Capítulo 27

966 55 5
                                    

Punto de vista de Ainhoa

No podía creerme la pedazo de sorpresa que me había dado Luz. En primer lugar, fuimos a Old Fashioned, un sitio que me recordó a momentos demasiado importantes para mí, ya que pasé un tiempo en Irlanda y estar en ese local hizo que afloraran las emociones que se hallaban dormidas. Después, nos dirigimos a Le Gros Luxe, en él pudimos hacer una degustación que combinaba los mejores platos de la manera más auténtica posible. Luz sabía que era uno de mis restaurantes favoritos de la zona, de manera que eso hizo que fuera más especial aún. Por último, me sorprendió estando en el restaurante con una tarjeta que simbolizaba un vale por una noche en La Posada, uno de los mejores hoteles de Cercedilla.

No estaba acostumbrada a que se preocuparan tanto por mi felicidad, y eso hacía que mi "relación" con Luz fuera tan especial. Ella, hacía que me sintiera cómoda y que fuera feliz, algo que no podía disfrutar desde hacía demasiado tiempo.

Fue una tarde-noche perfecta. No sólo por todos los planes que había preparado para mí, sino por haber podido disfrutar de su compañía durante todo ese tiempo. Además, pasamos una noche ideal donde pudimos disfrutar de la conexión que tan bien nos describía. Cada detalle, fue cuidadosamente planeado para crear un ambiente mágico y romántico que según yo creo, ambas recordaremos durante mucho tiempo.

Luz, que había llegado a mi vida como un faro de amor y comprensión, siempre ha mostrado un interés por conocerme, a pesar de mis heridas y cicatrices. Me ha escuchado sin juzgar, me ha ofrecido sus hombros comprendiéndome, y sus manos dispuestas a sostenerme. Luz ha sido mi refugio seguro en medio de esta tormenta emocional. La sensación de ser cuidada por Luz era como un suave vendaje en las heridas emocionales que habían sido ignoradas durante tanto tiempo. Cada acto de bondad y cariño por su parte, era un recordatorio de que la vida podía ser diferente, que había espacio para ser feliz.

Comienzo a pensar que la confianza, que se dañó por el maltrato que sufrí, finalmente puede empezar a sanar. La felicidad, que se apagó debido al dolor, vuelve a brillar. La presencia de Luz ha hecho que el entorno oscuro que me rodeaba parezca más seguro y acogedor. Ahora mismo, no me siento tan herida, sino más fuerte, porque sé que tengo a alguien que estará a mi lado en este camino, sin importar cuánto dure.

···

A la mañana siguiente, pude notar como los rayos de luz se filtraban a través de la ventana de mi habitación, y recordé lo maravillosa que había sido la noche que había pasado junto a Luz. No nos dormimos muy tarde, ya que, ambas estábamos cansadas anímicamente por todo lo que se nos venía encima en el día de hoy. Aun así, pudimos disfrutar de todo el cariño que ambas nos dimos hasta que caimos rendidas en un sueño profundo.

Ninguna de las dos quisimos dar el siguiente paso, ya que preferíamos esperar a un momento en el que ambas estuviéramos en mejores condiciones anímicas. Realmente, con estar la una junto a la otra nos bastaba, no nos hacía falta nada más. Ya tendríamos tiempo de continuar nuestro camino juntas.

Noté como Luz se sobresaltaba alguna que otra vez durante la noche, presa de las pesadillas. Yo, me sentía fatal, ya que sabía que era por mi culpa. Justamente, a la que suele costarle dormir es a mí, pero parece ser que Luz se ha contagiado de ese mal hábito. No quiso decirme qué le pasaba, de manera que simplemente estuve a su lado e intenté tranquilizarla regalándole caricias, acercándola a mí un poco más.

No quería despertarla tan pronto ya que la pobre no había descansado tanto como yo, pero habíamos quedado en ir al cuartel esta misma mañana y aún teníamos que volver a Vera. Por eso, me acerqué un poco más a ella, aún en la cama, y comencé a dejar pequeños besos en su cabeza, acariciando su rostro de una manera suave. Pude notar, como poco a poco, abría los ojos haciendo un pequeño sonido y tapándose un poco más con la sábana.

Éxtasis #LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora