✧Veterinaria✧

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Tiempo después »
📍: Albergue y Veterinaria
"Mi bello ángel"


- Y esa fue la última. Muchas gracias por su compra y espero que Kitty se mejore.- comentó J acariciando al pequeño gato anaranjado que se encontraba en brazos de su dueña. Aquella señora de unos 50 años había llevado a su preciada mascota con las  personas indicadas para que lo checaran y encontrarán el problema en el.

- Gracias a ti, cariño. Saluda a tu esposa de mi parte.- J asintió despidiendo a la mujer que salía de la veterinaria.

Y si, J y Olivia estudiaron psicología pero pensaron que no tendría nada de malo en estudiar una más. Y por suerte esta también la pudieron ejercer.

Por ejemplo, ahora Olivia estaba atendiendo a un paciente en el establecimiento de a lado mientras que J se encargaba de la veterinaria.

- He llegado.- avisó la castaña haciendo sonar la campana de entrada.- ¿Qué tal tu día, amor?.- le dejó un beso en la mejilla a su esposa.

- Todo tranquilo.- admitió encogiéndose de brazos.- Por cierto ¿Dónde está nuestro pequeño empleado?.- se cruzó de brazos al no ver al niño que trabaja con ellas.- Creí que venía contigo.

- Ammm, se quedó...se quedó en nuestro consultorio.- soltó Olivia de cierta forma nerviosa.- ¿A qué hora tienes la cita con tu paciente?.- trató de cambiar el tema.

- Rodrigo, no me cambies el tema ¿Dónde está el niño?...

Y antes de que la chica de baja estaría pudiera responder, varios gritos se escucharon de aquel niño.

- ¡Viene de la jaula de felinos!.- gritó J asustada. Ambas dejaron lo que traían en manos y corrieron hacia el espacio de tigres, leones y toda clases de felinos y depredadores.

Al llegar, J no dudó en saltar la reja después de haber quitado la seguridad.

- ¡J, ten cuidado! ¡Es peligroso!.- avisó Olivia temiendo por la vida de ahora de sus dos personas favoritas.

- ¡Hugo! ¡Hugo! ¿Dónde estás Hugo?.- gritaba volteando a todos lados. El lugar era enorme una vez adentro y parecía que el niño había desaparecido.

Corrió hacia un árbol en dónde habían varias leonas durmiendo.

- Hugo...- susurró pero no había rastros del niño.- Joder Hugo.- maldijo al ver cómo el león rey salía de los arbustos.- Mierda.- soltó seria para después caer al suelo con el león sobre ella y escuchar los gritos de Olivia.- Ya basta Mufasa, no estoy para juegos.- soltó tratando de quitarse al gran animal encima. Este ya la había babeando como si fuera una clase de perro, muy juguetón por cierto.- Busco a tu hermano, no estoy para juegos.- repitió logrando levantarse pero de nada sirvió, pues todas las leonas se despertaron con los gritos y no tardaron en tirarla nuevamente.- ¡Sarabi, tranquilízate y tranquiliza a tus compañeras! ¡Eso dolió!.

- Aw, solo quieren amor.- habló Olivia burlándose de su esposa, quien era aplastada por el exceso de cariño por los animales.

- ¿Ah, sí?. Pues ven a dárselo tú. Gracias a tus gritos, despertaron.- soltó cansada, por suerte había logrado tranquilizar a sus animales.- ¿Hugo?.

El niño estaba detrás del bebedero jugando con un cachorro de león. Este lo perseguía y tiraba de la camisa del niño, la cual ya estaba muy rasgada por sus largos y filados dientes.

𝐘𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐠𝐚𝐧𝐨 // 𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 𝐑. 𝐚𝐧𝐝 𝐘𝐨𝐮.Where stories live. Discover now