Parte 16 (Oliver)

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Yo fui el encargo de conducir, los lleve hasta la feria y ellos se bajaron en lo que yo acomodaba el auto en el estacionamiento de este. Bloqueé todas las puertas y camine entre la multitud hasta llegar a la entrada de este, la única persona que se encontraba ahí era Aitana, acariciaba nerviosamente el listón de su bolso y miraba a su alrededor, parecía temerosa.
Oliver: no tenías que esperarme.- ella me miró con una luz que nunca antes había visto, quizás le había salvado de la aglomeración en su mente.- hubieras ido con los demás.
Aitana: ellos corrieron.- burló.- además de que sería difícil para ti encontrarnos, no es lo mismo perderse solo a qué te pierdas con compañía ¿o sí?- negué enseguida y ella sonrió.- bueno vamos, ellos dijeron que se adelantarían porque querían subirse a la sirena y había mucha fila, así que querían ganar lugares.
Oliver: ya veo, ¿te gustan los juegos mecánicos?- asintió acomodándose el bolso para tenerlo a su alcance.- a mí no.
Aitana: ¿te dan miedo?- nuestras miradas conectaron, aunque la de ella parecía tener un toque de burla.- no me digas.- soltó una carcajada que la hizo detener el paso y confrontarme.
Oliver: por supuesto que no.- fingí valentía por supuesto.- ¿a cuál te quieres subir?, te demostraré lo valiente que soy y lo poco que me importan esos juegos.
Aitana: uhm, a ver.- colocó su dedo índice debajo de su barbilla y su mirada traviesa comenzó a vagar por cada juego, sonrió y señaló uno de ellos.- ¿el martillo giratorio?- mierda, quizás fue una pésima idea decirle eso, miré cómo este giraba y se quedaba quieto en las alturas manteniendo a las personas de cabeza al suelo.
Oliver: de acuerdo.- me tomó del brazo llevándome casi corriendo detrás de ella, solo podía morder mi labio inferior en repetidas ocasiones, creí que habría gente esperando, pero para mí mala suerte sobraban dos asientos y ahí nos acomodaron a nosotros, el chico se encargó de ponernos el cinturón y aparte una barrera que nos detenía al nivel del vientre, parecía una jaula pero aún así me hacía sentir inseguro, ella se acomodó a la perfección, su mirada estaba llena de picardía y me miraba constantemente para mirar cualquier gesto que yo hiciera.
Aitana: si gritas me compras un helado.- en ese momento sentí cómo una turbulencia, el juego había comenzado, primero comenzaron a movernos de un lado hacia a otro, cómo a un bebé en su cuna, la velocidad era aceptable pero aún así mis manos se aferraban a la barrera que nos detenía, cada vez comenzaba a ver más el suelo, la velocidad aumentó hasta el punto en el que las personas se alejaban de mi vista y mi cabello se desordenaba.
Aitana: aquí va lo bueno.- comencé a sentir mareos y ganas de vomitar, aunque también me temblaba la mitad del cuerpo, nuestro asiento se quedó quieto en la cima y prácticamente miraba hacia abajo, estaba de cabeza al suelo, sentía una presión terrible en la cabeza y mis manos ya estaban aferradas a los brazos de Aitana.
Oliver: ¡Mierda!- no pude contener el grito, el asiento comenzó a subir a bajar con brusquedad y solo paraba para ponernos de cabeza, podía escuchar sus carcajadas.- puta madre, Aitana, pide que paren esto, por favor.- ella no podía dejar de reír, parece que estar de cabeza no le afectaba mucho, al contrario, le divertía.- siento que me voy a desmayar, Aitana, mi cabeza está apunto de explotar, mierda.- el asiento bajo de golpe haciendo que mi nuca se golpeará con el respaldo del asiento metálico, solté el aire que me había acumulado en mis pulmones, los movimientos eran más leves y ya comenzaba a ver más cerca la parada del juego, ella estaba riendo con el cabello cubriendo su rostro, solo podía distinguir su sonrisa a través de los mechones.
Aitana: dijiste que no tenías miedo, Oliver, eres un mentiroso.- suspiró entre risas y después me miró, aproveché para quitarle el mechon que quería entrar a su boca, ella me sonrió. Nos quedamos así por unos segundos, era bonita, sus ojos parecían dos pequeñas perlas brillantes, llevaba puesto un labial oscuro que entonaba perfectamente con el color de su piel.- ¿qué tanto me ves? ¿verdad que soy atractiva?- aclaré mi garganta y burlé enseguida con nerviosismo, para mí buena suerte el juego se detuvo y enseguida abrieron las puertas para quitarnos la barrera y permitirnos salir.
Oliver: ¿dónde crees que estén Acacia y tu amigo?- ella se colocó a mi lado después de darle las gracias al chico, me sentía mareado e incluso me dolía un poco la cabeza, punzadas pasajeras.- mierda, tengo que sentarme un poco.- ella asintió y se dirigió a una banca vacía, se sentó y golpeó a su lado para que yo me sentara también.
Aitana: no sé, me habían dicho que estarían en la sirena, pero no me dijeron que harían después.- suspiró.- oh mira, creo que vienen detrás del carrusel.
Oliver: ¿segura?- ella asintió y comenzó a ver entre las personas, haciendo movimientos con su cabeza de un lado a otro. Sonrió cuándo lo que dijo fue lo correcto, Acacia y el chico venían caminando con 3 algodones de azúcar, llegaron hasta nosotros y él le entregó uno a Aitana.
Aitana: ¿por qué sólo 3? somos cuatro.- hizo un puchero tomando el algodón.- bueno no importa, yo te comparto del mío.- mi prima se sentó a lado de mí y Dylan a lado de Aitana, abrió su algodón y después de tomar un pedazo de este lo colocó frente a mí para que yo hiciera lo mismo.
Oliver: no es necesario, Aitana.- empujé el algodón con suavidad, ella arrugó ambas cejas y cortó un pedazo de algodón para después colocarlo cerca de mis labios.
Aitana: come.- la miré por unos segundos, abrí la boca y esta introdujo el pedazo de algodón dentro, eso fue suficiente para que ella se sintiera tranquila y comenzará a comer con tranquilidad.

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