Capítulo 15

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Kang Gaeul

Después de haber pasado todo el día juntos, Jin me llevó a casa. Al llegar, nuestros ojos se encontraron, y sin decir una palabra, él me abrazó.

—No quiero que te vayas —dijo, su voz llena de ternura.

—Nos veremos mañana, como todos los días —respondí, con una sonrisa por lo conmovedor de sus palabras, mientras acariciaba su rostro.

—Es que te extraño —susurró, y nuestros ojos se encontraron en una conexión profunda—Ojalá pudiera tenerte todas las mañanas y noches.

No pudimos evitarlo; nuestros labios se buscaron y se fundieron en un beso apasionado como si fuera la última vez.

—Quédate esta noche conmigo, por favor —dijo cuando nos separamos.

—Lo siento, no puedo. Debo entrar antes de que Jeon me vea —expliqué, y su mirada se nubló de decepción.

—Está bien, nos vemos mañana —dijo, y me dio un beso en la mejilla como despedida.

Baje del auto, entré en casa y noté que Jeon no está. Seguro que se encuentra en casa de Jennie. La idea de que pasara una semana aquí parecía una mentira, él no puede pasar ni dos días sin ella.

Me dirigí a mi habitación, retiré el maquillaje y me puse mi pijama. Estaba a punto de acostarme cuando escuché la puerta abrirse con fuerza, provocando un ruido estruendoso.

Bajé las escaleras y vi a Jeon, claramente ebrio, algo inusual ya que rara vez lo veía en ese estado.

Me acerqué a él, sosteniéndolo, ya que apenas podía mantenerse en pie.

—Bunny, soy un idiota —murmuró, lágrimas en sus ojos.

—Jeon, ¿qué pasó? —pregunté, preocupada por su estado emocional.

—Fui malo contigo cuando tú eres la única que ama —dijo, abrazándome con fuerza—Bunny, discúlpame.

Verlo en ese estado, tan vulnerable y arrepentido, hizo que mi corazón se conmoviera.

—Jeon, vamos, te llevaré a tu habitación. No sabes lo que dices en este momento —dije en un tono frío, tratando de protegerme a mí misma de la ilusión.

—¿Por qué me hablas así? ¿Ya no amas a tu Kook? —preguntó, mirándome directo a los ojos.

—Solo mantén silencio y ven conmigo —le dije, colocando su brazo sobre mis hombros para ayudarlo a subir.

Llegamos a su habitación, y él se sentó en la cama. Le pasé su pijama para que se cambiara, pero me distraje viendo sus abdominales, que lucían más definidos de lo que recordaba.

—¿Por qué estás sonrojada? —preguntó, notando mi reacción—Me has visto así en muchas ocasiones.

—Desde que eres mi esposo, apenas me dejas mirarte —respondí, un tanto molesta.

—Te confesaré un secretito —dijo, riéndose—nunca dejé de amarte.

—Mentiroso —afirmé, mientras terminaba de ponerle la parte de arriba de su pijama.

—Solo te hice creerlo por esa promesa, pero no te preocupes, ya no existe —dijo, dejándome intrigada. ¿Significaba esto que no se casaría con Jennie?

—¿Estás así por una pelea con Jennie? —pregunté, curiosa.

—No quiero hablar de eso, solo quiero los mimos de mi bunny —dijo, intentando abrazarme, pero no lo permití.

—Jeon, vamos, solo duerme —le dije, retirándome de su agarre.

Regresé a mi habitación, me acosté y estaba a punto de quedarme dormida cuando escuché pasos acercándose al otro lado de la cama.

—Jeon, ¿qué estás haciendo? —pregunté, confundida.

—Nada, solo quiero dormir con mi bunny —dijo, antes de acostarse a mi lado.

Estaba a punto de mudarme a otra habitación, pero sentí sus fuertes brazos rodeando mi cintura y una de sus piernas se cruzó con las mías. Me rendí y me quedé a su lado. Jungkook me había atrapado como si fuera un oso koala, y mi corazón se sintió confundido.

Lo miré y recordé que la última vez que habíamos estado así, fue dos días antes de nuestra boda, cuando compartimos caricias después de hacer el amor. Su actitud actual era extraña, y no podía evitar sentir que había algo más detrás de su comportamiento extraño.

—Ay, Jeon, ¿por qué actúas de esta manera de repente? —murmuré en voz baja, mientras acariciaba su cabello.

Se movió un poco en sueños y se aferró más a mí como si temiera que desapareciera. Me había llamado "Bunny," un apodo que solía usar en cuando éramos novios. Esta dulce nostalgia me conmovió.

—Bunny, tú eres solo mía —murmuró en sueños, y su voz estaba cargada de una profunda melancolía.

A pesar de todo, la manera en que me sostenía me hacía sentir especial. Me recordó a los tiempos en que éramos una pareja feliz y apasionada, antes de que las cosas se torcieran. Sin embargo, no me preocupé demasiado; sabía que por la mañana, Jungkook volvería a ser el esposo frío y distante de siempre.

Miré su rostro tranquilo y cerré los ojos, esperando que al despertar, todo volviera a la normalidad, aunque una parte de mí ansiaba que esta nueva faceta de Jeon se quedara conmigo por un tiempo más.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora