✧Nueva amiga✧

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📍: Departamento de los Rodrigo y Swift.
(Olivia)



Después de una charla conspirativa. Tomé la decisión de pensarlo por unos días, claramente J comprendió y todo siguió de forma normal. O al menos eso creo. Unas botellas y un baile más bastó para que todos se fueran a dormir, menos yo, quien me encontraba viendo la luna en el balcón de la sala.

- Tengo hambre.- murmuré al haber escuchado mis tripas sonar.

Podría haber dicho algo más poético, pero mi estómago no solía tener paciencia para esas cosas.

Y para ponerla más peor, lo que había en la nevera se ha estropeado y lo poco que servía se lo terminó Ross. Torcí el gesto. La última comida decente que había ingerido fue el desayuno que Max me preparó dos días atrás. Se me hizo la boca agua al recordarlo.

- ¿Crees que sea muy tarde?.- volteé asustada encontrándome con J, quien venía a mi sin dejar de ver su celular.- Conozco un restaurante en la ciudad con una comida casera deliciosa.- una sonrisa tiró de la comisura de sus labios.

- Comida casera, esas dos palabras suenan genial.- admito escuchando nuevamente mis tripas rugir ocasionandome un sonrojo.

- Vale, podemos intentarlo. Además, necesito tomar aire, aquí huele mucho a alcohol y a vómito de Diego.- se burló haciéndome reír.- Hace tiempo que no escuchaba reírte así...Me gusta.- ambas nos sonrojamos.- Lo digo porque, porque a nadie de nosotros...Tus amigos, no nos gusta verte triste.- asentí un poco decepcionada.

- ¿Podemos ir a comer a donde dices?.- pregunté emocionada y más hambrienta que nada.

J seguía teniendo su auto rojo todoterreno negro. Uno de esos coches con defensas delanteras, focos en el techo y un tubo de escape que sobresalía en la parte trasera.

- ¿Puedo preguntar cómo es que te conseguiste uno de estos?.- pregunté entrando con ayuda de J.

- Mis padres...- empezó rodeando el auto para entrar y sentarse en su lugar.- Una vez que me gradué me lo regalaron como compensacion por mis buenas notas y comportamiento.- sonrió y negó con la cabeza.- Agradezco eso aunque en el momento lo negué y lo dudé, pensé no estar lista para esto. Pero bueno, ahora es lo mejor que me pudo haber pasado. Ahorro los viajes a la uni e incluso viajé a Seattle en vacaciones junto con Diego como cualquier otro día. También hemos ido a México.- los motores resonaron y este empezó a andar gracias a J.

- ¿Ya has ido?.- pregunté sorprendida.

- Varias veces. Me gusta el paisaje y su gente.- rodé los ojos divertida.- Deberíamos ti algún día.- abrí los ojos sorprendida y ella al darse cuenta, copió mi acción.- Ya sabes, con los demás.- rió nerviosa.

Me encargué de hacer ni hablar sobre absolutamente nada. Solo veía el cielo estrellado y las luces de los altos edificios. No había tráfico como de costumbre y las personas descansaban despues de un largo día de trabajo. Noté como la velocidad reducía al entrar en un callejón con estilo asiático.

Pero aún así, daba miedo. Debí suponerlo, J siempre me mete en estas cosas y nada de sus salidas terminan bien...No Olivia, debes de confiar en ella. Hazlo de nuevo.

Cuando bajamos del coche y entramos al establecimiento, la puerta se cerró a nuestras espaldas con un suspiro quejumbroso que nos hizo caminar en busca de una mesa libre. Miré a J de reojo. Parecía perdida en sus propios pensamientos y estos le hacían fruncir el ceño. Durante un momento de debilidad, me permití observarla.

Llevaba unos vaqueros desgastados y una camiseta blanca, algo ajustada, que resaltaba el tono de su piel y sus...sus...¡Ay!. Había algo especial en sus rasgos, duros y femeninos, que hacían que la palabra «belleza» encajara con ella. Mi mirada resbaló por su rostro y quedó anclada a sus labios. Me estremecí, consciente de que me sentía muy atraída por ella y que esa certeza me irritaba. Miré al frente e inspiré hondo. Quería encontrar el modo de atenuar ese enamoramiento que había entre nosotras..O qué al menos hubo.

𝐘𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐠𝐚𝐧𝐨 // 𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 𝐑. 𝐚𝐧𝐝 𝐘𝐨𝐮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora