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Soy para ti

Balderik

Observó su cuerpo desnudó, recostada boca abajo abrazando mi almohada, su rostro pasivo y su cabello en su espalda y mechones rebeldes sobre su rostro, y a pesar de eso se veía exquisitamente hermosa.

Trago grueso queriendo dejar de sentir esto que siento por ella por el bien de ella, pero no puedo, mi mente me recuerda todo el tiempo que no es lo correcto, que esta jodidamente mal, pero en mi pecho sentía que era lo correcto para los dos. No iba a decir que era el destino, tampoco que fue casualidad porque eso no existe para mi, pero sí creo que ella es todo lo que necesito y quiero.

Me llevo la copa de vino a los labios, paso la lengua por mis labios saboreando del vino. Saco la erección de mi bóxer y lo estimulo sin apartar la mirada de la hermosa mujer que está durmiendo sobre mi cama.

Recuerdo su baile que me pone aún más duro y aumento un poco la velocidad de mi mano. Recuerdo sus caderas moverse sobre las mías, su sexo rozando el mío una y otra vez. Tenso la mandíbula al recordar lo excitante que fue verla tan dominante que no me permitió tocarla hasta hacerme decir que estaba arrepentido por enfadarme con ella por algo absurdo, pero necesitaba saber como iba a reaccionar ella, como iba a lograr que ya no quiera enfadarme así sea absurdo o no.

Suelto un gruñido al recordar su lengua recorrer mis labios tan lentamente provocando que desee más de ella. Echo la cabeza hacía atrás sintiendo el orgasmo de solo recordar como se siente estar dentro de ella, tan estrecha, tan suave, tan... tan mía.

Porque así es, ella es mía y yo soy suyo. Soy para ella así como ella lo es para mi y a las malas a quien no le parezca porque no planeo soltarla ahora que estoy aceptando las cosas con ella. Aceptando que voy a estar para y por ella. Aceptando que incluso en la muerte voy a estar con ella.

— Maldita sea — Jadeé con voz entrecortada, masturbándome una y otra y otra vez con su recuerdo — ¿Pero qué demonios hago si tengo lo que necesito frente a mi? — Me levantó quitándome por completo el bóxer antes de acercarme a la cama.

Beso y mordisqueo su espalda haciendo que gruña, pero no abre los ojos. Separo sus piernas mientras paso mis dedos por la cabeza de mi pene esparciendo el líquido que sale de este para lubricar antes de incrustarme dentro de ella haciendo que suelte un jadeo entre sueños, al parecer pensaba que estaba soñando cuando estaba muy lejos de ser un sueño.

Me la follo estando aún dormida, no me importa, era mía después de todo y esta claro que ella no se molestaría por eso. Esto para mi era nuevo, jamás había follado con alguien que estuviese dormida y el que Brigid abra los ojos gimoteando me hace aumentar la velocidad de mis caderas al captar el azul que tanto me vuelve loco.

— Balderik... — Percibo el reproche en su voz.

— No empieces que dese hace un rato que te ando follando — Se aferra a la almohada sin decir nada más, simplemente dejándose llevar.

Siento el calor por mi cuerpo, el sudor cubriendo mi cuerpo. Suelto un gruñido de satisfacción cuando siento su carne aprisionar la mía como si fuese de acero.

No me detengo a pesar de besar y morder cada parte de su piel, dejando marcas en su piel queriendo que recuerde siempre las noches como esta, que ningún hombre la hará sentir como la hago sentir yo, nadie más puede tocarla, desearla o si quiera fantasear con ella porque es mía. No me abstengo, no tengo treguas con ella cuando me siento como un jodido motor queriendo más y más hasta colapsar.

Hago su cabello a un lado apoderándome de su cuello, chupando, lamiendo y mordisqueando mientras escucho sus gimoteos pidiendo que no pare he inclusive suplicando por más.

Amor Imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora