Fanboy: Draco Malfoy convence a Harry Potter de casarse con el

Capítulo 100 : Nerviosismo en la boda y chismes: Draco ama su suéter nuevo

“No te amo”. La voz de Draco todavía resonaba en su cabeza cuando se despertó con un grito ahogado, con el corazón retumbando en su pecho. Estiró la mano y encontró a Draco todavía durmiendo a su lado. Trató de tomar algunas respiraciones para calmarse mientras cantaba para sí mismo: “Fue solo una pesadilla, no fue real”. La boda estaba casi aquí y Harry había estado teniendo terrores nocturnos todas las noches. Habían decidido tener su boda el día después de la graduación. Sería una pequeña ceremonia con sus amigos y familiares más cercanos. No podía dejar de soñar con Draco teniendo dudas. ¡Era ridículo siquiera pensar en ello! Habían estado juntos desde que tenían once años, pero Harry estaba dejando que sus inseguridades se apoderaran de él.
“Cariño, ¿estás bien?” Draco lo miraba preocupado y Harry forzó una sonrisa. No quería preocupar a su prometida.
“Estoy bien. Acabo de tener un sueño extraño”. Draco lo rodeó con sus brazos y comenzó a frotar su espalda.
“Sé que no has estado durmiendo bien, mi corazón.” Murmuró y Harry frunció el ceño.
“Solo estoy nervioso de que-” se interrumpió.
“¿Sobre qué?” Draco pregunto y Harry apretó los labios con firmeza, sin decir nada.
“¿Que voy a cambiar de opinión?” Draco dijo y Harry no lo miró a los ojos.
“Te he amado desde el mismo momento en que puse mis ojos en ti. Mi corazón late por ti. Si me rechazaras, nunca volvería a amar”. Draco siguió hablando y Harry se sintió relajado. Sabía que Draco lo amaba. Todos sabían que Draco lo amaba. Simplemente le gustaba cuando reafirmaba su amor.
“¿Sabes que le dije a Neville que sus orejas no coincidían antes de sollozar en la ducha ayer?” Dijo casualmente y Harry estiró el cuello para mirarlo.
“¿Qué?” Draco frotó sus narices, sus ojos cálidos.
“También me siento un poco abrumado últimamente. Con la boda y la graduación a la vuelta de la esquina, parece que nunca tenemos un momento para nosotros, ¿eh?” Harry asintió con la cabeza en acuerdo. Ni siquiera había visto a Draco en los últimos días debido a toda la planificación de su boda.
“¿Qué tal si mañana nos escapamos?” Draco se ofreció y Harry le sonrió.
“¡Me encantaría!” Se acurrucó más profundamente en sus brazos y se sintió reconfortado por el hecho de que no era el único que tenía un ligero colapso.
“Perfecto. Haré que Herm explique nuestra ausencia a todos”.

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“Draco y Harry tienen una fuerte diarrea. Beberán líquidos y se quedarán en su dormitorio todo el día”. Hermione dijo con una cara seria y maldijo a su presidente. Él le dijo que se sentían un poco abrumados y que necesitaban tiempo para ellos mismos. ¡Lo había entendido completamente pero no se dio cuenta de que él la dejaría para inventar una razón por su ausencia! Ella soltó lo primero que le vino a la mente.
“¡Maldición!” Ron murmuró antes de alejarse para terminar el dobladillo del vestido de Harry.
“¿Crees que necesitan algo?” Neville se retorcía las manos y ella se sentía mal por haberle mentido al ansioso Gryffindor.
“Bueno, si tienes tiempo, ¿te importaría averiguar qué flores necesitará Harry para la boda?” Ella preguntó y él asintió con la cabeza con seriedad.
“Déjelo a mí, vicepresidente”. Él le dio un saludo antes de marcharse.
“Harry y Draco se escaparon, ¿no?” Ginny susurró mientras miraba a su alrededor.
“¡Sí! Necesitaban un pequeño descanso”. Ginny resopló antes de decir “Me hubiera ido hace dos semanas. Estoy bastante segura de que vi a Harry atravesar una pared ayer después de que alguien me preguntara cómo iba la planificación de la boda por centésima vez”.
“Lo sé. Solo espero que no se fuguen mientras están fuera”. Ella murmuró antes de alejarse. Necesitaba asegurarse de que todos confirmaran su asistencia antes de enviar lechuzas recordatorias. Afortunadamente sería una pequeña ceremonia. Todavía estaba pendiente de Dumbledore. El idiota aún no había hecho ningún movimiento y ella se estaba frustrando. Odiaba esperar. Seguro que el anciano sacaría algo y ella le rompería la nariz, si tenía la oportunidad.
“¡Crookshanks!” Gritó y apareció el gato.
“¿Te comerías el alma de Dumbledore, si te lo pidiera?” Lo pensó antes de responder.
“Solo si eres tú el que  lo pide, invocador”. Finalmente dijo y ella lo recompensó con una caricia en las orejas. Se estaban convirtiendo en los mejores amigos después de su comienzo difícil. Ella lo levantó y comenzó a ronronear en voz alta.
“Tal vez solo se lo daré de comer a Chad en su lugar”.

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Harry se movió en su asiento mientras el bote avanzaba. Hizo que se balanceara ligeramente y el mago frunció el ceño.
“¡Lo siento! Estoy tan emocionado”. Draco le dio al hombre una mirada desagradable y lo vio palidecer de miedo. Harry podría volcar el pequeño bote si quisiera. Draco felizmente lo salvaría y los llevaría nadando a la orilla. Había pensado mucho acerca de dónde podrían ir donde no serían molestados. La respuesta había sido simple. La prisión de Azkaban se cernía frente a ellos y Draco recogió su canasta de picnic mientras ayudaba a Harry a bajar del bote.
“¡Gracias por su ayuda!” Harry agradecio al mago de los botes mientras Draco lentamente pasaba su dedo por su garganta en advertencia.
“¡No hay problema, Sr. Potter!” Gritó antes de alejarse remando. Draco hubiera preferido que el hombre le hubiera pedido perdón a Harry por su error anterior, pero no iba a dejar que arruinara su estado de ánimo.
“Draco, vámonos”. Dejó que Harry lo guiara por el camino rocoso antes de encontrar un saliente. Draco extendió una manta en el suelo antes de comenzar a descargar la canasta. ¡Mimi había empacado para un ejército! Ella hizo tanta comida.
“Esto es bonito”. Harry suspiró mientras se quitaba los zapatos. Llevaba uno de los suéteres viejos del tío Severus y unos pantalones oscuros. Llevaba un gorro de punto con el pelo trenzado por la espalda. Se veía impresionante. Las olas rompieron en la orilla y Harry se deslizó más cerca de él.
“Esto es para ti”. Harry le entregó un paquete lleno de bultos y Draco lo abrió lentamente.
“Hermione dijo que tejer la ayudó con su ansiedad, así que lo intenté”. Dijo tímidamente y Draco inmediatamente comenzó a quitarse la chaqueta. ¡Harry le había tejido un suéter! Las mangas eran desiguales y el cuello demasiado largo, pero lo atesoraría para siempre. Estaría enterrado en este suéter. Era del mismo color que el hermoso cabello de Harry, un negro oscuro.
“Si miras las mangas, te bordé un secreto”. Harry continuó y Draco sintió que le ardía el pecho. Dos corazoncitos estaban cosidos en ambas mangas con hilo de plata.
“¡Harry, mi dulce!” Draco gritó antes de lanzarse hacia él. Salpicó su rostro con besos mientras Harry se reía debajo de él. Él tomó su mejilla antes de darle un beso lento. La cara de Harry estaba rosada mientras lo miraba por debajo de sus pestañas. Draco iba por otro cuando alguien empezó a toser ruidosamente.
“¡Oigan esto es una prisión, ¿saben?!” Barty Crouch les gritó haciendo que buscara su ventana, con la cara arrugada de disgusto.

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Barty Crouch estaba molesto porque aún no había recibido el Beso. Se había dicho a sí mismo que sería cualquier día. Azkaban era tan aburrido. ¡Todos los prisioneros a su alrededor estaban locos y ni siquiera podían jugar a espiar con él! Escuchó un alboroto fuera de su ventana y arrastró su cama para poder mirar. ¡Harry Potter y Draco Malfoy estaban besuqueándose justo en frente de él!
“¡Oigan! Esto es una prisión, ¿saben?” Gritó y rápidamente se separaron. El hijo de Cissy le dirigió una mirada que podría cuajar la leche mientras ponía a Potter en su regazo.
“¡Hola, Barty!” Potter saludó salvajemente y él le devolvió el saludo.
“¡Hola Potter!” Miró más de cerca antes de reírse.
“Bonito suéter, Malfoy. ¿Lo tejiste con los ojos cerrados?” Potter hinchó el pecho antes de responder.
“¡Es muy amable de tu parte decirlo, Barty! Todavía soy un principiante, así que no hay forma de que pueda tejer con los ojos cerrados. Se vería ridículo”. Potter se rió, sus ojos brillando. Hizo una mueca antes de decirse a sí mismo que debía dormir con un ojo abierto. Malfoy no parecía feliz mientras lo miraba con mala cara.
“Oh, hiciste un buen trabajo”. Mintió y Harry se acercó.
“¿Te gustaría algo de nuestra comida de picnic?” Barty comenzó a babear cuando vio los frijoles horneados. Solo había comido gachas desde que lo metieron en su celda. Era suave y grumoso pero sorprendentemente nutritivo.
“¡Por favor, Potter! Mataría por unos frijoles”. Gimió y Harry empujó un plato a través de los barrotes.
“Eres un chico maravilloso, Potter. Estoy tan contento de no haberte sacrificado nunca en nombre del Señor Oscuro”. Potter le sonrió.
“¡Yo también, Barty! ¿Escuchaste sobre Dumbledore?” Barty resopló frijoles por la nariz.
“Sabía que ese hombre estaba loco. Sus ojos siempre me dieron escalofríos”. Le confió y trató de ignorar la mirada que estaba recibiendo de Malfoy. ¡Él no estaba tratando de arruinar su pequeña cita! No era su culpa que fuera tan interesante.
“¿Tu también lo crees? ¿De qué otra forma podría hacerlos brillar todo el tiempo? Escuché que se los hechizo”. Potter chismeaba y se reía.
“Apuesto a que lo hizo, el viejo idiota”. Malfoy solo los vio cotillear durante las siguientes dos horas.
“Mi amado, deberíamos irnos”. Malfoy dijo y Harry empujó el resto de su comida en su celda.
“¡Fue bueno verte, Barty! Espero que puedas asistir a la boda”. Dijo alegremente.
“¡Harry, cavaré un túnel si es necesario!” Los despidió moviendo la mano antes de que lentamente comenzara a astillar su piso. ¡Harry le dijo que habría tres tipos diferentes de pastel! No se lo perdería por nada del mundo.