Capítulo 12 - La Bella Y La Bestia.

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Alessia

Había pasado una semana desde que llegamos de España. Durante esta semana seguimos trabajando desde casa.

Ya había termino de trabajar, pero seguía en la oficina de William. Él estaba en una junta, yo lo observaba de vez en cuando, mientras tenia a Júpiter y a Luna dormidos en mis pies.

Adoraba pasar tiempo con los dos caninos, me seguían a todos lados.

Durante la siguiente medio hora todo lo que hice fue ver a William. No podía negar que se me hacía muy guapo y su carácter me atraía, realmente me gustaba pasar tiempo con el.

Él incluso se sentó a trabajar conmigo en el jardín.

Durante mi adolescencia llegué a tener un par de novios, pero nada formal, luego murieron mis papas y tuve más responsabilidades, gracias a las deudas que mis papas dejaron, que hasta la fecha no sé cómo se hicieron porque a mí papa le iba muy bien en su trabajo.

Me conocía y sabia cuando me atraía alguien, sabía que me atraía William. Pero no sabía si yo le atraía, me confundía. Pasaba mucho tiempo conmigo, se preocupaba por mí, pero muy probablemente era porque se sentía con la responsabilidad de hacerlo.

Lo peor es que me atraía todo el. Su lado jefe serio; que me hacía admirar el cómo manejaba tantas empresas a pesar de las personas que no lo querían, parecía indestructible. Pero también me atraía su lado familiar; el cómo siempre en las mañanas se toma un café con su papa, el cómo los fines de semana ayuda a su mama a hacer la comida, el cómo lleva cuando puede a Donato y a Antonella a la escuela, el cómo siempre leía en voz alta todas las noches.

Pero sabía que no podía pasar de atracción porque en menos de un año yo me iría. Así que me intentaba convencer de que tenía que ignorar ese sentimiento.

-¿En qué piensas? - me pregunto Will. No sabía cuánto tiempo me había quedado viéndolo fijamente

En ti. Pensé. Pero no podían salir esas palabras de mi boca. Es demasiado pronto para sentir.

-En nada. - lo dije intentando sonar normal.

-Todavía no sabemos quién es la mujer que los ha estado siguiendo, pero Hunter ya se encargó de la seguridad, así que ya volveremos a la oficina ¿estas bien con eso? - me dijo.

-Claro. - ante mis palabras, el solo asintió. Quería hablar más con él. Quería conocerlo. - ¿Cómo eras de niño?

Me volteo a ver y frunció un poco el ceño, mi pregunta lo había tomado por sorpresa.

-Era muy diferente a como soy ahora. Siempre estaba corriendo, jugando o haciendo travesuras. Nunca fui el que rompía corazones o caras. Era más el chico tímido que seguía a su hermano mayor en todo. Me gustaban mucho la música y los libros. - sonrió al recordarlo. - Cambie mucho. Hay un William antes de la muerte de Edward y hay un William después de la muerte de Edward. Ambos soy yo, pero el que soy ahora creció, maduro y sobrevivió al dolor.

Sus palabras las pude sentir tanto. Lo entendía, aunque yo no creo haber cambiado mucho, yo siempre fui esa Alessia que cuidaba a sus hermanos, era madura e independiente.

-¿hace cuanto falleció Edward? - pregunte con cuidado, tal vez era un tema que no quería tocar y lo entendería.

-Hace tres años, yo tenía tu edad y el veinticuatro. Falleció en accidente de coche.

-Mis papas también. - eso hizo que me volteara a ver sorprendido. - El carro se volteo y se incendió. No pudieron salir de él, recuerdo cómo se me partió el corazón cuando tuve que reconocer a papa. A mi mama no la pude reconocer, por sus quemadas. Fue su ropa y su anillo lo que hizo que la reconociera.

También supe que era ella, cuando un policía me entrego la prueba de ADN que habían realizado con mi sangre.

El me miraba comprensivo. No quería que el ambiente se volvería más triste de lo que ya era, así que le sonreí. Con esa sonrisa el entendió que no quería hablar del tema.

-Cuando era pequeño quería ser la bestia de la bella y la bestia para vivir sin tener que hablar con muchas personas, ya que mis papas siempre me llevaban a sus eventos y me aburrían mucho. Le decía a Edward que el sería el reloj, Nathaniel el candelabro, Leonard la tasita, mi mama la tetera y mi papa sería el único humano para que el pudiera trabajar.

Reí ante su gran imaginación. Él se empezó a reír conmigo.

Era curioso porque mi sueño de pequeña tenía que ver con el mismo cuento.

-Yo de pequeña decía que quería ser la bella, mi papa estaba encantado con la idea creyendo que lo decía porque siempre me enamoraría del interior de las personas, pero realmente yo quería ser la bella para casarme con la bestia y poder tener su biblioteca; esa biblioteca era mi sueño, me parecía de lo más mágica. Tengo fotos de mis cumpleaños y mis incontables vestidos amarillos.

Sonrió de una manera tan linda, que me lleno el corazón. De repente se levantó y camino hasta quedar a mi lado.

-Ven, te mostrare algo. - dijo tomándome de la mano.

Lo seguí y nos detuvimos en una de las tantas estanterías de su oficina, me sonrió y jalo un libro. De repente la estantería se movió como si fuera puerta y un cuarto mucho más grande se asomaba desde mi vista. Cuando William me jalo para que entrara no lo podía creer. Era una biblioteca secreta, era rústica, acogedora y grande.

-este lugar fue mi regalo de dieciséis años. Como ya te conté, adoraba leer. Ya no tengo tiempo para esto, pero este lugar es tuyo si así lo quieres. Puedes estar aquí siempre que lo desees. No es tan grande como el de la bestia, pero es parecido. Con el tiempo podemos hacerlo más grande si así lo quieres.

Con el tiempo. Él se veía conmigo en más tiempo que un año, eso me estaba causando cosas en el corazón, lo mire sin poder decir nada. Cuando el me volteo a ver, pude notar ese brillo en sus ojos; ese brillo que parecía querer que me acercara. Tal vez era yo imaginando cosas, pero me acerque y él no se alejó.

Lo tenía tan cerca, tanto que todo lo que tenía que hacer para que mis labios y los suyos se tocaran era agacharse.

Y lo hizo.

Se agacho y sus labios tocaron los míos.

Mis labios en automático correspondieron el beso, una de sus manos fue a mi cintura y la otra a mi cuello. Mientras mis dos manos se posaron en su cuello sin querer soltarlo.

Esto era mucho más que ese beso en la iglesia, o que el beso en suiza. Parecía algo que él quería con ansias, algo que yo quería con ansias.

Sus labios parecían estar hechos para los míos, era un beso profundo, un beso que duro hasta que no pudimos respirar.

Se separo de mí y me miraba con intensidad, su pecho subía y bajaba rápido como el mío.

Cuando recuperé el aire, lo volví a besar y el me correspondió de la misma manera en la que lo había hecho yo minutos antes.

Mi corazón pedía que este momento durara toda la vida.

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Hola, hola.
Aquí en siguiente capítulo.
Los amo.
-E.

Instagram: Lilibeth.mayer

La Luna Es Nuestra Piedra Preciosa (Oficial)Where stories live. Discover now