Capítulo 7

146 9 2
                                    

Kang Gaeul

Después de nuestra visita al centro comercial, Jin me invitó a almorzar en su casa. Mientras caminábamos hacia su lugar, el sol acariciaba su rostro, haciendo que su sonrisa brillara aún más.

—Ven, te voy a enseñar cómo preparar gimbap —me llevó hasta la cocina, y su tono amable y suave hizo que mis preocupaciones se desvanecieran.

Me coloqué el delantal y me dispuse a cocinar, pero mi cabello comenzó a molestarme. Como si hubiera leído mis pensamientos, Jin me detuvo por un momento y regresó con una liga para el cabello en la mano. Con su toque gentil, pasó sus dedos por mi cabello, recogiéndolo en una coleta.

—Gracias, Jin —dije tímidamente, mientras mi piel se erizaba por su cercanía.

Continuamos cocinando juntos, pero era difícil mantener la concentración. Mi corazón latía más rápido cada vez que Jin se colocaba detrás de mí, tomando mis manos para guiarme en la preparación.

—¿Estás bien? —preguntó, su voz suave como un susurro.

—Sí, ¿por qué lo preguntas? —traté de sonreír, aunque mi voz delataba mi nerviosismo.

—Te noto algo nerviosa —dijo mientras me miraba a los ojos, sumergiéndose en mi alma.

—No es nada, es solo que no me sentía así desde hace mucho —confesé, dejando que mis sentimientos fluyeran.

—¿Así como? —preguntó, con curiosidad en sus ojos.

—No sé cómo explicarlo —respondí, sintiendo un rubor en mis mejillas—. Me siento así desde el día en que te conocí.

—¿Es una sensación buena? —preguntó con una mirada coqueta que hizo que mi corazón latiera aún más rápido.

—Muy buena —susurramos al unísono, quedando atrapados en el magnetismo de nuestros ojos.

Estábamos a punto de besarnos, nuestros rostros cada vez más cerca, cuando mi celular sonó. Miré la pantalla y vi que es Jeon, algo que raramente ocurría. Nunca suele llamarme.

—Es mi esposo, debo contestar, lo siento —dije, y en un suspiro de desilusión, me retiré hacia la sala para responder.

Llamada

—Hola, Jeon, ¿sucedió algo?

—¿Acaso necesito una excusa para llamar a mi esposa? —dijo en un tono casual.

—No, pero tú nunca me llamas, ¿necesitas algo?

—Bueno, ahora que lo mencionas... —su voz dejó entrever que sí necesitaba algo—. Necesito un archivo del año pasado que está en casa.

—Le diré a Dahyun que te dé una copia.

—¿Por qué no puede traerla mi esposa? —preguntó, mostrando una pizca de celos en su voz.

—No estoy en casa, lo siento —confesé, sin querer herirlo.

—¿Dónde estás? —preguntó, sonando un poco molesto.

—Salí a dar una vuelta, ¿estás ahí, Jeon? —pregunté cuando no respondió durante unos segundos.

—Sí, lo siento, tengo una reunión. Nos vemos mañana —dijo y colgó la llamada, sin añadir nada más.

Regresé a la cocina, donde ayudé a Jin a servir la comida. Nos sentamos para comer en silencio, pero mis pensamientos eran ruidosos.

—Es bueno que él te llame; eso significa que se preocupa por ti —dijo Jin con una sonrisa forzada, intentando romper la tensión.

—Él no me ama, solo necesitaba algo —admití, con tristeza en mis ojos.

—Lo siento, pensé que te llamó porque te extrañaba —dijo Jin, su mirada reflejando comprensión.

—Jin, ¿puedo preguntarte algo? —mi voz tembló levemente.

Jin asintió, dispuesto a escuchar.

—¿Te sientes listo para tener una nueva relación? —le pregunté, con los ojos fijos en los suyos, buscando respuestas en las profundidades de su alma.

Jin pareció sorprenderse por la pregunta. Se atragantó brevemente con su comida antes de que yo le ofreciera un vaso de agua para calmarlo.

—Lamento si mi pregunta te incomodó —dije, tomando un bocado de mi comida, mientras esperaba su respuesta.

—Solo me tomó por sorpresa —explicó, bebiendo un sorbo de agua—. La verdad es que no estaba listo hasta que te encontré.

—¿A qué te refieres? —pregunté, curiosa por su historia.

—A que algo me hizo confiar en ti —confesó, sus ojos fijos en los míos, como si estuviera compartiendo un secreto profundo—. El día en que te conocí y me perdí en tus ojos, no pude evitar sentir algo por ti.

Mi corazón dio un vuelco ante sus palabras sinceras. La conexión que habíamos sentido desde el principio ahora se convertía en un vínculo más fuerte.

—Jin... —comencé, pero él me interrumpió.

—No digo que sea amor, porque es muy apresurado —aclaró, como si estuviera procesando sus sentimientos en voz alta—. Es solo que cuando estamos juntos, me siento tan tranquilo.

Compartí su sentimiento y me di cuenta de que, de alguna manera, estaba perdiendo el control sobre mis emociones, especialmente cuando Jin estaba cerca.

—Yo también siento lo mismo —confesé, luchando con la frustración de mi situación—. Pero no deberíamos permitir que nuestras emociones nos dominen.

Jin me miró, un poco confundido.

—¿Por qué lo dices? —preguntó, buscando entender mis palabras.

—Porque hace un momento, en la cocina, quería besarte —revelé, mis mejillas encendiéndose—. Pero no puedo. Estoy casada.

La expresión de Jin se tornó en una mezcla de enojo y frustración.

—Él no te ama. ¿Por qué te aferras tanto a esa relación? —inquirió, sus ojos chispeando con un toque de celos.

—No lo sé —confesé, dejando escapar unas lágrimas reprimidas—. Él es mi primer amor, y no quiero renunciar a él. Además, por un acuerdo que hicimos, no podemos divorciarnos hasta dentro de un año.

Jin puso una mano reconfortante sobre la mía.

—Ya, tranquila —dijo con voz suave y cálida, antes de levantarse y rodearme con sus brazos—. Lo siento, no debí exaltarme de esa manera.

Me sentí segura en su abrazo, pero había algo que debía aclarar.

—Jin, créeme que si estuviera en una posición diferente, me encantaría conocerte más, tener citas y enamorarnos —expresé, y él me sostuvo del mentón, forzando un contacto visual.

—Es solo un año. Así que hasta que llegue esa fecha —dijo, tomando aire—, déjame demostrarte que soy la persona adecuada para ti.

Sus palabras me dejaron en shock, y no supe qué responder. Por un momento, me perdí en el abismo de sus ojos profundos.

—Jin, yo... —comencé, pero él me interrumpió.

—Sé que lo amas, y acabamos de conocernos, pero siento que nosotros podríamos tener algo real —afirmó, sus ojos reflejando una mezcla de esperanza y determinación.

—No lo sé —murmuré, todavía indecisa y confundida.

—¿Quieres darnos la oportunidad de ser más que amigos? —preguntó, y mi corazón comenzó a latir descontroladamente.

—Lo siento, debo pensarlo —respondí, mientras recogía mis cosas y me preparaba para irme—. Nos vemos mañana.

Salí de su casa y tomé el elevador, sintiendo un nudo en el estómago. Aunque amaba a Jungkook, una parte de mí estaba dispuesta a explorar lo que podría tener con Jin.

Mis emociones eran un caos, pero sabía que tenía que tomar una decisión en algún momento. Una pregunta seguía resonando en mi mente: ¿Debería arriesgarme a buscar algo más que una simple amistad con Jin?

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Where stories live. Discover now