brava?¿No que muy perra?– Le beso con dureza– Mira como te tengo, te tengo como ningún otro va a tenerte. Acuéstate con el que quieras, pero aquí el único que tiene la dicha de someter a una mafiosa soy yo–
Me voy a su cuello apretando para comerme sus labios.
Forcejea pero es mucho más pequeña que yo.
La suelto haciéndola retroceder, me voy a la puerta poniendo el seguro.
Me mira embravecida.
- Fuera de aquí, Idiota–
Se aleja, me hace corretearla hasta que logro atraparla.
Le atrapo las muñecas cuando comienza a pegarme.
- ¡te voy a castrar, Samael!– Me escupe haciéndome sonreí, su saliva cae cerca de mis comisuras y no hago más que limpiarlas con mi lengua.
- Pero primero te hago entender que tu hombre soy yo–
Enredo los dedos en su cabello, suelta un chillido en tanto la llevo al escritorio de su amante.
La obligo a inclinarse sobre este estampándole la cabeza en él.
- ¡Samael!–
- ¡cállate o nos corren a los tres, niña estúpida!– le separo las piernas con mis rodillas, se intenta parar pero se restriega contra mi dureza. La azoto pasando mi mano por la cintura de la falda encontrando el botón que desprendo haciendo caer la prenda
- Me mataste a la puta, ahora tú lo serás ¿entiendes eso? Eres mi puta–
- púdrete, nada soy para ti–
- Lo eres– le arranco las bragas. Me distrae un momento, intenta huir pero apoyo más mi mano en su cabeza.– ¡quieta!– mascullo con el dolor entre mis piernas, me inclino sobre ella– ¿a quién le perteneces?–
- Véte al demonio–
- No es la respuesta correcta– con una sola mano logro sacar mi duro pene que no tardo en pasar por toda su intimidad llenándome de su humedad, porque está que gotea– Ódiame, pero sigues mojándote por mi–
Me levanto, pongo saliva en mi mano y se la unto, mueve su pelvis tal vez inconscientemente con el roce de mis dedos.
La azoto poniéndole rojos los glúteos disfrutando que se queje.
Le agarro más el cabello, tomo el tronco de mi verga y me meto lento, no es mi objetivo lastimarla.
Ahoga un gemido en tanto yo no omito ningún ruido a pesar que las piernas me amenazan con fallar.
Le subo un poco la blusa para ver más de su piel, subo a su hombro acariciando su espalda, hace el intento de girarse y eso provoca que me aferre con dureza al hombro comenzando las embestidas duras que la hacen jadear.
- Dilo, quiero que digas a quien le perteneces–
Chilla cuando me clavo con rudeza una y otra vez, me llena de su líquido abriéndose más para mi.
Le jalo del cabello poniéndola contra mi pecho, mi brazo rodea su pequeño cuerpo y la mano libre va a su cuello.
- ¡que lo digas!–
La respiración se me pone pesada con cada segundo qué pasa.
- ¿te gusta? Dime qué te encantan las folladas de Papi– suelto en su oreja clavándome en su lindo sexo que me baña de su exicitación– me voy a los pezones duros sobre la tela. Salgo por completo y me meto de un solo golpe, lo remito varias veces hasta que la giro de un tirón, la alzo llevando su culo al escritorio, no la dejo hacer movimiento, la jalo de las caderas y me vuelvo a ensartar subiendo la maldita camisa que estorba bajándose sin que se lo pida.
Su boca me llama y no le niego los besos llenos de deseo.
- Di a quien le perteneces, Eleanor– la estimuló en el punto más sensible de su sexo clavándome sin cuidado, está tan húmeda que entra y sale con facilidad logrando que el choque de nuestros cuerpos se escuche en todo el privado. –¡dilo!–
- Púdrete– Suelta entre jadeos–
- ¡Dilo!– tomándola de las caderas la estrelló contra mi metiéndosela toda– ¡dilo mientras me tienes hasta adentro!– Abre la boca en Una perfecta O, sus piernas tiemblan, la saco y le doy una bofetada que la hace regresar– no te corres hasta que yo te diga– jalo su cabello para tenerla a centímetros– ¡di de quien putas eres!– Sus mechones le cubren la cara al momento de girarle el rostro–
Vuelvo a entrar prendido de sus labios.
- ¿te gusta?– le doy otra bofetada que le enciende las mejillas del calor que le provoca. Se muerde el labio poniéndome más duro.
Su cuello en mi mano en tanto la embisto es una escena de recordar.
Le meto el pulgar a la boca, lo chupa y lo llevo a su clitoris apoyándome en el escritorio. Me entierra las uñas en el brazo y la otra mano la lleva a mi abdomen desnudo como si tratara de calmar mis arremetidas para que el placer no sea tan intenso. Jadeamos en un duelo de miradas color acero que comienzan a embrujarme. Paso los dedos por los cabellos de mi frente cediendo a la presión de su cuello.
¡Es una maldita! Me enfurece caer y lo demuestro con mis rudas embestidas acompañadas del ruso agarre en su rostro.
- ¡dilo!– Arremeto con más fuerza provocando que arrugue la camisa de los hombros– ¿A quien putas le perteneces?– Jalo de su cabello descubriendo el cuello que mordisqueo.
Huele tan bien. Subo a su mentón haciendo lo mismo pero no la beso.
- Dilo, conejita– froto su sexo al notar sus piernas temblar, los pezones que sobresalen de la delgada blusa están más que duro, el como me malteada con sus uñas y su rostro lleno de rubor me indican su orgasmo que no tarda en llegar dándome mas humedad.
No la dejo, sigo follandola descomponiéndola de placer.
- ¡dilo!– gruño tomando el rostro que tenia intenciones de besarme–
Sus ojos se cierran y sus dedos se apoyan en mi pecho.
- ¡a ti!– jadea junto conmigo–
- ¿a quien?–
Otro bofetón sin parar mis embestidas. El puto orgasmo se avecina obligándome a hacerlo mucho más rápido.
- ¡dilo puta!–
- ¡A Papi! A ti papi!–
Le tapo la boca ante sus dulces gemidos que si bien no son para nada desagradables, no deseo que alguien los escuche.
Me corro y doy un par duras intromisiones más enredándome con fuerza las piernas jóvenes en la cintura.
Gruño del placer llenándola con mi leche, tiro la cabeza hacia atrás recibiendo los espasmos del paraíso.
Me quita las manos de encima agotada.
Atrapo las manos que yacen en el escritorio con las mías para besar sus labios antes de refregar mi nariz con su mejilla. Pero recuerdo que no se merece mis caricias.
Me aparto amargado acomodándome la ropa.
- Esto no se puede volver a repetir– Dice bajándose, le atrapo la cara otra vez con fuerza llevándome las manos a la muñeca. Se pone de puntitas.
- se va a repetir las veces que yo quiera, como quiera, cuando quiera y dónde quiera. ¿Sabes por qué? Porque mi conejita es obediente–
- Me lastimas–
- Soy tu dueño, tu hombre, tu primero, y eso no te lo vas a quitar jamás. Como yo ningún otro ¿entiendes eso? Se acabó tú idiota– Aprieto más, se queja– Me rendí ante ti porque quise no porque sea un pelele, y ahora te quito el beneficio de tenerme así, eres una perra que alguien debe controlar– le beso– Y ese siempre voy a ser yo–
La suelto con brusquedad haciéndola tambalear.
- Vístete, quiero ver a mis hijos–
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RICHARD
El olor de Pável me enferma revolviéndome las putas Viseras.
Ambos estamos en el mismo sitio obligados y por ello lo demostramos hasta en nuestra forma de sentarnos a cada extremo del sofá.
Estoy recostado con las piernas abiertas y los brazos cruzados y él con las piernas cruzadas con un brazo en en respaldo y con el otro en el apoyo rascándose la ceja.
Se nos nota el fastidio a kilómetros, el sujeto frente a nosotros, a pesar que no suelo ser agresivo, me despierta demonios que quieren arrancarle la cabeza.
Gordo de mejillas rojas y creo que debe oler a chocolate y bombones porque es el puto santa.
- Así que...es nuestra cuarta sesión...–
Pável bosteza interrumpiéndolo, lo noto mirar el reloj.
- ¿por qué no hacemos un ejercicio?– Saca unas hojas de su carpeta, las deja en la mesa y del maletín dos lápices– Deben dibujar a un hombre en un día lluvioso– comienza, esto no es nuevo para mi–
Los dos las tomamos usando de apoyo las mesas con lámpara que tenemos alado.
Cinco minutos después las dejamos en su lugar .
Me río al ver lo que dibujó el imbécil, dibujó al hombre con un tiro en la cabeza, los ojos son dos x y tiene la lengua de fuera. Yo por el contrario dibujé un ahorcado con la palabra " aburrido" . No somos los mejores dibujantes pero es lo que hay.
Mira los dibujos y después escribe en esa maldecida libreta.
Toma las hojas guardándolas.
Me subo el sombrero fastidiado. Eleanor nos dijo que debíamos hacer esto para la convivencia sana.
Pero los dos sabemos que solo es para mantenernos ocupados.
Es una puta hora individual y hora y media los dos.
- ¿ya me puedo ir?– Hablo–
- Nos quedan media hora aún, señor–
Pável resopla.
- Esta habitación es zona segura, caballeros. La enemistad entre ustedes puede calmarse si hablamos– Guarda su pluma con ese clic horrendo– ¿por qué no comenzamos diciendo cosas positivas de nuestro compañero?–
- El otro día ví FWS, la serie de Marvel– Hablo–
- Ah si, Zemo me cae bien– asiento porque capta– no la terminé de ver, bueno ...veía partes con Yakov–
- Deberías verla–
- ¿Bucky y Zemo terminan juntos? Veo la tensión sexual–
Primeros muertos a someternos a esta mierda en la que obviamente no queremos estar.
- No, Zemo lo manipuló obvio no–
- Lo sacó de la cárcel ¿no? No pudo hacer algo más gay que eso siendo su "enemigo"–
- Debes de verla, lo sacó porque era parte del plan–
- Me corto las bolas antes de sacarte como parte de mi plan–
- ¿seguro? ¿Que si fuera el único que puede armar un explosivo y tú necesitas ese explosivo?
- Bien, te saco, la armas y te mato–
Giro los ojos.
- podría hacerte más imbécil–
- ¿sabes armarla? Para ponerte a hacerlas ya–
- Sé desarmarlas–
- con trabajo sabes dónde está el clitoris–
El sujeto se cansa de nosotros como siempre y nos deja ir.
Los dos nos vamos a distintos lugares. Me duele la cabeza y el cansancio me obliga a desear mi cama, hace media hora me tomé las pastillas de las náuseas y gracias a Dios no me han molestado.
Me quito el sombrero pasándome la mano por el cabello, cuando me lo vuelvo a poner veo a tremendo mierda salir de la habitación dónde duermen los mellizos.
- ¿qué haces aquí?– es el británico que conocí hace años. Quiero golpearlo porque la rabia me consume, me...cambió también a mi y eso me pudre–
- Aquí viven mis hijos– dije petulante viéndome de pies a cabeza– apártate– Pasa por mi lado golpeándome el hombro–
- No tienes que venir aquí– Gruño– Aquí tú ya eres bienvenido–
- ¿a si?¿quién te dijo eso?– sigue dándome la espalda– Yo vengo a ver a mis hijos cuando se me plazca–
- No, aquí tú ya no vas a venir– sentencio– Lárgate de aquí–
- Cállate, que tú no eres el dueño, y si yo quiero venir aquí por mis hijos, lo hago–
- tú no tienes hijos en esta casa  ¿que ya se te olvidó lo que te dije? Ellos no te necesitan, no a alguien como tú– Suelto con rabia, rabia que es mutua y a él se le nota más porque se viene contra mi, no me da tiempo de reaccionar porque ya me tiene quitándome oxígeno.
Me arrastra a las pequeñas escaleras  que van a a uno de los balcones.
- ¡suéltame!– gruño y hace más presión sin dejar de subir, comienzo a marearme– ¡Samael!¡maldito cabrón!– me estrella contra la pared cediendo un poco, mi sombrero cae y lo aparta con el pie sin despegarme la mirada.
- Sí, sí me acuerdo de cada cosa que me dijiste, Richard–  se afloja la corbata observando.
La luz solar alumbra solo el inicio de la escalera   Y nosotros estamos en la curva recibiendo solo un poco dejándome ver que el gris de sus ojos está  oscurecido. Este no será un mafioso, ni un marine, pero de qué puede matarme  puede hacerlo.
- No quiero lastimarte, suéltame– advierto–
- ¿sí?– Deja el peso de su cuerpo sobre mi atrapándome la mano que sujetaba su muñeca mientras que a la otra me la lastima  contra la pared– Sabes Rick...– Se acerca más obligándome a apartar el rostro, aspira mi aroma tensándome, mi amigo está loco– Tienes razón con lo que dijiste, y ya lo acepté–
- apártate– intento soltarme y solo busco que me asfixie más–
- Sí, Richard, me gusta ser follado ¿pero sabes que me gusta más?– se acerca a mi oreja– Follar–
Trago con dificultad. Sonríe y me gira.
Trato de defenderme girándome pero me estrella la cabeza contra la pared sin dejar hacer presión, me aplasta con su peso dificultando el respirar.
- Y me enciende más que se hagan del rogar– su aliento en mi oreja me ponen nervioso–que sea un machito...– baja por mi hombro–
- Eres un maricón de mierda–
- Sí, y verás como te encanta ser follado por este maricón–
- ¡suéltame!–
- Sigue gritando y te van a encontrar empalado con mi verga– me hago hacia atrás impulsándome con las manos pero vuelve a someterme con más fuerza.
- Calma Vaquero– Susurra pasando la nariz sobre mi cuello– Te va a gustar...– baja una mano por mis costillas hasta llegar a mis muslos.
- Samael...no te atre...– Me ahoga con mi propia saliva sintiendo su mano sobre mi entre pierna, se me va la sangre a donde no debería en segundos pero me resisto.
Trago seco al sentir en el trasero la dureza del tipo de atrás.
Sujeta mi cabeza en tanto es ágil desabrochando el pantalón inundando el lugar con el primer sonido metálico del cinturón.
Forcejeo haciéndolo gruñir, me quedo estático cuando entiendo que solo me estoy restregando en su verga.
- No te muevas o te va a doler– advierte con burla sujetándome la cabeza, los nervios se me disparan cuando suena el segundo cinturón– haz un puto movimiento y te rompo el culo–
Baja mi pantalón y después siento como lo hace con el suyo. Forcejeo ganándome un estrellón en la pared– ¡quieto!– separa mis piernas con su pie, la respiración se le hace pesada como la mía– esperemos estés limpio–
Va a doler con tremenda...
Gruño del puto dolor aferrándome a la pared cuando se ensarta en mi culo con solo saliva untada de un solo tirón–
- Intenta irte y te rompo– Comienza a follarme y me enferma el hecho que el dolor quede en segundo plano.
Su mano se apoya a un lado de la mía dejándome ver el anillo de la facultad que lo adorna y el reloj plata que brilla pese a la oscuridad confirmándome que me estoy dejando por un hombre.
Me resisto a soltar los ruidos que Eleanor me enseñó a no esconder, pero ahora no estoy drogado ni ebrio para mostrarlos.
Me deja la cabeza para bajar mi pecho, a mi abdomen llegando a la dureza que tengo saltando por los empellones que me da.
Me masturba, echa saliva en su mano y vuelve.
Ya no tengo que ir a revisarme la próstata porque lo está haciendo este pedazo de mierda con su verga.
Me deja de tocar desabotonándome la camisa ágilmente, me la jala a las malas, aprieta mis hombro regresando a ser un salvaje.
Sube a mi cuello pegándome a él, todo el cuerpo me cosquillea al sentir su desnudez en mi espalda ¿en qué momento se la quitó?
Me ganas por unos 5 u 8 centímetros de altura, así no se le dificulta para atacarme la boca embistiendo con rudeza.
El aire comienza a faltar, me suelta para que respiremos posando una mano mano en mis costillas.
- ¿eres un maricón, Richard?– jadea–
- No...–
- Más te vale, porque aquí el único que te puede volver una puta soy yo– Presiona más mi cuello– yo no soy ningún maricón ¿oíste?–
Me aplasta contra la pared, comienzan a hacer más calor, los jadeos se nos escapan en tanto la cosa se comienza a volver un martirio.
Su mano cae sobre la mía, intentando tener un beso que no se da por los gemidos que nos colocan. Sacude mi miembro en su mano sin dejar de embestir ni de chocar mi aliento con el suyo.
Se entierra una vez más por completo desatando el orgasmo que expulsa mi semen en su mano.
- Mierda– Gruño con los malditos espasmos que él también tiene pegado a mi espalda.
Sale de mi y yo no estoy como para mirarle la cara o lo mato, aleja las manos de mi sin decir una mierda.
Me subo los pantalones, necesito una puta ducha. Al menos me he corrido y no por mi mano desde hace días.
Se está limpiando las manos y el pito con mi casa.
- ¿pero que mierda te pasa?– Me la tira al pecho –
- Lárgate ya– Suelta abrochándose la camisa con el pantalón abierto– Anda ya– Insiste prepotente. Me recoge el sombrero y me lo entrega– ¿o qué?¿quieres que nos acurruquemos? ¿O un besito?–
Recuerdo a este Samael, muy macho y todo, pero a este también le bajé a la prometida, a la novia y a la esposa.
Sonrío
- Bien, maricón– Me pongo el sombrero– Rica cogida. Me avisas cuando otra vez quieras– la camisa me cubre la desnudez– ¿tanto extrañas el coger con hombres?–
- ¡lárgate!– ruge apretando la corbata que tiene en la mano, levanto las manos–
Al pie de la escalera tomo aire, el culo me duele, ni cómo negarlo. Doy un vistazo antes de salir.
- ¿qué te pasó?–
Trago en seco.
- ¡Eric!– Hablo en voz alta para que el imbécil que aún no baja me escuche, yo estoy a mitad del pasillo y el padre de Eleanor casi al inicio–
- ¿por qué parece que te arrolló un camión?—
El hijo de perra de allá arriba debe estar aumentándose puntos al ego.
- ¿se te ofrece algo?–
Se señala el cuello
- ¿que te pasó?–
Me toco a dónde me dice.
- ¿eres el FBI?– se me acerca, las piernas no me responden, mi aspecto debe ser pésimo si tengo la ropa desencajada, arrugada y llena de...como mi trasero.
- Peor– me mira de pies a cabeza– Hueles a recién cogido–
Me río
- Nah, yo ya no quiero problemas con tu hija, estoy volviendo a ser Virgen de tan poco que follo con ella–
Gira los ojos.
Sobre su hombro veo a Samael bajar caudaloso como si nada hubiera pasado.
- estás raro– Me vuelve a detallar pasando a lado mío–
Termino apoyando la espalda en la pared.
- Maldito maricón– Musito para mi, porque eso es lo que soy. Un maricón de más de cuarenta, un hombre maduro que le gusta follar y disfruta que se lo follen.
- Señor, en media hora se sirve la comida– Wilson aparece– ¿se encuentra bien?–
- ajá, ya voy– asiente y se va.
Media hora tardo en dejarme impecable. La incomodidad en el trasero no creo que se vaya ahorita.
En el espejo maldito al hijo de puta, pues en la base del cuello tengo una leve mancha roja, además que duele donde me tenía sometido. Las muñecas también, más en donde está el reloj.
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ERIC
Algo que nos caracteriza a los Parisi es el ser muy observadores, como el águila que está en nuestros escudos.
Me meto un pedazo de carne en tanto paso el plata de mis ojos por cada integrante de la mesa.
Mi hija se niega a ocupar la cabeza de la mesa, al único que he visto ahí es al plebeyo ese.
Samael está de visita y es obvio que no resistió a la desintoxicación, por favor, tiene como dos décadas consumiendo esa mierda, me parece sobrenatural que aún tenga nariz, cerebro y nervios.
Está con sus hijos, bueno...con Oliver y Narccise y mi hija lejos de él.
Lo que no me deja tranquilo es a ver visto al americano como si lo hubieran revolcado y nervioso gritando mi nombre. Se le veía la cara de recién cogido.
Mi hija está tensa y esa misma actitud la noto en el Americano como si quisieran desaparecer. No estaban juntos, cuando yo subí  Isabell estaba hablando en el vestíbulo con un soldado ruso.
Richard se queja en silencio removiéndose en el asiento, alza la mirada quedándose quieto, se la sigo quedando con la intensa y sociopata mirada del escocés, advirtiéndole no sé que.
Primero, Samael está en modo loco. Segundo ¿por qué?
- Lucifer dijo que no eres mi papi y que no vas a llevarme–
Narccise habla alzando la mirada al hombre a su lado.
- Legalmente no– Habla mi primer  nieto, a pesar que no lleva mi sangre, lo adoro como tal. Todo mundo cree que lo es, que es un Parisi como un Volkov.
- Claro que lo eres– Le acaricia el mentón– Y a papá Rick no le molesta que vayas conmigo y tus hermanos– Mira al mencionado– Verdad, Richard–
El Americano asiente mirándolo nanosegundos
Mi nieto festeja.
- A mi no me parece– el ruso habla–
Isabell intenta decir algo pero se calla.
- ¿no?–
- No, no es tu hijo, ni por Dios, ni por la ciencia ni por la ley y mucho menos por la Bratva– el ruso le mantiene la mirada– Y por lo último sí lo es para mí. Te sabrías las leyes Volkov si no...–
- Las leyes de la mafia me las paso por donde me place–
El ruso se ríe
- No vas a decir eso cuando te den un tiro–
- ¿a mi?– Samael sacude la cabeza– No lo creo. ¿A ti por bocón? Sí, porque lo haré yo si no te dejas de meter en dónde no te llaman–
- No es tu hijo–
- Lo es– reitera– Porque Eleanor solo va a parirme hijos a mi y a Richard. Los hijos de Richard son mis hijos, y mis hijos son los suyos. Metete eso en tu cabeza de ruso, que al parecer el puto frío de Rusia te lo a congelado– 
- No, Narccise Volkov tiene solo dos padres, y solo uno le va a poner mil soldados al rededor. Te acercas, te mato. Te lo llevas, te mato–
- Y yo le pondré mil a mi padre. Te acercas, te mato. Lo tocas, te mato– Oliver tiene nueve, pero ya tiene el chip de heredero como muchos en la mafia sea cual sea – Estudio la ley Volkov, y si bien tienes razón, la sangre y la hermandad pesan más que cláusulas–
-  No te metas en conversaciones de adultos– Espeta Eleanor–
- Lo hago, porque nadie va a hacer menos al que fue el marido de una mujer Volkov. Porque estuvo contigo porque se lo ganó, no porque fuera uno más– Se endereza– Usted también lo ha hecho y merece mi respeto, y como dictan mis enseñanzas lo protegeré si usted me protege, pero no se meta con mis padres, que cuando sea el Pakhan de esta familia, será el primero en morirse, y si usted no vive, entonces su sangre . A mi no me tocan al padre, porque es el que estará a mi derecha, mi consejero, y mi guardián. Como es el abuelo Eric para mamá
Los mira sereno.
- Mientras mi madre viva, la ahora Pakhan , ustedes no disponen de sus hijos, eso deben tenerlo claro los tres, porque para la familia solo tienen un trabajo y es dar descendientes  sanos, fuertes y dignos de ser Vorys–
Todos lo oyen atentos, y no puedo estar más orgullo de él.Frunce el cejo, en su mirada está bien  aprendido lo que le servirá para ser un buen líder.
- Aprendan a ser una manada , a ser parte de ella y mantenerse en sus roles de buenos esposos, porque se callan y obedecen. Y sí, Papá ya no hace parte , pero es el hombre que dio al Próximo Pakhan, y se le respeta por ese simple hecho. ¿Entendió Pop's?–
Pável es un hombre de la Bratva, es fiel a leyes y principios, cree en que el respeto se debe ganar , lo sé porque he estudiado a cada hombre de mi abejita.
Asiente.
- Sí, tienes toda la razón. En este mesa solo nos encontramos para obedecer al Pakhan y a su heredero. Primero la palabra de los líderes– quiero encontrar sarcasmo o ironía, pero no la hay.
No llevará sangre pura, pero mi nieto será un excelente líder, uno que te insulta sin que te des cuenta, porque acaba de decirles que son uno esclavos y no se lo han tomado a mal.
Mi hija ve a su hijo de la misma forma que yo la miré hace más de dos años. No hubo decepción en mi mirada, pero sí la tristeza, porque la mafia roja me había quitado a mi dulce niña, que si bien me odia, yo la atesoro como el primer minutos que estuvo en mis brazos.
Ella fue consumida a los 20 y aunque duela, Alexander la mantuvo inocente tantos años, pero...Oliver solo tiene nueve años, y ya está untado de tanta porquería.
Por ello de su mirada, sabe que lo está perdiendo, que una vez piense como un Volkov, dejará de ser un niño.
- ¡larga vida al Pakhan  y a su cachorro!– Serkan comienza alegre, es secundado por Su hermano y Shara Ivanovic creando un griterío con los soldados que custodian.
Que sacuda la cabeza me da a entender que tanta tontería no le va, siempre ha renegado del fanatismo.
De hecho, es la primera vez que soy testigo de tales tradiciones, al menos en esta casa.
Los Volkov son extraños, siendo mafioso ves de todo, pero no mafia que parece más secta satanica.  Mi esposa me enseñó tantas cosas que me arrepentí de haberle pedido un bebé, teniendo a mi hija en los brazos llegó mi sobreprotección, no quería que nadie la tocase, y si iba a ser sometida a tales tradiciones lo sería.
Cinco años pasaron para darme cuenta que no estaba haciendo ni un águila y mucho menos un lobo. Estaba haciendo una presa, un conejo que sería devorada por alguno de los dos animales que acechan a lo lejos. Sin embargo, no la quería siendo ni una Parisi y ni de pensar en un Volkov, por ello la dejé en manos de lo Pierce, un gran error. Nadie cuida de quien no lleva su sangre.
Una equivocación que jamás voy a perdonarme, además, el abuelo Volkov reclamaba a su nieta y nadie pudo contradecirlo, Alex hizo la lucha, como yo la cuidábamos muy de cerca...bueno yo de muy lejos.
Verla transformada en un feroz lobo me movió el corazón, porque en su mirada vi la de aquella mujer de ojos color Hielo. Por ello di lucha en nuestra pelea, porque será mi sangre, pero en sus venas también corre la sangre negra de los Volkov.
Las cosas se calman, y vuelve la intranquilidad del comportamiento de esos tres.
Samael está más insoportable, los ojos de perrito mojado cambiaron, ya se le extrañaba a la mirada de loco asesino.
- Yo también quiero pasar el fin de semana con el señor Samael– El hijo menor de Pável habla. El ruso se talla la sien. Desde mi experiencia, se siente de la mierda que tu hijo prefiera a otro. – ¿puedo, papá?–
- ¡si!¡papá tiene una play en la sala!– Oliver lo alienta– y podemos comer hot cakes en la cena viendo películas, o Dulces. Siempre lo hacía con ellos– Se emociona– ¿mami, los harás?
- Si hay hot cakes yo voy– Serkan levanta la mano–
- ¡Cakes de tía!– el pequeño Richard salta en su asiento–
- ¡yo quiero!– Narccise hace lo mismo–
- Lo siento, Yakov, pero si tu padre se niega, debemos respetar eso– Samael no discute cosas obvias, y es tan frío que por las únicas personas por las que pelearía es por mi hija y sus hijos.
- Si así lo deseas, Yakov...– El ruso asiente–
- yo no quiero arruinarles la fiesta, pero yo no podré estar este fin de semana con ustedes– Veo su incomodidad cuando Samael la mira.
- Debo viajar por cuestiones de trabajo con Silas–
- ¿qué cosas?– cuestiono, uno de los Vorys de mi hija, creo que Daniels, comienza a sacar a los niños. Trabajo es algo de lo que no deben escuchar.– ¿qué trabajo?–
- Debo hacer frente a una reunión en Italia respecto a la venta legal de armas, por eso Silas me acompaña–
- Como su abogado, tengo personalidad– añade–
- ¿desde cuándo estás involucrada en los negocios legales de tu abuela– La miro y ella a mi– lo tuyo son las editoriales y la productora–
- Sí, pero no puedo dejar caer las empresas de mi abuela, ni los de mi bisabuelo, es el negocio familiar–
- No creo que sea lo más...adecuado que te metas en ese negocio. Estás en guerra...–
- Yo no– Niega– Ellos sí, pero a mi me da igual lo que quieren porque yo no tengo lo que desean–
- Pues deberías– ¿jefe de jefes? Ojalá me pudieran dar ese puesto– Tu familia está esparciendo el rumor que el trono está en disputa, y sabes eso que significa–
- ¿qué habrá boda roja?–
- tal vez nuestros hijos y sus lobos terminan separados y se ven hasta crecer– Habla Richard y si no fuera porque me la he pasado toda una semana con él, no entendería la referencia–
- Sí, pero de verdad, en lugar de casas, Clanes de todo el mundo– Ruedo los ojos– Hace años está presente la cacería de Volkov, y si creen que estás movilizando armamento a tus líneas, van a mal interpretarlo– aconsejo–
Me mira y me mira captando que justamente es eso lo que está haciendo pero con una cortina.
- Que piensen lo que gusten, no voy a parar de ganar porque ellos tengan miedo del nuevo Pakhan–
Nadie dice más. Isabell ha sido inteligente en unirse con los clanes más poderosos. Se casó con el sucesor de uno, y por tango entre familias no puede haber disputas. Casó al hermano con una Ivanovic, el clan que se dedica a la medicina y del que muchos dependen por su tecnología, sus invenciones son asombrosas,  las exportan en cantidades y no hay quien se niegue a comprarlas pues salvan a mucha gente. Conozco solo a diez de ellos, hijos del actual jefe del clan  y eso gracias a Ell, porque de otra forma imposible. Casi nadie entra en disputa con ellos, nadie les habla, nadie se acerca. Tal vez por miedo a que tienen armas químicas mortales o cuánta cosa que se desconoce, o simplemente porque  ellos se niegan a hablarle a cualquiera comportándose como dioses. Tal vez lo sean, porque revivieron a Sam en plena persecución con la policía.
Ellos trabajan en Rusia, pero quien sabe que trato tendrá mi hija con ellos que tiene un hospital con cinco de ellos, e hizo traer a los dos mejores cirujanos entre una familia de Excelentes doctores, por lo que ambos eran perfectos en lo que hacían.
Antes adquiriría sus productos por terceros, pero con la alianza que hizo con ellos, puedo tenerlos de primera mano.
Sé que quiere casar a Silas con la Yakusa, un oyabun joven, pero el abogado se niega a estar con un tipo de ojos rasgados.
A mis nietos y a los hijos de Pável les está buscando desde ya pareja, pero muy en el fondo no lo desea.
A ella no se le obligó, hasta rompió el compromiso que tenía con los Ivanovic, y todo por un profesor de universidad.
La comida termina, Samael no se le despega y no me queda de otra que abordarla en el vestíbulo para que hablemos en privado, accede como si lo estuviera esperando.
Cerramos las puertas principales del estudio y abrimos las laterales, pues puede entrar alguien para espiar.
No siempre accede a hablar conmigo, salvo cuando me ve como su consejero. 
- Las cosas se están poniendo feas– Suelta preocupada parándose a un costado de la ventana, hago lo mismo quedando frente a ella.
- ¿la guerra del trono?– Asiente cruzándose de brazos–
- Yo no lo tengo, Eric, y no lo quiero, por eso lo cedí–
- A ti no te tengo que estar explicando las leyes de tu abuelo ¿verdad?– me gira los ojos dándole la mirada al exterior– tenías cuatro años cuando te pusieron la corona y esa sortija. Te maldijeron desde entonces, lo sabes–
- No me estás dando soluciones, consejero– Refunfuña–
Tomo aire
- Tú ya elegiste a un representante. Tu primo ahora es el nuevo Pakhan, el jefe de la mafia Roja  por tu decisión– no me mira, sigue viendo por la ventana– Cuando muera, lo será su hijo, y cuando este muera su hijo, esto hasta que tú lo reclames de vuelta, Oliver, su hijo...– suspiro– pero jamás te lo vas a quitar a menos que...entregues las joyas. Corona, anillo y el sello del Alfa–
- Yo ya le di un anillo a mi primo, y nadie sabe cómo son–
- un anillo de oro macizo se escucha muy simple para la riqueza de los nobles que han existido desde los 1800– 
Por ello esta enorme propiedad ha pasado por varios dueños de la misma sangre  hasta que llegó a manos del abuelo que se la heredó al parecer no a su hijo mayor, si no a su favorita, así como las joyas Volkov.
Los Volkov se han mantenido en riquezas no solo por ser familia de la realeza, si no por ser astutos al momento de crear negocios. La simple riqueza legal de los Volkov es enorme, un maldito monstruo de billetes, y si juntamos los negocios de la Bratva, tienen para hacerse una cámara tipo egipcios, forrar las paredes de Diamantes, alfombra hechas de hilo de oro, un ataúd que parezca casa o tal vez pagar para enterrarlos en la luna.
El padre del bisabuelo de Eleanor fue el primero en hacerse un mafioso poco antes de ser cazados, por ello cambió el apellido, sin embargo también les tocó huir ante la caída del Zar, no fue por mucho tiempo, pues lograron alzarse casi de inmediato.
- Lo importante es quien tiene el sello, quien lo tenga es el jefe–
Asiento
- No las entregues. Si cedes a sus reclamos, ¿dónde quedará tu honor?—
- La caza de Volkov no para, y mi primo fue atacado ayer para quitarle el poder. Ahora que el abuelo no está, la envidia y la ambición tiñen nuestra sangre– Suspira– clanes se están aliando, pero hasta ahora no sé con qué Volkov. Max me ha dicho que hasta ahora su Clan no se ha metido con rusos, pero que ha escuchado que otros sí-  me explica, enredarse en la guerra entre clanes es pésimo, pero una dentro de tu propia organización y familia es aún peor, la guerra va a estallar en cualquier momento, y me va a salpicar–
- ¿vas a ceder?–
- No, claro que no– Gira los ojos– Quienes lo reclaman son idiotas incapaces. Yelisei está tomando medidas para protegerse, Tatiana está jodiendo al igual que Grigori, es lógico siendo el primero en postularse para ocupar el lugar del abuelo–
Me mira
- algo me dice que esos dos trabajan juntos y quien sabe cuantos más–
- ¿por qué lo dices?–
Se encoge de hombros.
- Son tío y sobrina. Además, están lejos del trono al no ser descendientes directos de mi abuelo. Eso los vuelve más hienas que lobos– niega sin apartar la vista del paisaje, no hay nada bueno en él.
- ¿tienes miedo, abejita? Sabes que...–
- Rabia– me interrumpe– La maldita organización no me deja en paz, no me deja ser feliz– espeta– El puto mundo no me deja tranquila. Quiero ser buena, pero...– suspira–
- Si tomaras el poder, serías incontable–
- ¿qué si soy ella?–
Deja de mirar el paisaje para perder su mirada en la habitación, dejándome apreciar su Perfecto perfil con las facciones rusas.
- No, claro que no–
- ¿qué si sí?– insiste– Por ella el abuelo cambio normas, ella desató terror en Siberia, aquí y en otras tierras. Llevo su sangre...
- Eres peor, porque llevas la mía también– me acerco apretando su hombro para tenerla enfrente- No le tengas miedo a lo que yo hice con tanto amor en esos cinco minutos–
Me mira para sonreír a medias.
- Hace casi tres años descubrí que puedo ser como ella y no me gusta– chasquea la lengua— Si me dan el poder de jefes de jefes, temo perderme–
- eres una buena líder, tus hombres te siguen porque lo desean, son leales a ti...–
- No entraré a la guerra, pero de ser así, necesito que te encargues de varias cosas en mi ausencia– me cambia de tema– Uno de mis Vorys te mantendrá al tanto–
- Si no querías estas responsabilidades, debiste ceder tu puesto hace años– Se vuelve a inclinar la lata– Como tenías planeado hacer– me mira unos segundos y se limpia los labios–
- Te recuerdo que Alex y tú me obligaron a casarme para esos fines–
- Bueno, debíamos hacer pensar no solo a mis padres que Oliver es tu hijo, si no a toda la Bratva...que no fuera un bastardo–
- Bueno, yo vengo de una ¿cuál es el problema?– antes que tome más de esa porquería se lo quito–
- Pero tú no lo eres y tampoco mis nietos–
- ¿solo porque somos tuyos? Eso es hipócrita. Técnicamente Narcisse lo sería–
- Técnicamente estás loca, estas mierdas te están afectando el cerebro–
- Estoy cansada, déjame– se cruza de brazos–
- sí, pero esto te engorda–
- ¿me estás diciendo gorda?–
- Sí, cuida tu salud, y ya no ingieras estas porquerías. Hoy estabas como muerta de hambre–
- ¡se llama ansiedad!–
- Pues come apio o yo que sé–
Sacude la cabeza.
- En fin, mientras esté en Italia, no salgas de Cambridgeshire ¿puedes hacer eso?–
- Agradezco que te preocupes por mi pero...
- Te necesito vivo– me interrumpe– dentro de la propiedad lo estarás. Armaré a tus hombres con equipo ruso– Se aleja para sacar de los cajones una libreta de cuero, la abre en el escritorio para que me acerque– Hace dos años comencé a estudiar los diarios de mi abuela sobre armamento, todas estas...– me señala una serie de números– serán para ti. No tienes que comprar armas ilegales a otros para tus hombres. Yo Te las proporcionaré–
- estás igual son ilegales– Susurro–
- Las distribuiré desde Siberia, manda a tu hombre de confianza a recibirlas. Que las reparta entre tu élite si es que tienes–
Me muestra un dispositivo
- Quién lo tenga será inmune a ellas–
Asiento trayendo hacia mi la libreta, la hojeó encontrándome con distintas armas y dispositivos tácticos.
- ¿están a la ventana? ¿O solo son para la Bratva?–
- La abuela lo tenía clasificado. No te imaginas todo lo que tiene el abuelo en sus diarios– Niega– Los Franceses, italianos y la Bratva de Inglaterra son los únicos con acceso a este armamento–
- ¿cómo sabes que son mejores a la de los otros Volkov?– Ponerle dudas es parte de mi trabajo–
- En el negocio familiar siempre hay uno que sobre sale, y esa fue mi abuela junto a mi abuelo, y no soy  la excepción– cierra la libreta– Lo mío son los libros, pero no podía dejar en manos de otra gente el negocio legal–
El comunicador del escritorio suena, ella presiona una botón para recibir la llamada en su celular.
- Déjalo Pasar–
Guarda lo que veíamos.
- ¿se puede saber quien viene?–
- En unos tres segundos, Silas–
La puerta es tocada como diez veces hasta que se abre dejando ver al joven.
- No–
- Sí, pero tampoco quieres con Piero–
- ¡Que no!–
- ¡sí!–
- ¿se puede saber qué sucede?–
- Tu hija quiere casarme con un integrante de BTS– se queja–
- ¿qué es eso? ¿Otra mafia?–
- No, son una banda– Isabell suelta una risita– Anda con cuidado, que solo Viene a hablar conmigo–
- Sobre ¡mi!–
- oye, si no quieres lo acepto, joder ya cálmate–
- ¡bien! Porque los asiáticos tienen micropenes–
- El mío le va a doler, Silas Botchan–
Silas de restriega la cara con su mano.
El tipo es un japonés alto de cabellos negros de unos treinta años.
- Que fastidio– Refunfuña el hermano de mi hija saliendo por una de las habitaciones laterales para no ver al japonés–
- Hiroshi, dijeron que necesitabas de una charla–
- Sí, ¿y él es...esposo?–
- puedes hablar en su presencia– 
El hombre asiente dándome una ultima mirada.
- Fui a un casino de Moscú, escuché planes de un ataque a los jefes más importantes de la Bratva– Se cruza de brazos– ataque que harían pasar por otras mafias...porque era un Volkov el que alardeaba–
- No es novedad–
- Para mi sí, Porque mi clan ha tenido  negocios  sólidos desde hace décadas con el tuyo y en mi mandato no será distinto. Así que dígame, ¿es o no fuerte? Hay una guerra dentro de su clan–
- Acabamos los acuerdos si es lo que desea. Aquí nadie necesita del otro, ¿o si Hiroshi?–
- No soy tu enemigo, así como yo dudo, lo harán los demás.No, ellos darán por hecho que la mafia roja está débil, y tú sabes lo que eso significa–
Isabell asiente.
- Se ha cazado a tu familia desde hace años, pero ahora el problema de la Bratva es un cáncer. Come desde adentro, Isabell–
- Mi familia es fuerte, conmigo tienes negocios, no con el resto del clan– se acerca al mini bar para servir un poco de agua-
- No parece preocuparte–
-¿por qué tuvieron la libertad de hablar en tu presencia?–
- No te voy a dar explicaciones cuando vine aquí a advertirte–
- viniste aquí a comprobar quién es más fuerte. Con quien te conviene estar–  mi hija se inclina el vaso– Sí, Nakamura, seguramente ese Volkov es más fuerte, más viejo tal vez–
El japonés no dice nada- Él atacará con el poder que tiene, y yo solo voy a esperar–
- Se están cazando entre ustedes, eso...–
- No, entre depredadores no nos cazamos, luchamos para ser el alfa. Esos Volkov olvidaron que son, pero yo no – Deja el vaso sobre la madera– Dime el nombre de los Volkov, que lo demás yo ya me lo sabía–
- Barton y Rue Volkov. Son gemelos. Hablaban que si llegaban a deshacerse de todos los jefes ellos no tendrán que pelear ninguna poder, porque sería un derecho...o algo así. Comenzarán con los de su clan y después el de los otros– el japonés explica empeorando la situación, el único clan que deja con autonomía a las familias es el Volkov, mientras que si el jefe de otro clan cae, todo él también– Prometiendo grandeza y enormes negocios con las mafias que se les alíen y ayuden...a terminar con las más importantes familias del clan Volkov, y está de más decir lo que hablan del resto de la Bratva– niega más preocupado que mi hija–
- ¿Barton y Rue? Solo Jesús sabe quienes son–
- ¿no son tu familia?–
- mi abuelo tuvo como quince esposas ¿tú crees que me sé todo mi árbol genealógico?–
El japonés frunce el ceño, los Volkov son extraños.
- Ya investigaré quiénes son. Avísame si intentas aliarte con otro–
- No puedes ir pensando todo el tiempo que se te va a traicionar–
justamente eso le enseñé a hacer.
- que nadie se entere de nuestros negocios– el hombre asiente–
- cambiando de tema– carraspea– Yo aún acepto a tu hermano a pesar que sea un grosero caprichoso mimado arrogante egocéntrico insoportable–
Todo eso Silas y más.
- pero atractivo e inteligente –
- Él no quiere, tendrás que esforzarte Hiroshi, no puedo obligarlo–
- Puedes hablarle bien de mi, por los viejos tiempos– le guiña un ojo, miro a mi hija quien se endereza ante mi mirada—
- Está bien, pero él jura que los asiáticos no están dotados–
- Ya sabes que eso es un mito– Los dos se ríen haciendo que gire los ojos. Que horror–
Se hablan en japonés carcajeándose. El tipo se va dejándonos otra vez solos.
- ¿cuándo conociste a ese?– le cuestiono–
Se encoge de hombros
- Como a los 16 o 17–
- ¿no a lo 17 conociste a Sam?–
- No me la vivía pegada a él–
- Pero si él estaba metido en tu casa todo el tiempo y tú en su departamento cuando salías de la escuela, si hasta a la cabaña lo llevaste–
Frunce el ceño
- ¿tú cómo sabes eso?–
- ¿saber qué?– me hago el idiota–
- que me iba con él después de la escuela y lo de la cabaña–
- Pues supongo, eso hacen los adolescentes y ahí siempre ibas con María antes de navidad–
- ¡¿tú cómo rayos sabes eso?!–
- Pues tu abuelo me lo dijo ¡loca!–
Le paso la mano por la cara haciéndola rabiar.
- Ya no hagas eso– me manotea– Dios, ya no tengo tres años–
Definitivamente ya no es la niñita que corría hacia mi con los brazos abiertos.
- Deja de mirarme, es extraño–
Tomo aire para mirar a la ventana.
- ¿hablaste con Richard? Sabes que tenerlo en esa organización sería de gran ayuda –
- sí, se negó–
- No le dijiste–
Le jalo un mechón de cabello, se gira molesta. 
- No lo van a matar–
- Eso tú no lo sabes, Eric. ¿Sabes lo que le pasaría a Emile si publico la lista que tengo? Eso le puede pasar a Rick– Se acomoda el cabello– Es el padre de mi hijo–
-  a los tres los has convertidos en cuernudos, no vengas aquí a decirme que los amas cuando te metes con quien sabe cuántos más–
- ¿tú cómo sabes eso? ¿Y de quiénes hablas?– me hace una mueca– y lo infiel lo heredé de...ambos al parecer–
Me hace girar los ojos
- Déjate de pendejadas de braguetas, que el amor que le tenías a esos idiotas ya no existe, solo te embarazaste de ellos, agradéceles que te dieron herederos...– Me inclino a su rostro– Papá y Alex te buscaron cartas, no muñequitos, así que úsalos para lo que sirven–
Se cruza de brazos poniendo la cara de caprichosa.
- Hace tres años yo quería uno y no me lo diste–
- perdóname por no conseguir al pony con Alas que querías, porque eso era el policía–
Se deja restregar la nariz con la mía, suelta una risita alejándose.
De verdad que lo intenté, Ese chico la tenía a mi lado, pero resultó que los estorbos aparecieron y poco después me enteré que Emile jamás dejaría su trabajo para estar con mi hija al ser leal a sus principios, pues la razón de formarse como agente es que su familia fue moneda de cambio cuando su abuelo se hizo de una deuda enorme con los rusos.
Ni Alex ni yo podríamos manipular a un hombre con rencor en el alma, se ha dado la tarea de exterminar a personas como nosotros y no va a salir de ello por la cara bonita de mi hija.
Samael fue fácil por su obsesión, Richard algo complicado pero al final le encontramos su debilidad y fue su terquedad, competitividad y narcisismo ¿cómo era posible que un simple profesor le quitara la atención de una mujer como Isabell? ¡Jamás! Él siempre ganaba y tenía a todas.
¿Pável? Bueno, ese solito se metió, el único al que no podemos controlar, Alex y yo tenemos solo una forma para que no se nos salga de las manos, y es pegarle un tiro cuando de señales de traición.
- Mete a Richard a esa nueva organización, necesitamos que quite a varios del camino. Los rumores dicen que solo serán 40 hombres y que tendrán vía libre para acabar con el crimen organizado, o sea, nosotros–
- Eso me suena a muy secreta, creí que sería parte de la OICCO, y esta rinde cuentas–
- Lo será, pero este ejército tendrá su propio sistema, y si bien será parte...su trabajo no estará completamente documentado por los letales que se presume serán– me enderezo– La identidad de Rick no será pública salvo para cuestiones oficiales. Son trabajos que absorberá la OICCO. Tu esposo va a comandar al ejército de élite que nos puede destruir o ayudar–
- Tu informante dijo que sería Coronel–
- Ese era el plan para el cargo de esta persona, pero debe tener un perfil bajo, ingresará con el puesto que tiene–
mira a la ventana otra vez. Podría mandar al matadero al ruso, pero al Americano...a ese lo estima más de la cuenta a pesar de que lo niegue.
- Lo hablaré con él, pero no creo que quiera dejar su trabajo como Marine–
- La que no quiere eres tú–
- Claro que no. Si le paso algo a Oliver, Narccise será mi heredero, y necesitará de su consejero–
- ¿cómo está Sigmund?– le cambio de tema para que deje de pensar en cosas que no pasarán, me mira–
- Como si te interesara el bastardo–
- Lo hace, de probeta o no, lleva mi sangre–
Toma aire
- La sangre de Fritz no es fuerte, cada vez se parece más a un Volkov. Alto, cabellos y ojos negros–
- Le llevaré por un helado en su cumpleaños–
- Su cumpleaños fue en enero–
- ¿si? ¿En qué momento?–
- Los llevé a conocer Venecia. Es muy callado y reservado, pero tiene un carácter de los mil demonios–
- ¿todo lo contrario a Narccise?–
Me apoyo en la mesa.
- ¿por qué llora por todo? No hay nada que no lo asuste o palabra que no lo hiera— Suelta fastidiada de su propio hijo, y es que hasta ahora, Narccise no promete ser un buen Vory, es débil con tanta pendejada sentimental, y para los Volkov mucho de eso te convierte en una presa.
- Entonces has a Sigmund el segundo en la línea–
- Es un bastardo creado para negocios–
Yo me sé la verdadera razón.
- Nació cuando Fritz era tu amante oficial, así que puede tener cargos en tu casa–
- No creo que a Rick le vaya a gustar eso–
- Deja de estar pensando en lo que le puede o no gustarle a Richard. Amo a mi nieto, pero aquí el verdadero bastardo es él y es tan débil que dudo puedas confiarle un negocio–
- has olvidado qué hay dos bebés aún, primero debo saber si alguno de ellos puede sustituir el puesto de Narccise—
- Con el gen psicópata de Sam, te aseguro que serán buenos—
- Muy gracioso. Sigmund está en Alemania con su padre, y ahí está mejor, las cosas no están bien para tenerlo también aquí—
Las puertas se abren mostrando al idiota que me ha quitado a mi hija por años.
- No estamos para audiencias del pueblo–
- No me fastidies que te pego un tiro ahora mismo—
- Papi, no parece que te guste la paternidad– Mi hija se burla pero que le llamé así me enferma cuando yo he sido Eric desde que tiene siete, se acerca tallándose la sien– ¿esta vez si se quedan?–
- ¡mami!– Oliver entra hechos una bala, la privacidad en este lugar es nula– ¡el abuelo Alex se queda en casa!¡para siempre!—
- No lo creo, solo hay espacio para un abuelo– Suelto–
- ¿en serio?–
Isabell relaja su voz convirtiéndose en La Niña que quiero que sea conmigo.
- Si, conejito, ya te extraño y ya no soporto a tus hermanos...¿no te molesto?–
- Sí, y mucho–
- ¡No!– Me mira mal– Traeré a las mejores nanas para mis hermanos–
Se emociona quitándome toda la atención que estaba teniendo. Maldito.
- Me parece bien, Henry está como loco–
Oliver sale de nuevo sin antes abrazar a Alex.
- También quiero estar con mis nietos, pero es temporal, solo será hasta que mi esposo se de cuenta que lo traje para deshacerme de los bebés–
Se me revuelve el estómago al decir tal idiotez.
- ninguno es tu nieto, ni de nombre– espeto con la paciencia al límite–
- ¿por qué eres tan envidioso?–
- Todos llevan mi nombre, no el tuyo, idiota–
- Sí, porque obligaste a mi hija a quitárselo–
- Yo no obligué a nadie, tomó una sabia decisión, pueblerino—
- mejor cállate y díganme porqué Samael está aquí–
- vino a ver a los niños–
Alex se restriega la cara.
- El punto que te divorcies del papá de tus hijos es que jamás vuelvas a tener algo con él, no debería estar metido aquí–
Asiento, tiene razón.
- Pues quiso venir a visitarlos– Mi hija suelta con obviedad, pero también es...–
- nah, a Sam le importan tres hectáreas de mierda sus hijos, está aquí por ti–
Se sienta cruzándose de piernas, le señala la Silla e Isabell obedece sin más , como si este pedazo de maricón mereciera tal acto de respeto.
- No deberías acusarlo de esa forma, él ama a sus hijos–
- No, ni siquiera te ama a ti, así que hazme el favor y deja de enredarte con ese tóxico. ¿Qué no te gustó el profesor ruso?–
- ¿tú le enviaste a un tipo para meterse?– me enfurece en milisegundos, porque yo ya no quiero a mas idiotas al rededor de mi hija, la quiero solo para mi–
- Claro, es guapo, alto, inteligente y arrogante–
- a mi me gustan mucho de esos–
- ¿ves?–
- Mi hija necesita paz en su vida, no más hombres–
- A mi no me im...–
- tus hormonas están locas– la interrumpo– Son una distracción, tiene que atender sus negocios no problemas de idiotas–
- Si MI hija quiere diez hombres, veinte le voy a dar, así que no te metas en lo que no te importa–
- Eres...
- ¿mejor padre que tú? Por su puesto–
Se me burla llenándome de ira. 
- Si él va a estar aquí, yo me largo a Francia–
- Nadie te lo niega–
- Eric, tú no te puedes ir, lo sabes–
- ¡soy tu padre! Deja de llamarme por mi nombre, Isabell. ¡Respétame como lo que soy!–
- No te atrevas a gritarle, que tu hija no es– el inglés me enfrenta poniéndose de pie–
- la casa es lo suficiente grande para que no se encuentren. Ya basta, no me estresen más–
- Lo siento, conejito, pero decide a quien tener aquí. A este o a mi–
Asiento, sé que voy a perder, ella no va a elegirme por obvias razones.
- Alex, las cosas ahorita...–
- ¿vas a elegir al idiota que te abandonó?–
- No voy a quedarme a escuchar como le manipulas, Alexander. No tienes que competir conmigo que yo aquí lo único que soy es el consejero–
- Solo convivan un tiempo hasta que todo se calme. No es tan difícil– Resopla– Entiéndelo papá, no puedo dejar solo a Eric cuando yo he puesto su vida en peligro–
El inglés de cruza de brazos
- ¿puedes?–
- Ajá–
- ¿y qué hay de ti?– sus ojos grises se conectan con los míos, pero en ellos no hay nada similar a cómo lo mira a él. Solo hay una relación entre líder y su simple consejero.
- Yo puedo cuidarme solo, Isabell. Jamás he necesitado de tu gente, muy al contrario– Me enderezo– Que papá te de los hombres que yo te he dado, si es que puede–
- eres un caprichoso, Parisi–
- Así somos los que nacimos en palacios y no en pesebres– me voy antes de golpearlo–
- No seas un maldito grosero con Dios–
- Te recuerdo que a los maricones como tú los envía derechito con Satán– me dirijo a la puerta sin más que decirle, no puedo odiar más a este hombre–
- Anda con cuidado, los machitos como tú resultan ser no tan heteros–
- Vete al demonio–
Me voy a desaparecer antes de hacer una escena gracias a la poca paciencia que me hace tener ese desgraciado.
Tomo uno de los pasillos que me llevará al patio interior, unas sirvientas se aproximan musitándose quien sabe que, lo dejan de hacer enderezándose de inmediato cuando me ven.
Tomo aire cuando salgo, saco uno de los chicles del bolsillo metiéndolo a mi boca.
- ¿por qué no puedes dejar la paranoia?–  Samael
- ¿qué si se dio cuenta?– y el otro idiota–
Deben estar al costado del lugar.
- debiste quedarte en dónde estuvieras, estamos mucho mejor sin ti–
- ¿quienes? ¿Tú y tu culo? Hace como media hora me decías algo totalmente distinto–
- ¡cállate!–
¡Todo tiene sentido! ¡Estos dos tiene algo!
- Deja de fastidiarme, ya recibí suficiente mierda por ti. Si lo sabe, arréglatelas tú–
- Lo que te sucedió no es mi culpa–
- Lo sé, fue la mía por proteger a un americano. ¡Sal de mi vista!–
- ¡El que debe largarse de aquí eres tú!¡y si ese francés lo sabe, voy a matarte!–
- ¡Ojalá sepa que te gusta la verga, así estaremos a mano por hacer que me  corriera!–
Dejo de masticar cuando suben los escalones justamente del lateral.
Se miran y después a mi. Los observo, ninguno de los dos parece que gustaran  de su mismo sexo.
- ¿cuánto tiempo llevas ahí?– Samael cuestiona–
- Creí fielmente que el pasivo serías tú– Sonrió ampliamente– Par de...
- Corre–
- ¿qué?–
- Corre porque si te alcanzo el tigre tendrá comida francesa–
- Ya mátalo porque se lo dirá a todo el mundo–  Richard se acomoda el sombrero– No debiste oír eso—
Me les burlo
- No sean infantiles–
Samael se me acerca y ahora que lo pienso, este está loco.
Volvemos a tener quince años, yo gastándoles bromas y ellos golpeándome cuando me atrapaban. Samael siempre ha sido más alto pero no tan rápido, así que Alex se encargaba de atraparme para que el escocés me diera las golpizas.
- ¡Somos adultos, Sam!–
Escucho como me persiguen los dos hijos de puta inmaduros.
- ¡además de putos closeteros son unos inmaduros!–
- ¡voy a arrancarte la lengua francés de porquería!–
Salgo al vestíbulo, los zapatos me resbalan hasta estrellarme con la mesa, me impulso para seguir al otro pasillo. Ya no sé a dónde carajos ir, subir sería condenarme, y lo único que puedo hacer es llegar a otra ala y salir.
Escucho como se rompe un jarrón, volteo sin dejar de correr, Richard se ha estrellado contra otra mesa, el piso pulido no colabora, Samael le ayuda a seguir y me pregunto a dónde quedó el " te la arreglas"
Entro a otro vestíbulo con varios caminos, hay un ala sin remodelar tengo entendido, y ahí no voy ni porque me obliguen, pero creo que ya estoy. El polvo lo siento entrar a cada milímetro de mi organismo.
Samael me acorraló hasta aquí el hijo de puta.
Escucho los jedeos de ambos tras de mi.
- Pobre príncipe ¿no seguirás huyendo?–
Me giro
- Si me haces algo, lo publicaré en los diarios–
Amenazo–
- en esta parte del palacio no hay testigos, llevémoslo al sótano y que se lo coman las ratas– Richard propone, la  telaraña que está en una de las esquina me pone a sudar.
Siento como los gérmenes traspasan mi camisa cuando Samael me pone contra la sucia pared.
- ¡No diré nada!–
- ¡júralo!–
- ¡vete al diablo Samael!¡invades mi espacio personal!–
- ¡ni una sola palabra, principe!–
Me jala, me derriba metiéndome el pie, El Americano se me sube al pecho y hace la cosa más asquerosa que jamás había presenciado.
- ¡SAMAEL NO!–
La saliva del sujeto cuelga de sus labios  directo a mi rostro.
- Si me entero que dijiste algo, que se te escapó algo o qué hay un rumor, vas a ver–
- ¡Lo que tú digas! ¡Pero ya! ¡Hay miles de gérmenes en una puta gota de saliva! ¡Ya!–
- ¿se puede saber que están haciendo?–
Richard regresa la saliva rápidamente pero una gota me salpica la cara.
- Nada–
Dejo de respirar cerrando los ojos con fuerza, y a estas alturas debo estar hecho un puto tomate.
- ¿qué carajos le hacen?¿por qué lo tienen aquí Par de tontos?–  Mi hija se me acerca— Eric respira, ¡¿estás loco?! Respira–
- fue solo una minúscula gota de saliva por Dios–
Regreso a la vida cuando me pasa un pañuelo, es mío, huele a mi.
- ¡son unos tarados! ¡Ambos!—
- ¿cómo diablos nos encontraste?– Samael mira a todos lados en tanto me levanto a sacudirme.
Necesito una ducha pero ya.
- Oh si claro, voy a tener el ala desierta sin monitorear. ¿Por qué torturaban a Eric–
- Nosotros no sabíamos que se iba a poner histérico–
- véte a la mierda, Richard. Ambos son unos asquerosos–
La cantidad de enfermedades que se me cruzan en la cabeza en estos instantes que puedo contraer por el polvo, la humedad y los gérmenes de ese imbécil me provocan náuseas.
Me largo porque necesito ducharme pero ya.
Me las van a pagar.

MY BUNNYWhere stories live. Discover now