Amor Prohibido •| Selena Gomez |•

Capitulo Ocho: Fiesta...

— Siento que me ocultas algo — suelta de repente mi hermana, me remuevo en la cama.

Habíamos decidido ver una película en mi habitación.

¿Mala idea?, si, definitivamente.

—¿Debería de ocultarte algo? — pregunto sin quitar la mirada de la televisión.

Suspira pesadamente —Me has estado evitando, ¿por qué? — pregunta.

Pongo mis ojos en blanco, ya empieza a fastidiarme — Bien — respondo de mala gana y apagó el televisor — ¿que quieres saber? — pregunto ya de mala gana.

Me mira por un momento — ¿Por qué me evitas?, ¿tienes vergüenza en decirme algo? — pregunta.

Negué —No Maribel, solo no sé a dónde quieres llegar.

Me mira por unos segundos, que a mi parecer, son eternos — ¿Ya te acostaste con ella?, ¿por eso me evitas?

— Bueno, la verdad es que si me acosté con ella— respondí, me miró y acarició mi mentón.

— Tranquila hermana, no importa, a veces uno no se queda con quien lo hace por primera vez, no te cohibas con eso. — sonríe abrazándome.

Discúlpame hermana, de verdad que no te merezco.

Asiento — Supongo.

No preguntó nada más, tomó el control remoto y puso de nuevo la película, nos mantuvimos así, abrazadas hasta que se acabó la película.

—Me voy a dormir hermanita — se despidió dejándome un beso en la mejilla — si te hace dudar, creo que no es la indicada — me sonrió.

Sonreí — Tranquila, buenas noches hermana — besé su mejilla y la acompañé a la puerta.

—Nos vemos mañana — se despide y camina hacia el pasillo para irse a su habitación.

—Nos vemos — cierro la puerta y me dejo caer en la cama.

Cada día me siento un poco más cansada de esta situación, no me gusta mentir pero no he parado de hacerlo.

Y lo peor de todo es que mi vida rutinaria no había cambiado en nada, le había dejado en claro a Luke que al menos de lunes a miércoles no iba a salir con alguien, ya que tenía que concentrarme en mi carrera, si no nada tendría sentido.

En un abrir y cerrar de ojos había llegado el miércoles, no quería hacerlo pero ya era demasiado tarde.

— Tranquilízate — me pide sin verme y acariciando mi antebrazo.

¿Cómo quiere que lo haga?, me incomoda sobremanera estar rodeada de personas que no conozco, en una enorme mansión llena de lujos.

—Pues para que me traes — suelto de mala gana, ¿quien le dijo que me invite?

Rueda los ojos y toma dos copas que estaban en el bar ya servidas.

—Toma para que dejes de estar tan nerviosa, solo haces que me ponga más nerviosa — se queja y toma un sorbo de su vino.

¿Ahora yo soy la culpable? — Bueno.

La noche pasó de lo más normal, al menos a mi parecer.

—Ven, quiero presentarte a Liam — tomó mi mano y me llevó casi arrastras.

Desde que habíamos llegado habíamos estado las dos solas, paradas en medio de la sala, mientras que las demás personas nos habían ignorado, y de vez en cuando me quedaba sola ya que Abigail se iba con su príncipe azul.

Caminamos hacia otro salón de la enorme casa, ya lo había visto y saludado de lejos.

—Hola — saludó con una enorme sonrisa, su voz era bastante gruesa, muy bien vestido, ojos verdes y musculoso.