Capitulo doce: Propuesta...

1.9K 109 2
                                    

Había pasado un mes, y cada vez nos veíamos más, inclusive hablábamos por teléfono, y eso de alguna manera me emocionaba, hoy como se había hecho costumbre me había invitado a cenar, nos habíamos enviado mensajes todo el día.

—Hola— saludó tomando asiento, yo solo observaba sus movimientos en silencio.

—Hola — respondí a su saludo, cuando ya estaba sentada frente a mi.

—¿Cómo ha estado tu día? — pregunta con una media sonrisa.

—Bien —respondí a su sonrisa y arqueé una ceja, me tenía en suspenso.

Su mano busca la mía, jugando con mis nudillos —Quiero proponerte algo — dice con una sonrisa espléndida.

Al verla así, no podría negarme, últimamente solo con verla me hacía sentir algo que no sentía ni por mi hermana.

—¿Qué? — pregunté.

Suspira — Te ofrezco todo, todo lo que quieras, dinero, casa, te puedo complacer en todo, a cambio que solo estés disponible para mí, cada vez que yo desee, que mis deseos sean los tuyos — habla con voz suave y rasposa.

Sonreí ampliamente, si es una broma, lo hace bien — ¡Ya, en serio! — exclamo riendo y ella me mira sin expresión en su rostro, relamí mis labios por los nervios —¿Es en serio? — pregunto.

—¿Te parece que es una broma?— pregunta con voz seria, la veo sin entender — hay muchas chicas que lo hacen, podemos tener una cuota que sea de tu agradado y del mío, no te preocuparás por el dinero, ni por nada y yo, y yo estaré satisfecha con mis bajos deseos— tiene una mirada tan penetrante y erótica.

—Yo, mmmm — estaba confundida, había pensado en muchas cosas, pero esto, esto definitivamente no.

Nos mantenemos en silencio, y lo agradezco ya que necesitaba pensarlo, por una parte no me molestaba. La iba a tener a ella, sus besos, su cuerpo y sus detalles, pero, ¿por qué siento miedo?

—No debí proponértelo — suelta después de unos minutos viendo por la ventana de cristal — no te cohibas.

No había separado su mano de la mía — ¿Qué pasaría si alguna de las dos se enamora? — pregunto mordiéndome el labio.

—Se termina, sobre todo si te fijas en un hombre ya que podrías quedar embarazada, y si me doy cuenta que sales con alguien también, la verdad no estoy a favor de compartir — pausa— y por otro lado, si te enamoras de mi, también se acabaría — responde.

No es a lo que me refería, ¿por qué ella piensa que voy a ser yo?, ¿en qué momento dije que me gustaban los chicos?

De mis labios se escapó una media risa — Bien, creo que no soy la primera con la que haces esto.

Asiente —No, no lo eres.

Se borra mi sonrisa, así que han habido otras...

—¿Acaso no sabe de tacto? — pregunto.

Sonríe pícara — Si, pero prefiero ser honesta, Jade, eres exactamente lo que quiero.

Sentí como mis mejillas ardieron al escuchar que soy lo que quiere, también lo eres para mí.

—Bien — dije, esquivando su mirada.

—Puedo complacerte en todo lo que quieras y quiero que hagas lo mismo conmigo, esto no es convencional, tampoco es legal — su voz suave y ronca, se mete hasta al fondo de mi ser, ocasionado cosquillas en mi cuerpo — pero es un convenio donde ambas vamos a salir beneficiadas.

—Puede tener a cualquier mujer, inclusive ahora mismo, ¿por qué yo? — pregunté.

Se levantó de su lado de la mesa, al verla me moví al fondo y ella se sentó en la orilla — Por esto — responde y me tomó del mentón — porque sabes complacer, porque no es necesario decirte que es lo quiero— dijo sobre mis labios.

Sentí su respiración sobre mí, sus labios rozaban los míos, cerré mis ojos en inercia y entre abrí mi boca.

—Yo...— hablé en susurro y sus labios se unieron con los míos.

Su beso era tan pasional, intenso y fuerte, me volvía loca sentir sus labios moverse sobre los míos, sus manos bajando a mi cintura, creo que iba a durar un poco más pero fue un beso rápido.

— No voy a insistirte si no quieres — me miraba fijamente con una media sonrisa.

Acaricie su rostro y la observaba, ¿por qué me sentía así? — Te queda muy bien el cabello chocolate — digo observándola, ya que fue lo primero que noté al verla llegar.

Sonrió y besó mi mejilla — ¿Cambias de tema para no responder mi pregunta? — ladea su rostro y apoya su rostro en su mano.

—No es eso — respondí. Asintió, sus ojos café me observaban con mucha atención, sus caricias y esa mirada tan profunda, me llamaba a aceptar cualquier cosa — Solo que, tengo dudas— concluí.

—Entiendo — asiente — entonces hay que cenar y luego si quieres me respondes.

—No tengo mucha hambre en realidad, podemos tomarnos unos tragos y conversar — digo nerviosa.

— Está bien para mí, ¿cómo te fue hoy en la universidad? — pregunta.

—Bien, como siempre, llena de tareas y páginas por leer, ¿a ti? — la observo cuando relame sus labios, su cabello en ondas color chocolate, se le miraba aún más hermoso que el rubio, se había puesto algunas extensiones ya que lo tenía más largo, definitivamente era una mujer vanidosa.

—Debería ahora mismo estar aún en la oficina, porque aún tengo muchos asuntos que resolver, pero debo respirar — me regala una media sonrisa y esa mirada tan penetrante que sentía que me desnudaba.

—¿Siempre has estado tan ocupada?, hemos hablado de mucho pero nunca me has contado de tu vida — mi curiosidad me gana, y es que la verdad, sabe casi todo de mi vida, y yo no sé absolutamente nada de ella.

Nuestra mesera aparece de repente y nos entrega nuestros tragos, yo me decidí por un vino blanco y a ella le ordené un whisky italiano, que hace tres días que habíamos hablado por teléfono, me había comentado que le encantaba.

—Si desean algo más, por favor no duden en llamarme — dice con una sonrisa la ojiazul.

Noto como Selena la observa — Lo haremos —  respondió y ella asiente marchándose.

Fruncí mi ceño y la ojicafé me observa divertida — ¿Qué? — pregunta.

Niego — Nada — tomo un sorbo de mi copa.

—¿Es normal que cuando te vea solo tenga ganas de follarte? — pregunta y casi me atraganto con mi trago.

—¡Selena, por favor! — exclamé avergonzada tomando la servilleta para limpiar mi boca, mis mejillas se quemaban y mi cuerpo poco a poco se calentaba cada vez más, parecía que estaba bajo la estufa cocinándome.

—En realidad desde joven, me encargué de todo, con el tiempo se ha aumentado el trabajo — responde cambiando toda expresión de su rostro, dejándolo neutro.

Sonreí — ¿Cuántas parejas has tenido? — pregunto.

Toma de su trago, un sorbo de su whisky.

—Jade, no me gusta hablar de mi vida personal. Solo basta con que sepas el presente y lo que puedes obtener de mí.

¡Es tan exasperante!, pero es tan linda a la vez, que es contradictorio lo que me hace sentir.

Amor Prohibido •| Selena Gomez |•Where stories live. Discover now