Capítulo Cincuenta y Cinco: ¿Reviviendo el sentimientos?

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Me aguanté las ganas de romper a llorar.

¿Por qué me afectaba tanto verla así?

—Creí que había sido clara en mi orden — dice molesta observando a James que estaba a mi costado.

—Lo siento señora, se me escapó de las manos — dijo excusándose.

—No lo regañes, fue mi culpa — pedí posicionándome delante de él.

Con sus dedos se limpia las lágrimas y me mira seria, James se movió y camino para estar más cerca de ella.

—Lo siento señora, yo no pensé ...— empieza a excusarse.

Se sienta en la cama y lo mira molesta —James limítate a hacer tus deberes — gruñe molesta.

Asiente y baja la mirada — Entendido señora, lo lamento — se disculpa.

Lo mira y hace un ademán con su mano, invitándolo para que se fuera. Asintió y se marchó, ahora yo me sentía mal por él.

—No tienes que ser tan grosera — dije acercándome y sentándome en el borde la cama.

Se le notaba las ojeras y sus ojos llorosos, quizás no había parado de llorar en estos días.

—No vengas a mi casa a decirme que tengo o que no tengo que hacer — atacó.

Asentí, lo que menos necesita es que yo la regañe ahora.

—Selena yo — intenté tomar su mano, pero la quitó bruscamente — solo quería saber cómo estabas — dije con voz suave.

Ladea su cabeza y me mira molesta.

—¿Te das cuenta que pedi estar sola? — pregunta y yo no me atrevo a responder — acabo de perder a la única persona que me amaba, ¿como crees que estoy? — pregunta levantando la voz.

Asentí — Lo entiendo, yo solo — no lo pensé y la abracé.

Intentó zafarse pero me aferré a ella lo más fuerte posible, no me iba a ir. No sin que ella entendiera que yo también la quiero.

—No es la única — le susurré abrazándola y poco a poco dejó de forcejear —eres mi amiga — dije en su oído.

—Vete — pidió con voz baja, me separe un poco para verle el rostro — vete — pidió y empezó a llorar.

—No quiero — dije limpiando con los dorsos de mis dedos sus lágrimas.

—Me hace más mal teniéndote aquí — me dijo tomándome de la mejilla — me lastima — baja la mirada.

—¿Por qué? — con mis dedos subí su barbilla.

Me mira por un momento, sus ojos estaban rojizos, su mirada cansada y esas ojeras que es por no dormir en estos días y sentí mi corazón romperse, la había dejado sola.

Mi Selena había estado enfrentando esto sola.

Relame su labio inferior y niega — Por nada — dice.

Me acerqué un poco más y Selena no se movió, solo me observaba sin ánimo.

—Déjame quedarme contigo — pedí.

Asiente en silencio y me muevo al lado izquierdo de la cama para que ella pueda acostarse como estaba originalmente, me acomodo en su cama.

Su espalda y su cabello castaño y sedoso, era lo único que podía ver. Solo podía escuchar como trataba de controlarse y sollozaba por momentos.

Deslice mi mano por su cintura y me pegué más a ella.

—Llora todo lo que tengas que llorar, yo me quedaré contigo — le aseguré.

Se giró y pegó su cabeza en mis pechos, su mano rodeó mi cintura. Cerré mis ojos al sentir su cuerpo.

Su móvil empezó a timbrar.

—¿Puedes alcanzarmeló? — pidió con una voz vulnerable.

Asentí apartando mi mirada y estirando mi brazo para tomarlo ya que estaba en la mesita de lado izquierdo.

Rompió nuestro contacto, haciéndome sentir extrañamente vacía.

Se sentó — Gomez — respondió cambiando la voz a uno más serio. Asiente unas cuantas veces — entiendo, no, no te preocupes — guarda silencio, escuchando lo que seguramente le están diciendo — te lo agradezco Dante, si es mejor que se quede contigo — de nuevo guarda silencio — lo estoy, no te preocupes — y si más cuelga.

Me removí incomoda.

—¿Que quería? — pregunté frunciendo el ceño.

Aún me caía de la patada ese tipo.

—Le pedí que se llevara a Gabriel y Chris a su casa, quería estar sola — se relame el labio — solo me llamó para preguntar cómo estaba y decirme que Gabrielle esta muy bien — trató de sonreír.

Me incorporé a su lado y sin pensarlo besé su mejilla — Tú también lo estarás — le digo al separar mis labios de su rostro.

—¿Tú crees? — me mira esperanzada.

—Si, lo creo — digo.

Niega — A pesar de todo, ella era muy importante para mi. Me instruyó en todo, siento — jadea — no lo sé — niega.

—Eres una mujer muy fuerte, lo sabes, lo sé — froté sus hombros.

Me mira y niega, empieza a soltar una carcajada que me contagia y empiezo a reírme sin entenderle.

—Estás loca — dijo divertida.

Riendo aún con lágrimas de sus ojos.

¿Por que me sentía así?

Mi corazón se encogía verla de esta manera, solo quería, quitarle todo ese dolor y traer a la mujer orgullosa y seria que solía ser.

Era como si una criatura nueva habitara su cuerpo.

Se acostó en la cama y yo la seguí por inercia.

Ahora ambas estábamos frente a frente.

Sus bellos ojos café estaban oscuros.

Su mirada era diferente.

Más triste que la de antes.

¿Por qué siempre tenía una mirada triste?

Se acercó un poco más.

Tenerla tan cerca, era una encrucijada que no lo había pensado antes de invadir su cama.

Relamió sus labios hinchados y rosados, quizás era de todas esas veces que se lo había mordido para no dejar escapar un sollozo.

La yema de sus dedos empezaron a acariciar mis labios, suspiré. Una ráfaga abrazó todo mi cuerpo al sentir su toque.

¡Dios, Paula!

¡No pienses cosas que no son!

¡Ella ahora está vulnerable y triste!

Se acercó aún más, aunque ya no era posible, estábamos invadiendo el espacio personal de otra.

Su nariz rozaba con la mía.

Cerré mis ojos, tratando de pensar que esta en mi mente y que ella lo que menos piensa es en hacerme algo.

Trago en seco y habló por encima de mis labios, podía sentir su aliento caliente encima de mi rostro.

—Paula — me llamó con voz ronca.

—¿Si? — dije sin atreverme abrir los ojos.

—Quiero besarte — murmura.

—¿Qu.. — abrí mis ojos de golpe.

No había terminado de hablar cuando sus labios estaban uniéndose con los míos y su mano se aferraba a mi cintura.

Amor Prohibido •| Selena Gomez |•Where stories live. Discover now