Capítulo 9

109 24 1
                                    

Al final únicamente conseguí un seis de ese fastidioso doncel, pero cuando sus compañeros de trabajo comenzaron a molestarnos con sus insistentes llamadas, pensé que lo mejor sería dejarlo marchar antes de que la plantilla de Love Dead al completo invadiera mi tienda.

Fue algo asombroso ver a Kyungsoo  derretirse en mis brazos una y otra vez, sin control alguno de su cuerpo o de su deseo. Pero por desgracia, yo tampoco tengo  control en lo referente a él. Cuando empecé a devorarlo no pude parar, y no porque buscara redimir mi ego herido, sino porque lo deseaba, porque lo deseo a cada instante.

No sé qué ha hecho conmigo, no puedo pensar en otra cosa que no sea estar con él. Los donceles que se me han insinuado a lo largo de estos días son un borroso recuerdo al que apenas presto atención. Sueño con Kyungsoo todas las noches y, después de probar la dulce tentación de su cuerpo una vez más, las duchas frías ya no son una opción.

Por lo menos he conseguido que se rinda por fin a mis encantos. Aunque sea a base de sexo, voy a conseguir que sólo pueda pensar en una cosa: en mí, como yo no dejo de tenerlo presente en cada uno de mis pensamientos. Es el primer doncel  que me desespera y me hace reír al mismo tiempo, el primero que me desafía en un instante y  al siguiente se rinde a mi deseo.

Es contradictorio, exasperante, malicioso,  intrigante, me reta a cada momento  declarándome la guerra, y aun así no puedo evitar desearlo como nunca he deseado a ningun otro. ¿Qué me está pasando?

Me está volviendo loco. Si no acabo pronto con todo esto, no sé qué será de mí. Sólo sé que ansío terminar con esta mentira cuanto antes, pero a la vez no quiero que él descubra nada de este engaño, porque entonces no volveré a verlo más. Y aunque sé que ése será el resultado de esta loca aventura, no quiero que acabe nunca.

—¡Maldito seas, papá, por meterme en todo este lío! —grité desesperado, mientras me dirigía hacia Love Dead para recoger al protagonista de mis sueños y mis pesadillas.

—¿Por qué narices tu apartamento está encima de tu negocio? —preguntó JongIn, mientras acompañaba a Kyungsoo a su casa.

—Porque era lo mejor para mí. Me resultaba más económico vivir encima de la tienda que buscar un caro piso cercano —explicó él, mientras subía la escalera de la parte trasera de su
edificio.

—Entonces, si yo gano la apuesta, ¿me quedaría también con tu vivienda?.—preguntó JongIn, arrepentido una vez más de haber firmado ese estúpido acuerdo.

—Tú no vas a ganar —declaró Kyungsoo con rotundidad—, así que no te preocupes.

—Bueno, ¿me puedes explicar por qué vamos a tu piso si yo ya tenía reservada una mesa para dos en un fantástico restaurante  italiano?

—Porque la cena seguramente estará lista en unos minutos.

—¡No me digas que vas a cocinar algo para mí! —exclamó él con una sonrisa de satisfacción
.
—¡Oh! Yo no, ¡mi madre! — respondió  Kyungsoo, poco antes de abrir la puerta de su apartamento, dejando a un anonadado JongIn ante una mujer bajita, excepto por el color del pelo y de los ojos, era su vivo retrato tanto en apariencia como en genio.

—¡Llegáis tarde! —los reprendió la madre de Kyungsoo, dirigiéndole a JongIn una escrutadora mirada—. Seguro que es por tu culpa, porque mi niño es muy puntual. ¡Ahora lavaos las manos y a la mesa! ¡Y no os entretengáis o la comida se enfriará! advirtió Jia, blandiendo una cuchara de madera como si de una amenazante arma se tratase.

En cuanto JongIn se hubo recuperado un tanto de la sorpresa, se preguntó si ésa no sería otra de las trastadas de Kyungsoo. Así que cuando iban camino del baño, lo acorraló en el pasillo, dispuesto a sacarle la verdad.

—Kyungsoo, cuando me has dicho que finalmente íbamos a tener una cita, ¿a qué te referías exactamente? —preguntó
JongIn en busca de la realidad que se escondía tras su sumisa rendición.

—¡Ah, lo siento! Se me ha olvidado comentarte que la cita era con mi madre. No te habrás hecho ilusiones de que me había m rendido a tus encantos o algo así, ¿verdad? —dijo sagazmente, al ver la sorpresa que revelaba su rostro.

—No, nunca he creído que Do Kyungsoo se rindiera tan fácilmente. Pero pensándolo  bien, tendré una buena cena contigo y una copa. El postre... lo he degustado antes de tiempo. Aunque ha sido insuficiente y me gustaría mucho repetir —susurró insinuante en su oído, después de besarle dulcemente el cuello.

—Eso, Lee JongIn, es algo que no volverá a pasar —declaró él, sonrojado, a la vez que lo apartaba.

—¡Oh, sí lo hará! Y más exactamente el día de tu cumpleaños. El día en que al fin tengamos una cita en condiciones y pueda tenerte para mí solo durante toda la noche — replicó JongIn, sonriéndole con decisión.

—¡Créeme si te digo que nunca sabrás cuándo es mi cumpleaños! — negó Kyungsoo, dejándolo solo en el pequeño pasillo, mientras acudía a la llamada de su inoportuna madre. Definitivamente, lo esperaba una larga velada.

Y encima no sería recompensado con una infinita noche de sexo. Aquel doncel sabía cómo amargarle la noche a un hombre. Aunque, después de todo, ése era su trabajo, ¿no? Hacer la vida de otros un verdadero infierno.

Jejeje esta historia ya será actualizada con unos dos capítulos o tres por día porque es larga y no hemos llegado ni a la mitad.

Gracias por leer y por sus estrellitas.

Nos leemos de rato.

💋

El amor nos separará (Kaisoo)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin