No te la lleves...

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Aldara, condesa y posible reina de Wagosland, una mujer destacada por su ingenio y belleza.
No creía que podría llegar a ser reina debido a la tardanza del príncipe para buscar una esposa, cuando fue llamada sintió como si un rayo de esperanza cayera en ella, no era muy afortunada en el amor, no sabía que el príncipe buscaba solo un reemplazo de alguien más aunque sea inconscientemente.
La joven de estatura promedio siempre trataba de estar a la derecha de Robert, aunque conocía el rechazo del príncipe no quería darse cuenta de esto y seguía siendo persistente.

Una tarde mientras Elenor cocinaba un poco en la cocina de la reciente casa que habían tomando, una pequeña casa en medio del bosque apartada de el pueblo pero muy cercana al reino, estaba teniendo la visita de Arturh quien frecuentemente iba a visitarla junto con Baltazar.

–Desearía que todos vivamos juntos de nuevo, era divertido—Dijo Elenor nostálgica mientras cocinaba con ayuda de Arturh—

–Me gusta más el pueblo y creo que es mejor así.

–Con la muerte de Minerva nos hemos distanciado notablemente, eso es algo deprimente...

La puerta de la pequeña casa se abrió y Baltazar junto con Nicolás entraron cargando algunos trozos de leña.
Baltazar dejo caer la madera mientras trataba de recuperar el aliento a la vez que Nicolás solo miraba sin soltar ni una sola ramita.

Arturh soltó los platos que sostenía sobre la mesa y corrió para ayudar a Baltazar a ponerse de pie.

–¿Por qué recogían leña? Baltazar no es un hombre para esas tareas de cargar leña.—Dijo Elenor con los brazos cruzados hacía Nicolás—

–Él insistió en ayudar, no me negaría tantas veces—Respondió mientras dejaba la leña suavemente—

Elenor movió su mano suavemente creando algunos campos de fuerza para llevar la leña hacia la chimenea.
La pelirroja recordó al instante su comida y corrió antes que esta se quemará dejando a los 3 hombres en la habitación principal.

–Arturh, te ves un poco más alto, aunque a mi lado sigues siendo muy enano.—Dijó Nicolás—

–19 primaveras llegaron demasiado rápido para mi—Intervino Baltazar—

–Igualmente Arturh es como el niño de aquí.

Arturh puso los ojos en blanco y de inmediato articulo sus dedos provocando un rayo que entrara por la chimenea quemando la leña inmediatamente esparciendo el calor por la cabaña.

Nicolás se sentó cerca a la chimenea mirando el fuego fijamente y una que otras veces haciendo figuras con las llamas para entretenerse.
Fue una de las pocas tardes tranquilas que tuvieron para comer tranquilamente, compartiendo algunos recuerdos como la vez que estuvieron atrapados en una casa, cuando obtuvieron la primera flor accidentalmente...

La puerta se abrió provocando un fuerte sonido asustando a el grupo de jóvenes que estaban ahí, inmediatamente todos desparecieron gracias a Baltazar.

Nicolás sacó su espada que colgaba de su cintura y se acercó a la puerta, su sorpresa fue encontrarse a un hombre tumbado en el suelo.
Baltazar se acercó más al hombre y giró su cuerpo para ver su rostro.
La habitación quedó en silencio cuando vieron a Robert un poco herido tendido ahí.
De inmediato Elenor se arrodilló a su lado revisando los signos vitales del joven que tenía algunas heridas por su rostro.

Robert seguía inconsistentemente sobre una cama a la vez que Elenor observaba al lado de Nicolás.

–¿Qué hace aquí? Y en ese estado...—Dijo Nicolás mientras observaba—

–Es extraño, esta demasiado herido pero llegó hasta aquí.

La pelirroja se acercó a Robert y lo observó hasta que esté se levantó, se sentó sobre la cama y miró a la pelirroja algo cansado, froto sus ojos para ver mejor, de inmediato Nicolás se acercó a Robert con algo para que esté bebiera.
Robert tomó y comió lo que le ofrecieron hasta saciarse, cuando logró calmarse más solo miro un punto fijo y habló algo ronco.

Enemy kingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora