Capítulo Veintiséis: Nueva Visita..

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Desperté al sentir el costado de la cama vacío y frío, abrí mis ojos poco a poco y lo confirmé.

Se había marchado....

Jadee, me levanté de la cama y busqué la bata para poder salir de la habitación.

Bajé tratando de no hacer mucho ruido, fue cuando la vi parada enfrente de la ventana, la luz tenue me dejaba observar lo que llevaba en su mano un trago y en la otra un cigarrillo, giró y me miró sin expresión alguna, dudosa me acerqué.

—Pensé que estarías durmiendo — rompió el silencio y le dio una calada a su cigarrillo.

—No sabías que fumabas — le dije mientras observaba cómo echaba humo sobre la luz tenue de la ventana.

Soltó una risita forzada —No sabes nada sobre mí — respondió sincera con voz suave y rasposa.

Asentí, tiene toda la razón no sé nada de ella —Solo dije lo que se me vino a la mente — me excusé y me acerqué aún más a ella.

—Te estás entrometiendo en mis asuntos y no me gusta — se quejó y le dio otra calada a su cigarrillo.

—No sé ni cómo tratarte — me quejé.

Seguía de espaldas, su cabello estaba alborotado y estaba descalza.

—Paula — me llama y voltea, y por fin puedo verle el rostro, sus ojos reflejaban melancolía estaban cristalizados y sus labios  estaban libres de ese color carmesí tan característico de ella — ¿qué sientes por mí? — pregunta suave y yo trago en seco.

En este momento no sabía que responder, porque temía que mi respuesta sería el detonante de cualquier decisión brusca de este momento, pero aún en mi miedo la observé por un minuto y cerré mis ojos para así responderle su pregunta y responderme a mi misma esa misma pregunta —Siento muchas cosas Selena, tantas cosas que no sé explicarlas — respondí sincera — solo sé que quiero estar cerca de ti, que me gusta tenerte conmigo y que no me gusta que estés cerca de alguien más — concluí.

Le dio una última calada a su cigarrillo dejando la colilla en el cenicero y luego le dio un sorbo a su trago casi tomándolo en el momento.

—Me irrita esto — suelta entre dientes — carece de sinceridad lo que me acabas de decir — asegura y ahora sus ojos me miran fríamente — te lo dije Paula y aun así lo haces — se queja — lo arruinaste.

Fruncí el ceño y ella camina hacia el bar de su sala para servirse otro trago, lo deja en la mesita auxiliar y mete entre sus labios un cigarrillo sin encender.

—Actúas extraño Selena — la miré frustrada y decepcionada.

—Te dije que si te enamoras esto se acaba — responde seca y enciende su segundo cigarrillo.

Guarde silencio y sentí como mi corazón se empezaba a agrietar por su sinceridad fulminante.

Traté de mantenerme serena —Lo sé y en ningún momento lo he dicho — contesté irritada — no estoy enamorada de ti — aseguré.

Sonrió y se sentó en su sofá, cruzando sus piernas y apoyando su codo en ellas, tomó un sorbo de su trago aún observándome — ¿Por qué no me pediste permiso para irte con tus amigos? — cuestiona y yo me río incrédula — ¿he dicho algún chiste? — pregunta evidentemente sarcástica.

Negué — No pensé que fuese necesario, además no iba en plan estar con alguien, era una reunión de unos recién adultos — respondí.

—Mientras estés en mi casa, tienes que darme explicaciones de todo lo qué haces — se levantó del sofá y caminó hacia las escaleras dejándome con la palabra en la boca.

¿Qué bicho le picó?, me acerco a la ventana y observo el cielo, en realidad era una vista hermosa la enorme luna brillante y las estrellas iluminaban un cielo negro azulado, ni siquiera sabía que hora era. Suspiré, sé que el tiempo iba corriendo y que lo que sentía por ella se iba intensificando cada vez más.

Negué y caminé también hacia mi habitación, hay muchas cosas que desconozco de Selena y siento que la estoy conociendo, ella se aleja aún más de mi alcance.

Me dejé caer en la cama al momento de estar enfrente de ella, y si más me quedé dormida.

Sentí el sonido de un violín que cada vez se hacía más y más intenso, cuando me desperté por completo lo escuché con claridad venía del piso de abajo, quizás de la sala o del comedor, y por mi curiosidad salí de mi cama lo más pronto posible, me amarré las batas que Selena había dejado en mi habitación.

Baje escalón por escalón y la melodía del violín sonaba aún más fuerte, al estar abajo me di cuenta que provenía del estudio de Selena, así que me dirigí sin pensarlo.

Al llegar me sorprendí al ver que la puerta estaba abierta y a Selena observando a una chica de unos quince años tocando el violín, hizo un ademán para que parara.

—Tienes que relajar un poco tu brazo, eres tú la que dirige el violín, no el violín a ti — le dice.

—¡Esto me frustra! — exclama evidentemente frustrada y con el ceño fruncido.

La observa en silencio y luego gira para verme a mí, la chica también sigue su mirada y ahora ambas me miran.

Ahora mismo estaba nerviosa — Buenos días — saludo.

—¿Quién es ella? — le pregunta la adolescente  a Selena molesta.

—Sube y cámbiate — me ordena ignorando la pregunta de la adolescente.

No digo nada y me marcho inmediatamente hacia a mi habitación para bañarme y cambiarme, ¿ahora qué?, ¿quién es esa niña?, tenía tantas preguntas en mi mente que sólo Selena podía responder pero conociéndola, se me hacía imposible.

Tocaron la puerta y la abrí sin preguntar quién era, solo llevaba puesto un vaquero negro pegado que aún no me decidía si por una camisa deportiva o una de botones café.

—¿Pasa algo? — pregunto al ver a Selena parada en el marco de la puerta observándome.

Entra a la habitación y se sienta en el borde de la cama, cierro la puerta y me dirigí a la cama donde estaban mis dos camisas.

—Que sea la última vez que bajas en pijamas y delante de mi hija, trabajas para mí— suelta de golpe dejándome perpleja tras esa palabra "hija", ¡tiene una hija!

—Bien — respondí aún sorprendida.

Se levantó de mi cama y caminó hacia la salida — te mirarías mejor con la camisa café — comenta  y sale de mi habitación.

Me sentía extraña ahora mismo, así que ella tiene una hija, ¿que más podría tener?, ahora mismo tenía muchas preguntas y ninguna respuesta.

Amor Prohibido •| Selena Gomez |•Where stories live. Discover now