Fanboy: Draco Malfoy convence a Harry Potter de casarse con el

Capítulo 59 : Golpes y calumnias: Sirius usará este tenedor como arma asesina.

Draco bostezó mientras caminaba hacia la cocina. Harry todavía estaba durmiendo y se había escabullido en silencio para no molestar a su amor.
“Malfoy, ¿cómo entraste a mi casa?” Lord Black siseó y tomó su tenedor, luciendo como si estuviera a punto de apuñalarlo con él.
“¿Por qué te lo diría? Solo tratarías de mantenerme fuera”. Draco respondió y comenzó a llenar su plato con panqueques.
“Déjalo en paz, Sirius. Sabes que Harry se enfada cuando están separados”. Dijo su padrino y le guiñó un ojo cuando Lord Black murmuró amenazas en voz baja. Gracias a Merlín, el tío Sev estaba de su lado. Había salido de la habitación de Harry pensando que no viviría mañana.
“Bueno, me alegro de que hayamos llegado a un acuerdo”. Lord Balck lo miró con enojo antes de decir: “No evitaré que ustedes dos estén juntos, pero si veo un chupetón más, personalmente te daré de comer a Matilda”. Matilda era una Venus atrapamoscas carnívora que vivía en el Pantano. Ella no respondía a nadie más que a Lord Black.
“Bien” Estuvo de acuerdo, no teniendo muchas opciones. Su madre le dijo que Matilda tardó cuatro días en disolver por completo a su presa. Harry entró y apoyó la cabeza sobre la mesa.
“Cariño, si todavía estás cansado, puedes ir a descansar un poco más”. Harry murmuró algo en la mesa.
“¿Qué pasa, cachorro? ¿Estás enfermo otra vez?” Lord Black lo miró frenéticamente. Harry finalmente levantó la cabeza y ambos lo miraron boquiabiertos. Se había cortado el cabello a sí mismo.
“Uh cachorro, esa es una nueva apariencia”. Harry los miró a ambos y gritó “¡el espejo dijo que se vería bien!” antes de salir corriendo de la habitación.
“¡Buen trabajo! ¡Ahora piensa que los odiamos! Pensé que se veía lindo”. Draco siseó a Lord Black.
“Bueno, alguien tenía que decir algo. Te sentaste allí con esa mirada estúpida en tu rostro. ¡Oh espera! ¡Esa es solo tu cara!” Mientras continuaban discutiendo, no notaron que Severus salía de la habitación. Draco retrocedió mientras un molesto maestro de pociones lo rociaba con agua. Lo vio hacer lo mismo con Lord Black.
“Ahora, si terminaron de pelear, convenzamos a Harry de que nos gusta su nuevo corte de pelo”. Lo siguieron obedientemente escaleras arriba.

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Hermione corrió por su casa, agarrando pequeñas cosas antes de meterlas en su bolso. Harry la había llamado llorando por lo feo que se veía y ella se puso en acción.
“¡Kreacher, estoy lista!” Gritó adiós a sus padres y tomó la mano del elfo. Aparecieron en la habitación de Harry y lo encontró escondido debajo de su edredón.
“¡Sal, Harry! ¡Apuesto a que te ves lindo como siempre!” Ella lo convenció y no pudo evitar su sorpresa. ¡No se veía mal, solo diferente!
“Es feo, ¿verdad? ¡No sé por qué lo hice! Estaba probando diferentes peinados y mi espejo dijo que me vería linda con flequillo y pensé ¿por qué no? ¡Vive un poco, Harry! ¡Y ahora me parezco a Dora la exploradora!”. Él gimió, sus manos cubriendo su rostro. Ella lo abrazó suavemente y dijo “¡una Dora la Exploradora muy linda!”. Él soltó una risa acuosa y ella continuó: “¡Podemos arreglarlo! ¡Solo tenemos que darles estilo un poco!” Quince minutos más tarde, Hermione le había hecho un peinado mitad arriba mitad abajo con moños espaciales. Ella había cortado un poco más de su cabello para que su flequillo fuera más estético. Agarrando un espejo que no habla, dijo “¡Tada! Se ven mejor, ¿verdad?” Harry tocó tentativamente su cabello antes de agarrarla con fuerza. “¡Eres brillante Hermione! ¡Gracias!" Se puso unos jeans rotos y se puso un suéter encima.
"¿Tienes hambre? ¡Creo que huelo a tarta de melaza!” Se le hizo agua la boca. Kreacher hizo la mejor tarta de melaza. Fueron a la puerta y ella la abrió. Draco y el Sr. Black cayeron al suelo por la puerta.
“¡Harry! ¡Tu flequillo se ve tan lindo! Creo…” Draco clavó su codo en el estómago del anciano, dejándolo sin aliento.
“¡Mi corazón, creo que te queda bien el flequillo! Eres lo más hermoso que mis ojos jamás han deleitado. ¡Las estrellas brillan de celos!” Su presidente realmente estaba poniendo las cosas gruesas. No debe haberle dado a Harry la reacción adecuada a su flequillo. La culpa es de él. Regla número dos de HFC: ¡siempre apoya las decisiones de Harry, incluso si se equivocó!
“No sé si sabias Harry, pero a Lily le gustaba cortarse el flequillo en invierno. Ella dijo que mantenia su frente caliente”. El profesor Snape mencionó casualmente y los ojos de Harry se iluminaron.
“¿En verdad? ¡Eso es perfecto entonces!” La arrastró hacia la cocina, ignorando a Draco y al Sr. Black, ambos aún tirados en el suelo.

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Severus sabía que Harry estaba tramando algo. Después de la charla que tuvieron en el mundo mugle, había pedido ir al Callejón Diagon. Aparentemente necesitaba pasar por Gringotts para ver a su amigo duende. Harry estaba charlando alegremente con Hermione mientras Draco y Sirius hacían pucheros a su lado. Realmente no podía tomar un descanso con esos dos. Si se tomaran un momento para hablar entre ellos, se darían cuenta de que básicamente eran la misma persona. Los genes Black corrían fuerte en ellos. Locos y absolutamente dramáticos, ambos.
“¡Padre Severus! ¿No es este bonito? Papá, ¿no crees que padre se vería lindo con esto puesto? Tenía la cara pegada a uno de los escaparates. Severus se acercó al cristal y se dio cuenta de que era una joyería y Harry estaba señalando los anillos de boda.
“Harry, no creo-” Sirius se acercó y dijo: “¡Tienes buen ojo, Cachorro! Pero padre llevará el anillo de bodas de mamá. La esposa de cada Señor lo usa”. Severus se giró para mirarlos a ambos.
“¿Disculpa? ¡No soy una esposa!”
“¡Lo sé, bebe, pero es una tradición! Si no usas el anillo, mamá se abriría camino fuera de su tumba para gritarme”. Severus entrecerró los ojos en su idiota.
“¿Y quién dijo algo sobre el matrimonio?” Ni siquiera habían hablado de ello, por el bien de Merlín.
—Sev, ¿de qué estás hablando? Por supuesto, nos vamos a casar”.
“Nunca lo hemos discutido”. Siri tuvo la audacia de mirarlo confundida.
“¿Dejé todos esos paquetes de luna de miel junto a la cama? ¡Dijiste que te gustaba el tropical!” Severus se pellizcó la nariz.
"Pensé que eran para los niños". Sirius resopló.
“No seas tonto, Sev. Los chicos probablemente van a ir a la luna o el pequeño Malfoy encontrará Atlantis para su luna de miel”. No pudo evitar resoplar ante la idea de que su ahijado descubriera la ciudad perdida solo para llevar a Harry allí en su luna de miel.
“¿No quieres casarte conmigo?” Sirius le preguntó, su voz seria. Severus evitó su mirada mientras respondía.
“Yo no dije eso”.
Harry golpeó el puño con Hermione mientras caminaban hacia el banco. Sintió que Sirius le golpeaba el trasero mientras decía “¿te lo imaginas? Severus Black, esposo de Lord Black”. Tenía una mirada soñadora en sus ojos y Draco les dirigió una mirada de disgusto.
“¡Merlín, consigue una habitación!”

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Griphook sabía que hoy iba a ser uno de esos días. El tipo de día que te hace querer quedarte en la cama y olvidar que el mundo existió. Había estado en la línea del cajero, ayudando a los magos hasta su cita con Harry. El chico había llegado un poco temprano por lo que estaba esperando pacientemente. Su amiguita estaba tratando de intercambiar dinero muggle cuando alguien gruñó: “Vuelve por donde viniste, sangre sucia”. Se podía oír caer un alfiler. La niña dejó su dinero con cuidado y se giró para mirar a la bruja molesta. Minette Lestrange era pariente lejana de la familia Lestrange principal. Sin embargo, ella era tan desagradable como la mayoría de ellos. La niña le dedicó una sonrisa y dijo “Obligame”. La mujer le gruñó y sacó su varita. Antes de que pudiera lanzar un hechizo, la señorita Granger sacó un bote y la roció con él. La mujer ahora llorando se frotó los ojos y dijo “¡me cegó!” Su supervisor se la llevó y el resto de los clientes se apartaron de la chica de aspecto inocente. Él le dio la moneda correcta y preguntó casualmente “¿spray pimienta?” Ella sonrió y susurró “spray contra osos”. No pudo evitar su feroz sonrisa. Esa cosa podría dañar a un oso adulto, ¡y mucho mas a una persona normal! ¿Quizás la señorita Granger tenía ascendencia goblin? Tenía la actitud adecuada para ello.
“¡No la escuches, Herm! Algunas personas son idiotas”. Dijo el heredero Malfoy con frialdad, mirando alrededor de la habitación, observando a cualquiera de los adultos más conservadores.
“¡Griphook! Por favor, use el nombre de Potter para hacer que esa mujer pague”. Harry dijo suavemente mientras nos empaquetaba sus chalecos de piel de serpiente. De hecho, le había dejado quedarse con lo que sobraba, que era más de la mitad de la piel mudada. Iba a ser la envidia de todos los duendes. Estaba tan agradecido de haber continuado su correspondencia con Harry.
“Por supuesto Harry. Debería estar arruinada para el martes.
“¡Eso no es necesario, Harry! Puedo hacerme cargo de mí misma”. Dijo la Srta. Granger, con los hombros rectos.
“¡Lo sabemos, Hermione! ¡Simplemente no soporto a la gente así!”
“¡Sí, Herm! ¡Estoy bastante seguro de que su madre y su padre eran primos!” Lord Black intervino, su varita en la mano mientras vigilaba su entorno. Griphook no permitiría que nada le sucediera a Harry ni a sus invitados dentro de las paredes de Gringotts.
“Um Sr. Black, ¿sus padres no eran primos?”
“¡Eso es diferente, Herm! ¡Eran solo primos hermanos, los de ella son terceros!” Harry comenzó a reírse cuando el heredero Malfoy respondió.
“¡Eso es peor, imbécil!”