Capítulo 8

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Jeon Jungkook

La alarma sonó a las seis de la mañana, como lo hacía cada día desde que empecé a pasar las noches con Jennie. Mi rutina consiste en despertarme temprano, volver a casa, cambiarme y dirigirme a la oficina. Sin embargo, ese día, mi mente estaba atormentada por la discusión que tuve con Jennie la noche anterior.

Nuestra pelea giró en torno a su amiga de la universidad que vendría a quedarse con nosotros la siguiente semana. Jennie insistió en que no quería que me quedara en casa durante su visita, temiendo que su amiga se sintiera incómoda.

Me enfadé mucho porque sabía que Jennie no me estaba diciendo la verdad. Aquella noche, decidí no quedarme con ella y regresé a casa con mi esposa. Cuando llegué, la encontré durmiendo plácidamente en su cama. Con cautela, me acurruqué a su lado sin despertarla, y la observé dormir durante unos minutos.

Mi mente divagó mientras me quedaba allí, y sin darme cuenta, me quedé dormido junto a ella. Fue así como amanecí en su habitación, en medio de sábanas y recuerdos compartidos.

—Kook —una voz murmuró mi nombre, y mi corazón dio un vuelco. Me di cuenta de que ella seguía dormida, y recordé que hacía tiempo que no me llamaba así —. Descansa, mi amor —susurré y le di un beso en la frente.

Salí de la habitación y me dirigí a la mía, mi mente llena de pensamientos confusos. Era evidente que aún sentía algo por mi esposa, a pesar de nuestros problemas matrimoniales.

"Olvídala, al final ambos nos divorciaremos", me repetí a mí mismo.

Decidí alejar esos pensamientos mientras me duchaba y me preparaba para ir a la oficina. Cuando terminé, salí de la habitación y me atrajo un delicioso aroma que provenía de la cocina.

Bajé las escaleras y caminé hacia allí, donde encontré a mi esposa ocupada cocinando el desayuno. Aunque tenía un poco de harina en la mejilla, luce hermosa.

—Buenos días, Jeon —saludó, sonriendo—. Hice panqueques, pero si estás apurado, siempre hay más para mí.

—Todavía es temprano, tengo tiempo para desayunar contigo —respondí, y ella me sirvió un delicioso desayuno.

Probé su comida, aunque estaba un poco nervioso, pero resultó ser increíblemente sabrosa.

—Jeon, ¿te gustó? —preguntó con una sonrisa, y asentí con felicidad, agradeciendo su gesto.—Tómalo como una disculpa por no haber valorado la importancia de nuestra foto.

—Claro, fue delicioso. —admití, disfrutando cada bocado.

—No te preocupes, yo también lo siento, me exalté —confesé, guardando mis verdaderos pensamientos sobre el miedo de que me dejara de amar.

—Reemplacé la foto y la coloqué en la sala —dijo, y mi sonrisa se ensanchó. Aún le importa nuestra relación.

—Gracias, Gaeul —respondí, tomando otro bocado de mi desayuno.

Mi esposa me miró, sus ojos llenos de preocupación, y finalmente, planteó una pregunta que había estado rondando en su mente.

—Jeon, ¿tú amas a Jennie? —preguntó Gaeul con una expresión seria y curiosa en su rostro.

—Claro que la amo, ¿por qué lo preguntas? —respondí, intrigado por sus palabras.

Ella dejó escapar un suspiro, como si estuviera reuniendo coraje para lo que iba a decir a continuación.

—Eso quiere decir que no sientes nada por mí, entonces... —comenzó, pero la interrumpí antes de que pudiera terminar su pregunta.

—Te aprecio mucho, como una amiga —admití, lamentando las palabras que salieron de mis labios.

Gaeul pareció sorprendida por mi respuesta, y su siguiente pregunta me dejó sin palabras.

—Sí es así, Jeon, ¿te importaría si yo llego a amar a alguien más? —su pregunta me dejó en shock, sin saber cómo responder.

—¿Te gusta alguien? —pregunté, luchando por mantener la calma y controlar mis emociones en medio de esta confusa conversación.

—No, pero si ese fuera el caso, ¿lo aceptarías? —me preguntó, y me sentí como si estuviera en una montaña rusa de emociones.

—No me hagas esa pregunta. Tu vida es tuya, y puedes hacer lo que desees —respondí, con brusquedad, tratando de ocultar mis emociones.

—¿Estás seguro? —insistió, su voz temblando un poco—. ¿Realmente no te importaría si le dijera "amor" a otra persona, si le diera la atención que solías recibir?

Mi paciencia se agotó, y finalmente me levanté, tomando mis cosas.

—No estoy aquí para escenas. Tengo que ir a trabajar —dije, tratando de poner fin a la conversación y escapar de la situación.

Salí de casa, subí a mi auto y me dirigí a la oficina. Cuando llegué, Jennie todavía no había llegado, por lo que entré en mi oficina.

Apoyé mi cabeza en el escritorio, sin saber qué hacer. Nunca me preocupé por la posibilidad de que mi esposa pudiera enamorarse de alguien más, para ella siempre fui su mundo.

—Amorcito, ¿qué te pasa? —preguntó Jennie, entrando en la oficina. Levanté la mirada, y ella se sentó en mis piernas.

—No es nada, solo necesitas volver a trabajar —respondí, aunque mi irritación era evidente.

—Solo será una semana que estaremos separados, así que no te pongas así —me dijo, mientras comenzaba a besarme y acariciarme.

—Lo sé, solo me sentiré muy solitario sin ti —mentí, incapaz de admitir que me sentía de esa manera por Gaeul.

Ella comenzó a besarme el cuello y acariciar mi abdomen, pero cuando estuvo a punto de quitarse la blusa, no pude evitar imaginar a mi esposa entregándose de esa manera a otro hombre.

—Lo siento, tengo una reunión con Taehyung en unos minutos. Vuelve a trabajar, por favor —dije, rompiendo el momento íntimo que Jennie estaba intentando crear.

Ella suspiró y asintió, volviendo a su propio trabajo. Me senté solo en mi oficina y agarré mi teléfono celular, mirando las fotos que tenía de Gaeul. Era innegable que en algún momento habíamos compartido un amor profundo y sincero.

Poco después, Taehyung llamó a mi puerta y entró.

—¿Estás preocupado por tu esposa? —preguntó, notando mi frustración.

—Sí. Ella me preguntó si podría enamorarse de otra persona —confesé, dejando a un lado mis pensamientos oscuros—. Soy egoísta, no quiero que eso suceda.

Taehyung se sentó frente a mí, buscando las palabras adecuadas para tranquilizarme.

—A veces, lo mejor para una persona es conocer a alguien más. ¿No le mentiste para permitirle avanzar? —cuestionó.

Asentí con pesar, recordando mi conversación con Gaeul. Le había dicho que ya no la amaba, con la esperanza de que ella pudiera encontrar la felicidad en otro lugar. Pero la idea de que ella dejara de amarme me causa una profunda tristeza.

—Debes aclarar tus sentimientos y dejar de lado esa promesa absurda por un momento. Solo busca la felicidad con la persona a la que realmente amas —aconsejó Taehyung.

Empezamos a discutir sobre el nuevo proyecto, pero mi mente seguía divagando, preocupada por mi esposa y pensando en lo que Gaeul podría estar haciendo en estos momentos. La incertidumbre y el miedo llenaban mi mente, y me preguntaba si alguna vez encontraría una solución a mis sentimientos confusos.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Onde as histórias ganham vida. Descobre agora