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Samael.
Trago saliva intentando regularizar mi respiración con la espalda en un árbol. Quiero escuchar mi alrededor, captar algo que no sea mi corazón, mi respiración, pájaros y la corriente del pequeño arroyo a unos metros de mí, pero nada.
Miro a mis costados y nada.
- ¿escuchaste algo?—
Reacciono inconsciente golpeando a mi amigo con el arma.
- ¡auch!–
- Shhh– lo callo– Perdón. Soy malísimo en este juego, ni te vi venir a ti– resoplo–
Escuchamos unos pasos, las ramas y hojas suenan cerca. Nos asomamos notando a varios metros a Lio esconderse igual que nosotros.
El silbido de mi esposa aparece, no sé cómo carajos nos desespera. No puedo percibir de dónde carajos proviene, hace eco en el bosque.
Nos volvemos a asomar, debe estar cerca.
- Ya están muertos–
Nos pica las costillas con los dedos dándonos un susto.
- Ya no quiero jugar– me quito el arma– Me he muerto como un millón de veces–
- escuché tu respiración a metros– Sonríe, toma el arma y apunta a nuestro hijo disparándole una bala de pintura—
- ¡estoy harto!– Grita a lo lejos–
- ¿cómo rayos haces para no escucharte?– Cuestiona Rick, la seguimos para reunirnos con mi hijo, se le ve molesto, pero es que ganarle a Ell es imposible, no podemos atraparla pero ella siempre lo hace.
- Hacen mucho ruido, Rick es el que menos lo hace, pero lo hace–
- sería una vergüenza– Giro los ojos–
-  Mézclense con los sonidos del bosque. El abuelo nos enseñó a silbar para...poner nervioso al enemigo–
- Asustarlos mejor dicho– Se ríe con mi comentario–
- ¿tienen hambre?–
- De venganza– Oliver dice antes de ser abrazado por su madre—
Después de una caminata, entramos a la casa donde Ell vivió por cuatro años junto a sus padres. Es bastante oscura y fría en la mayoría de las habitaciones.
Narccise es jalado por el pasillo por George en un carrito rojo de metal.
- ¿Dónde lo encontraron?– cuestiona emocionada cuando El Niño llega a sus pies, se pone de cuclillas– Las llantas lastimaban la madera–
- Lo siento, señora, es mi culpa. Los sirvientes limpian el ático y encontraron algunos juguetes, creí que...–
- no importa– Lo interrumpe– Ángel ¿por qué no revisas esos juguetes? Sería bueno que alguien los jugara–
- ¡sí!–
- Están en el patio de atrás- avisa George–en el pórtico–
- Vamos, Narccise– Oliver se sube atrás de Narccise , es un juguete para niños pequeños así que le queda chico– sube los pies– Ordena y se impulsa con sus pies haciendo reír a su hermano–
Observo a Eleanor, sonríe viendo a sus hijos pero en esa Felicidad hay melancolía, lo sé.
- ¿por qué no eligen ustedes la comida?–
- Mejor vamos con los niños– Sugiere Richard– Que George se encargue de la comida– me golpea el pecho– Después podemos ir al pueblo– Nos jala por donde se fueron los Niños–
- yo tenía que firmar unas cosas pero está bien–
Salimos al patio trasero, es bonito, toda la casa lo es, es una propiedad grande con muros llenos de enredaderas, no hemos llegado al final de la propiedad pero supongo ahí también hay alguna puerta que nos lleva al bosque.
No hay tantos juguetes como pensé. Hay un cofre color café que los niños revuelven.
- No puede ser– Richard se acerca y saca un carrito en su empaque– ¡no puede ser!– Saca otro– Yo le compré estos mismos a mi hijo mayor, bueno...es que yo los quería, pero...– Carraspea– Están en su empaque–
- Te los puedes quedar si quieres– Evade la curiosidad de Richard, y es que los juguetes están en sus cajas. Desde aquí puedo ver de esos muñecos pequeños que Oliver y Narccise tienen–
- ¿en serio?– Suelta emocionado– Me acuerdo que era una colección de...¿por que los tienes todos?– Le quita el que tiene Narccise en las manos–
- Oye– lo regaño– Lo tenía El Niño–
- Le compraré otros–
- Son juguetes. Siempre reaccionas como Niño cuando Ell te enseña juguetes viejos–
- Ay, le rogaste que te diera cómics viejos de iron man–
- Es distinto– me defiendo–
- Como sea, son míos ahora–
- si quieres conducirlos podemos ir a Mónaco, el abuelo me los regaló pero en este pueblo son inservibles, así que los envié ahí cuando era adolescente–
- No es cierto–
- te lo juro. Creo qué hay uno que lo corrí en el 2010– Rebusca en la caja, se levanta y le entrega otro coche al atónito hombre–
- Mi mejor decisión fue casarme con una mujer que está pero nadando en billetes–
- Esa fue la de papá, mira que de huérfanos a clase alta–
Eleanor se ríe.
- Oye, las clases no existen, amor. Todos somos iguales—
- ¿no vamos mañana a una subasta de caridad?– Eleanor me golpea el brazo–
- No volvamos a los niños como mi papá–
Oliver suelta un risita.
- El abuelo dice que su papá ni en mil años hubiera dejado que ustedes se casaran con mamá porque...–
- Todo lo que sale del abuelo Adam es falso– lo interrumpe–
- De todos modos el abuelo no nos quiere. Jamás a venido a ver...–
- shhh no lo invoques. Mejor juega con tu hermano–
No sé cómo sucede, pero terminamos jugando con los niños en el pasto.
Los ojos de Narccise brillan en el sol, su heterocromia los hace inconfundible, y es por ello que en público tiene siempre lentes oscuros. Cada día que crece se parece más a mi amigo. Me parece extraño que sea un excelente padre para Lio, pero con Narccise incluso para mi es bastante rudo.
Después de días de caos, tenemos este fin de semana tranquilo. Por alguna razón Ell se siente más segura aquí que en Inglaterra, no me lo ha dicho, pero puedo notarlo, aunque tampoco se ve tan cómoda. 
La gente de aquí la quiere mucho, pero ella es soberbia cuando nunca lo es con la servidumbre.  Sé que Alex le educó para ser una excelente mujer con valores y así ella está educando a nuestros hijos, es una Davies, lo sé, pero no puedo negar el hecho que aveces es  como la sangre que corre por sus venas.
Para los Volkov es importante la familia, pero no como lo es para los Davies.
- ¡para hemanito Sigmund!– Narccise nos muestra un pequeño muñeco—
- Claro, amorci...—
- No— Richard se lo arrebata– ese mocoso es un bastardo, no es tu hermano–
- Él no lo entiende– Eleanor intenta calmarlo–
- Bueno, tú tienes el afán de confundir al niño– Apoyo a mi amigo, Narcisse se siente regañado y por ello busca mi protección sentándose a mi lado– Le habrás dicho que es su hermano y por ello dice tal idiotez–
- Sigmund no la está pasando bien–
- Nuestro problema no es. Mejor concéntrate en nuestros hijos y no en bastardos—Sigo, me da rabia que defienda a ese mocoso–
- pero...– intenta refutar pero Richard la calla–
- Da gracias que no somos unos malditos, o ese bastardo tuyo no estaría caminando por donde lo hacen nuestros hijos–
- Es un niño– Lo regaña– No tienen que tratarlo así–
- Solo deja de meterle ideas pendejas a los niños. Suficiente es que sepan que tuviste un hijo de laboratorio con uno de tus amantes– La rabia que siente Richard es auténtica, no mide sus palabras frente a los niños. De la guerra no regresó el mismo Richard, este es más brusco, celoso, intolerante y hasta puedo decir que agresivo. Pero a pesar de todo eso es mucho mejor hombre que yo en muchas cosas
Mi esposa mira a Oliver, quien para de jugar con los muñecos para darle un pequeño vistazo a Richard y después a su madre.
Eleanor se avergüenza bajando la mirada.
- ¿por qué le reclamas?– Oliver habla, con gestos le hago callar pero no lo hace–Tú te fuiste con una americana por casi un año. Vivías con ella mientras la que...
- Lio...
- No– Interrumpe a su madre– Abandonaste a la que presumes como tu esposa cuando estaba embarazada ¿lo recuerdas?–
- No te metas en cosas de adultos, ángel– Le toma del brazo para que no diga más– debes respetar a papá–
- Él no es mi papá– Se suelta– No se convierte en mi padre solo por estar casado contigo– Se levanta tomando un par de muñecos— Pero en algo estoy de acuerdo. No deberías tratar a ese niño como si...lo quisieras–
Narccise alza su rostro hacia mi y yo la bajo, me dice no sé qué en ruso.
- No sé amigo, no te entiendo–
No sé en qué momento ha llamado a George, pero este llega y se lleva a Narccise.
- Lo siento– Richard se disculpa sincero, yo no lo haré–
- ¿por qué? ¿Porque no te es suficiente decirme zorra si no también que mi hijo crea que lo soy?–
- Yo no te dije...–
- ¡lo insinuaste!– Se exaspera levantándose– Tú te acostaste con Ana, con...con...– Se talla el Puente de la nariz irritada– con la americana y seguramente también con la otra soldado y quién sabe con cuántas más ¿y yo soy la zorra?–
- Bueno pero no anda teniendo hijos con....–
- ¡tú cállate!– me cierra la boca al instante, me pasa por idiota – Que si de bastardos regados hablamos, tú eres el más estúpido porque hasta te metieron uno que ni es tuyo– gruñe– ¡tú embarazaste a tu maldita ex! ¡recuérdalo!–
Está muy enojada, demasiado.
- ¿quién carajos preña a la amante eh? Al menos el otro infiel usa forro ¡aprende!– niega hirviendo del coraje antes de comenzar a marcharse–
- ¿a dónde vas?– Richard se pone de pie para seguirla– Niña linda–
- ¡con mi amante!– grita girándose y con la misma vuelve a su camino– ¡y no me llamas así!–
- Por defenderte ya se enojó conmigo también–
- yo no le dije que era una zorra frente a Lio–
- Sí pero le dijiste que tenía amantes frente a él–
Me mira confundido
- ¿perdón?¿pero cómo mierdas le explicó que tiene otro hijo con otro hombre?–
- no lo sé, pero sabes que las peleas no se hacen frente a los niños– Resopla regresando al pasto–
- Lo sé, fue mi error– se queda en silencio unos segundos pero sé que no va a pasar algo por alto– Oye...
- No lo dice en serio, solo se molestó contigo–
No dice nada.
- Tal vez...lo dice en serio, le falta negarme una vez para ser Judas–
- Fue Pedro el que negó a Jesús tres veces–
- Es la misma mierda—
- No sé por qué te molestas, a mi siempre me ha dicho que no soy su papá–
- Sí, porque tú eres un hijo de puta con él, yo no me merezco ese rechazo. Soy el papá genial– Se para de nuevo, le extiendo mi mano, la toma y me jala parándome–
- Lo siento me duelen las costillas–
- A mi el hombro son esa llave que me hizo– se talla– ¿crees que tenga que hablar con Lio?–
Encojo los hombros regresando a la casa.
- Supongo–
- No sé que le diré a Ell para que no se enoje conmigo más–
- Sí quieres no lo hagas y vete de nuevo con Alicia–
- ¿tú también?–
Me río.
- Se veía muy molesta y alterada. te recomiendo no acercarte a ella por unas horas– advierto como si no la conociera, pero aún así le encanta ser molesto.
La comida la sirven una media hora después, somos cinco personas en un comedor como para veinte personas o más , las sillas están muy separadas.
Supongo que la escolta le ha dicho a la servidumbre que Ell no se sienta en la cabeza de la mesa, pues el puesto está vacío.
Ella entra sin mirarnos, solo se sienta en la silla que a pesar está en medio de donde nos sentamos los dos, no hay contacto, los niños se sientan enfrente de nosotros.
La oscuridad de esta casa es impresionante, es hasta deprimente. Las lámparas amarillas lo hacen peor y aún peor las alfombras oscuras en la pared.
La distancia entre nosotros es abrumadora, esto no es a lo que estamos acostumbrados.
- Abran las ventanas– Ordena mi esposa, noto como los sirvientes de miran entre sí– ¿hola? ¿Si me escuchan o están sordos?–
Captan la orden y se disponen a abrir las únicas ventanas que están al frente.
- Apaguen esas velas, que no estamos en los 1800– Espeta. Quitan las velas que adornaban la mesa–
Asiente con la cabeza y de inmediato sirven nuestro platos, los prueban y se van, salvo dos personas que son retiradas por la escolta de Eleanor y después ellos salen dejándonos solos en la inmensidad del salón.
Esta casa es grande pero pequeña comparada con el palacio, sin embargo se sienten sus salones gigantescos, son fríos, toda la casa es inquietante.
Richars se levanta y jala su plato con el vaso de agua cerca de Eleanor, se regresa por la silla, la corre y se sienta, yo no me quedo atrás haciendo lo mismo. Oliver nos copia acercándose a su hermano.
La puerta de servicio se abre dejando entrar a una preocupada nana.
- Lo siento, señora, se le sirvió al niño Narccise aquí, un error– se acerca apresurada a Narccise con intenciones de llevárselo –
- Deténte, no he dicho que deba comer en la cocina– Eleanor se molesta– Anda, fuera de aquí– ordena, la mujer parece no entenderle así que endurece su voz diciéndole algo en ruso que hace la mujer asienta en casi una reverencia antes de marcharse–
- ¿por qué comería Narcisse ahí?– Oliver cuestiona igual de confundido que yo–
Eleanor no responde centrándose en su comida .
- ¿mamá?–
- Come, ángel. Se enfriará tu comida–
- ¿mañana podemos ir al pueblo?– Richard cuestiona–
- Sí necesitas algo del pueblo Sergei puede ir y traértelo–
- Solo pasar un rato juntos antes de ir a San Petersburgo–
- Estaré ocupada con mis amantes, lo siento–
- Entiendo– Richard se aclara la garganta y no dice más–
Comemos en silencio, la comida se sirvió tarde por estar en el patio, así que comienza a anochecer mientras estamos en la mesa.
- Sí estamos más tiempo aquí ¿puedo tener una televisión en mi habitación?–
- Claro, ángel. Me han dicho que los caballos están limpios, puedes montar mañana si quieres—
- ¿puedo ir al bosque a jugar?—
- No– sentencia– El bosque es peligroso, puedes perderte si vas solo– Advierte–
- pero iré con Franco y James, además ya fuimos una vez–
- sí, con las medidas necesarias para que no se perdieran– Suspira– He dicho que no, Lio. Si te pierdes y cae la noche, tendré que buscarte con los Lobos o los Osos—
Recuerdo la noche anterior, los aullidos de los lobos me despertaron.
- Un día me perdí en él, por suerte el lobo de mi mamá me encontró y me trajo de vuelta. Desafortunadamente mi lobo es británico y no está aquí para perderse contigo–
- ¿y no te asustaste mamá?– Mi hijo cuestiona sorprendido–
- Por su puesto. Habían muchos lobos, solían entrar a la propiedad a comerse a los caballos, al ganado lo mataban y el gallinero era un desastre por las mañanas– resopla– No solo el de nosotros, si no de todo el pueblo, incluso se llevaban a los niños–
- y...¿ya no entran verdad?–
- mmmh no lo sé–
- No lo creo, los muros son altos– Richard tranquiliza a Oliver–
- Siempre han existido esos muros. De alguna manera lo logran hacer. El lobo de mi madre fue asesinado por tres de ellos cuando entraron , dicen que por eso ella murió. La creencia que nuestro lobo y nosotros compartimos vida tenía un nuevo voto de credibilidad–  se encoge de hombros–  tenemos prohibido matarlos, así que supongo si siguen haciendo de las suyas. No quieres perderte en el bosque con ellos ahí, es su territorio y van a defenderlo de cualquier intruso. Si cae la noche contigo ahí, te daré por muerto–
- Bueno, pero son como veinte o treinta hectáreas, no llegan hasta aquí ¿o sí?–  Richard cuestiona preocupado–
- No me acuerdo, pero mandaré a alguien para que revise los muros–
- ¿pero sí puedo jugar en toda la propiedad?—
- Solo con compañía de tu escolta y en el día. De todas formas no estaremos mucho tiempo aquí– 
Le da un último bocado a la comida.
- Me iré a descansar—
- Pero no haz comido nada– Hablo, Richard intenta tocarle el rostro pero no lo deja– ¿te sientes mal?–
- No, solo quiero dormir temprano– Me gira los ojos levantándose, rodea la mesa dándole un beso a cada uno de los niños.
- Dormiré en mi habitación, pueden ver la televisión en la habitación principal–
- Creí que dormiríamos juntos– Protesto–
- Ustedes no van a dormir aún–
- descansaremos contigo–
- Como sea– Se retira sin discutir más–
Oliver va hablar pero levanto la mano para callarlo.
- Richard y yo somos tus padres quieras o no. Lo creas o no, a mi me da lo mismo– espeto– Lo respetas y ya–
- No, él siempre se va. Tú eres un pésimo papá pero al menos no nos abandonas– deja la servilleta en la mesa poniéndose de pie– Yo solo tengo un papá y lamentablemente eres tú–
- vaquero, tú no entiendes, tú mamá y yo teníamos diferencias–
Oliver le mira queriéndole decir muchas cosas, calla y se va.
Narccise no sabe que sucede así que sigue a su hermano saliendo disparado como si nos tuviera miedo.
- No te abrumes, solo está molesto– lo animo pero la cara no le cambia– Se le pasará-
- No sé qué hice para desagradarle tanto. Desde antes de irme las cosas no estaban bien, te lo dije–
Me fastidia con lo mismo.
- mejor preocúpate por tu hijo– le palmeo el  hombro—
- Lio también lo es– no entiendo su preocupación, así que lo dejó pasar, no es algo que me interese resolver–
- Puedo ir contigo al Pueblo si te hace sentir mejor– propongo–
-  mejor nos vamos por ahí y cogemos– susurra acercándose
- hay mucho personal dentro de la casa. ¿Por un momento podrías dejar de ser tan hormonal? Ni siquiera Serkan y es un adolescente—
Suspira.
- También desearía que las náuseas, vomito y mareos se fueran. Estoy pensando en seguramente estoy en la andropausia y mañana ya no se me parará–
Me cruzo de brazos y me recuesto en la silla, doy un suspiro observado los detalles de la alfombra en la pared.
Eleanor aquí parece un gato arisco, siente este lugar seguro, pero a ella no le gusta.
- Estaba pensando que, en esta casa no hay fotos de Ell. En Inglaterra hay demasiadas, pero aquí no–
- Sabes que su madre no era tan buena–
- ¿cómo podría una madre no querer a su hijo?–
Eleanor moriría y mataría por sus hijos.
Nos retiran los platos después de unos minutos de estar ahí charlando de tonterías dejando a un lado la melancólica sensación de la casa.
Buscamos a Ell en la habitación que alguna vez nos señaló como suya cuando nos disponemos a prepararnos para descansar, tocamos un par de veces pero no hay respuesta, entramos sin hacer ruido, esperaba una hermosa habitación pero por lo contrario es simple, supongo hizo recoger todas sus pertenencias. Enciendo la luz notando que está durmiendo en la cama individual que está pegada en la esquina.
En el descanso de la ventana está su iPad y libreta así que trabajó antes de dormir. En el pequeño escritorio de madera hay latas de energizante y gomitas regadas.
Ella está pegada a la pared, así que me siento a un lado.
- ¿y dónde me acuesto yo?– Richard protesta–
- no debería estar durmiendo si se tomó tantas latas– me inclino hacia ella besándole el hombro, aparto el cabello de su mejilla y le doy un beso para que me de señales de vida.
- Conejito...– le quiero dar un beso pero grita levantándose, se gira y me da un puñetazo en la nariz–
- ¡Sam!¡perdón!– Me abraza la cabeza pegándola a su pecho– Dios mío, perdóname–
Me aleja, me quita la mano que tengo en la cara, siento la sangre salir, pero no creo que sea algo tan grave–
- sé que estás enojada pero no era necesario– chasque la lengua, Richard le entrega su pañuelo, el cual pone en mi nariz.
- Lo siento, tenía una pesadilla— besa mi mejilla–
- Queríamos dormir contigo pero con trabajo y entras tú en esa cama– Richard comenta pero es ignorado–
- Tomaste dos latas de esas cosas, no deberías estar durmiendo, ¿y cómo es que no tienes una taquicardia aún?– me preocupa, últimamente las está tomando con mucha frecuencia–
- Tenía que terminar unas cosas, estoy agotada– se vuelve a enrollar en la cobija, me da la espalda– ¿pueden hacer que los niños se du...– Bosteza– se duchen–
- vamos a la otra habitación, ¿o te llevo cargada?– Richard amenaza–
Pero no hay contestación, solo el sonido de una respiración suave.
Me quito observando con el pañuelo en mi nariz como Richard la carga, en lugar de tomarse dos latas de energizante parece que se tragó dos pastillas de clonazepam. 
Le abro las puertas y la deja sobre la cama.
Le quita la cobija, se sube a la cama.
- Oye ¿qué haces? Está durmiendo– Lo detengo del brazo, me molesta lo que quiere hacer, no solo está durmiendo, si no que está en un sueño profundo– No se siente bien–
- Ya lo sé idiota– Se suelta con brusquedad– No le voy hacer nada enfermo ¿qué te pasa?– lo veo levantar la muñeca donde Ell tiene el reloj inteligente–
- ¿qué haces?–
- No tenemos la clave de su celular para checar su estado de salud, pero aquí he notado que no hay clave— explica moviendo cosas en la pantalla–
- ¿y?—
- pues, solo algunas cosas inusuales en su ritmo cardíaco pero no creo que sea tan importante, solo son momentos. Ahora, según esto todo está bien—
- ¿Seguro?–
- Sí, solo está cansada, y yo igual trataré de hacer lo mismo, tengo náuseas– la vuelve a tapar y se baja tropezándome con el hombro. Creo que se molestó- Mandaré a los niños a ducharse– anuncia antes de marcharse.
Dejo a mi esposa dormir, me ducho sin prisas y me visto de la misma manera. Estaba todo bien, se supone que sería un fin de semana tranquilo, sin peleas, discusiones ni otros hombres que la quisieran quitar de mi lado.
Cuando ya estoy en la cama, Richard vuelve, camina de aquí para allá sin decir nada y se mete a la ducha, sale rápido acostándose en la cama, apaga las luces.
Es temprano, no tengo sueño, así que solo cierro los ojos hasta que mi amigo se levanta apresurado al cuarto de baño, escucho como vomita repetidas veces. Regresa después de algunos minutos.
- ¿estás bien?—
- No, claro que no– Espeta– Ya duérmete-
Después de un par de horas lo logro hacer, sin embargo siento como mi esposa se sienta, no abro los ojos, la escucho suspira.
- Carajo– musita–
Con mucho cuidado se baja de la cama, la puerta se cierra suavemente y abro los ojos apoyándome en uno de mis brazos.
- No puedo creer que se haya ido– Richard suelta con el brazo en los ojos, se le nota la voz adormilada–
- ¿insomnio?– Me rasco los ojos–
- sueño ligero ¿tú sí?–.
- Lo mismo desde que no tomo drogas— me vuelvo a acostar— Voy a dormirme con los niños, parecemos casados durmiendo solos–
- me da igual–
Camino a la habitación de los niños en oscuras y en silencio, no está lejos y es la única con al puerta abierta con una pequeña luz de noche. A lio no le gusta la oscuridad desde hace cuatro años más o menos, y sé el porqué.
Me acuesto a un lado de Lio. Miro a la puerta, es oscuro, pero la luz que da el pequeño astronauta, me deja ver a alguien con una bolsa en la mano pasar apresurado. Por la estatura y el andar sé que es Eleanor, además, no hay más gente aquí.
¿Seguirla o seguir durmiendo? Lo pienso dls segundos, abrazo a mi hijo. Lo que haga ya es su problema.
No puedo.
Muevo a Richard para que despierte.
- Oye, vi a Ell salir—
- ¿y?– Se gira dándome la espalda—
- ¿no te da curiosidad dónde va a ir?—
- No realmente–
- yo sí quiero saber– le golpeo el brazo.
Los celos me enferman, tal vez tenga otro amante aquí.
Me pongo pantalones y los zapatos, Richard me tira una almohada.
- Ya está suficiente enojada con nosotros–
- No me importa–
A regañadientes lo hago salir junto conmigo.
Junto cuando estamos en la puerta principal, por una de las ventanas la vemos cerrar la cajuela de un coche.
Su rutina diaria no es a pesar que es la hora habitual cuando la comienza.
Será muy difícil seguirla si en este pueblo hay poco tránsito de autos. Eso significa seguirla a oscuras.
Esperamos que se vaya y salimos tomando otro auto, los guardias no dicen nada, solo nos abren, supongo creen vamos con ella.
El camino nos guía a la ciudad, una hora de camino más o menos, nos mantenemos alejados, estaciona el auto frente a un edificio, baja la bolsa del maletero y entra.
- Es un hotel– Richard se cruza de brazos– Otro maldito amante ¿tiene uno en cada país o qué mierda?—
Voy a bajarme pero me detiene.
- No hagamos más drama ¿quieres?– Le quito la mano de mi chaqueta bajándome furioso. Cruzo la calle con el Americano exclamando cosas entre susurros para que nadie nos vea, me alcanza pero lo quito.
- Oye, aquí conocen a Ell ¿entiendes eso?– Insiste– Aquí tenemos una imagen que cuidas más – Me cierra El Paso al hotel—
- quítate—
- Sam, no hagamos esto, se enfadará más —
- quítate ya– abro las puertas encontrando a un hombre tras la recepción–
- Samael ya basta, piénsalo un poco–
El sujeto me habla en ruso.
- Dile que quiero la habitación de Ell– Le exijo pero mi amigo niega-¡dile!– habla en ruso cuando estamos en la recepción, niega el sujeto así que supongo lo que está diciendo–
- Es confidencial–
- Dile que si no me da la habitación le daré una confidencial paliza ahora mismo–
Vuelven a hablar en ese idioma.
- No Sam, no pue...– me inclino sobre la madera jalándolo del traje barato—
- soy el esposo de esa mujer, o me das la maldita llave o te meto cada llave en el ¡trasero!— enfurezco más– ¡ahora!–
El hombre asiente cuando levanto el puño que tengo preparado.
No sé qué dice así que espero a Richard.
- Habitación 105, último piso– lo suelto para que nos entregue la llave, tomo la tarjeta que me desliza.
Usamos el elevador.
- Si está con alguien, esta vez yo primero lo golpeo– Asiento–
Las puertas del elevador se abren, buscamos la habitación. Es un hotel barato, se nota a simple vista y se escuchan ruidos que exponen la principal función de las habitaciones.
Tomo aire cuando llego a la puerta 105. Paso la tarjeta en el sensor y abro rápido dejando ver toda la habitación.
Eleanor está en la ventaba con un rifle, gira de inmediato sobre su rodilla apuntándonos con una pistola.
- ¡¿qué carajos hacen aquí?!– Susurra–
Observo la habitación de inmediato, no hay nada de lo que pensaba.
- ¿tú qué haces aquí?– Richard cuestiona–
- ¡no! ¿Ustedes que hacen aquí?– cierra la puerta tras nosotros, nos mira de pies a cabeza– ¿me siguieron hasta aquí y no me di cuenta?–
- No subestimes a dos esposos celosos– hablo mirándola– ¿qué haces?–
- ¿estás haciendo eso de lo que trabajabas antes?– a Mi amigo no le gusta la idea sin embargo lo disfraza co curiosidad–
- No– se ofende- Simplemente hay cosas que mejor decido hacerlas yo–
- ¿y por qué esto sería tan importante? ¿A quién matas?– miro por la ventana pero no se ve nada–
- a un Vory de un clan enemigo, no debería estar aquí, pero su jefe, uno de los sujetos que vieron en cautiverio, lo mandó aquí para movilizar varios hombres en un territorio que me pertenece con totalidad. Le mandaremos una advertencia–
- ¿por qué deberías matarlo especialmente tú?– Richard insiste en no estar de acuerdo–
- porque es un vory que conozco, piensan que siendo una cara conocida no sospecharía de él, y porque creen que no sé de la traición– suspira– le daremos una advertencia con esto. Regresen a la casa–
- Te acompañaremos– decido–
- No quiero que me acompañen, quiero que estén en casa–
- No–
Nos mira a ambos.
- Son demasiado necios– refunfuña regresando a la ventana– 
Como dos idiotas nos sentamos en la cama, tomo los binoculares que están a mi lado para ver lo que ella mira. Solo hay edificios, Rick me los quita.
- ¿te atrasamos cierto?– cuestiona.
- Como no tienen idea– susurra con la mira cerca de la cara, le quito el aparato, me guía hasta que veo un edificio de ventanas grandes y a un tipo con un celular apareciendo en distintas ventanas con su caminar. Es un departamento, aparece subiendo una maleta a una cama, no me muevo cuando se le destroza la cara cuando escucho un ligero ruido en la habitación. Bajo los binoculares, mi esposa desarma el rifle sin prisa.
Richard me los quita de las manos.
- ¿esto hacías antes de conocernos?– cuestiono, no dice nada– ¿vas a responder o ignorarme?–
- ¿por qué quieres saber eso?–
- Curiosidad– añade Richard– ¿es lo que hacías?–
Carraspea metiendo el arma en la bolsa de tela negra, jala el cierra y pega ambas rodillas a la alfombra.
- Me había quedado sola, con mi actitud a los siete años solo gané que me quitaran el poder de mi madre– suspira– pero nacemos en la Bratva y de alguna manera debemos servirle. Así conocí a Gustav. Con el tiempo el abuelo me daba más trabajo y comenzó a gustarme. Tenía libertad y mucho dinero a mi disposición. Lucas empeoró las cosas pero si no interfería en mi trabajo al abuelo no le importaba– se levanta con la maleta– El abuelo nos devolvió el derecho de tener un negocio,  sin embargo no tenía la edad y tampoco las ganas de dirigir un clan–
- ¿a ti y a quién más?– cuestiono–
- Rey, Arseni, y Tatiana, a ella no la conocen– cierra la ventana y cortina. Mete algunas cosas que tiene en la cama, reconozco el nombre– Comencé a dejarlo cuando conocí a Sam, solo aceptaba misiones en El Reino Unido, París e Italia, muy pocas en Rusia– Cierra de nuevo la maleta– Cuando me fui a París lo retomé alguna veces ¿con eso es suficiente o quieren más detalles?–
- ¿eran inocentes?– Richard habla y yo niego–
- No lo sé, yo recibía órdenes. Me daban una foto y un simple nombre–
- Cuándo te iniciaste dijiste que había sido tu primera vez– Recuerdo ese día, su disgusto–
- Era la primera vez que me importaba, porque ustedes sabrían que lo hice. No quería que me miraran como me miran ahora–
- Yo no te miro de ninguna forma, el soldado de la moral sí– mi amigo me golpea con fuerza en el estómago–
- Yo no te miro de ninguna manera, solo no es Justo que nos mintieras así- Dice mientras yo me recupero del golpe–
- Antes me importaba, ahora ya no– se sienta en la esquina–
- ¿ahora qué?– tomo aire– ¿no vendrá la policía o algo así?–
- No por nosotros–
- ¿qué hay del hombre de abajo?– Richard se levanta– ¿no dirá nada?–
- No, me acuesto con él–
- A como eres, te creo–
- ¿por qué no se calman?– Hago lo mismo para que los dos no se miren y esto se vuelva otra pleito–
- Dile a él que deje de molestarme–
- Soy tu esposo, debo saber con quienes te revuelcas–
-Deja de fastidiar o juro por Dios me embarazo del primero que se me atraviese–
Richard gruñe con auténtico coraje y se vuelve a sentar.
- ¡anda!¡di lo que tengas que decir!¡no te lo guardes!–
Richard se vuelve a parar y le grita en ruso buscándola, lo detengo para que no cruce más.
- ¡No te atreves!¡tú moral no te lo permite, soldado!–
Mi amigo se me escapa, Eleanor pega un grito y comienza a correr con Richard tras de ella.
- ¿qué rayos les pasa?– Me irritan, Eleanor se sube a la cama de un salto, quiere correr pero es tomada del tobillo cayendo de cara—
- ¡¡suéltame! ¡Animal!– Intenta patearlo pero Richard se cubre, se sube a la cama y la jala. Eleanor se resiste, mi Amigo se mete entre sus piernas y la logra someter con las manos arriba de su cabeza.
Giro los ojos, me imagino se insultan en ruso. Veo a Richard llevarse una mano al cinturón, me acerco rodeando la cama.
- ¡tú no te metas!–
- ¡¿cómo no me voy a meter?!–
- ¡que no te metas!–
- ¡ya suéltame!– Eleanor se logra liberar de una mano soltándole una sonora cachetada que nos deja inmóviles a los tres, rick tiene cerrados los ojos–
- Tony...
- Nada. De. Tony– voltea para mirarla– ¡Vas a llamarme papá de tu futuro hijo!–
- ¡¿cuál hijo?!– Me altero–
- ¡el que le voy hacer ahorita!–
Vuelve la algarabía.
- ¡espera sí te la estoy sintiendo!– se suaviza – Sí te la estoy sintiendo– suelta hormonal.
Suelto a mi amigo sentándome a un lado.
- Pero no quiero un bebé tuyo– Le escupe en la cara–
- ¿qué pretendías que hiciera?¿que te soltara? He tomado más cosas de ti– la besa a la fuerza– Sam, ya vete–
- Sï como no– Le golpeo el brazo– ¡ya vámonos!–
- Solo déjame hacer el bebé–
- No en mi presencia–
- ¡Yo no haré otro bebé con ustedes! ¡No cuando me llaman puta!– vocifera— ¡nunca más!—
- ¿por qué?¿estás muy encantada con tu bastardo ese? Ahora mismo te hago un niño de cabellos negros y pálido–
- pues sí, es el único que se parece a mí y lo quiero más por eso– entre abro la boca sorprendido–Es Digno de llevar mi nombre–
- Quítale el pantalón– le agarro las manos con fuerza, de resiste mientras Rick le baja los pantalones, le toma las piernas con fuerza quitándole los zapatos y jala la tela.
- De este que sea sorpresa de quien es–
- Hecho– Asiento–
- ¡¿qué rayos les pasa?!¡voy a gritar!–
- Claro que sí, de la cogida que te voy a dar–
Veo a mi amigo sacarse la erección, ponerle saliva, bombearla, hacer a un lado las bragas de Ell y comenzar a meterse.
Mi mujer chilla.
- ¡ni siquiera estoy es mi días fértiles!–
- ya vas a ver qué te haremos fértil. De aquí sales preñada– Advierte mi amigo–
Comienza a dolerme la verga de ver a mi esposa abrir la boca y soltar esos gemidos tan dulces. Me mira el paquete, pero no se la doy, espero paciente mi turno para llenarla de mi, cosa que hace mucho no hago.
Por ahora jugaré bien, no le daré gusto de tenerme otra vez de su idiota.
¿Me dolió escuchar lo que dijo? Sí, y solo por eso tendremos hijos cada año.

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