Capítulo 75

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Había platicado un rato con Valentín por medio de mensaje, al final me animé a decirle que me encontraba en el hospital, él me pidió la ubicación pero le pedí que no le dijera nada a su madre ya que sería demasiado incómodo para mí tenerla aquí.
Ahora él se encontraba sentado a mi lado mientras se comía una sopa de verduras que yo había rechazado, su cabello estaba desordenado por culpa del viento y él luchaba por acomodarse algunos mechones rebeldes.
Valentín: voy a vigilarte más para que tus amigos no te lleven a embriagarte, ¿dónde están ellos ahora?, no los veo por ningún lado.- negó con la cabeza mientras seguía saboreando las zanahorias en cubos.- cuándo salgas de aquí me gustaría invitarte a comer o quizás podamos ir a pasear, también podemos organizar un viaje, yo pago todo.- me tomó de la mano con fuerza mientras que sus ojos parecían estrellas de lo mucho que brillaban.
Aitana: ¿y tu madre te dejará?- reí al notar la emoción con la que planeaba todo, la puerta deslizante no lo dejó responder, me sorprendí al ver de quién se trataba, mis latidos comenzaron a acelerarse, Oliver estaba aquí, en su antebrazo colgaba una bolsa de color verde bastante pequeña.
Oliver: lo siento si interrumpo algo.- miró directamente a nuestras manos y después se centró en Valentín.- me enteré de lo que sucedió así que quise venir a ver cómo estabas.
Aitana: estoy mejor.- me sentía bastante nerviosa, sé que Valentín pudo notarlo, terminó de masticar la poca comida que tenía en su boca y después se puso de pie.
Valentín: bueno entonces me voy ahora, avísame cualquier cosa que pase ¿está bien?, si necesitas algo llámame.- asentí, él me dió un beso en la mejilla y después le sonrió a Oliver, pasó por su lado y salió de la habitación.
Aitana: no era necesario que vinieras.- evité mirarlo a los ojos y me dedique a acomodar mis sábanas sobre mi vientre.- no fue tan grave.
Oliver: ¿qué estabas pensando cuando te fuiste a tomar con ese imbécil de Dylan?- tenía un golpe en la mejilla bastante recalcado.- sé que eres libre de hacer lo que quieras, pero tienes prohibido hacer cosas que te puedan poner en riesgo.
Aitana: ¿qué te pasó ahí?- señalé el golpe y él simplemente evadió mi pregunta concentrándose en la bolsa que anteriormente había traído.
Oliver: compré algunos waffles con fruta fresca, espero que no te hayan prohibido comer estas cosas.- negué, me apoye en la cama para poder enderezar mi espalda y comer con tranquilidad.- ¿y quién era él? ¿dónde lo conociste?
Aitana: lo conocí ayer en un auto, aunque me dijo su nombre hasta que estábamos en el restaurante.- asintió e hizo una mueca, colocó el plato desechable frente a mí, nuestras manos se acariciaron por un fracción de segundos que me torturó.- no es necesario que te quedes, Oliver, puedes irte.
Oliver: esa es una decisión que debo tomar yo y quiero quedarme, a ese chico que apenas conoces lo dejas estar aquí contigo e incluso te toma de la mano y besa tu mejilla ¿pero a mí me corres desde el primer momento en el que entro a la habitación?- burló mientras se señalaba a si mismo con su dedo índice.
Aitana: si no me equivoco, fuiste tú él que decidió mantenerme lejos, ¿a qué estás jugando?- él soltó un suspiro y tensó su mandíbula.- no digo que lo que hice estuvo bien, por supuesto que no, fue algo deplorable, pero tú me dijiste cosas que realmente me lastimaron, ¿por qué estás confundiendome?- lo miré fijamente y él hizo lo mismo, ambos guardamos silencio, parecía que nuestras miradas estaban tratando de formular una conversación menos hiriente, él se puso de pie con decisión y unió sus labios a los míos, dios mío, lo deseaba tanto.
Su mano acariciaba suavemente mi mejilla, soltó un suave gemido que me hizo abrir los ojos y él le dió una mordida despistada a mi labio inferior.
Aitana: ¿qué pasa?- pegó su frente a la mía y sonrió con dulzura mientras negaba.
Oliver: te amo, Aitana, no cabe duda de que estoy rendido a tus pies.- sonreí al escucharlo, sus ojos seguían cerrados y su respiración se sentía tranquila.- lamento todo lo que sucedió entre nosotros, todo lo malo por supuesto, de lo bueno no me arrepiento en lo absoluto, sí tú aceptas, quiero hacer las cosas bien esta vez.
Aitana: ¿es un efecto del golpe en la cabeza o porque veo muchos brillos a tu alrededor?- él se separó por completo de mí y colocó su mano derecha encima de mi mejilla, después en mis manos.
Oliver: ¿quieres que llame a un doctor?, quizás traes fiebre interna, iré por alguien para que te revisé.- negué tomando su mano con fuerza y le sonreí.- no hagas eso nunca más ¿de acuerdo?
Aitana: ¿me dirás por qué tienes un golpe en la mejilla?- vaciló un poco y después negó sentándose a mi lado.- ¿hubo alguna pelea en tu club?
Oliver: no tienes que preocuparte por eso, Aitana, todo está bien.- puse los ojos en blanco y crucé mis brazos sobre mi pecho, ahí me dí cuenta de los moretones que tenía por debajo de la muñeca y antebrazo.- oh mierda, esto se ve terrible.- acarició mis brazos cómo sí con su toque corriera el riesgo de romperme en pedazos.
Aitana: estoy bien, no tienes que preocuparte por eso, Oliver.- repetí lo mismo que él me había dicho anteriormente, suspiró y me miró de una manera tan extraña que me pareció graciosa, sin embargo, no reí. Mi celular dió un par de vibraciones a mi costado y lo tomé enseguida, era un mensaje de Valentín, no pude evitar sonreír al leer lo que había escrito.

 Mi celular dió un par de vibraciones a mi costado y lo tomé enseguida, era un mensaje de Valentín, no pude evitar sonreír al leer lo que había escrito

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Oliver: ¿así de hermoso sonríes cuándo yo te mando mensajes?- apagué mi celular y lo miré disimulando un poco mi sonrisa.- oh vamos, Aitana.
Aitana: tú nunca me envías mensajes ¿cómo voy a responderte eso?- lanzó un suspiro y saco su celular del bolsillo de su pantalón, pasaron unos segundos y recibí un mensaje de él "a ver, sonríe así cómo lo hiciste antes"- no es lo mismo, voy a sonreír porque tu mensaje sonó gracioso.
Oliver: da igual.- dijo con fastidio y apagó su celular, después giró su cara a otro lado para no verme.
Aitana: ¿estás celoso?- burló enseguida y ahora sí me miró, al parecer no encontraba alguna excusa ya que sus labios se abrían y cerraban cómo si estuviese apunto de decir algo.- lo estás.
Oliver: sí, lo estoy, sé que esto que voy a decir sonará demasiado inmaduro pero, no entiendo porqué tienes que sonreír así con todo el mundo.- reí y él frotó su cabello haciendo que algunos mechones se detuvieran sobre sus pestañas.- ¿no puedes hablar sin sonreír?, por ejemplo, "estoy bien, muchas gracias".- intentó imitar mi voz manteniendo un rostro inexpresivo, me burlé y después puse mi mano sobre mi cabeza debido a la punzada que recibí.- mierda, mierda, ¿estás bien?- negué enseguida cerrando los ojos.- ¿qué hago?, mierda, no debí de haber dicho esa tontería, ¿qué hago, Aitana?- enredó sus dedos en su cabello y con su otra mano me acariciaba la cabeza.
Aitana: bésame.- lo miré fijamente, estaba confundido por mi respuesta, su respiración se tranquilizó y después tragó saliva.- bésame y de esa manera demuéstrame si me extrañaste.
Oliver: no me alcanzará el tiempo.- suspiró acercándose poco a poco a mi cara.- mínimo necesito todo un día para poder besar todo tu cuerpo y así demostrarte lo mucho que te extrañé los primeros días, después necesitaré toda la vida para demostrarte lo mucho que te extrañé los días restantes.- y entonces unió sus labios a los míos, ambos cerramos los ojos disfrutando de lo que aquel beso nos hacía sentir, nos separamos un par de veces por falta de aire pero al final ese beso siguió su curso.

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