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Acumulando problemas

Desmond

Destruí todo lo qué había sobre el escritorio después de haber recibido las noticias, Balderik ya me ha matado a toda mi gente y ahora solo me quedaban tres de ellos para encontrar el nuevo paradero de Brigid, pero no iban a ser suficientes y no iba a tomar el riesgo de que Matías fuera por ella sabiendo que Balderik está aún peor que antes, está ves lo agarraron a él solo y pudo evitar que se trajeran a Brigid a donde realmente pertenece.

No podré traerla de vuelta con la poca gente que tengo, necesitaba a más de ellos para poder mantener este lugar de pie y para traer a Brigid y a su engendro, ya no iba a tener la piedad que estaba teniendo con ella, ya no más al ver que se sigue negando a venir.

— Tráeme todo lo que se necesita para crear a mi gente — Matías asiente yéndose rápidamente. Un año más ¿qué más da? Mientras más tiempo pase, menos piadoso voy a ser con ella y eso añadiendo la manera en que pienso dañar a su engendro.

Mara llega con mi hija en brazos, aquella que me recuerda que en un año va a necesitar de alguien para que cuide de ella y no quería que fuera Mara, mientras más tiempo estaban juntas, más podría sentir el calor de la mamá y así encariñarse con ella como para darle su amor a ella y no a la mujer que ya decidí que será su madre.

«Otro problema que resolver»

Matías regresa indicando que ya se estaba preparando el laboratorio logrando que Mara frunza el ceño, pero no hace preguntas al respecto, simplemente avanza como sino hubiese escuchado nada que le importara. Ya aprendió a no meterse en mis asuntos que solo tenían que ver con Brigid.

Me enderezo pasando la mano por mi cabello tratando de recuperar la compostura que solo por un instante perdí en un momento de enojo.

— Quiero que vayas y secuestres a la gente que creas capaz de soportar las dosis, que sean dos, recuerdo tener dos dosis disponibles para dos personas que son simples personas normales — Asiente — Y diles a los otros que se devuelvan, necesito gente aquí para proteger el lugar en caso de que la policía empiece a merodear por aquí.

Mi padre ya no estaba con vida como para ayudarme con eso, no me sirve ser su hijo si la gente como la policía siempre hacía las cosas asegurándose de que realmente éramos parte de su gente, yo ya no tenía ni cómo comprobarlo, de todas formas no los necesitaba teniendo a gente que era el doble de fuerte y el doble de rápidos como un policía cualquiera.

Balderik no iba a obtener lo que por derecho me pertenece a mi, no me importa que sea padre si de cualquier manera dejara de serlo cuando logré recomponer la cantidad de gente que me quito en el camino, estos iban a irse sobre de él con más fuerza por quitarme a mi mujer y haberla preñado sabiendo que no es su mujer.

— Señor.

— ¿Qué quieres? — Preguntó bastante molesto sin dejar de hacer mis cosas.

— Cuando la señora Brigid estuvo en el sótano — Suspira — Pude verle un anillo en la mano izquierda justo en el dedo anular — Mi cuerpo se tensa — Creo que es un anillo de compromiso.

Apresuró mis cosas pensando en que mientras yo esté vivo, ese par no va a casarse.

— Tráeme lo que te ordene — Matías asiente sin decir nada más, simplemente se va dejándome solo para empezar a hacer las dosis que necesitaba para que empiecen a traerme a tantos como sea posible, es hora de ver quien sobrevive y quien no, quien es capaz de formar parte de mi gente y quien no sirve para un carajo.

Estoy harto de estar perdiendo el tiempo, Balderik va a pagarme cada minuto que he perdido estando lejos de la mujer que quiero, de haberla tenido desde hace tiempo probablemente ya tendríamos nosotros a nuestro propio bebé, aquel que heredará cada uno de mis conocimientos y también el puesto de Vor para formar parte de los Vory v Zakone gracias a su madre y la capacidad que tiene para ser parte de ellos.

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