(58)

19 2 1
                                    

Primer Strike

Desmond

28 de Septiembre (Canadá)

El chillido del bebé me hace levantarme, quiero entrar, pero me abstengo de hacerlo así que me pongo a caminar de un lado a otro a la espera de que la enfermera saliera con mi hija en brazos.

Pasan más de quince minutos y las ganas de entrar incrementan, no escucho ya el llanto de mi hija y tampoco los pasos dentro de la habitación, así que decido entrar, pero me quedo en la entrada al ver a Mara completamente exhausta con la bebé en brazos, enseguida la imagen de Brigid viene a mi mente, lo que me hace salir de ahí apresuradamente. Me niego a pensar en que su engendro nació hoy, en el mismo día que ha nacido mi hija.

— ¿Qué sucede? — Pregunta Matías al verme entrar a su habitación.

— Necesito que encontremos a Brigid lo antes posible — Me pasó las manos por el cabello pensando en alguna solución para todos mis problemas.

— Estamos en eso, no hemos descansado para poder encontrarla — Dice con seriedad.

— Pues no lo están haciendo bien — Digo molesto — Mi hija ya nació y seguramente el engendro ese también, dije que no quería que Brigid pariera un Ricci ¡y ya lo ha hecho! — Contengo el impulso de derribar todo a mi paso — ¿Qué demonios están esperando para traerme a mi mujer? ¡Más tiempo pasa y ella sigue estando con ese hijo de perra!

— Usted no ha permitido que vaya a buscarla, puedo hacer mejor mi trabajo que todos los demás, lo sabe.

— Eres mejor para una pelea con todos ellos juntos, pero no he aumentando tus demás habilidades.

— Me está subestimando igual que como lo hacía mi tío — Lo veo apretar los puños al tiempo que las venas le empiezan a resaltar en la piel.

— No te subestimo, solo te estoy reservando para mejores peleas, me sirves más aquí que en otro lado, serás tú quien me ayudará a mantener a mi mujer aquí.

— Puedo traerla de vuelta.

— ¿Y arriesgarme a que Balderik te asesine como ha hecho con los demás? Por supuesto que no, eres mi mejor elemento y ellos lo saben, no voy a correr el riesgo a que me quiten lo mejor que tengo.

Le cuento los planes que deben de establecerse después de que nosotros seamos quienes vayan a Londres por aquellos hijos que ha tenido Hela en secreto, debo decir que lo ha hecho bastante bien a la hora de ocultarlos de todo el mundo, sobre todo para su ahora esposo. A mi no me molesta que tenga hijos, ya ni siquiera sé si quiero tener a mis otros hijos con ella... aunque podría ser beneficioso para que sean los herederos de la Cosa Nostra, pero para ello tendré que deshacerme de los hijos que tiene ahora.

Aunque ahora tengo que pensar que Brigid sigue siendo la Vor de los Vory v Zakone, un hijo de ella y mío será mucho más poderoso que uno que nace en la Cosa Nostra, está claro que ya no necesitaré de Hela Ricci para obtener poder y descendencia. Esta bastante claro que con Brigid puedo obtener todo lo que quiero, es más que suficiente.

La puerta se abre con brusquedad logrando que salga de mis propios pensamientos.

— Señor Jäger — Volteo a ver a la enfermera que contrate para el parto de Mara — La señora pide su presencia.

— ¿Y mi hija?

— Está completamente sana, ahora mismo está siendo alimentada por su madre — Salgo de la habitación yendo directamente a donde mi hija. Entro a la habitación acercándome hasta la cama, el desespero y el enojo que sentía antes han disminuido con tan solo ver a la pequeña bebé que Mara tiene entre sus brazos, tal y como dijo la enfermera, mi hija estaba siendo alimentada.

Amor Imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora