Fanboy: Draco Malfoy convence a Harry Potter de casarse con el

Capítulo 9 : Huesos rotos y jengibre: Harry cree que puede lanzar manos

Era el día antes de Halloween y Ronald Weasley estaba en conflicto. Había crecido con las historias de Harry Potter y había asumido que estaría en Gryffindor como todos los demás. Entonces, cuando entró en Hufflepuff, Ron estaba molesto. ¿Cómo podían ser mejores amigos si no estaban en la misma casa? Luego, los rumores de que se casaría con Malfoy comenzaron a circular por la escuela. ¡No podía creerlo! ¿Harry Potter se casa con Malfoy? ¡No tenía ningún sentido! A Ron le encantaba jugar al ajedrez. Era bastante bueno en eso. El ajedrez requería habilidad y estrategia. A veces, la mejor estrategia era sentarse y observar. Así que eso fue lo que hizo. Vio lo pequeño que era Harry Potter. ¡Probablemente era del tamaño de su hermana pequeña Ginny y ella solo tenía diez años! Se dio cuenta de que Harry nunca se sentía cómodo con los adultos. Vio lo enamorados que estaban Harry Potter y Malfoy. Entonces, a pesar de que iba en contra de todo lo que creía saber, lentamente comenzó a alentarlos. Todo llegó a un punto crítico un día después de Pociones. Malfoy lo detuvo fuera de clase y le exigió que dejara de acechar a Harry Potter.
"¡No lo estoy acosando!" Ron ya podía sentir sus mejillas ponerse rojas. ¡Maldita sea su tez pálida!
“Bueno, lo has estado siguiendo constantemente. Si eso no es acecho, ¿entonces qué es?”. Malfoy dijo, cruzando sus brazos. Ron no sabía qué hacer. No fue su intención hacer enojar a nadie. Abrió y cerró la boca antes de suspirar. Mirando sus zapatos desgastados, dijo: “Solo quería ser su amigo”. Malfoy entrecerró los ojos antes de decir “¡entonces pregúntale! ¿Eres un Gryffindor o no?” y se dio la vuelta para alejarse. Así que aquí estaba, vagando por los pasillos en busca de Harry Potter. Escuchó un fuerte ruido y miró a su alrededor. Vio a Cormac McLaggen y Eddie Carmichael de segundo año empujando a alguien. McLaggen estaba en su casa y pensó que Carmichael era un Ravenclaw. ¡Vio al niño más pequeño levantarse y se dio cuenta de que era Harry Potter!
“¡Déjame en paz!” dijo Harry, limpiándose las manos en los pantalones. Los niños mayores se rieron y dijeron “¡eso fue por conseguir que nos castigaran! ¿Dónde está tu preciosa serpiente ahora?” Ron no toleraría la intimidación. Se echó las mangas hacia atrás y dio un paso adelante.

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Harry debería haber sabido que hoy no iba a ser un buen día. Todos seguían mirándolo con simpatía porque era el día antes de que asesinaran a sus padres. Draco y Hermione habían estado dando vueltas a su alrededor todo el día. Solo quería un poco de paz y tranquilidad para pensar en su padrino. Todavía no le había escrito. Estaba nervioso por la interacción. ¿Y si no le gustaba? Trató de no dejar que eso lo molestara, pero Sirius era su padrino. Una persona elegida por sus padres para cuidarlo. Así que estaba deambulando por los pasillos cuando aparecieron los dos chicos que lo habían detenido a Draco y a él en su segundo día.
"¿Bueno, bueno, bueno, qué tenemos aquí? El chico dorado está solo”, dijo el de Gryffindor.
“¿Deprimido porque tus padres están muertos, Potter? ¿Vas a llorar por eso?” El chico de Ravenclaw se burló. Harry solo los miró. ¿Por qué lloraría? Sus padres habían estado muertos toda su vida. Pensó que estos chicos estaban tratando de molestarlo a propósito, pero no tenían nada en contra de su tía.
Les dijo que lo dejaran solo y lo tiraron al suelo.
“Tienes suerte de que tu novio mortífago no esté aquí o realmente te dejaríamos tenerlo”. Harry estaba enojado ahora. No le importaba lo que nadie dijera sobre sus padres, pero no toleraría que nadie insultara a su amada.
“¡Oye! ¡Déjalo en paz!” El chico pelirrojo que lo había estado siguiendo durante una semana apareció de repente.
“¡Fuera de aquí, Weasley!”
“¡Oh, lárgate, McLaggen! ¡Deja a Harry en paz o se lo diré a Fred y George!” gritó Weasley. Harry no sabía quién era Fred o George pero hizo que los otros chicos se detuvieran y eso era todo lo que necesitaba. Después de todo, Harry siempre había sido bueno con las manos.

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Narcissa Malfoy corría por la mansión. ¡La profesora Sprout la había contactado por Flú y le dijo que Harry estaba en la oficina del director! Lucius se reuniría con los abogados y no tenía tiempo que perder. Dándose la vuelta, se apareció a Hogsmead y caminó rápidamente hacia el castillo. Las puertas gigantes se abrieron para ella y fue directamente a la oficina de Dumbledore. Deteniéndose en las gárgolas, dijo “¡Estoy aquí para ver al Director, es urgente!” Se movieron y ella subió las escaleras de dos en dos. Sin molestarse en llamar, abrió la puerta. Su dulce yerno estaba sentado en una de las sillas frente al escritorio de Dumbledore. Estaba mirando fijamente al suelo mientras los cuatro Jefes de Casa hablaban unos sobre otros. Sacando su varita, hizo que un gran estruendo resonara por toda la habitación. Se giraron para mirarla antes de que Dumbledore dijera: “Lady Malfoy”
“Yo la llame”, dijo la jefa de la casa de Harry.
“¿Pero por qué? Ella no es su tutora”. dijo el anciano. No podía soportar al Director. Él siempre la había frotado de la manera equivocada.
“Porque Harry va a ser parte de la Familia Malfoy. Entonces, ¿podría alguien explicar qué está pasando?” Narcissa habló, manteniendo la espalda recta. Abrió la boca pero Severus se le adelantó en una explicación.
"Harry mando a dos niños al ala del hospital". Por una vez en su vida, Narcissa no sabía qué decir. Se giró para mirarlo y vio que estaba en la misma posición que había estado cuando ella entró.
“Harry querido, ¿es eso cierto? No estoy molesto, mamá se encargará de cualquier problema que surja”. A ella no le importaban los otros niños, pero Harry tenía que tener una buena razón para portarse mal. El chico no se ha salido de la raya en todo el semestre y le pareció extraño que de repente lo atacara.
“Es verdad, señora”

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Harry observó el rostro de la Sra. Malfoy cuando admitió haber peleado con esos dos niños. Dejó escapar un grito ahogado mientras se precipitaba hacia adelante.
“¡Harry! ¡Tu cara!” Ella tocó suavemente su mejilla e inclinó su rostro hacia un lado.
“¡Dobby!” El elfo doméstico apareció en un instante y dejó escapar un chillido cuando vio la cara de Harry también. Se sentía un poco hinchado, pero aún no había podido mirarse en un espejo.
“Trae a Lucius aquí inmediatamente”.
“¡Si señora!” Desapareció tan rápido como había aparecido. Se volvió para mirar a los otros adultos y dijo: “¿Alguien quisiera explicarme por qué la cara de mi querido niño está herida y nadie se ha molestado en curarlo todavía?” Su voz se había hecho más fuerte hasta que gritó la última palabra, con el rostro retorcido de rabia. Todos los profesores lo miraron al unísono antes de que su directora sacara su varita y curara su rostro. Todavía se sentía adolorido, pero no se sentía como si hubiera chocado contra una pared.
Estar con los Malfoy había vuelto a Harry codicioso. Sabía que había roto las reglas y merecía ser castigado, pero quería que los otros chicos también pagaran. ¡No tenían derecho a decir cosas tan horribles sobre Draco! Si Harry no defendia a Draco, ¿cómo podría llamarse a sí mismo un buen prometido? El director entrelazó los dedos antes de decir: “Ahora Harry, tenemos que decidir tu castigo por atacar a otros dos estudiantes”.
“Vamos al grano, Dumbledore. Harry obviamente actuó en defensa propia. Tiene un historial perfecto y ni siquiera ha tenido una detención. Creo que deducir puntos será suficiente”. dijo la señora Malfoy.
“Señora, dos estudiantes están en el ala del hospital y ¿quiere que descontemos puntos? ¡El Sr. Potter debería ser suspendido por lo menos!” Dijo la profesora McGonagall. Observó al Sr. Snape pararse frente a ella y decir “qué interesante, Minerva. Nunca hablaste tanto cuando los Merodeadores difundían sus travesuras. ¿Quizás te sentirías diferente si el Sr. Potter estuviera en tu casa?” Observó cómo sus mejillas cobraban color mientras le fruncía el ceño. “¡Los Merodeadores jugaron bromas inofensivas-!” Snape la interrumpió “¡si no eras un Slytherin! ¡No puedo contar cuántas veces uno de nosotros fue enviado a la enfermería! ¿Dónde estaba entonces tu indignación?” Harry no sabía qué o quiénes eran los Merodeadores pero sonaba terrible. ¿Cómo podría dirigirse a toda una casa? Seguro que a Harry no le gustaban los chicos con los que peleaba, pero no iba a apuntar a toda una casa por eso.
“Creo que nos hemos desviado del tema”. El director lo reprendió. Antes de que nadie dijera nada más, la puerta se abrió de golpe por segunda vez. Era el dúo más extraño. El Sr. Malfoy y Ron Weasley jadeaban mientras trataban de recuperar el aliento. Ron tenía un ojo morado y parecía estar cojeando un poco, pero declaró en voz alta “¡Harry es inocente!”