Capítulo 12

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Jeon Jungkook

Me desperté en una habitación completamente solo. Antes, solía sentir la seguridad de saber que Gaeul estaba en la habitación de al lado, pero ahora la casa estaba desierta, sin rastro de ella. Quién sabe si está realmente despertando junto a Dahyun o en los brazos de otro hombre.

Ayer, cuando llegué a casa y no la vi, me preocupé enormemente. La llamé cinco veces seguidas, temiendo que hubiera decidido abandonarme. Pero me sentí un poco aliviado cuando Dahyun me escribió para informarme que mi esposa se encontraba con ella, que no contestó mis llamadas porque se quedó dormida, y que la traería de vuelta a casa al día siguiente.

De repente, recordé esos momentos en los que solía llegar a casa antes de involucrarme con Jennie. Gaeul me recibía con una sonrisa, pero como siempre, mi actitud lo arruinaba todo.

Flashback

Llegué tarde del trabajo y, al entrar a casa, la vi esperándome con una sonrisa cálida.

—¿Cuántas veces te he dicho que no me esperes? —pregunté molesto.

—Kook, te extrañé —dijo con dulzura y me abrazó.

—Gaeul, te lo dije sinceramente, no te amo —le dije, sintiéndome terrible—, así que suéltame y déjame en paz.

Pensé que alejándola de esa forma, quizás podría olvidar lo que sentía por ella.

—No, cariño. Creo que los dos podemos hacer que este matrimonio funcione, sé que aún me amas —dijo, con lágrimas en los ojos.

—Lo único que quiero es que me dejes en paz. No quiero que me abraces ni que seas tan afectuosa conmigo —le respondí bruscamente.

—Púdrete, Jeon. Cuando te des cuenta de lo que realmente sientes, quizás ya no esté aquí —dijo antes de subir las escaleras, llorando.

Fin del flashback

Me levanté, me di una ducha, me vestí y vi el auto de Dahyun estacionarse frente a la puerta de la casa. Cuando se despidieron, bajé las escaleras corriendo, ansioso por ver a Gaeul. Quería expresarle cuánta preocupación había sentido por ella, pero mis celos se apoderaron de mí.

—Hola, Jeon —dijo calmadamente cuando entró a casa.

—Me dices "hola" como si nada. Ayer no viniste a casa —mencioné molesto—. ¿Acaso olvidaste que estás casada?

—Estaba en casa de Dahyun. Además, el que olvidó que está casado eres tú —respondió enfadada—. ¿Olvidaste que nunca duermes aquí?

—No me hables así, y sé que estás mintiendo —afirmé aún más molesto—. Lo sé porque te he notado extraña. ¿Te estás enamorando de alguien más?

—Si así fuera, no es tu problema —me espetó.

—¿Quién es él? —pregunté, a punto de explotar.

—Nadie. La verdadera pregunta aquí es: ¿por qué te importa? —dijo al borde de las lágrimas—. ¿Me sigues amando o simplemente me odias tanto que no quieres que sea feliz?

El timbre sonó, y comprobamos a través de la cámara de seguridad que es mi suegro, quien aparentemente ha vuelto de sus vacaciones.

—Voy a intentar calmarme —le dije a Gaeul, y vi cómo subía a su habitación para que yo pudiera abrir la puerta.

Respiré profundamente y desactivé el cerrojo de la cerradura, preparándome para enfrentar a mi suegro, a quien no había visto en meses.

—Hola, Jungkook. Vine a ver cómo están mi hija y mi yerno —dijo, sonriendo—. ¿Dónde está Gaeul?

—Hola, suegro. ¿Cómo está? —pregunté con una sonrisa nerviosa—. Mi esposa...

Fui interrumpido mientras Gaeul bajaba las escaleras como si nada hubiera pasado.

—Papá —corrió hacia su padre y se abrazaron.

—Qué alegría verte, mi princesa —dijo emocionado.

—No quiero interrumpir, pero si no les molesta, me quedaré solo unos minutos; de lo contrario, perderé mi tren, y debo estar en la estación en una hora.

—No te apures. Suspendí la reunión para que podamos pasar un tiempo juntos —dijo mi suegro, aunque para Gaeul y para mí, eso no parecía una buena noticia.

—Gracias, suegro. Así puedo pasar más tiempo con mi esposa —añadí y abracé a Gaeul.

—Hija, tu madre también tenía muchas ganas de venir a verte, pero está exhausta por el viaje —explicó.

—No te preocupes, papá. Ya sabes cómo es mi madre —dijo Gaeul—. ¿Quieren beber algo?

—No, muchas gracias. Vine aquí por un asunto muy específico —dijo mi suegro, y me di cuenta de que estamos en problemas.

Fuimos a la sala y nos sentamos. Mi suegro nos miró seriamente a ambos.

—No estoy enojado, solo preocupado por su matrimonio —nos dijo a su hija y a mí.

—Nuestro matrimonio está bien. No te preocupes, papá —intentó calmarlo Gaeul.

—¿Llamas "bien" a que tu esposo pase horas con su secretaria? —preguntó, molesto.

—Ella solo me ayuda en el trabajo. Por favor, no lo malinterprete, señor —me defendí, nervioso.

—¿Realmente se supone que debas llevar a tu secretaria a restaurantes lujosos? —preguntó, aún más enfadado—. Eso no suena como trabajo, Jeon Jungkook.

—Papá, por favor, cálmate. Él me ama, jamás sería capaz de engañarme —dijo Gaeul, tratando de sonar convincente.

—Están mintiendo. No me parecen cómodos cuando están juntos —dijo enojado—. De hecho, ni siquiera se sientan juntos en el mismo sofá.

—Señor, solo estamos pasando por una crisis matrimonial, pero estamos trabajando en resolverla —dije, tratando de tranquilizarlo.

—Bueno, entonces, esta noche, tú te vas a Busan y yo me llevaré a Gaeul conmigo, para que piensen las cosas —dijo con más calma.

—Está bien, señor —acepté.

—Desde el principio les dije que el matrimonio no es un juego. Les permití casarse porque se aman, no por un estúpido acuerdo comercial —dijo, elevando la voz.

—Lo sabemos, papá. Yo amo a Jungkook —dijo mi esposa, entrelazando sus dedos con los míos.

—Están conscientes de que tienen dos opciones: pueden divorciarse antes de tiempo y perder todos sus derechos en la empresa, o pueden resolver sus problemas y amarse como antes —nos advirtió.

Sé que estamos en una situación complicada y me siento perdido. Salvar este matrimonio parece una tarea casi imposible, y estoy a punto de cumplir mi promesa de casarme con Jennie, mientras que Gaeul, con el tiempo, podría enamorarse de alguien que ni siquiera conozco.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora