Capítulo 13

120 14 0
                                    

Kang Gaeul

El domingo lo pasé con mis padres, apenas pude enviarle unos cuantos mensajes a Jin. Pero por fin es lunes y sé que pasaré el día junto a él. Me levanté llena de emoción, me sumergí en una refrescante ducha, elegí un atuendo especial y me arreglé para lucir hermosa. Cada elección de ropa y accesorio fue meticulosamente pensada para impresionar a Jin.

—Ven a desayunar —dijo mi madre entrando a la habitación—estás radiante, ¿hay algo especial que te hace feliz?

—No mamá, solo que volver aquí, me hizo bien —mentí, estaba emocionada por ver a Jin.

Baje las escaleras y escuché a mi padre hablando con mi esposo por teléfono. Me mantuve oculta mientras escuchaba su conversación.

—No entiendo por qué te pones así, Jungkook. Ella es solo tu secretaria —dijo mi padre con una expresión de firmeza—no cambiaré de opinión, que tengas un buen día.

—¿Pasó algo? —pregunté preocupada al entrar en la sala

—Nada, hija, solo le asigné un secretario a tu esposo —lo miré con preocupación—Jennie seguirá en la empresa, pero ahora es secretaria de otro socio.

Ay, no, ahora Jeon debe estar furioso.

—Papá, sabes que Jungkook está acostumbrado a ella —le reclamé, a pesar de que siempre deseé que esto sucediera para mantenerlos alejados.

—La única mujer a la que Jungkook debe acostumbrarse es a ti, porque eres su esposa —dijo, y bajé la mirada, sintiéndome abrumada por la lealtad de mi padre hacia nuestra relación.

—Cariño, fue lo mejor. Tu padre tiene razón; Jungkook debe respetarte como su esposa —afirmó mi madre, tratando de reconfortarme.

—Tienen razón —dije, y luego todos fuimos al comedor para desayunar.

Comenzamos a comer en silencio hasta que recibí un mensaje de Jin. Sonreí al leerlo:

"Llego en diez minutos, ya quiero verte."

—¿Quién es? —preguntó mi padre, interesado en mi expresión repentina de alegría.

—Nadie, solo pedí un auto para volver a casa, necesito terminar algunos asuntos —expliqué, tratando de mantener en secreto mi emocionante encuentro con Jin.

—Está bien, hija —dijo mi padre—no olvides que la próxima semana debes volver a la oficina.

—Entendido, papá. Gracias por darme este tiempo; necesitaba reflexionar —dije y sonreí, sintiendo gratitud por el apoyo de mis padres.

—Sé que soy un poco exigente, pero quiero que estés bien —admitió mi padre, tratando de mostrarse comprensivo.

—Sí, hija, te amamos y esperamos que este breve tiempo fuera de la oficina te haya ayudado a recargar energías —dijo mi madre con una sonrisa amorosa.

—Gracias, los amo también —dije, y terminé de desayunar.

Ayudé a mi mamá a recoger la mesa y vi por la ventana que el auto de Jin ya estaba afuera.

—Mamá, llegó el auto que pedí.

—Adiós, hija, ven a visitarnos más seguido —dijo mi madre, con una expresión de alegría.

—Sí, ven a vernos más seguido y no olvides avisarme si tienes problemas con Jeon.

—No te preocupes, papá, Jungkook y yo estaremos bien —dije y me despedí de mis padres con un abrazo.

Salí de casa y subí al auto con Jin. Él me miró y avanzó unas cuadras más abajo, sabiendo que mis padres no podían vernos.

Una vez que estacionó en un lateral de la calle, me abrazó y dijo:

—Te he extrañado mucho — le sonreí, sintiéndome emocionada por estar junto a él.

—Ay, Jin, me alegra verte —dije y lo abracé con más fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío.

—Desde aquel día, no he dejado de pensar en cuánto quiero volver a despertar a tu lado —dijo, y me sonrojé, recordando nuestro último encuentro.

Aunque intentamos dormirnos en lados separados, amanecí en sus cálidos brazos. Tan solo recordarlo hace que mi corazón lata rápido y me sienta en las nubes.

—Yo también quiero despertar en tus brazos —dije y nos separamos del abrazo, sintiendo una conexión especial entre nosotros.

—¿Extrañaste algo más? —preguntó y nos miramos a los ojos.

—Tu comida —admití y solté una risita, recordando su habilidad en la cocina.

—No te preocupes, dime qué quieres comer y lo prepararé para ti —dijo mientras acariciaba mi mejilla, llenándome de ternura.

—¿Lo que sea? —asintió con la cabeza—quiero lasaña; no la he probado en años.

—Tienes suerte; trabajé en un restaurante en Italia cuando era más joven —dijo, y me quedé sorprendida por su experiencia culinaria.

—Wow, parece que encontré a un hombre muy talentoso y profesional —dije, y esta vez él se sonrojó, haciéndome sonreír aún más.

—Así es, y ahora soy todo tuyo —me dio un beso en la mejilla—vamos por los ingredientes.

—Antes, hay algo que quiero intentar —dije y tomé su rostro con las manos, mirándolo profundamente.

Mis ojos se posaron en sus labios, que tanto anhelaba, y le di un pequeño beso, porque aún me sentía un poco tímida para besarlo de manera más apasionada.

—Dame uno más, por favor —dijo Jin, deseando sentir mis labios sobre los suyos. Mi corazón latía con fuerza por el deseo que compartíamos.

—Te daré muchos más después —le di un beso en la mejilla—ahora vamos.

—Después de hacer las compras, no podrás escapar de mí —me advirtió, con una mirada juguetona en sus ojos que hizo que mi corazón se acelerara aún más.

Jin volvió a encender el auto y comenzó a conducir mientras tarareaba sus canciones favoritas. Yo lo observaba con una sonrisa, disfrutando de su compañía y del confort que su presencia me brindaba. Estar con él no solo me hacía feliz, sino que también me llenaba de paz.

Tal vez deba aceptar que mi matrimonio con Jungkook ya no tiene salvación, solo así podré centrarme en darle una nueva oportunidad a mi vida junto a Jin.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Where stories live. Discover now