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Don't blame me

Brigid

Acaricio a Stripes después de haberlo subido al auto donde me iré. Balderik ahora mismo había ido por más de su gente, a los que estaban aquí me los dejo a mi cargo y yo ahora mismo ya estaba preparándome para ir al lugar en donde Gian me indicó, él ahora ya estaba de camino a la central, así que tenía que darme prisa.

Hago la seña para irnos antes de montarme al auto y salir del lugar a toda velocidad.

Agarro la tablet que me dio Gian para ver las imágenes que transmite gracias a las cámaras que instaló uno de sus hombres que se infiltró en ese lugar.

Aprieto el acelerador cuando veo que Mara entra al lugar y se acerca a la jaula en donde mi hijo estaba hecho un ovillo en una esquina de esta y no podía ver si estaba llorando, si me estaba llamando por miedo, de solo pensarlo se me oprime el corazón.

Apartó la mirada concentrándome en el camino del GPS para poder llegar lo antes posible.

Le envío las coordenadas a Balderik para que pueda llegar, se supone que ahora mismo debe de estar con sus hombres, en unos minutos más deben de estar abordando el helicóptero para llegar ahí.

Gian envía un mensaje diciendo que ya ha llegado a la central. Aprieto el volante con fuerza mirando por el espejo retrovisor todos los autos que me están siguiendo, tenía bastante gente respaldándome, Balderik no tardara en llegar, así que todo debe salir tal y como lo planeamos.

Vuelvo a mirar la pantalla de la tableta y el cólera me estalla cuando veo a Mara sacar de mala gana a Araziel que hasta lo avienta al suelo dejándome ver el rostro de mi hijo enrojecido con sus mejillas bañadas de lágrimas.

«Se ha ganado un pase directo al infierno»

Desmond

Doy indicaciones a mis hombres de resguardar el lugar, pero a quien le dejo las cosas claras es a Amelie, la niñera de Briana.

— No se preocupe, señor Jäger, la niña está en buenas manos — Le doy una última mirada a mi hija que estaba entretenida con sus juguetes.

Salgo de la casa para montarme inmediatamente en el auto que me llevará a mi helicóptero que va directo a Italia para ir a donde Mara, ella ha estado bastante insistente con ver a mi hija, pero ni aunque me traiga a Brigid voy a permitir que la vea, ya le había dejado las cosas bastantes claras y no soy de los que sólo habla por hablar. Ya dije desde antes que Mara no volvería a estar cerca de mi hija y es algo que voy a mantener hasta el final de mis días.

Llegamos al helicóptero en tiempo récord, así que me monto en él para ir con rapidez a Italia.

Ya tenía claro cómo es que pienso matar al engendro que trajo Brigid al mundo, tiene que aprender a la mala que ella no puede traer hijos de otro hombre al mundo, solamente portará en su vientre a mi desendencia.

Desmond: Empieza con lo que planeamos para el mocoso.

Le envío el mensaje a Mara para que empiece a hacer sufrir al hijo de Balderik Ricci, que lo vaya preparando porque cuando llegue no voy a tenerle ningún tipo de misericordia. Ganas tengo de despellejarlo vivo, hacerlo sufrir tanto hasta que ya no aguante más, como quisiera que Brigid estuviese presente para obligarla a ver lo que sufre aquel engendro que crió durante dos años. Suficiente tiempo como para que se encariñara tanto como para sentir aquel dolor de ver que te están quitando lo que tanto amas, sentir la impotencia de no poder hacer nada para protegerlo. «La tortura perfecta»

El teléfono me vibra indicándome de un nuevo mensaje. Es Mara quien me ha enviado una imagen, lo abro y sonrió al ver aquel mocoso llorar. Enseguida me llega un video y no tardo en reproducirlo.

Amor Imposible Where stories live. Discover now