¿Amigo o Enemigo?

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Robert no podía terminar de esperar a que todo esté correcto en su cuerpo, sin dudarlo se preparo para ir a quién sabe donde, Elenor tomo su decisión y le insistió en esperarla solo unos minutos, fue suficiente para que ella estuviera lista junto con los demás para acompañarlo, su primera parada ya había sido planeada.

Se acercaron a un pueblo cerca al castillo, preguntaron en muchas partes hasta llegar a una zona algo peligrosa, muchas mujeres de la zona empezaron a rodear a Nicolás, Arturh y Baltazar ofreciendo algunas cosas algo indecentes.

Arturh trató de huir de las mujeres que les llamaba la atención la belleza del joven rubio y aunque este se negó Baltazar quería intervenir.

–No gracias, es demasiado joven y yo viejo.—Dijo Baltazar para desparecer en el aire al instante—

Robert solo miró a las mujeres de arriba hacía abajo y de un fuerte empujón las quito del camino.
Por el lado de Nicolás él al parecer era también muy atractivo para las mujeres que no pensaban dejarlo ir, el hombre estaba a nada de golpear a cualquiera si empezaban a tocarlo.
Suspiro algo molesto y miró a Elenor unos segundos para luego gritarle a las mujeres que había alguien en otra dirección, eso basto para que Baltazar lograra hacerlo desvanecer en el aire.

–Eso fue raro—Dijo Nicolás—

–¿Tu crees?—Preguntó Elenor mientras lo miraba—

–Solo tengo ojos para ti y que eso quede muy claro...

–No me preocupaba por eso, me preocupa más como acabo Arturh.

Nicolás se giró viendo al rubio, se quedó completamente impactado cuando notó como Arturh estaba algo despeinado, con algunas marcas de besos por su rostro.

–Me hubieras desaparecido antes...creo que ya no tengo más inocencia.—Dijo Arturh—

Baltazar sacó un pañuelo de su bolsillo y de inmediato trató de arreglar a el rubio que solo estaba con un gesto avergonzado.
Robert solo observaba algo tenso, sentía estar perdiendo tiempo, a penas terminaron de ayudar al rubio siguió caminando siguiendo a Elenor que ya no se detuvo hasta llegar a una casa realmente hermosa, golpeo la puerta unas cuentas veces hasta que una anciana abriera la puerta lentamente.
A penas vio a la pelirroja puso los ojos en blanco unos segundos y se dio media vuelta dejándole la puerta abierta a los jóvenes.

–Madam Londru...venía para–

–Claro que se a que vienes, Elenor, hazme en favor de ya dejarme en paz.

La mujer se sentó en una gran mesa circular, Elenor se ubicó frente a ella junto con los demás que eligieron otras sillas.
La anciana llevaba ropas muy ligeras, probablemente ropa de seda, la pelirroja parecía ya antes conocer a la mujer que no tenía un buen genio.

–No seguiré trabajando como antes Elenor, no siempre tendrás todo tan fácil.

La pelirroja sacó una bolsa de monedas de su bolsillo y lo arrojó a la mesa, muchas monedas de oro cautivaron a la anciana que sin titubear las tomó y preguntó que era lo que deseaba saber.
La pelirroja preguntó por la ubicación del cuerpo de la heredera de la flor, la mujer se sorprendió un poco al oír sus palabras y de inmediato sacó un cubo de cristal, traslucido y con las esquinas rodeadas de gemas preciosas, colocó su mano sobre el cubo, éste empezó a mostrar algunas imágenes que llamaron la atención de todos.

–Interesante...si quieres que sea exacta parece las montañas nevadas, es un hermoso castillo.—Dijo la anciana—

–¿Está en un castillo?—Preguntó Robert mientras veía el cubo más de cerca—

El cubo dejo de proyectar imágenes, la anciana mujer pidió más monedas por más fragmentos de los recuerdos pero ya tenían lo que necesitaban, todos se retiraron rápidamente.

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