Al llegar a casa me encontré con Jason, quien hablaba con Ryan en su habitación. Lo abracé al verlo y le mostré el moretón en mi brazo para que me dijera su opinión.

—¿Te duele?

—Un poco, Jason. Más que nada, si me toco. A veces duele con el roce de la campera, pero es leve.

—No tiene muy buena pinta —admitió, haciendo una mueca y analizando a detalle el moretón.

Él ya no era un brujo, pero su conocimiento sobre la magia seguía intacto.

—¿Qué crees que sea? —consulté, tapándome el brazo con mi campera.

—Nada bueno, eso es seguro. Algo malo está pasando con tu cuerpo y tu energía, Skyler. Tal vez sea brujería... pero no lo creo. No creo que sea eso —pensó.

—Pero podría ser brujería, Jason, pues la loca exnovia de Chase es bruja. ¿Y si le ha hecho algo a Skyler? No sería extraño pensar en esa idea.

Luke concordó con la suposición de Ryan, pero Jason no estaba tan de acuerdo con el asunto y, a decir verdad, yo tampoco. Para mí esto venía de algún otro lado, y yo tenía una idea, y creo que Jason también, pero no quería decirles en voz alta a mis hermanos, pues ellos sí no tenían idea.

A Jason le comenté una noche en la que me pasé de copas sobre una situación que tuve hace tiempo, cuando mis ojos se volvieron rojos, tal y como le pasaba a Chase cuando aparecía su verdadera forma: la de un vampiro. También le mencioné a Jason la sed de sangre que tuve en ese momento, y hablamos un poco sobre el tema, pero nunca más volvimos a tocarlo, pues nada como eso me ocurrió nuevamente. Sin embargo, creo que era momento de sacar a la luz el tema. Si teníamos suerte, eso no tendría nada que ver con lo que me estaba pasando ahora.

—Más bien, yo creo que tiene que ver con esa cosa que le pasó a Skyler una vez y que no sé si ha dicho —mencionó mirándome. Jason me pidió por favor que le comentara lo ocurrido a mis hermanos en el pasado, pero yo nunca le hice caso.

Me sentía muy observada por los tres chicos frente a mí.

—¿De qué está hablando, Skyler? —Luke me observó con atención y recelo.

—Bueno... es que una vez mis ojos se pusieron como los de un vampiro... Ya saben... como los de Jason cuando se convierte. Y sentí mucha sed de sangre. Fue algo loco. Pero no volvió a pasar.

Los gemelos se miraron sin poder creer lo que les conté.

—¿Estás bromeando, Skyler? ¡¿Y se te ocurre decir esto ahora?!

—Lo siento, Ryan, pero pasó hace ya un largo tiempo y como nunca más volvió a ocurrir no dije nada. Me dio miedo al principio, pero luego dejó de pasar y seguí con mi vida.

Ryan se frotó la cara con frustración.

—Estas cosas deben decirse en el momento en el que ocurren, querida —sostuvo Ryan.

—Lo siento. No guardaré más secretos nunca más, lo prometo —aseguré. Lo decía de verdad.

—Guardaremos el secreto de mamá y la tía, incluso de Sarah. Esto se queda entre nosotros. Luke y yo averiguaremos qué puede ser en libros. Mientras tanto, tú, Skyler, nos dirás cada cosa que sientas, por más tonta que te parezca —advirtió.

—Sí, Ryan. —Me sentí como una niña pequeña siendo regañada por sus padres.

Jason se quedó conmigo en mi habitación. Mis hermanos se quedaron en su habitación a leer, como lo prometieron.

Tomé mi libro de la universidad y empecé a leer. Tenía que estudiar lo que hicimos en la semana para no atrasarme.

—¿Te vas a poner a estudiar ahora mismo? —Jason me miró sin creérselo.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora