Capítulo 17.3

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—¡Queridos amigos, este año nos hemos superado con un grandioso y familiar evento en el que todos hemos disfrutado participando! Claro está que unos más que otros —exclamó triunfante Zuin, señalando el inusual cartel de la fuente, que dudaba que hubiera atraído a nadie. Y continuó—:

Tras el recuento de las ganancias obtenidas, la placa conmemorativa irá a parar este año a manos de Eros, ¡que ha vendido por la abultada cifra de dos mil quinientos dólares!.La insistente presidenta del Comité hizo subir al estrado a los empleados y el dueño de la tienda ganadora.

JongIn esbozó su falsa sonrisa, deseando estar en cualquier otra parte, mientras Mark, su inestimable ayudante, puso los ojos en blanco cuando la pegajosa Krystal lo apartó para continuar con su acoso a JongIn.

—¡Creo que se han olvidado de nosotros! —exclamó Kyungsoo, aún con su disfraz, subiendo al estrado acompañado de todos sus empleados—. ¡Tome! ¡Love Dead ha conseguido cuatro mil dólares! —anunció sonriente, depositando en manos de la presidenta su caja con las ganancias.

—¡No puede ser! ¡Usted no tenía un
lugar asignado! ¡Y además ha traído la
caja para el recuento después de la hora
establecida y...!

—Usted me dio un número con el que participar y todavía no son las doce, por lo que no estamos fuera de hora. Así que, ¿dónde está mi placa? —preguntó impertinente, acabando con cada una de
las pobres excusas de Zuin.

—La recibirá por correo — contestó finalmente la aturdida presidenta, eludiendo su deber.

—Ya, ¡como la adjudicación de puesto! —ironizó Kyungsoo, abandonando el estrado con una sonrisa llena de satisfacción al saberse ganador, aunque no hubiera nada que lo demostrara.

—¡No es justo! ¡Nosotros hemos trabajado mucho para esto! ¡Y hemos ganado! —protestaron al unísono sus nuevos trabajadores, cuando llegaron a Love Dead.

—No os preocupéis por eso, Jackson, Key... en el mundo siempre habrá personas que no sepan comportarse. Para eso abrí mi tienda: para enseñarles modales de una forma muy especial.  Espero que vosotros estéis aprendiendo la lección. Anda, marchaos a casa —se apiadó Kyungsoo de los ingenuos adolescentes, dejándolos ir.

A la mañana siguiente, ninguno de los locales premiados en anteriores ediciones del evento de Halloween tenía placa, pero la mesa del despacho de Kyungsoo estaba llena de ellas y, junto a ese presente, una nota con una caligrafía pésima decía: «Hemos aprendido la lección, ahora les toca a ellos».

—¡Oh, Dios! ¡He creado unos monstruos! —bromeó Kyungsoo, mientras se secaba con cuidado las lágrimas de emoción que asomaban a sus ojos. La placa le llegó por correo una semana después. Dos días más tarde, todos los comercios lucían de nuevo sus bonitas placas conmemorativas, incluido el suyo.

Mini capítulo porque quedaba ahí por ahí.

Por eso subiré antes de dormir uno más.

Gracias por seguir esta historia.

Nos leemos de rato.

💋

El amor nos separará (Kaisoo)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt