CAPÍTULO QUINCE- EPIFANÍA

1.3K 82 61
                                    

Mihail

Semanas antes...

Las disposiciones que he demandado desde que tomé el liderazgo de la Bratva me han permitido permanecer en una posición en la que un delincuente común no estaría preparado para estar, ya que me encargué de hacer uso de todas mis capacidades para formalizar lo que mis antepasados habían hecho con su organización criminal.

Unifiqué la criminalidad con el conocimiento creando una institución en la que se logra obtener una titulación superior en áreas de negocios como en áreas criminales para delinquir de manera profesional, reclutando a personas con habilidades fenomenales a partir de sus dieciséis años, las cuales la utilizaban para hacer delitos menores en sus vecindarios y metiéndose en problemas con la policía por no tener los conocimientos de cómo hacerlo para que no fueran atrapados.

Son muchos los elementos que recluté pagando sus fianzas en cárceles para ofrecerle trabajo en HADO, algunos que yo mismo descubría robando relojes en plazas, comiendo gratis en restaurantes con mentiras como que encontraron una hebra de cabello en su plato, lo cual hacia que le ofrecieran una disculpa haciéndoles un reembolso del dinero que no habían pagado, fueron muchos elementos los que encontré haciendo falsificaciones de documentos de identidad, pasaportes y licencias de conducir, muchos de ellos con expedientes en la policía y con fichas por delitos que de haber tenido formación para hacerlo no iban a ser descubiertos por nadie.

Fue por esto que mi corporación tuvo un reconocimiento dentro de las naciones que hacen solo horas estaban unidas a mi mandato porque hice una limpieza en sus calles de los delincuentes que atemorizaban sus calles para darle seguridad alistándolos en un lugar donde perfeccionaron sus adiestramientos naturales hasta convertirse en criminales profesionales.

Tener en un mismo lugar a jóvenes de familias modestas conviviendo en un mismo campo de enseñanza con jóvenes de apellidos de familias pudientes me hizo sentir muy orgulloso de lo que había logrado porque tenía frente a mí la representación perfecta de lo que buscaba obtener luego con las habilidades que poseen cada uno de ellos porque una vez que se convertían en elementos de la unidad Omega, que es el menor rango en la corporación, sus diferencias sociales quedaban suprimidas por tener que unir sus conocimientos variados para completar la delegación que tenían como grupo que los hacia iguales.

Hasta que la conocí a ella, quien a diferencia de todos los que había reclutado para mis diecinueve años, sabía perfectamente que sus conocimientos eran los que la convertirían en una gran criminal.

Era una pequeña mentirosa que se pasaba largas horas leyendo libros en bibliotecas, una pequeña estafadora que tenía capacidades únicas en matemáticas, una pequeña engañadora que podía embaucar a cualquiera con sus discursos adiestrados y una pequeña ladrona que para la edad que tenia se robó algo que creía que nunca nadie se atrevería a robarme logrando con todas esas grandiosas mañas convertirla en mi paralelismo porque me veía en ella cada vez que quedaba frente a mí.

«Era una maga que me asombró con su truco de magia en el que se robó toda mi atención»

A pesar de que tenía algo que podía impedir convertirla en lo que quería; «Quería hacer de ella mi otra mitad».

Ella estaba hecha de pedazos de otra persona que yo conocía muy bien, sus piezas estaban unidas, pero no encajaban con quien yo podía ver que era ella, por eso, decidí dejarla exactamente donde la habían puesto, consintiendo que continuara en la vida en la que tenía que vivir para poder desarmarla sin que se diera cuenta para que ella misma pudiera armarse como sé que ya lo está haciendo.

«Yo soy una potencia por los poderes que tengo en mis manos, pero ella, ella es una superpotencia por los poderes que tiene asegurados en su corazón porque ella se robó el mío»

ESTUPORWhere stories live. Discover now