—Detesto que me digas así —se quejó.

—Mejor no peleemos o arruinaremos el viaje, ¿está bien? —Los detuve.

Nate arrancó el auto y yo abrí la ventanilla del auto. No tenía idea de a dónde íbamos a ir, pero sabía que esto estaría silencioso.

Chase dijo que iríamos al lago y que pasaríamos un rato allí. Los chicos llevaban algo para beber del bar.

Miré a mi mejor amigo, notándolo extraño. El viaje fue silencioso y, cuando Chase y Nate se quedaron a un lado del auto para sacar las cosas, Jason y yo nos fuimos a buscar algún sitio cómodo para quedarnos, pero fue una excusa para que él y yo hablábamos a solas del asunto.

—Tienes que actuar como si tú no supieras nada de lo que ya sabes —susurré cuando estuvimos lejos de los White.

—¿Qué crees que estoy haciendo? Lo intento.

—Pues no parece.

—No parece porque tú sabes que yo sé lo que ellos no quieren que sepa. No diré nada, no te preocupes, ni haré ningún comentario. Es lo suficientemente incómodo para mí también, por si no lo has notado, Skyler. Nate está enamorado de mí. Ni en tres millones de años pensé que eso llegaría a ocurrir. Estamos hablando de Nate White, ese molesto idiota que iba a nuestra escuela y pasaba sus días escolares haciéndome la vida imposible con su sola presencia. Jamás nos agradamos, ¿y ahora resulta que está enamorado?

—Eso fue hace mil años, Jason. Ese Nate que te odiaba ya no está, y el Jason que odiaba a Nate White tampoco existe más. Tú y él son amigos.

—Sigue siendo extraño —negó, sin creérselo—. No tiene nada de malo, pero me ha tomado desprevenido.

—Nate es un gran chico, deberías salir con él y darle una oportunidad.

—¿Estás loca? —me miró seriamente.

—¿Qué tiene? Tú no tienes problema con estas cosas. Hasta dijiste que saldrías con un chico.

—Sí, pero estamos hablando de Nate... es raro.

—Apuesto a que ustedes dos terminan juntos al final de la historia.

—Sí, definitivamente estás bien loca. Lo que te está pasando te está aflojando el único tornillo que tienes en la cabeza.

—¡No seas así!

Los chicos llegaron con nosotros poco después. Jason y yo ya estábamos sentados.

Chase tomó asiento a mi lado y Nate al lado de Jason. Los noté algo incómodos a los dos.

—Debí haber invitado a Zach también, a él le habría gustado venir con nosotros. Y a Andrew —mencionó Nate, mirando el lago.

—Sí, pero si ellos venían yo no iba a entrar en el auto con ustedes y no habría podido venir —respondió Jason, pero creo que su respuesta fue inconsciente. Claramente, Nate dijo eso porque si sus hermanos venían esto sería menos incómodo para él.

Chase pensó lo mismo que yo, pude verlo en su mirada, y supe que él arrojaría algún comentario.

—Podrías haber venido corriendo. Tus piernas funcionan —se burló.

—Sí, claro. ¡Qué lástima que no lo pensé!

—O podrías no haber venido y listo.

—Chase, compórtate —le pedí, dándole un leve codazo y sonriéndole para disimular la situación. Con mi mirada le pedí que se detuviera, que dejara de lado sus comentarios. Esto ya era lo suficientemente incómodo como para que Chase incomodara a Jason por haber venido.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora