EPÍLOGO

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Narrador Omnisciente

Rusia

Dos años después...

Con la mirada perdida en el hacha que cae sobre los troncos de Sequoia, Mihail Mikhailov se abstrae en sus pensamientos que le revelan la vida que ha construido, una existencia llena de logros y satisfacciones que enriquecen su ser. La plenitud lo envuelve al recordar cada paso dado en el mundo del que es dueño, desde sus primeros sueños cuando era un niño hasta la realidad que ahora se desarrolla ante sus ojos como adulto.

Tres preciosas niñas, gemelas llenas de vitalidad y una hija mayor que desafía con bravura la vida misma, se han convertido en la joya de su existencia. Cada una, con sus rasgos únicos, ha dejado una huella imborrable en su memoria, llenándolo de ínfulas que nadie nunca podrá mitigar.

Y luego está él, Mishenka Evil Mikhailov, su anhelado hijo, la pieza que completa el rompecabezas de su vida. Adorado por todo su ser, su presencia es la manifestación de sus sueños más profundos.

«Las hijas de Mihail Mikhailov son su endiosamiento como padre, pero su hijo es su engreimiento como emperador»

La saciedad no solo reside en sus logros profesionales, sino en la familia que ha formado junto a la única mujer de su vida, Eleora Martinelli, en la relación indeleble que comparten como progenitores de una generación que amenaza con descubrir los secretos de su propio mundo antes de lo que ambos lo tenían planificado.

En este momento, siente una satisfacción inmensurable por todo lo que ha alcanzado, consciente de que la verdadera riqueza radica en estos lazos familiares que trascienden el tiempo y el espacio, aun cuando los lazos rotos con Galya Moskaleva, Luka Mikhailov, Andrei Mikhailov e Ivette Mikhailova, aún más los lazos deshechos con Lev Mikhailov y Konstantine Kaminski siguen afectándolo diariamente. Con la certeza de que ha logrado todo lo que anhelaba, se sumerge en la calidez de ese sentimiento de plenitud que solo la familia puede brindar.

Mientras tanto su esposa camina agarrando las manos de Maya y Mila, adentrándose a las murallas que protegen a la fortaleza de Bratva, en la que nacieron, pero esta vez los pasos de las tres recorren ese lugar en el que historias sanguinarias siguen causando estragos en quienes no solo las conocen porque las escuchan, sino porque las vivieron.

Siente un nudo en el estómago mientras camina hacia la imponente fortaleza de la Mafia Rusa, llevando de las manos enguantadas a sus gemelas. Ellas miran todo con curiosidad, ya que el lugar está lleno de secretos oscuros que han marcado la vida de sus padres. Su nacimiento en ese entorno no es un recuerdo bonito, pero su mamá está determinada a darles a todos sus hijos un recuerdo diferente del corazón de la mafia roja.

A medida que se adentran en la fortaleza, Eleora no puede evitar recordar los momentos difíciles que ha vivido allí. Mira a sus hijas con inquietud, preguntándose si ellas serían capaces de escapar del sombrío legado de sangre que corre por sus venas, pero, sobre todo, su preocupación se centra en Mikaela Mikhailova y en Mishenka Mikhailov.

Las niñas caminan con cuidado por los pasillos, explorando cada rincón de la fortaleza con ojos llenos de asombro. Eleora intenta mantener una expresión serena en el rostro, pero la angustia se refleja en sus ojos añiles. La sombra del pasado pesa sobre ella, y la idea de que sus hijos pudieran heredar el lado oscuro de este linaje la atormenta por los peligros que siguen sus pasos.

Al llegar a una habitación que alguna vez fue testigo de negocios turbios y decisiones mortales, Eleora observa a sus gemelas jugando sin preocupaciones aparentes, pero su mente divaga hacia Mikaela y Mishenka, a pesar de no estar presentes, no están tan lejos de la edad en la que ella misma y su esposo habían presenciado actos de violencia y traición.

ESTUPORWhere stories live. Discover now