Fanboy: Draco Malfoy convence a Harry Potter de casarse con el

Capítulo 50 : Periódicos y exprofesor: Myrtle la llorona es una fisgona

Hermione corrió por el corredor, sus pies resonando en el suelo. Eran exactamente las 6:43 de la mañana y ella fue la primera en llegar al Gran Comedor. Se sentó en la mesa de Gryffindor y esperó. Ocho minutos después, una singular lechuza voló por la ventana llevando un periódico. No pudo contener su emoción y abrió la carta atada a su pierna.
“Querida señorita Granger.
No esperaba que me contactaras, pero debo admitir que me sorprendió gratamente. Espero que disfruten de la primera página. Por favor, avíseme si puedo ayudarlo de alguna manera. Rita Skeeter”. Desdobló el periódico hasta el titular que gritaba "Defiende a los hijos del profesor Bully". Tenía una imagen de Lockhart inclinado sobre Harry con el cuello en las manos. La imagen se reprodujo en un bucle y se podía ver la saliva volando mientras gritaba. Fue magnífico. Leyó el artículo y comenzó a duplicarlo. Puso uno debajo de cada plato excepto el del Director. Ella ya había enviado una carta a la junta sobre sus acciones enloquecidas con un fragmento de la escena que le dio el director Black. Otros estudiantes comenzaron a llegar y ella se apresuró a su asiento. Los susurros comenzaron de inmediato cuando todos miraron el papel. Era como música para sus oídos.
“Herm, tienes esa mirada en tu cara otra vez”. Ron dijo mientras comenzaba a llenar su plato con comida.
“¿Cuál mirada?” Él arrugó la nariz y respondió: “La mirada que grita: ¡Voy a quemar a mis enemigos hasta los cimientos, así que ten cuidado!”. Ella soltó un resoplido.
“No seas ridículo. ¡Piensa en el olor!” Los gemelos se sentaron a cada lado de ella.
“¡Buenos días Herm! Vemos que ha estado ocupada”. Ella los ignoró y se concentró en Lockhart deslizándose en su silla. Llevaba un pañuelo en la cabeza para ocultar su falta de cabello. Dio un grito cuando vio el titular y todos los estudiantes comenzaron a hablar más fuerte. Este año ya se perfilaba como maravilloso, pensó y comenzó a untar con mantequilla su tostada.

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Fleur pisoteó y escuchó un crujido satisfactorio cuando rompió el dedo de la otra chica. Gabrielle le susurraba a MH, aterrorizando al resto de las chicas.
“Ahora, ¿alguien más tiene alguna objeción a mi posición?” Ella preguntó y todos expresaron su apoyo. En el momento en que regresó a la escuela, comenzó su campaña. Ella había conquistado fácilmente las otras dos Casas y acababa de dejar la suya. Bellefeuille era personal. Su propia Casa la había maltratado, así que estaba feliz de dejarlo para el final. Hermione le había dado un plan de cinco pasos para hacerse cargo de su escuela. Ella ya estaba en el paso cuatro. Merlín, ¿por qué no había hecho esto hace mucho tiempo? Los dos días siguientes pasaron rápidamente y se maravilló del hecho de que podía caminar por los pasillos sin que la acosaran. Claro, algunos de los estudiantes la llamaron "reina de hielo", pero a ella no le importó. Ella felizmente escribió a sus padres y disfrutó el chocolate y el aliento que le respondieron. Gabrielle estaba ordeñando su falso pársel. Los estudiantes susurraron que iba a hacer que su mascota se los comiera mientras dormían. Fleur no se sorprendería si hiciera que los otros estudiantes la llamaran Leidy. La chica era un suplicio, suspiró. ¡Draco le había escrito que obtuvo el permiso de su tía para invitarla a Hogwarts! Mientras empacaba sus cosas, no podía esperar para ver a todos.
“Asegúrate de decirle a Ron que dije hola”. Gabrielle dijo astutamente y fácilmente esquivó la bola de fuego que le lanzó.
“¡Cierra la boca!” Ella siseó, con las mejillas encendidas.
“¡Hola! ¿Estás lista, querida?” La voz de Pater resonó desde abajo y ambos corrieron a saludarlo. Las otras chicas las estaban mirando y Fleur les dirigió una mirada de advertencia. Harry la había puesto al tanto de su propio problema con el rompehogares y ella no estaba dispuesta a que nadie se le ocurriera ninguna idea.
"¡Padre! ¡Te Hemos extrañado!" Abrazándolo con fuerza, se maravilló de la facilidad con la que Pater encajaba en su familia. Él era la pieza que faltaba que habían necesitado.
“Yo también las he extrañado, chicas”. Pater dijo cálidamente, su rostro suave.
“Gabrielle, por favor, asegúrate de que todo funcione sin problemas mientras no estoy”. Algunos estudiantes palidecieron ante la idea de que Gabrielle estuviera a cargo. Estarían rogándole que volviera y los salvara. Su sonrisa estaba llena de satisfacción cuando tomó la mano de Pater y dejó que él la guiara por el Flú.