Capítulo 1

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Kang Gaeul

Era mi noche de bodas con Jungkook, y decidimos alojarnos en un lujoso hotel en Seúl. Jungkook insistió en quedarse en la ciudad debido a sus compromisos laborales, y aunque me hubiera gustado viajar, lo más importante para mí era estar junto a él, el amor de mi vida.

—Amor, ¿me ayudas con el cierre de mi vestido? —pregunté.

—Gaeul, antes hay algo que debo confesar —dijo Jungkook con seriedad, y un escalofrío recorrió mi espalda.

—¿Qué sucede? —pregunté, tratando de tocar su rostro, pero él apartó bruscamente mis manos.

—No te amo, solo te hice creerlo para casarme contigo y obtener el control de las acciones de tu padre, para evitar que la empresa de mi familia quebrara.

—No te preocupes, creo que podemos hacer que este matrimonio funcione —dije con lágrimas en los ojos.

—No lo creo. Lo único que necesito son mis negocios, y tú solo eres un obstáculo. Jamás te amaré.

Salí corriendo de la habitación y me refugié en un rincón del jardín del hotel, donde comencé a llorar desconsoladamente, empapando mi vestido de novia con lágrimas.

—No, no, Jungkook —susurré al despertar de esta pesadilla.

¿Por qué tenía que suceder en nuestra noche de bodas? Cada vez que tengo una pesadilla, revivo ese día y me despierto con los ojos llenos de lágrimas. A pesar de haber pasado dos años desde nuestro matrimonio, Jungkook no me ha mostrado ni una pizca de amor.

Antes, al menos se preocupaba por mí, pero desde que Jennie, su mejor amiga de la infancia, regresó del extranjero, ella se convirtió en su mundo, y yo fui completamente olvidada.

Resulta que la madre de Jennie, la señora Kim, fue la niñera de Jungkook y lo crió desde su infancia hasta los dieciocho años. Sus padres estaban siempre ocupados con sus negocios, pero él nunca se sintió solo gracias al amor que ella le brindó.

Antes de morir, la señora Kim hizo prometer a Jungkook que cuidaría de Jennie y que se casarían cuando fueran lo suficientemente mayores. Aceptó con alegría, ya que Jennie no solo era su mejor amiga, sino también su primer amor. Sin embargo, ella recibió una beca para estudiar en el extranjero y se fue después de la muerte de su madre.

Le dijo a Jungkook que nunca regresaría, pero lo hizo hace un año. Ahora es la secretaria de Jungkook y su novia. Todos los días, veo cómo recibe el amor que debería ser mío, pero no puedo hacer nada al respecto.

Si me divorcio antes de lo acordado, mi padre nos dejará sin nada, y no puedo reclamarle nada a Jungkook porque él no me ama. Al principio, estaba bien con eso, pero ayer, mi esposo me anunció que cumplirá su promesa y se casará con Jennie una vez que hayamos completado tres años de matrimonio, una noticia que me destrozó.

Me levanté, me duché y me puse un conjunto deportivo. No me preocupé por arreglarme, estoy tan triste que solo quiero quedarme aquí, llorar y ver dramas.

Bajé las escaleras y fui a la cocina, donde encontré a mi esposo listo para ir a la oficina, tomando una taza de café.

—Jeon, creo que deberíamos vender esta casa —dije, y él me miró.

—Buenos días para ti también —dijo, pero lo ignoré—. ¿Por qué querrías vender nuestra casa?

—Tú ni siquiera vives aquí; solo vienes por las mañanas a cambiarte. ¿Por qué no tomas tus cosas y vives con Jennie? —dije, y él me miró molesto—. Solo piénsalo, así podré comprar un departamento más pequeño y vivir en paz.

—Tu padre espera que seamos un matrimonio. Los esposos viven juntos. Si ve que hemos vendido nuestra casa, comenzará a sospechar, y ambos nos quedaremos sin un centavo —dijo, y suspiré.

—Tienes razón, Jeon. No lo haremos. ¿Quieres algo de desayunar? —dije, cambiando de tema.

—No, ya sabes que no me gusta tu comida; siempre es insípida y carece de sabor.

Es cierto que no soy buena cocinera, pero me esfuerzo.

—Bueno, me voy a la oficina. ¿No vas a trabajar hoy? —preguntó.

—No, decidí tomarme dos semanas libres. Necesito un poco de tiempo para mí misma —mentí, sin querer que él supiera que estoy triste por su culpa.

—Está bien. Nos vemos mañana —dijo, y salió por la puerta.

Preparé unos panqueques, pero cuando los probé, me di cuenta de que Jeon tenía razón; eran incomibles. ¿Y si aprendo a cocinar? Vi una receta en internet y salí de casa para caminar hasta el supermercado y comprar lo que necesitaba. Al llegar, recogí algunos condimentos y los puse en el carrito de compras.

Vi a varias parejas haciendo compras juntas y no pude evitar derramar algunas lágrimas, pensando que tal vez nunca experimentaría ese tipo de amor.

—Cuidado —gritó un hombre.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que un carrito se acercaba a toda velocidad, con un chico corriendo detrás de él.

Hasta que chocó contra mi carrito, pero por suerte el golpe no fue muy fuerte, solo me lastimé la rodilla derecha.

—¿Estás bien? —preguntó el hombre.

—Sí, estoy bien —respondí, aunque las lágrimas no dejaban de fluir.

—No llores, es mi culpa. No debería haber estado jugando con el carrito de compras —se disculpó, nervioso—. Soy un tonto. Lastimaste tu rodilla.

—No te preocupes, ya pasará —dije, pero al intentar moverme, el dolor se hizo más intenso, y solté un "ouch".

—Ven conmigo, te ayudaré a curar esa rodilla —dijo el hombre, y yo negué.

—No sé ni tu nombre —dije, con seriedad.

—Soy Jin, Kim Seokjin, tengo 34 años —respondió mientras extendía su mano.

—Gaeul, Kang Gaeul, 29 años —dije al tomar su mano.

Él me sonrió, y sentí cómo mi corazón volvía a latir con emoción después de dos años de sentirlo vacío.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Where stories live. Discover now