Capítulo 25

129 15 7
                                    

Kang Gaeul

Tras ese incómodo almuerzo, Jin se retiró para terminar algunas tareas en la oficina de su padre, mientras yo regresé a mi oficina para continuar trabajando.

Sin embargo, no podía evitar pensar en él. Su atractivo y la forma en que me miraba seguían rondando mi mente. Cada vez que nuestros ojos se encontraban, recordaba los momentos que habíamos compartido. Estar a su lado me hacía sentir increíblemente bien, y hoy no era la excepción. No sabía si era su voz o su mirada, pero cada vez que lo veía, experimentaba una profunda tranquilidad.

A pesar de todo, tengo que recordar que él no es mi esposo.

—Amor, ¿puedo pasar? —preguntó Jungkook.

—Sí, adelante. ¿En qué puedo ayudar, a mi esposo? —respondí, aunque en mi interior seguía pensando en Jin.

—Hay algo que quiero preguntarte, si no estás ocupada —dijo Jungkook, y negué con la cabeza.

—¿Qué sucede? —pregunté, preocupada.

—Es sobre Jin, siento que te mira como si estuviera enamorado de ti —reí nerviosamente.

—Oh, por favor. Apenas nos conocemos —mentí—. Siempre has sido un poco celoso, Kook.

—Es cierto, pero parece que está realmente enamorado. Te mira como si fueras la cosa más preciosa que ha visto en su vida y no puede evitar sonreír mientras hablas —explicó—. Se comporta como si trabajar contigo fuera su sueño hecho realidad.

Jin es tan dulce, realmente debe estar enamorado de mí, pensé.

—No te preocupes, tú eres mi esposo —dije, tomando su mano—. Jin y yo solo tendremos una relación profesional, te lo prometo.

Él me envolvió con sus brazos y me besó. A pesar de que no quisiera admitirlo, Jungkook estaba poniendo todo su empeño en reconstruir nuestro matrimonio.

—Hay otro asunto del que quiero hablar —dijo, mostrando cierta timidez.

—¿De qué se trata? —pregunté.

—¿Y si consideramos la idea de tener un hijo? —casi no podía creer lo que estoy escuchando.

—¿Qué? —pregunté, incrédula.

—Un bebé, lo cuidaremos juntos y tenemos la estabilidad económica necesaria. No le faltará nada —dijo, intentando convencerme.

—Lo único que le faltaría es tener padres con una relación estable —murmuré en voz alta, y él me miró enfadado.

—¿Qué dijiste? —Jungkook parecía molesto.

—Nuestro matrimonio todavía está en proceso de recuperación, pero si se derrumba nuevamente, ¿qué haremos? —pregunté.

—¿Por qué crees que se va a derrumbar?—preguntó, con evidente molestia.

—Porque sé que si ella aparece y te dice, 'amorcito, debes cumplir tu promesa' —imité a Jennie en tono sarcástico—, tú correrás hacia ella, y yo me quedaré sola.

—Deja de ser tan negativa. ¿Crees que soy tan fácil de convencer? —replicó, visiblemente enfadado.

—Cuando Jennie te pidió que vivieras con ella, te marchaste al día siguiente, ni siquiera te tomaste la molestia de preguntarme si estaría bien por mi cuenta —afirmé, con amargura en mis palabras.

—Amor, lo siento —dijo, tratando de calmarme—. Pero volvía a casa por la mañana.

—Sí pero solo para cambiarte y luego irte, como si nuestro hogar fuera solo un simple armario —dije, al borde de las lágrimas.

—Amor, por favor, detente —Jungkook me abrazó, y sentí sus lágrimas caer sobre mi hombro.

—Si decido quedarme embarazada y ella te pide que regreses, ¿lo harás? ¿Y qué sucederá conmigo? —expresé con frustración—. ¿Tendré que explicarle a nuestro hijo que lo abandonaste?

—Amor, te lo prometo, no te dejaré —dijo, con lágrimas aún en los ojos.

—Está bien, si sigues a mi lado después de que los tres años hayan pasado, lo consideraré —dije, intentando calmarme.

—Gracias, bunny. Prometo hacer todo lo posible para demostrar que podemos tener una familia juntos —dijo, besando mi mejilla.

Jungkook salió de mi oficina, y yo volví a concentrarme en mi trabajo para distraerme de nuestra incómoda conversación.

—Gaeul, traje tu té de la tarde —anunció Dahyun al entrar en mi oficina—. ¿Por qué tienes lágrimas en los ojos?

—Ay, Dahyun, me cuesta tanto confiar en él —confesé, apoyando mi cabeza en la mesa.

—¿En Jungkook? —preguntó, preocupada.

Asentí con la cabeza.

—Vino con la idea de tener un bebé —dije, mirando a Dahyun—. Pero cada vez que estoy con él, siento que se marchará al día siguiente.

—¿Y si te lo hubiera propuesto Jin? —preguntó.

—¿A qué te refieres? —pregunté, sin comprender.

—Si Jin fuera tu esposo, ¿considerarías tener un hijo con él? —preguntó, mirándome fijamente en busca de una respuesta sincera.

—Seguro estaría a mi lado, todo sería diferente con él —dije, sonriendo—. Pero lo conocí demasiado tarde, no podemos estar juntos.

—Sé que te dije que intentaras con Jungkook, pero si amas a Jin, deberías dejar todo de lado. No importa la empresa o tu padre, debes ser feliz —dijo, con una mirada seria.

—Lo haría, pero no puedo dejar a Jungkook sin nada. Mi padre se enojaría y lo dejaría en la calle —confesé—. Ya conoces su carácter.

—Sé que es injusto, pero te hizo llorar en el día de tu boda y luego te abandonó como si su matrimonio no importara. Él se lo merece —comentó, visiblemente enojada.

—Mi corazón no lo permite. Cada vez que miro a los ojos a mi esposo, recuerdo al chico de veinticinco años del que me enamoré.

—Solo espero que puedas ser feliz con la persona que realmente ames, te lo digo como tu mejor amiga —dijo Dahyun antes de abrazarme

—Muchas gracias amiga.

Dahyun salió de mi oficina, dejándome sola con mis pensamientos. Mi mente se convirtió en un torbellino, luchando por entender cuál de los dos hombres es realmente el amor de mi vida.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora