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Nueva residencia

Brigid

Suelto un suspiro demasiado relajada al estar tomando el sol mañanero recostada frente al lago.

Hacía tanto frío adentro de la casa que decidí venir hasta acá para encontrar la calidez en los rayos del sol, por si las dudas me traje una manta conmigo para cubrir mis piernas.

— ¿Todo en orden? — Alzó la mirada y la sonrisa no tarda en aparecer en mi rostro cuando veo a Balderik salir de la casa con sandalias y un pantalón gris deportivo.

— ¿No tienes frío? — Preguntó cuando veo que viene con el torso y abdomen descubierto. Niega con la cabeza sentándose a mi lado.

— Bueno, solo un poco — Me mira — Ven aquí — Sonrió mientras me acomodo sobre él. Suelto un gran suspiro una vez estoy entre las piernas de mi prometido, sintiéndome tan relajada estando con él ¿era lo mismo que él sentía al tenerme entre sus brazos? ¿Se sentía en paz?

No sé ni en qué momento me quede dormida, pero el rugido del tigre me hace abrir los ojos levantándome con rapidez, volteo a ver a Balderik que se levanta igual con los ojos achinados mirando a todos lados hasta encontrarnos con Maksim que venía con los gemelos en la carriola.

— Al fin despiertan, toda la mañana se han quedado completamente dormidos — Mira el reloj en su muñeca — Ya son las dos de la tarde — Balderik se levanta con rapidez gruñendo de mala gana.

— ¿A donde vas?

— Tengo que cambiarme, hoy tengo que volver a Italia, tengo reunión con Hela y Zinov — Dice antes de adentrarse a la casa. Suelto un suspiro cansada levantándome del suelo, sacudo la manta y la toalla que había dejado en el suelo.

— De no ser por Stripes tal vez llegaba tarde a su reunión — Habla Maksim.

Me doy la vuelta y sonrió inclinándome un poco para saludar a los gemelos que me sonríen con emoción. Massimo comienza a balbucear y Kay simplemente se ríe antes de llevarse las manos a la boca.

— Pienso que el coqueto va a ser Massimo — Dice al ver que Massimo extiende sus manitas en mi dirección, sonrió divertida tomándolo entre mis brazos — Por cierto, ven a ver esto — Dice mientras saca su teléfono desbloqueándolo y buscando aquello que quiere mostrarme — Tú y Balderik me parecieron tan tiernos que no me pude resistir, además de que creo que te gustará conservarlo — Me enseña la pantalla que contiene la fotografía de Balderik y yo completamente dormidos y abrazados. Yo estaba recostada boca abajo sobre su abdomen mientras que él tenia su brazo sobre sus ojos mientras que el otro estaba sobre mi espalda.

— Pásamela — Le entregó de vuelta el teléfono cuando Massimo se me inquieta.

— Sabía que me dirías eso — Volteo a ver a Massimo y le hablo de manera tonta ya que no me puedo resistir al pequeño bebé que me mira con ojos brillantes y con una sonrisa irresistible.

— Eres muy risueño — Le digo a Massimo que se ríe ocultando su rostro en mi cuello para luego volver a verme, le hago muecas raras haciéndolo reír de nuevo y que vuelva a ocultarse en mi cuello. Me río por su reacción antes de llenarlo de besos y devolverlo a la carriola junto a su hermano.

— ¿Vienes con nosotros? Los voy a llevar a dar una vuelta y después volveremos para que empiecen con sus ejercicios, según Julieta tengo que dejarlos en el tapete de juegos para que empiecen a aprender a gatear y girarse solos, yo la verdad no tengo ni idea sobre esto, así que le haré caso.

— Quisiera, pero tengo que ir a darme una ducha, dormir bajo el sol no fue tan buena idea — Digo al sentirme mareada y calurosa — Pero te alcanzaré después ¿sí?

Amor Imposible Where stories live. Discover now