Capítulo 14

1K 68 6
                                    

Punto de vista de Ainhoa

Había pasado una de las peores noches de mi vida, apenas dormí un par de horas. No me sentía tan mal desde que estaba en Madrid aguantando el comportamiento de mi ex. No tenía ni punto de comparación, lógicamente, pero eso no quitaba que me sintiera tan hundida como entonces.

Pensé en hablar con Fina, ya que fue quien me envalentonó para lanzarme con Luz, pero me daba demasiada vergüenza contarle lo que había pasado y el ridículo que había hecho. La pregunta que me seguía haciendo desde ayer era: ¿Luz y Paolo han vuelto? Porque ese beso... muy de amigos no era, aunque se parecía también al que nos habíamos dado nosotras y hasta entonces solo éramos amigas.

Me levanté a las 7 para poder despejarme un poco con un café y una ducha antes de ir al servicio, lo que no iba a permitir era que Luz notara mis pocas horas de sueño, eso lo tenía claro. Cuando me pasan situaciones como esta, prefiero hacer como si no hubiera pasado nada ante los demás, eso lo hacía un poco más llevadero. Y es lo que iba a hacer con Luz, hacerme la loca. Ya que, no valía la pena comentar lo que vi ayer porque ya me había quedado todo bastante claro y tampoco me apetecía que me restregara por la cara que había vuelto con su novio Don Perfecto. Aun así, tampoco tenía demasiado claro cómo se iba a comportar ella hoy, no es que quisiera hacerme ilusiones ni mucho menos, no me esperaba nada bueno.

Cuando llegué al restaurante fui la primera, y menos mal, no habría soportado encontrármela allí tan tranquila haciendo como si nada. Porque así fue como apareció al cabo de 10 minutos: con una sonrisa de oreja a oreja. ¿De verdad se iba a comportar así? Irradiaba felicidad, lo cual me provocaba una rabia por dentro imposible de describir con palabras. La verdad es que me sorprendía su frialdad, después de haberse besado conmigo hace tan solo dos días y que al día siguiente estuviera besándose con Paolo como si nada. ¿A qué coño estaba jugando? ¿A dos bandas? Pensaba que comenzaba a conocerla, pero parece ser que no tenía ni idea de cómo era realmente.

- Buenos días, chef – fue escucharla decir eso, y notar un dolor de estómago insoportable.

- Buenos días – me limité a decir.

En un principio, esa era la única conversación que tenía pensado tener con ella. Noté su mirada sobre mí varias veces, pero no le di mucha importancia porque cuanto más pensara en ello, peor sería para mí. Joder, dolía tanto verla trabajando como si nada... a ella se le daba mejor fingir que a mí. Pasé la mañana como pude, sufriendo por dentro, pero aparentando normalidad, intenté dirigirme a ella lo menos posible (y a Paolo ya ni os cuento). Pero, una vez acabó el servicio, se acercó a mí sin yo esperarlo.

- Ainhoa, ¿podemos hablar un momento? – preguntó.

- Tengo prisa – dije intentando evitarla a todo coste.

- Será rápido – finalmente accedí, porque cuando se lo proponía Luz podía llegar a ser muy insistente y cuanto antes habláramos, antes podría irme a encerrarme en mi habitación.

Nos dirigimos al almacén mientras notaba la mirada de Paolo sobre nosotras. Lo que me faltaba, aguantar al novio celoso. Una vez entramos, noté como Luz cerraba la puerta tras de sí y se colocaba frente a mí dispuesta a hablar.

- Tú dirás – dije.

- ¿Te pasa algo conmigo? – fue la pregunta que menos esperaba y que más aterraba en este momento.

- ¿Por qué tendría que pasarme algo? – intenté disimular.

- Estás un poco distante, y después de lo de la otra noche...

- Luz, fue solo un beso. Ya está. Tampoco hace falta que te montes ninguna película.

- No me estoy montando ninguna película, Ainhoa.

Éxtasis #LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora