Capítulo 10

1.1K 64 7
                                    

No sabía qué me estaba pasando, cada día me llevaba mejor con Ainhoa y eso se notaba en la cocina, y era algo que me sorprendía bastante ya que hace solo un par de semanas queríamos matarnos mutuamente. Soy una persona a la cual le suele costar mucho acostumbrarse a los cambios, lo cual quedó claro una vez llegó Ainhoa, pero esta vez me estaba costando poco comenzar a confiar en ella y mostrarme de una manera más amable con ella.

Respecto a lo mío con Paolo... no había por dónde cogerlo, y a él, le costaba entenderlo más de lo que a mí me gustaría. Todos los días me pedía que fuéramos a cenar por ahí, en plan cita oficial, y todos ellos le decía que no o directamente le convencía para ir a su casa en lugar de salir, ya que era básicamente lo que a mí me importaba de nuestra relación, o como queráis llamarle. A ver, que no me malinterpretéis, no es que yo quiera utilizar a Paolo solo para acostarnos, es una persona muy importante para mí y un buen amigo; pero algo más... no es lo que busco ahora mismo. Además, notaba como en la cocina se ponía cariñoso de más, y era algo que a mí mucha gracia no me hacía. Sé que Ainhoa sabe lo nuestro, pero aun así no me mola nada estar en mi puesto de trabajo haciendo tonterías como esas, que ya somos mayorcitos y no somos un par de quinceañeros que estén más salidos que una mona.

- ¿Hacemos algo hoy después del servicio, Luz? – dijo Paolo comenzando con su insistencia.

- Podemos ir a tu casa si quieres, sí.

- Hombre no me refiero a ir a mi casa, podemos ir a un restaurante de Coscojales que he visto que tiene un menú degustación con muy buena pinta, podemos sacar ideas para el restaurante del hotel y de paso pasar una bonita velada – comentó mientras se acercaba a mí peligrosamente.

- ¿Una bonita velada? Tú flipas, Paolo – dije con una risa al final.

- Joder Luz, nunca quiere hacer nada conmigo, parece que no seamos nada – dijo ya en un tono algo enfadado.

- Es que no lo somos, Paolo, que ya no sé cómo tengo que decírtelo.

- Muy bonito Luz, sabes que esto me está haciendo daño, ¿no? – dijo con cara de afectado, la cual me hizo un poco de gracia, para qué mentir.

- Paolo, es que no sé qué película te estás montando. Que yo te quiero mucho, de verdad, pero como amigos. Te digo todo esto porque me sabe muy mal hacerte daño y puede que terminar lo que hay entre nosotros dos ahora mismo sea lo mejor que podamos hacer. No quiero que sufras más por mi culpa.

- ¿De verdad quieres acabar con todo esto? – dijo mostrando un pequeño puchero.

- Es lo mejor, ahora mismo estoy muy confundida y tampoco quiero nada serio con nadie. No es por ti, sino por mí. Eso sí, no quiero que esto afecte nuestra amistad Paolo, tú eres un muy buen amigo y no me gustaría que dejáramos de serlo por culpa de todo esto, me sabría súper mal.

- Un muy buen amigo, sí. Eso es lo que soy y siempre he sido para ti, ¿no? Desde el principio, siempre me has visto como un buen amigo y ya, mientras tanto yo aquí enamorándome de ti como un tonto, que es lo que soy – dijo cabreado.

- Pues sí, Paolo. Para mí eres un muy buen amigo, pero nunca te he visto como algo más. Sé que duele escucharlo, pero es la verdad. Ya sabes que yo te quiero mucho y que hemos tenido muy buen rollo desde el principio, pero... eso es todo lo que va a haber entre nosotros – fui tajante.

En ese momento, Paolo siguió con mala cara y se marchó del almacén, lugar donde ocurrió esta discusión al igual que han ocurrido unas quinientas más desde que existe este restaurante (no todas mías, ojo). La verdad es que me sabía fatal por él. Paolo siempre se ha portado muy bien conmigo y es una muy buena persona, no sé cómo no ha encontrado pareja ya con el partidazo que es. Pero... no soy yo esa persona que busca. Que yo ciega no estoy y sé lo bueno que está, pero algo que dice que nunca podría salir con él; no sé, le veo un poco como al amigo gay, ¿sabes? Después de mi conversación con él, me quedé hecha una mierda (ni me imaginaba cómo podía estar él, la verdad), así que seguí con el servicio, aunque no con muy buena cara, por suerte solo me quedaban un par de horas.

Éxtasis #LuznhoaWhere stories live. Discover now