Capítulo 5

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No me puedo creer que me haya quedado encerrada en el ascensor con Ainhoa. ¿La vida me odia? ¿Hay alguien ahí arriba que quiere castigarme por alguna razón que no alcanzo a entender? Encima, la horchata iba a empezar a calentarse en breves... todo de puta madre. En cuanto escuché el ruido del ascensor y noté el parón, comencé a apretar todos los botones posibles para ver si mágicamente se solucionaba. Pista: no.

-       ¿Qué pasa? – dijo Ainhoa, como si no fuera lo suficientemente evidente.

-       Pues que nos hemos quedado atrapadas.

-       No me jodas.

Parece ser que no era la única con ganas de hacer un agujero y salir de ahí. En ese momento intenté hacer lo más lógico: llamar a mi madre, una de las dueñas del hotel. Aunque a su vez, también pasó lo más evidente: no había cobertura. Genial. ¿Íbamos a estar aquí dentro encerradas eternamente? Porque el ascensor no es que fuera muy grande y mi estrés comenzaba a ascender por momentos.

-       Joder. Joder. No puede estar pasando esto. – dijo Ainhoa bastante estresada.

-       Bueno, seguro que tarde o temprano nos encuentran. No te preocupes. – intenté ser optimista.

-       ¿Que no me preocupe? Tenemos unos inversores que estarán esperando en breves el postre con ansias. ¿Qué se supone que vamos a hacer? Tu madre me va a matar. – empezó a hiperventilar.

-       Bueno, en todo caso nos matará a ambas. – dije intentando quitarle hierro al asunto.

-       ¿Y eso de qué me sirve?

-       Joder, vale. Solo intentaba animar.

-       Mira, no puedo fallar a tu madre. Este trabajo es demasiado importante para mí, lo necesito. Si la cagamos con esto... no puedo perder este puesto. Necesito quedarme en Vera, ¿entiendes? – dijo bastante agobiada.

-       ¿Por qué tienes que quedarte en Vera? Llevas literalmente... un mes. – dije flipando por su comentario. Yo a esta tía de verdad que no la entiendo, ni que fuera el trabajo de su vida. – Mira, de verdad que intento entenderte Ainhoa, pero es que me es imposible.

-       No tienes porqué saberlo ni meterte en mi vida.

-       Mira Ainhoa, que te den. Solo estoy intentando ayudar y ser maja, pero es que me lo pones imposible. ¿Crees que me gusta ir detrás de los demás lamiéndoles el culo? Pues siento decirte que no, y menos con alguien tan prepotente y que se tome todo mal. – dije ya bastante harta.

-       Wow.

-       ¿Qué? – dije alucinando por su inexpresividad.

-       No sabía que tenías tan mala hostia.

-       Hay demasiadas cosas sobre mí que no sabes, ya que tampoco es que te dignes mucho a intentar saber más sobre nosotros.

¿Qué coño le pasaba a esta tía conmigo? Cada vez, sentía más rabia dentro de mí. Lo peor es que era mi puta jefa, lo que hacía que me sintiera un poco intimidada, la verdad.

-       Lo siento, Luz. – dijo mirando hacia el suelo.

-       Anda, si sabes pedir perdón y todo, mírala ella.

-       Esto no es fácil para mí, Luz. – dijo de manera muy seria.

-       No te pillo.

-       Pues... todo esto. Haber llegado a Vera, estar aquí en este hotel, haber conseguido este trabajo...

Éxtasis #LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora