Enredos familiares

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No había pasado ni un solo día desde qué Minerva había dejado a Robert en su castillo, a penas llegó a la pequeña casa a varios kilómetros del castillo vio a todos con completa normalidad, el ambiente era cálido y tranquilo.
Elenor prepara comida con Baltazar mientras Nicolás como siempre observaba y Arturh solo permanecía en las habitaciones del piso superior leyendo.

-La comida debería estar lista en unos minutos-Dijo Baltazar-

-Eso espero, Elenor cocinando sola es un desastre, que bueno que al fin comeremos comida de verdad luego de tanto.-Comentó Nicolás burlándose-

-Que bueno llegar a un punto que tolero cualquier burla de tú parte.-Respondió la pelirroja-

Nicolás sonrió amablemente y giró a ver a Minerva, inmediatamente se acercó a ella listo para molestarla, sin embargo Minerva inmediatamente golpeó su abdomen con fuerza dejándolo adolorido.

-Deja de intentarlo, el día que logres darme un golpe te daré una moneda de oro...

El hombre se encorvo sobando su abdomen mientras se recostaba en el suelo para sentarse.

-Es graciosa la relación que tienen...parecen hermanos.-Dijo Elenor-

-Nicolás sería un hermano muy molesto-

Minerva giró su cabeza y miró a todos lados, Elenor notó su movimiento y de inmediato apagó el fuego de la cocina preguntándole que sucedía.
La joven les dijo a todos que no hagan ruido y de inmediato se escondieran, sin protestar todos hicieron caso.
La puerta de la casa se abrió y se oyeron los pasos de varios hombres ingresando, Minerva se asomó lentamente desde su escondite y trató de usar su magia para dejarlos inconscientes pero esto no funcionó, se quedó algo nerviosa al ver que no servían su magia.
Arturh bajó las escaleras de la casa al notar el silencio en la casa, abrió completamente sus ojos cuando notó a varios hombres en la casa, trató de correr hacía arriba de nuevo pero uno de los hombres con una rapidez inhumana se paró frente a él para empujarlo por las escaleras, el rubio trató de usar su magia pero no sirvió, inmediatamente uno de los hombres lo tomó del cabello levantando un poco.
Baltazar no dudo un momento en salir de su escondite y golpear a el hombre que sostenía a el rubio, otros más trataron de golpearlo pero él con rapidez los esquivaba, todos salieron de dónde estaban para sacar a los hombres.
No contaron que eran más que ellos así qué uno a uno cayeron todos al suelo.
Un extraño escudo desapareció y dejó de rodear la casa, tomaron a los jóvenes para atarlos y llevárselos sin dejar rastro.

Elenor despertó de un sobresalto, estaba en una habitación enorme y bien decorada, miro a todos lados buscando a sus amigos pero solo vio que la habitación poseía las mismas cosas que las que tenía ella en su casa, rápidamente salió de la habitación y camino por los pasillos hasta llegar a la habitación principal donde sus amigos seguían atados un poco golpeados mientras una mujer alta y bien vestida los interrogaba con quién parecía su marido.

-¿Mamá?-Susurró Elenor asustada-

La mujer volteo a ver a la pelirroja y de inmediato se acercó para abrazarla con fuerza mientras hablaba en un tono fino y elegante.

-Cariño, que bueno que te levantaste, no tienes idea de cuanto te hemos buscado en cada pueblo y cada reino, ¡¿Cómo es qué estos hombres te llevaron contra tu voluntad?! Pagarán haberte dañado, solo mira los trapos que llevas puesto, pareces una campesina.

Elenor no digo nada, solo se quedó quieta sin responder al abrazo de su madre.
Minerva abrió los ojos de inmediato y forcejeo un poco sus manos atadas, no le dió suficiente tiempo para ver a todos en la habitación pero de inmediato toco la cuerda para hacerla cenizas y patear atrás de ella la silla llamando la atención, sin dudar la mujer y el hombre se mantuvieron flotando inmóviles mientras Minerva ahora si miraba la habitación.

Enemy kingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora