Capítulo 14.2

82 18 0
                                    

JongIn buscaba el número de teléfono
de Seulgi para darle la dirección del festival de cine de terror, que Jonhy ya le había hecho llegar, cuando su teléfono comenzó a vibrar con una llamada entrante. En cuanto descolgó, supo que se había buscado un nuevo dolor de cabeza.

—¡JongIn! ¿Cómo van las cosas por ahí? ¿Lo has seducido ya? ¡Dime que le has comprado una casita en las afueras y que va a abandonar su negocio! —rogó esperanzado su padre, Kim Seonho.

—No, nada de eso. De hecho, ahora mismo acabo de ayudarlo con un gran problema —contestó JongIn, harto de su insistencia.

—¿No se supone que estás ahí para hacer que ese chico cierre su negocio y se aleje de mi banco? —le recordó Seonho.

—La manera en que yo resuelvo mis asuntos es cosa mía, padre. Además, ya no estoy tan seguro de querer ganar esa apuesta —añadió, arrepentido.

—¡No! ¡Eso sí que no! ¡No me digas que tú también has caído en las garras de ese maldito!

—¿Yo también? —preguntó él, confuso por la afirmación de su padre.

—Tu hermano me ha llamado hoy para hacer algo que, al parecer, tú has olvidado —gruñó Seonho, molesto—: ¡felicitarme por el día del Padre! Y luego no ha dejado de reprenderme por el modo en que quiero deshacerme de ese doncel.

No sé qué le pasa, desde que lo conoció ya no es el mismo. ¡Seguro que ese brujo lo sedujo para quitárselo de en medio!

—No digas estupideces, papá, Kyungsoo no es así —replicó JongIn, no del todo convencido, recordando que, efectivamente, su hermano Minseok había conocido a Kyungsoo antes que él, y que él constituía un atrayente reto para cualquier hombre.

—Bueno, entonces explícame por qué Minseok se niega a volver a casa mientras tratemos de echar al doncel Do, y por qué, cada vez que hablamos, no deja de defenderlo.

—Porque lo que hacemos está mal, papá —admitió finalmente JongIn, dándole por una vez la razón a su sabio hermano mayor.

—Tú dirás lo que quieras, pero yo estoy seguro de que Do Kyungsoo ha jugado con ambos —declaró Seonho, aumentando las dudas en la mente de su hijo—. Cambiando de tema, he recibido un extraño regalo de Minseok. Te llamo porque parece una de las bromas de ese fastidioso joven: se trata de un oso de peluche.

Pero es el oso más feo que he visto en mi vida. Encima, lleva una nota en el ombligo que dice «Seguro que no te atreves a apretarlo». ¡Pues van listos! Si ese doncel o tu hermano creen que me voy a acobardar…

—¡No, papá! —intentó advertirle JongIn—. No lo aprietes... —Y se calló, resignando, cuando oyó las maldiciones de su padre, que le indicaban que su advertencia había llegado demasiado tarde.

—¡Tres mil dólares! ¡Este traje me costó tres mil dólares! —vociferó histérico Kim Seonho—. ¿Cómo mierda se para este maldito oso? — gritaba desesperado, sin lograr detenerlo.

—Papá, verás... ese oso es defectuoso, así que…

—¡¿Qué demonios es esto?! —oyó JongIn que gritaba una voz femenina a través del teléfono
.
—Yo, yo... —intentaba excusarse Seonho.

—¡Es usted el más cochino de la planta, y eso que es el jefe! ¡Pues yo ya he terminado mi jornada, de manera que esto lo limpia usted! —sentenció la voz, alejándose.

—¡Eunji! ¡Le ordeno que vuelva aquí ahora mismo! —Pero por lo visto las órdenes no fueron atendidas, porque la tal Eunji no hizo su aparición—.

¡Mierda, JongIn! ¡La mujer de la limpieza
acaba de entregarme su fregona!

—Bueno, papá, lamento decirte que eso no es lo peor que te ha pasado. Ese oso no se puede desactivar, así que no parará hasta que se le vacíe el depósito.

El amor nos separará (Kaisoo)Where stories live. Discover now