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RICHARD
¿Estado? AMARGADO
¿Cómo es posible que el maldito Alemán esté también esté aquí en Rusia? Lo peor de todo es que el muy bonito turisteando.
Me toca el torso para saber si voy a morir o no.
- Tienes dos costillas rotas, te daré antiinflamatorios por el golpe–
- ¿no te faltó el paracetamol?–
- Tony– Eleanor niega divertida–
En el sofá está Samael tomando una siesta. Noté en todas esas horas su estrés, el ruso toma una cerveza a las 10 de la mañana mientras ve el televisor sin sonido.
- Al menos súbele al televisor, estoy aburrido–
- Monstruo duerme, imagínatelos–
Es válido
Me hago hacia adelante para ayudar al imbécil este a ponerme la venda.
- Auch– Me quejo ante un pequeño dolor, pero hacer drama es lo mejor y desacreditar su trato también– ya lo hago yo, quítate–
- ya Richard, déjate curar– me regaña niña linda–
- Me dolió, dile que lo haga con más cuidado–
Hablan en Alemán, el tipo suspira. Sigue con su trabajo hasta terminar–
- ¿quieres que te cure las...–
- No ya lo hago yo–
- Bien- Se levanta y se quita los guantes– he terminado mi labor de hoy–
- Y Ni bien–
- Gracias, ya te puedes ir– Pável lo mira unos segundos y vuelve al Televisor–
- Deberían ser más agradecidos– Se queja recogiendo lo que ha utilizado–
- ¿no te bastó cogerte a nuestra esposa? Estarías muerto de no ser por Ella– Pável habla sin dejar de mirar una caricatura, una caricatura está viendo el sujeto que mató como a veinte–
- Fue hace mucho y aún no estaban casados– Se defiende– con ninguno de los tres–
Antes que lo haga dejar de respirar Oliver entra corriendo a la casa con su perra.
- No deberías estar afuera– Puede que el peligro aún no esté bajo control, y sería una gran pena que Lio terminara como tantos Volkov–
- ¿quién lo dice?– Me mal contesta, jamás volverá a quererme–
- Yo lo digo, Niño– me enfado, me imita–
- Pues no me interesa, saldré las veces que quiera–
- Oliver, tú qué le vuelves a hablar así y te la ves conmigo–
- Cómo sea, ojalá ya te vayas– llama a su perro para comenzar a subir las escaleras. Debo admitir que eso duele, es como mi hijo ¿cómo no dolerme su rechazo?
- Lo siento, Rick, lo castigaré–
- ¿por qué sigue tan enojado conmigo?–
- porque no llegaste a su cumpleaños– Samael habla somnoliento–Ni yo te lo perdono–
- Tenía trabajo–
- Que te lo crea Dios, porque nosotros no– Se sienta, jala a Eleanor hasta sentarla sobre sus piernas, le susurra algo que no logro escuchar, ella asiente–
La puerta principal se cierra llamando mi atención, es Eric.
- Buenos días, Estrellitas– deja su abrigo en el perchero–¿cómo están?–
- un gordo de tres metros me rompió dos costillas, dímelo tú–
- auch ¿te aplastó?–
- Solo lo empujó, a mi casi me lanza a la capital– Pável responde–
- yo solo estorbaba junto a los demás esposos inútiles mientras ellos hacían sus cosas de militares ninjas– Samael se cruza de brazos chasqueando la lengua–
Eric ríe, lo bueno que esta casa sea lo más normal a comparación de las enormes casas de los Volkov, es que llega a la sala con pocos pasos, se sienta a un lado de Samael.
- No es para tanto, pero puedes aprender– le palmea la espalda. Samael fácilmente podría matar a un sujeto con sus puños, pero el ambiente de estrés en el se encontraba no permitía que hiciera alguna otra cosa que observar, a él no le gustan las armas y es obvio que mucho menos las ruidosas detonaciones– Los noticieros de Rusia y europa hablan de la masacre en la residencia Volkov. Nadie cree que la familia tan altruista y pudriéndose en dinero de Siberia sea parte de la Bratva, por lo que consideran sólo fue para robar algunas joyas o algún enemigo de sus obras, quizá políticos–
- Eleanor asiente–
- pero el policía ese sigue al frente de erradicar a la Bratva, está investigando muy de cerca–
Todos miramos a Eleanor.
- ¿qué?–
- Deberías decirle a tu novio que deje de buscar donde no le importa– Eric me enfada más a mi con su comentario que a ella—
- Emile es un gran problema pero Isabell se niega a matarlo–
- Creo que ya hemos hablado de eso, Pável– 
- ¿si? Recuerdo que tú hablabas y yo obedecía–  si bien no está alzando la voz, su tono es de evidente reclamo–Seguramente sigues tan enamorada de él como en París–
- Dios– Eleanor susurra y se levanta– Bueno, Pável, tú decidiste estar aquí, ¿no te gusta? Te doy el divorcio–
- Desde hace mucho lo estoy considerando, créeme–
Debo admitir que esto es demasiado incómodo para todos los presentes, claro que me emociona que estos dos se divorcien, pero es la primera vez que parecen una pareja frente a todos.
- Estamos en Rusia, si quieres vamos ahora mismo, si tanto te molesta –
- Tu abuelo está muerto– Se pone de pie y suspira– Nuestro matrimonio no es real, olvídate de formalismos– 
- Correcto, entonces olvídate de regresar a Inglaterra, no tienes a nada que volver–  Eleanor Es firme en sus palabras, lo sentencia como una vez lo hizo conmigo, Samael y yo nos miramos sin saber qué hacer o decir–
- Tenlo por seguro– Pável pasa a un lado de ella para caminar a donde está su abrigo, comienza a ponérselo–  No hay nada para mi en Inglaterra porque tú no  fuiste capaz de darme un hijo y dudo que lo seas–  suelta en ruso, por lo que sólo Eric y yo pudimos entender, solo mi ruso funciona cuando quiere–
- Pável– Eleanor llama, el ruso se detiene a media puerta– Devuelve el anillo–
El tipo que tanto detesto se quita el anillo, se lo enseña y lo deja en una pequeña mesa con una lámpara, no dice nada, se regresa a la puerta y se va. Mierda, eso fue demasiado rápido, me soportó más a mi o a Samael, nosotros en verdad la hemos lastimado y nos perdonó, bueno, yo sobrepasé los límites y por ello tampoco tengo la sortija en mi dedo.
- Nos iremos a Inglaterra esta noche– 
- ¿no vas a investigar quiénes eran?– Eric y yo la seguimos con la mirada, recoge el anillo y lo mete en su pantalón–
- No, subirá al mando alguno de los más ancianos y él sabrá que hacer. Entre más lejos nos quedemos de esos problemas, mejor–  suspira– Todos haremos lo mismo, aunque eran italianos, investigaré con Max. Iré con mis hijos–
- Yo te acompaño– Samael la sigue, es tan extraño aún escucharla decir " mis hijos", porque uno de esos niños es uno mío, es como si fuera fantasía.
- Creo que no debí comentar sobre Emile ¿verdad?–Eric me cuestiona–
- No, yo siento celos de ese tipo, jamás me trató como a él– el Alemán se entromete–
- ¿pues que hacía o que? No entiendo– no tengo claro que tan diferente era el trato que le daba– y tú eres el amante ¿no?–
- Si, pero conmigo jamás quiso una cita–
- Ni conmigo– Susurro–
- Emile le daba todo lo que ustedes no– Eso me ofende– le daba atención, amor, la comprendía y para ese chico no existía nada más que Isabell– Eric se acomoda en el sofá– Solo esperaban el divorcio para poder casarse. Ella iba a renunciar a la Bratva por él–
- No es verdad, le iban a quitar todo centavo Volkov– Me mofo, ¿iba a dejar a Oliver en la calle solo por él?, su seriedad me dice lo contrario–
- Era feliz, esos dos meses fueron suficientes para querer todo con él–
- Alex tuvo que obligarla a casarse con Sam– susurro, Eric niega divertido–
- No, yo tuve que obligar a Alex para que eso sucediera, Isabell debía estar casada antes de los veinte si quería que los Volkov la tomaran en serio, y tú ayudaste en crearle su propio patrimonio, que por cierto yo te pagaba, no Alex–
Me sorprendo, recuerdo todo eso, pero si Alex hasta me amenazó.
- ¿y por qué no me elegiste a mi?–
- No te ofendas, Richard, pero a mi me costó digerirte, mi hija estaba saliendo con...contigo–
- Un Americano, entiendo–
- No era personal, pero se hizo personal cuando te acostabas con mi niña. Y no necesitaba a alguien como tú cómo esposo de mi hija, eres indomable, nada sumiso, o sea, todo lo contrario al esposo Perfecto para un Volkov— me explica, pero si yo estoy loco por Eleanor. Ella me tiene a sus pies, yo debería ser su esposo–
Con dolor me pongo de pie.
- Iré a dormir, después festejaré que Pável se fue– Las escaleras son horribles en estos momentos, pero al menos no son tantas como en el palacio, sigo las risas de mis amigos y de Oliver, los encuentro en la habitación atacando al niño en cosquillas mientras este trata de huir. Ellos tres se merecían una vida donde siempre fuera así, una casa de este tamaño, no una gigantesca. La vida que alguna vez yo tuve se las deseo a ellos, pero ya es demasiado tarde pedir algo así. Ni siquiera Narccise debería existir, solo deberían ser ellos tres y los gemelos. Una familia.
Dejan de torturarlo con cosquillas, Samael termina con su hijo en sus piernas dándole un beso en la mejilla como muy pocas veces hace, Eleanor no se queda atrás dándole el mismo afecto. No quiero interrumpirlos, así que me doy la media vuelta.
- ¿a dónde vas?– Me regreso al escuchar a Sam–
- Me duele todo, hasta la mano, tengo tanto tiempo de no disparar ¿y Narcisse?–
- Está durmiendo– Eleanor acaricia los cabellos del Niño que ahora me odia–
- iré con él. Cuando nos vayamos me avisan–
- ¿no quieres ver una película con nosotros?– Eleanor me cuestiona, claro que quiero, pero no quiero incomodarlos.
- Iré con Narccise, descansen– sonrío antes de comenzar a salir de la habitación.
Me duele todo, por lo que acompañaré a mi hijo a tomar esa siesta. Está en la habitación de los mellizos, solo que él en el centro de la cama Rodeado por almohadas, me acuesto a un lado quitando una de las paredes parar abrazarlo. Lo bueno de tener un hijo que su lenguaje de amor es el contacto físico es que no se incomoda y se abraza más a mi.  Creo que eso me lo a heredado a mi.
Mi celular suena un par de veces en mi bolsillo, lo saco para leer los mensajes, son de mi ¿novia?¿exnovia? No sería de hombre terminar nuestra relación por un mensaje, ni siquiera estoy seguro si Eleanor vale la pena de dejar a una mujer que me aprecia ¿a quién engaño? Niña linda siempre estará en mi corazón y siempre valdrá la pena, de igual forma no es correcto enviar un solo mensaje como si fuera un adolescente.
Me pide disculpas, y sé que es sincera, las acepto y prometo regresar lo más pronto posible. Dejo a un lado el celular y me pongo a dormir, eso de estar corriendo y tratando que no solo asesinen a tu familia, si no también a varias personas que ni siquiera niña linda conocía.
No sé en qué momento me dormí, pero cuando uno de los bebés comienza a llorar me despierto de golpe, mis heridas me duelen, me quejo pero aún así me levanto a ver al hijo de mis amigos.
George entra antes de poder llevarme a los brazos al bebé.
- Yo lo atiendo, señor, no se preocupe. Los esperes duermen, hágalo también usted–
- ¿tú?– Suelto sin pensarlo, no veo a un guardaespaldas siendo niñero, es todo–
- ¿por qué no?– sonríe quitándome de enfrente de la cuna, debo admitir que se lo agradezco, pues aún tengo sueño, el bebé deja de llorar, regreso a la cama, ojalá Narccise hubiera sido así de tranquilo como estos bebés, pero no, sé la vivía llorando, esos desvelos era lo único que Eleanor y yo compartíamos, solo en las madrugadas éramos una familia.
No tarda en ponerse a llorar el otro bebé, George solo tiene un par de brazos así que me veré obligado a volver a pararme, me quedo a medias porque Eleanor entra acomodándose el cabello en una cola. En diez minutos ya le ha dado de comer a los bebés con ayuda de su escolta, los mellizos vuelven a dormir.
- Lio duerme, ¿puedes decirle a James o Franco que por favor recojan sus juguetes?–
- Si, señora– George, el guardaespaldas que debía ser fiel a mi me demuestra otra vez que eso jamás sucedió y sucederá. Se retira, pero ella no lo hace, se me acerca–
- ¿cómo estás?–
Me hago el sufrido más de la cuenta.
- me duele mucho–
- Te llevaré con los Ivanovic mañana, ellos podrán aliviar tu dolor–
- Ya que no pudo tu amante–
Sonríe, no sé qué es lo divertido. Me acaricia los cabellos y yo hago como un gato, solo me falta ronronear. Baja hasta mi mejilla, se me acerca dándome un beso en esta.
- Mi Tony, te mereces más de lo que yo te doy. Perdón por traerte aquí, por meterte en todo esto– eso sonó a una despedida, a una renuncia. Si supiera que soy tan masoquista que mi vida en America me aburre tanto. Se sienta alado mío, quejándome más de lo que debería me siento recargándome en el cabezal como ella.
- Siento que Pável te haya dicho eso–Me mira y sonríe restándole importancia.– Que se haya ido no– ríe –
- Ay Tony– Me toca la cara, termino en su hombre recibiendo caricias, alzo mi rostro para poder mirarla– ¿qué?–
- Quiero quedarme contigo– no dice nada, piensa algo que no pretende decirme. Me levanto para besar sus labios– Quiero ser tu esposo de nuevo– vuelvo a besarla– Niña linda– Sigue sin decir nada, se acerca tomándome por sorpresa, acepto el beso que me da. Me acaricia el cabello y el rostro hasta llegar a mi adolorido cuerpo. Solo Niña linda me enciende tan rápido como adolescente Virgen. Profundizo el beso poniendo mi mano en su cuello acariciando su mejilla con mi pulgar, pero eso no dura mucho, mi mano baja hasta uno de esos bellos pechos.
- Basta– me quita la mano–
- ¿por qué no?– Intento besarla, se aleja mirando tras de mi, entiendo– Está dormido–
- Rick no ¿no que te duele mucho?–
- Lo que ahora me va a doler es la verga–
- Richard– Ríe, me toca Los labios– pero podemos ir a mi habitación...si no estás muy lastimado–
- Puedo aguantarme como El Niño grande que soy– la verga se me baja al escuchar una tierna voz rusa , mi hijo no tarda en brincarme encima–
- Mi vida no, papi está lastimado– Eleanor llama su atención al verme quejar–
- Papi Rick, perdón– Su marcado acento ruso me da gracia y ternura, así que sonrío entre mi dolor–
- ¿por qué no mejor regresas a dormir?–
- Rick– Eleanor me reprende, pongo a nuestro hijo entre nosotros–
- Si duermes de nuevo, te daremos un nuevo hermanito ¿no quieres?–
- ¡si! Muchos hamanitos– se emociona– mami yo quiero. Le diré a Lucy–
- Tu hermano está durmiendo con papi , ¿por qué no vas con tu abuelito?–
- con Papa–
- Él salió a trabajar, mi vida–
Con eso me doy cuenta que se refiere a ese rubio imbécil.
- Samael duerme y yo estoy aquí, no hay otro papá– Me molesto–
- Papa, papá Pável– mi hijo me pone aún más de mal humor con su explicación–
- No, ese no es tu papá–
- Si es–
- Que no– Lo regaño–
- Rick– Eleanor me susurra–
- Que si es– Mi hijo hace un puchero–
- No lo es, Narccise,te prohíbo le vuelvas a llamar así– se pone a llorar como tiene de costumbre, se abraza a su madre–
- Rick, él aún no lo entiende–
- Claro que si, no tiene porqué llamarlo así. Es tu culpa por permitirlo–
- Bueno, si no te hubieras ido un puto año sería diferente, así que no culpes a Narccise– se levanta con nuestro hijo– Tu fuiste el que nos abandonaste– me intentó parar lo más rápido que puedo—
- Yo no los abandoné. Tenía trabajo–
- Eres un mentiroso– se regresa– agh, Dios. No discutiré eso contigo– Me tallo el puente de la nariz, Eleanor no lo demuestra, pero le ha lastimado que me haya ido, está molesta aunque no lo diga. Salgo de la habitación para encontrarme a la escolta a unos metros.
- Ustedes escuchan todo ¿verdad?– Los dos se miran entre sí.– Lo supuse– sigo mi camino hasta donde estaban con Oliver. Eleanor hablan con Narccise en susurros en la mecedora de la esquina mientras Oliver duerme encima de Samael, solo así no se están matando esos dos.
- ¿podemos hablar?—
- No–
- Eleanor, solo un momento– insisto mal humorado, me mira feo, gira sus ojos, le dice algo a nuestro bebé, quien me mira triste unís segundos mientras camina a la cama. En Narccise no existe el enojo al parecer. Lo veo subirse y abrazarse al brazo de Samael, mi mejor amigo lo mira entre sueños, lo quita y lo atrae más hacia él agarrándolo como peluche. Un hombre que no gusta de niños, parece bastante amoroso con estos dos.
La dejo salir primero a ella.
- ¿qué quieres?– comienza–
- Vamos a una parte donde estemos los dos y no tu escolta escuchando todo–
- ¿al estudio?– la sigo, esto es una casa "normal " por lo que el estudio es pequeño a diferencia del enorme del palacio, que por cierto es una locura escalar a la ventana– Richard, Narccise vive con Pável y escucha a Serkan decirle así que ...– se corta al escuchar como pongo seguro a la puerta– ¿qué haces?–
- Vas a inclinarte en el escritorio y te voy a dar–
- ¿después de lo que me dijiste?–
- Si, te haré otro bebé para que a este si no le busques otro papá– me acerco y ella se aleja–
- Muy gracioso, pero no–
- Si, y no luches porque me va a doler, y no quieres lastimar a tu esposo favorito ¿o si?– Se detiene a muy poco del escritorio, me inclino hasta su rostro– ¿o si?– repito–
- No, claro que no– me jala de la camisa hasta que topa con la madera, se gira y me empujo con su culo restregándomelo, Dios mío. Se incorpora para comenzar a quitarse los jeans, dejando ver unas bragas que parecen más una tanga, me permite verle mejor cuando vuelve a inclinarse, no me resisto y aprieto sus nalgas pegándola a mi, restregando mi verga en ella. Hago a un lado la tela sintiendo su humedad, se mueve contra mi poniéndome cada vez más duro, juego su entrada con mis dedos hasta que  introduzco dos. Cuando siento sus piernas temblar los saco.
- Tony– se queja–
- Habrá algo mejor– le doy un azote antes de ponerme de rodillas–
- Espera no– intenta girarse pero se lo impido, ya estoy lamiéndola y chupándola como para que se queje, esto es tan magnifico, me prende de solo pensar en lo hermosa que ha de verse en estos momentos, es tan deliciosa. Suelta un gemido al venirse en mi boca, pero pongo de pie antes que sus piernas no la sostengan. Estoy listo para para meterme en ella. Sin despegarme de su hermoso y rico trasero me desabrocho el pantalón y saco mi erecta verga que no dudo en pasarla entre sus nalgas, ella se mueve y yo solo veo la magnífica escena.
- Déjame grabarte–  pido permiso a un beneficio que hace mucho se me fue quitado–
- Solo para ti, Tony—
Saco mi celular del bolsillo para comenzar a grabar lo que veo. Con mi otra mano muevo mi dureza en su entrada, la meto despacio hasta quedar completamente adentro. Mi cuerpo me pide, me exige dejar de hacer lo que hago, esto es demasiado caliente para detenerme a grabar, así que dejo a un lado mi celular, me aferro a sus caderas y sin importar el dolor de mis costillas le doy a como mi Diosa se merece.
Cada vez que siento más humedad entre nosotros apresuro más mis movimientos, se siente tan bien que podría jurar estar en el cielo. Una y otra vez la hago gemir al ritmo del choque de nuestros cuerpos. Quito la mano que le estimula el clitoris para hacerlo con la mía. Jadea tanto como yo, y se retuerce confirmándome que le gusta. 
- Más rápido , Tony–  me mira con esos ojos llenos de deseo, no dudo en obedecerle, esa mirada me pone loco, y ella sabe que si me pone esos ojos y no deja de mirarme, soy un precoz de mierda, ella se mueve hacia mi enterrándose toda mi Verga, ahogo un gemido, la azoto sin parar de clavarme, se tapa la boca cuando me entierro en ella con dureza y rápido, pero es que estoy por venirme, ella lo hace primero alentándome sus gemidos  a hacerlo yo. Me vengo dentro de ella, de aquí sale preñada de mi. Tiro mi cabeza hacia atrás llenándola de mi líquido, torturando sus caderas en el proceso. Cuando termino la giro alzándola y poniéndola en el escritorio.
- Quiero otro bebé–
- Richard...–
- Quiero tres más y uno de esos una niña, o todas niñas– Se ríe– ¿qué es gracioso?–
- No quiero bebés–
- ¿con Pável si? Pues no me interesa, te voy a embarazar yo primero ¿cómo ves?–
- Pero quiero un bebé moreno, como tú, y Niño–
- Te daré diez si quieres– me como sus labios–quiero el anillo de regreso y hablarlo con Samael–
- Tú aún tienes novia–
- Pronto ya no–
- ¿Seguro mi Tony?– la mano que tenía en mi pecho baja hasta mi verga, la cual no tarda en comenzar a ponerse de nuevo dura–
- Si, seguro– no me aparta la mirada mientras se poner saliva en su mano y la pone sobre mi dureza. Me follo su mano hasta que ella la quita–
- Quiero bajar– me besa, estoy aturdido, pero me fascina la idea, asiento. Entiendo nuestras diferencia de alturas, así que me siento para que sea más cómodo para ambos. Se termina de quitar los jeans. Para mi disfrute le alzo la blusa y le saco sus pechos que no dudo en pellizcar y acariciar.
Me acaricia los muslos, toma entre sus manos mi carne, besa la cabeza sin despegar sus ojos de mi, eso me poner nervioso y caliente a la vez. Había olvidado las magníficas mamadas que da esta mujer. Ella sola se mete toda mi dureza, no es mi intención mal tratarla, sin embargo mis caderas se alzan follandole la boca, se saca mi verga dándome mil infartos al verla llena de saliva, con unos cuantos hilos plata guiándola a su boca.
- ven aquí, niña linda– le jalo del brazo obligándola a subirme a horcajadas sobre mi–
- aún no termino– se queja, limpio con mis dedos la saliva de sus comisuras y la beso– Tony–
- quiero que me montes–
¿Mis costillas rotas? Esas se acaban de componer con tremendos sentones de un culo ruso.
Quiero más, pero entiendo que no es posible.
- Cuándo regresemos a Inglaterra quiero una cita–
- ¿una cita?– Me mira terminando de ponerse los zapatos–
- Si, una cita, donde al final terminemos en la cama tirando como hace mucho no hacemos–
Me mira y me mira.
- Está bien– sonríe– Me gusta hacerlo contigo–
- Gracias, me concentro mucho en no ser precoz– bromeo, pero es la verdad, se me acerca y se sienta en mi regazo–
- Solo de pensar que otra te tocaba me enoja– sus manos me acarician la barba– Te amo– esas palabras siempre provocarán algo en mi– Mi debilidad– Me besa rápido, solo me queda quedarme ahí como estúpido– ¿sabes que haría todo por ti cierto?–
- Niña linda, no me pongas nervioso como niña de quince años, por favor– miro a otra parte para no toparme con esos ardientes ojos grises–
- ¿qué no lo sabes? Yo haría todo lo que me pidieras, estoy a tus pies, Tony...solo no te vayas– la miro, ¿en verdad me amará tanto?–
- ¿por qué me dejaste ir entonces?–
- ¿por qué desearía ver al hombre que amo infeliz?–
- No me gusta estar en California– Sincero dejando mi vista en el suelo– Me he acostumbrado a ustedes, y a todas esa elite británica, donde soy el único americano sexy–
Se ríe–
- Lo eres–
- Eric me dijo que fue él quien te obligó a casarte con Samael– suspira– Tomaré eso como un sí. ¿Por qué no me elegiste a mi? Samael te había engañado—
- Yo no lo escogí, fueron ellos. Yo ni siquiera deseaba casarme a mis 19– suelta una risita– Eric no quería que me iniciara sin familia, desde los 13 debí casarme con un Ivanovic, pero mi abuelo siempre lo pospuso hasta que rompí el compromiso por Sam. Eric se enfureció tanto, y de castigo me casó con él–
- ¿y qué hay de todos esos negocios que hacíamos por ti?–
- Patrimonio propio– Se encoge de hombros– Le pedí a Eric que a ambos se les pagara, tú aceptaste y Sam no–
- Creí que eran asuntos con Alex–
- Ya no importa– Pasa sus manos por mi pecho– vamos, hay que ir a que te curen–la detengo de la muñeca antes que pueda irse.
- Niña linda–
- Ajam–
- Si me amas como dices, quiero que ese Alemán jamás vuelva a tocarte. Dime la verdad ¿sigues acostándote con él? Dime si es tu amante–
- Es un amigo–
- yo era tu amigo, yo fui solo tu director. Pável también lo era– gruño¿cómo sé que no será la misma historia?–
- A ti te amo, americano tonto– se baja entre risas–
- ¿y a él no?–
- Claro que no– Se cruza de brazos– Rick, a un amante no se le ama–
- yo fui tu amante–
- Tú me enamoraste con esa linda sonrisa que tienes– vuelve a mi– No sientas celos de otro hombre, mi vida, que ningún otro es igual o mejor que tú. Eres único– se inclina hacia mí, me endulza con sus palabras, le creo, y me sube a una nube de la cual ojalá nunca me baje– Mi lindo Tony, ojalá algún día me creas que te daría el mundo si pudiera dártelo–
Mi ego es alimentado por una hermosa rusa de 22 años.
- ¿qué hay de Sam? No pareces amarme igual–
- ¿por qué debería amarte igual? No compartes con él mi amor, el que yo te doy es único. Deja de compararte con él– Me restriega su nariz con la mía– Vamos–
Me enamora más con sus palabras.
Salimos de ahí, sorprendentemente Samael sigue durmiendo, eso es bueno, pues espero él ni nadie nos haya escuchado.
Los dos nos subimos a la cama para despertarlos.
Eleanor acaricia los cabellos de Oliver mientras le habla con delicadeza, Narccise la imita pero con Samael. El Niño rubio sonríe con los ojos cerrados, se cuelga de su joven madre de su cuello como chango.
- Mamita– Para la edad que tiene eso fue extremadamente tierno, pero vamos, Oliver tiene el don de siempre ser tierno. Se restriega como si quisiera impregnarse de su olor–
- Ya levántame, mi bebé–
- ¡si, Lucy!– Narccise se emociona– hay que jugar– Oliver deja de abrazar a Eleanor y se levanta con esa cara de fastidio que copió de Samael. Se baja de la cama para ir directo al cuarto de baño, Narccise lo persigue como un perrito, en fin hermano menor, abre la puerta haciendo que Oliver se queje, pues estaba orinando–
- ¡mamá!–
- Yo también quiero, Lucy– Oliver hace lo que todo Niño aburrido de su hermano haría, se acerca, lo empuja negándole la entrada y le cierra la puerta en la cara. Narccise, quien ha caído al suelo se levanta y camina de regreso a nosotros–
- Hemanito no me quiere– sus ojos de diferente color se llenan de lagrimas–
- Mi vida, claro que si te quiere– Eleanor trata de hacerlo sentir mejor– solo quiere ir solo al cuarto de baño– No tarda nada en soltarse a llorar–
Oliver sale secándose las manos.
- Por su culpa me he mojado los zapatos– se queja–
- Ya basta, Lio, siempre haces llorar a tu hermano– regaña–
- ¡él no es mi hermano! Siempre me está siguiendo, es un estorbo–  le doy la razón, yo fui hermano mayor–
- Si soy, Lucy– Narccise se limpia las lágrimas que no paran de salir– Si soy– Suelta entre llantos–
- ¡No!–
- Oliver, deja de gritarle–
- ¿qué está pasando?– Samael se levanta acomodando su cabello, Oliver guarda silencio–
- Lucy no me quiere– Narccise acusa–
- él es una garrapata–
- Hey, no le vuelvas a decir así, a esa edad tú realmente eras un fastidio–
- Es tu problema, tú me escogiste, no te quejes ahora–
A Samael no le gusta ese tono en el que le contesta, Puedo ver la cara de miedo de Oliver cuando lo ve pararse, pero no se mueve.
- Repítelo, anda–
- Sam...–
- ¡que es tu problema! ¡Yo no te pedí que me hicieras tu hijo!– Al parecer el miedo se le a esfumado– ¡No eres mi papá!–
Samael aveces tienes muy poca paciencia, lamentablemente es una de esas veces, pues le suelta una bofetada al niño que se parece en todo a él. ¿Tenía que hacer eso? Por su puesto que no, es un niño.
- Oliver tiene la razón de molestarse– salgo a defenderlo–
- Tú no te metas–
Me ofendo, me pongo de pie.
- Claro que me meto, acabas de golpearlo ¿qué te sucede?– Oliver no llora, pero sus orejas rojas me dicen lo tanto que se lo está aguantando– En lugar que hables con él decides resolverlo de esta forma–
- Como corrija a mi hijo no te incumbe–
- Por favor– me mofo– Es tanto mi hijo como tuyo. No era necesario golpearlo–
- Por ti este Niño es un altanero, igual a ti–
- Al menos no se queda callado como una puta. ¿O acaso quieres una maldita niña estúpida de hijo?– Samael me va a odiar por esto, pero carajo, no tenía que abofetearlo por algo que podía arreglarse hablando. De todas formas estoy totalmente en desacuerdo de educar a niños a golpes.– Oliver tiene toda la razón de fastidiarse, no puede ni ir a cagar a gusto por Narccise. Es a él a quien deben ponerle límites–
- Te recuerdo que Narccise aún es un bebé– Me contradice–
- No, ya entiende, para la otra que Narccise lo incomode, seré yo quien lo castigue–
- Mira Richard, mejor no te metas porque tú no vives con ellos, y Oliver merece todas las golpizas por bocón– Lo mira– ¿o no Oliver?–
Lo protejo tras de mi– Samael me mira y se enfurece más–
- A Oliver no lo golpeas ¿oíste?– Miro a mi asustado hijo menor– y tú, deja de seguir a tu hermano como si fueras un perrito, respeta cuando te diga "No" ¿oíste?– regreso a Samael– Mierda, todo a puros malditos golpes– niego desaprobando su reacción–
- No te sientas muy protegido, Oliver, que este no tarda en irse–
Samael se quita para salir furioso de la habitación. Oliver se encierra en el baño.
- Iré con Sam, para que no te mate después– Eleanor se para, carga a nuestro hijo, me da un apretón en el brazo– Gracias por querer a Lio como tuyo, él te quiere como su papá–
¿Cómo no quererlo? Él junto a su madre me regresaron a la vida cuando creí jamás volver a sentir lo que es una familia. Me acerco a la puerta.
- Vaquero, ¿puedes salir?– intento abrir pero tiene seguro–
- ¡No!- conozco a Oliver, sé muy bien que una vez fue a esa estúpida academia se limita a llorar o a qué lo vean, ya no es ese niño tierno que solía demostrar cada una de sus emociones a pesar de no saberlas controlar– Déjame solo–
- Entiendo lo que es ser un hermano mayor– comienzo– Mi hermana y yo nos sacábamos unos diez años. Quería salir con mis amigos a jugar pero mi padre me obligaba a cuidar de una bebé– sincero– Entré a la preparatoria y tenía que llevarla conmigo. Odiaba a mi hermana, pero cuando me fui a Harvard extrañaba que estuviera molestándome–
- Narccise no es mi hermano– Lo escucho sollozar–
- De sangre tal vez no, pero que tu padre o yo no te hubiéramos hecho con tu madre a cómo es, no te hace menos nuestro hijo–
- Mamá quiere más a sus hijos que a mi, y también él–
- No es verdad, ellos darían todo por ti. Vaquero, yo haría todo por ti, eres mi hijo también.
- Ojalá fuera cierto, pero la verdad es que yo soy solo el heredero–
- ¿qué?–
- Yo no soy hijo, soy solo un objeto para esa familia. Mi mamá me protege porque debe hacerlo, no porque quiera–
- Lio, eso es mentira ¿quién te dijo tal estupidez?–
- Todos lo saben en la academia. Los mayores somos solos los hijos compromiso, los entregados. Y yo soy adoptado, aún menos intereso–
- A mi me interesas– Lo escucho sollozar–
- Mientes, solo fuiste amable conmigo porque quieres a mi mamá–
- Lio, eso es mentira– suspiro, es igual de terco que Samael– Bien, Vaquero, lo admito te regalaba todos esos dólares y juguetes para agradarte, si no te agradaba tu mamá no iba a hacerme caso–
- Lo sé–
- Pero, si quería a la vaca igual tenía que querer al becerro. Eso lo tenía bien claro si quería ser padrastro– sonrío al recordar la primera vez que vi a ese niño rubio, tan pequeño e inocente con un temperamento del infierno– Te diré un secreto. Sabes que mi familia murió ¿no?–
- Está en internet–
- Bueno, lo que no está en internet es que íbamos a tener un bebé– Ni siquiera esto lo saben mis amigos, y se lo estoy contando a un niño de 9 años, ni siquiera a mi psiquiatra– nosotros en verdad deseábamos a ese bebé, se iba a llamar Charlie . Eres mi Charlie , Oliver, eres ese bebé que jamás pude tener. Lo sé porque te amé tan fácilmente, llenaste un vacío en mi corazón que no sabía de su porqué–
La puerta se abre dejándome ver a un tierno Niño con la cara húmeda.
- No viniste a mi cumpleaños–
- Yo estaba muy enojado con mamá, no debí hacer eso– Me pongo de cuclillas para estar a su altura– Perdóname, vaquero. No fui un buen padrastro para ti– Trata de sonreír– Ven aquí– a pesar de tener ya nueve años, sigue siendo pequeño y tierno, me recibe el abrazo, pero sigue sollozando, mi hombro recibe sus lágrimas y todas esas penas que no debería tener, lo separo de mi para secar su rostro, sus ojos están rosados como consecuencia de sus lágrimas, su mejilla está irritada por la bofetada que le ha dado Samael, aveces Oliver puede ser desesperante, pero no se merece ser golpeado. Él no tendría estas inseguridades si Samael no fuera tan cruel con él respecto al ser adoptado–
- Perdón si papá se enoja contigo–
- No tienes que preocuparte, yo me las arreglo con él–
- No le contaré a nadie sobre el bebé si tú no quieres–
- Confío en ti, vaquero— da un suspiro involuntario como si aún tuviera cinco años, sé diferencias el llorar de berrinche y de sentimiento de Oliver, y esta vez sus lágrimas las ha soltado con todo el dolor que puede sentir al creerse desplazado– ¿por qué no te das un baño y salimos a cenar?–
Asiente
- está bien–
- Te espero abajo– me paro aguantado el dolor, no puedo permitir que me vea débil, alboroto esos cabellos rubios que parece jamás se volverán un poco oscuros. Cuando salgo de la habitación me doy un tiempo para calmar mi dolor, pero no me arrepiento de haber hecho el Amor con Eleanor, es más, lo volvería a hacer.
Bajo con cuidado las escaleras, comienzo a escuchar los reclamos de Samael, cuando termino de bajar es evidente la discusión que tienen. Eleanor me nota, Mira a Sam.
- Creo que es suficiente–
Sam se sienta cruzado de brazos en el sofá, sus orejas están rojas mostrando su enfado que no puede sacar.
- Sé que estuvo mal lo que hice– acepto mi error acercándome, no debí restarle autoridad a Samael– Pero tampoco debiste golpearlo–
- cállate, solo espero que te largues pronto–
- Samael– Eleanor lo reprende–
- ¿qué? Estábamos mejor sin él, estamos aquí por su culpa también–
- ¿perdón? ¿Por qué sería mi culpa?–
- ¿por qué? Por meterte con otra y no dar el divorcio, que por cierto deberías firmarlo antes de largarte– me mira, si que está enfado conmigo –
- Pues te vas a aguantar porque yo voy a regresar–
Samael voltea a ver a Eleanor buscando respuesta.
- ¿cuándo decidieron eso?– Gruñe– Él tiene novia–
- Pero ella es mi esposa– aclaro–
- No, es mi esposa– se levanta imponiéndose con sus dos metros de altura, creo que me siento más intimidado yo que la persona de metro y medio junto a mi– es mi esposa ante la reina y muchos más, ustedes son los amantes con un título otorgado por una familia mafiosa– auch. No lo digas Rick, no lo digassss–
- Bien, pues sí soy el amante, y es mejor coger a tus espaldas a qué lo sepas–
Espero que me rompa el rostro de un puñetazo, pero hace algo peor, me empuja lo suficiente para que me duela hasta el puto culo.
- ¡Tiene las costillas rotas, Samael!– No me queda de otra que solo abrazar mi torso con un brazo como si eso ayudara, Eleanor me auxilia, bueno, al menos está de mi lado.
- Pues tendrá más si no se calla- Amenaza–
- Maldito– Alzo mi dedo corazón para él mientras el dolor comienza a pasa. Dice algo en su idioma, en esta familia si estás enojado gritas en tu lengua materna, ¿qué hago yo si la mía solo es el inglés?–Véte a la mierda por si acaso– Samael me tira esa mirada de perro rabioso–
- ¿por qué regresar? Dijiste que ya no te interesaba –
- yo se lo he pedido– Eleanor no me deja responder– Realmente lo estoy obligando a quedarse– Eso no es verdad– Es todo–
- Si yo me hubiera ido, a mi no me dejas regresar. Él seguramente hasta cogía con Ana en California–
- Estás idiota, ¿en qué momento y por qué?–
- Por favor, sabes que está ahí–
- California es enorme, jamás me la topé– me defiendo– ¿qué rayos te sucede? Yo vivo en Sacramento y ella en Los Ángeles, imbécil–
- pero trabajas ahí ¿no?– Miro a Eleanor ¿tan rápido duda de mi?–
- ¿y eso qué? Esa pelirroja ni siquiera me gusta, solo a ti–Lo acuso, pero es la verdad–
- Eso no decías cuando lo hacían ¿o si? A cómo eres, seguro la buscaste– la verdad es que había olvidado que esa mujer estaba ahí ¿a mi que diablos me interesa?–
- Bien, lo hice, pero solo una vez, las otras era esa putita la que me buscaba, y sabes que a mi no me gusta dejar con ganas a nadie– esta vez si me suelta un puñetazo directo a la nariz, imbécil de mierda–
- Si lo golpeas...–
- ¿qué?– Espeta
- Serás tú el que no regreses a casa– Eleanor suelta con severidad ante el tono de voz de Samael–
- Lamentablemente yo no puedo hacer lo mismo que Pável– Con eso se va a sentar frente al televisor que obligué a comprar para no estar aburridos, lo prende e ignora que me a roto la nariz–
- Vamos a la cocina, voy a limpiarte–
Me hago la víctima, cuando llegamos a la cocina me sienta en una de las sillas frente a la mesa. La observó llenar un tazón con agua y hielos y después sacar un trapo de los cajones–¿qué?– sonríe al venir hacía mi–
- Nada, eres muy bonita–
- No más que Ana ¿cierto?– Deja todo en la mesa, moja la tela un poco quitando el exceso–
- Jamás me acosté con ella, lo dije para molestar a Sam–
- ¿por qué le molestaría que te acostaras con ella?– deja de mirar mi nariz para mirarme a los ojos, regresa a lo que hacía– Eres su mejor amigo, y cómplice de todo lo que hizo, solo a ti te puedo confesar que la ama–
- Samael no me lo confesó, no a mí– Miento, ¿o no? Samael me habrá justificado su infidelidad con un " me tiene loco" pero no con un " te amo" son palabras distintas– Han pasado años...–
- Lo sé– Me interrumpe–Pero regresé a Inglaterra– No entiendo eso, solo la veo poner hielos en la tela, y entregármelos. Algo que sé de conocer a Eleanor por tantos años, es que, cuando se molesta trata de no mirarme–
- ¿a qué te refieres con eso?– Recoge el tazón para llevarlo al lavadero–
- Estaría con un hombre que sí me ama–
- ¿sí? ¿Cuál?¿Emile? Te recuerdo que está detrás de ti por razones muy distintas a las sexuales–
- Entonces sola–
- entiendo todo, Elli, no es que no creas en el amor que siento por ti– darme cuenta de esto es mi culpa ¿cómo pude culparla de rechazar mi amor?– Simplemente no soy el hombre que quieres que te ame– 
- tú no sabes nada– Se gira–
- Entonces enséñame – Suelto sereno–
- Soy yo la que no ama al hombre correcto. Le he dado todo al equivocado. Me volví esto por él ¿y para qué?para que siga amando a otra– se quita el cabello de los hombros– Si tan solo le hubiera hecho caso a Eric– Niega– Me lo dijo, " no rompas el compromiso con los Ivanovic"– gira sus ojos–
- Tenías solo 17 años–
- Tenía 18 cuándo te conocí–
- Es mayoría de edad en México–La hago sonreír– Puedes amarme a mi, Elli. Podrás  acostarte con el que sea, solo júrame que solo vas a amarme a mi, porque soy celoso de tu amor–
- Esto no es Justo para ti–
Me pongo de pie hasta llegar a ella.
- Ni para ti. Yo no amo a otra mujer más que a ti. No soy inocente, quise dejar de hacerlo, pero no pude. No soy un hombre bueno por usar a alguien, pero...no fue con una mala intención–
¿Traicionando a mi mejor amigo? Vamos, siempre he sido un traidor , un mujeriego con pocos valores, un hombre de poca moral y un egoísta de lo peor. He sido el amante miles de veces, fui el de Eleanor una vez, no debe sorprender lo que hago ahora. Solo me he enamorado dos veces en la vida, y una de esas es de Eleanor ¿por qué perderla también a ella? Adoro a Samael, es mi mejor amigo, mi hermano, pero Eleanor es Eleanor.
- ¿sabes por qué me enamoré de ti, Rick?— no sé qué responder a eso, suspira– He crecido rodeada de protocolos. Venir a Rusia era tener que fingir ser fuerte pero a la vez elegante pera las cámaras , en  Francia debía ser una indefensa princesita, saber sonreír y saludar– Me mira– Contigo todo es diferente.  Contigo sólo era yo–
- Eras una británica que necesitaba lo corriente de un americano– Suelta una carcajada–
- Te locura diría yo. Cuando llegaste de la guerra realmente sentí tu cambio. Te hiciste tosco y un amargado, pero sé que no fue tu culpa–
- No volverá a ocurrir, seré ese Richard que conociste, Niña linda– Me apoyo en la barra hasta poder besarla– ¿me amarás solo a mi?–
- Si tú solo serás mío, sí–
- ¿por qué buscaría más si lo tengo todo contigo– Es ella quien junta nuestro labios– Niña linda–
- ¿si?–
- Quiero otro bebé contigo, dame otro bebé–
- ¿por qué?– suelta una risita–
- Quiero vivir contigo todo lo que nos perdimos de Narccise...y porque así menos me olvidas–
Me acaricia la mejilla, baja su mano hasta mi pecho, lo está pensando–
- Quiero un bebé moreno–
- ¿como yo?– Asiente–¿por qué querrías un hijo de cabellos negros y ojos tan simples?–
- Tus ojos son lo más bonito que he visto, esos ojos cafés con verde son hermosos. Quiero uno así– 
- ¿y si sale como Narccise?–
- Lo intentaremos otra vez– suelto una carcajada que me hace doler todo–
- ay Richard, cuidado–
- Acepto el reto. Tengo una pregunta, si a Narcisse lo hicimos enojados y es un humano que tira flores y corazones, ¿crees que si planeamos al siguiente salga un amargado?–
- O puede salir como tú, demasiado carismático –
- Yo lo que quiero es una niña berrinchuda y terca como tú. ¿No crees que ya son suficiente niños?– niega– Así se pueden heredar la ropa–
- Por eso decía yo que la ropa de Narcisse la había visto en algún lugar y no precisamente en las tiendas–
- Si, eso me preocupa, esa ropa es de cuando Lio tenía cuatro años, No veo que vaya ser muy alto–
- Tranquila, creo que podrá medir lo que tú, pero no se va a dejar hacerse menos, ha golpeado a niños mayores–
- ¿y si le heredo mi baja estatura a mis bebés? Ay no– Se muerde la uña del pulgar– Es horrible medir 1:50 en países de jirafas–
- No creo que vayan a ser enanos, Samael mide dos metros, y yo como unos cinco centímetros menos–
- Cruza los dedos–
- No comprenderé como eres así de pequeña si ni tu madre  y padre eran pequeños–se encoge de hombros- ¿entonces si vamos a tener un bebé?–
- Ujum–
- O sea...¿hace unos ratos fue nuestros primeros intentos?– Divertida asiente– Tal vez hoy en la noche tengamos otros. Dónde pueda disfrutar de ellas– Paso mi dedo índice en uno de sus pezones, el cual no tarda mucho en ponerse duro, eso me enciende, lo pellizco sobre la tele haciéndola gemir, eso me comienza a poner duro– Mi niña linda– bajo mi mano a su trasero, lo aprieto acercándola a mi para besarla–
- Ya estoy listo– Ell trata de alejarse pero no la dejo– que asco–
- No dirás eso cuando tengas novia, Vaquero–
- No me gustan las mujeres ¿ya son novios de Nuevo?–
- Esposos diría yo– Suelto a Ell–
- ¿estás listo para qué?- Cuestiona–
- Dijo que saldríamos a cenar –
- ¿y estoy invitada?– Deja de estar a mi lado para ir con él–
- No tendríamos que invitarte, mami– 
- Pero llevaremos primero a papi al doctor ¿si?–Oliver asiente– vamos, antes que se haga más tarde–
Samael se niega a ir, pero ante las insistencias de Eric accede, vamos en esas costosas camionetas hasta la residencia Ivanovic, a lo chicos que conocemos de ahí están en Inglaterra o quien sabe dónde, por lo que no me está atendiendo ninguno de esos, si no otro ruso rubio joven.
Al matrimonio lo conozco porque Samael me los ha enseñado en el club, pero nada más, ni siquiera me hablan, en cambio a Sam si.
- ¿crees que necesite algo más que reposo?–
- Si, que deje de fumar– Los ojos azules del chico me juzgan– Tus pulmones, solo de escucharlos puedo saber que tienen entre lo 70 y 80 por ciento de salud– se quita el estetoscopio. Me alumbra el ojo con una lamparita, me lo abre más– ¿qué tal tu pene? ¿Funciona correctamente?–
- Eso creo– Me incomoda su pregunta, aún más por Eleanor tratando de nor reírse–
- ¿Eso crees? Eres un hombre de 46 años que fuma ¿desde los 15? Ni si quiera tus espermatozoides deben estar sanos–
- Pues tuve un hijo hace dos años–
- Te felicito, pero deja de fumar. Respecto a tus costillas, guarda tanto reposo puedas. Te daré unas píldoras para que sea más rápido y un vendaje especial para que el dolor no sea constante–  Se quita los guantes– Ya te puedes poner la camisa– se aleja de mi– siento tanto la muerte del Señor Volkov–
- Estaremos en el funeral, sería una falta de lealtad no Asistir– El hombre que supongo yo es el padre de quien me atendía habla– Votaremos por ti en caso que estés postulada, Isabell–
Eleanor ríe nerviosa
- Gracias, señor–
- Le decía a tu esposo que pueden quedarse, es tarde–
- Le prometí a Oliver salir a cenar–
- Deberías enseñarlo a callarse cuando no se le pide su opinión – Suelta el hombre en ruso, tendrá como unos diez años más el imbécil y ya se cree la gran mierda–
- No fue una opinión, fue un "no" respetuoso– 
- Acaba de ser atacado, Señor Ivanovic, no desea estar encerrado, una disculpa–
Me indigno, debería estar de mi lado, pero de igual forma nos vamos con todas esas cosas raras médicas de esos Mafiosos doctores.
- Aveces creo que insistes en morir– Eric habla tomando un poco de agua–
- Bueno no soy un perro para que me digan qué hacer–
- ¿o una mujer?– El papá de Ell me cierra la boca con un buen argumento– Yo también vengo de una familia donde el hombre manda, Richard. Pero dudo Isabell llegue a tratarlos como un Volkov lo hace–
- Son tratos denigrantes, Eric. ¿Mamá lo hacía contigo?–
- Tú mamá era una perra, no seas como ella–
Niña linda niega divertida.
- Rick, solo tratemos de no conseguir enemigos, menos con los Ivanovic–
- Como digas—
- Deberías aprender a cerrar la boca, mejor– Samael habla–
- No me gusta ser una perrita faldera como otros–
- Se llama ser educado, pero qué puedes saber tú de educación, Americano corriente–
- ¿corriente? Yo jamás estuve en una perrera como tú– ¿me pasé? Tal vez, Eleanor me lo confirma con una mirada asesina–
- Al menos a mi me escogieron, a ti te abandonó tu mamá– ah maldito—
- Pues al menos no en un orfanato como a ti–
- Y aún así son más inteligente que tú–
- Yo tengo más dinero, profesor de quinta–
- Tú ya ni director eres, cállate–
- Fui a la guerra, ¿tú que hiciste?–
- ¿ya se pueden callar los dos?– Eric vuelve a hablar– No puedo creer que estén más cerca de la tercera edad y sigan comportándose como Niños– nos regaña–
- Tú que dices ¿señorito? Soy mayor, golpeaba a gente como tú en la secundaria–
- Si, cállate, que seas papá de Ell no te da derecho a nada–
Dice no sé qué mierda en francés que hace reír a Eleanor y a Oliver.
- ¿qué dijiste?–Cuestiono malhumorado–
- Parecen imbéciles discutiendo. Eleanor tiene tan malos gustos en hombres– niega– El mejorcito es el Alemán y eso que me debe su vida–
- Yo te hago el trabajo si quieres– Respondo–
- Mañana es el funeral de mi abuelo– Eleanor cambia de tema a uno obviamente más importante– Vamos a ir a primera hora, después de ahí nos regresamos a Inglaterra– 
- No venimos para un funeral– Samael habla–
- Ya veremos que hacer, ¿y que vamos a cenar ? Muero de hambre–
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